Oscars 2024. Algunas palabras sobre los largometrajes nominados a Mejor película

Oscars 2024… Este año me sorprendí cuando vi el listado de los largometrajes nominados a Mejor película, pues me di cuenta de que había visto las diez películas. Y todas tienen algo que no me dejó indiferente. Volvería a ver las diez, sí, y creo que eso es lo mejor que se podría decir de cada una de ellas.

De la ganadora, Oppenheimer, y de Barbie ya hablé en una serie de post que escribí bajo la denominación Descubrimientos veraniegos. Y de varias de ellas he dejado unas palabras en Letterboxd (Hildy_Johnson_). Jajaja, sí la única red social en la que me he apuntado hace apenas y porque me lo pidió mi sobrina cinéfila, pues según ella tengo que modernizarme. Y de las que nada he hablado (tan solo dos), pues aprovecho este texto.

Qué deja en evidencia el listado, pues que cada una es de su padre y de su madre y muy diferentes entre sí. La diversidad de géneros y temáticas que supone. La variada nacionalidad tanto de los directores como de las propias películas (que eso dice bastante de la cosecha Hollywood) y la riqueza de planteamientos sobre diversas cuestiones. Esa es la curiosidad de todo listado, se vaya a premiar o no. La variedad del abanico que propone y la radiografía sesgada de lo que se ha podido ver en 2023 al otro lado del océano.

Cuál es mi favorita de las diez. Si me hubiesen dicho: “Venga, da tú el premio”, lo hubiese pasado mal. Tengo claras las que no, pero luego entre las que voy a decir no sé por cuál me hubiese decantado: Vidas pasadas, La zona de interés, Los que se quedan y Los asesinos de la luna.

Vidas pasadas de Celine Song

Oscars 2024. Una historia sobre la conexión entre dos personas. Vidas pasadas.

In-yeon.

Conexión entre dos seres humanos.

Vidas pasadas.

Hasta un roce es cuestión del destino.

Tú eres una persona que se va.

Tú eres una persona que se queda.

… Olvídate de mí…

O imagina qué hubiese pasado o cuántas posibles vidas hubiesen existido si tú y yo hubiéramos permanecido juntos cuando solo éramos niños o no hubiésemos cortado años después nuestras conversaciones on line.

Quiero entender lo que sueñas.

Tenemos la conexión, pero nuestra historia de amor es imposible…

Ahora, sí, Vidas pasadas es solo una historia de las probables.

Quiénes son esos dos coreanos con un estadounidense en la barra de un bar de copas en New York. ¿Por qué están juntos? Esto es lo que formulan unos desconocidos (nosotros) al principio de la película.

Y se nos ofrece una posible mirada… o vida pasada.

Poor Things de Yorgos Lanthimos

Oscars 2024. La historia de una criatura que desarrolla su propia mirada en el mundo. Poor Things.

Durante el visionado de la película solo me preguntaba ¿quién es la chica que se tira desde el puente? ¿Qué la pasó? ¿Por qué se tira?

Luego con la resolución final me dije: ¿Así que Victoria nada tiene que ver con Bella? ¿Realmente el cirujano Goodwin Baxter da vida a una joven criatura?

¿Ciertamente hay entonces dos identidades? Bella nada tiene que ver con Victoria más que un mismo cuerpo…

Luego busqué información sobre el libro de Alasdair Gray (qué ganas tengo de leérmelo) y me di cuenta de que Yorgos Lanthimos no juega con la ambigüedad de las miradas de los personajes y que realiza una adaptación tremendamente libre de la historia, dejando incluso en el camino el sentido que buscaba Gray. Vamos, que cuenta lo que realmente le viene en gana.

La película de Yorgos Lanthimos es tremendamente entretenida, crea un mundo de fábula donde se representa un peculiar universo victoriano, pero sin definir exactamente en qué tiempo transcurre y con elementos de ciencia ficción y fantasía.

Al final a mi parecer Pobres criaturas es la historia de una “criatura” (el experimento científico de un cirujano) que sin tener un pasado ni un contexto ni una educación se enfrenta a un mundo regido por un sistema establecido y con unas normas específicas.

Bella Baxter posee un cerebro sin desarrollar, nuevo, que tiene todo por evolucionar y aprender. Todo por experimentar y vivir. Bella va descubriendo el mundo que la rodea sin ningún condicionamiento ni prejuicio. Y el aprendizaje le va dando no solo conocimientos, sino herramientas para preservar su libertad individual como Bella Baxter y también para tratar de mejorar el mundo bajo su mirada.

Bella realiza su aprendizaje no solo saliendo de la casa de su creador, sino emprendiendo un largo viaje. Y en el camino son varios los hombres que tratan de encarcelarla, dominarla, cambiarla…

Es como si la novia de Frankenstein, esa inolvidable Elsa Manchester, hubiese tenido la oportunidad de viajar y evolucionar, de rebelarse del propósito para el que había sido creada, huyendo.

En ese viaje donde Bella trata que no la encierren ni dominen, observa, imita, siente curiosidad, aprende a satisfacerse y descubre el placer, emplea y desarrolla el lenguaje, va mejorando en la escritura y en la lectura, abre los ojos ante las desigualdades sociales y económicas, se enfrenta al poder, la utilidad del dinero y las decisiones morales…, etcétera.

Quizá el mayor defecto es que todo es contado por Lanthimos con demasiada simpleza, con poca sutilidad y con una mínima profundidad que hace que su fábula no solo no se pueda tomar demasiado en serio, sino que caiga en exceso en la caricatura, algo que no pasaba en Canino, Alps o Langosta.

Pero es tan entretenida, tiene momentos visuales tan potentes y barrocos y sus actores principales están tan bien que atrapa de principio a fin.

Todos los hombres tratan de dominarla en algún momento dado: el creador, el ayudante y futuro esposo, el abogado manipulador y amante (ese Mark Ruffalo que se marca un Bellaaaa, que es un reverso de Stellllaaaa de Marlon Brandon en Un tranvia llamado deseo), el cínico que no soporta la felicidad y libertad de Bella, su violento exesposo, los que demandan sus servicios sexuales cuando ejerce la prostitución que hacen incluso que deje de sentir placer… Todos los obstáculos con los que Bella va lidiando para ir construyendo su propia mirada del mundo.

Pobres criaturas no me ha removido como hicieron otros largometrajes del director griego, pero su visionado y análisis me resulta de lo más interesante, así como el debate y la controversia que ha generado.

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La sencillez de La Jetée (1962) de Chris Marker

La jetée y la sencillez de una historia de amor más allá del tiempo y el espacio.

La Jetée es ante todo la historia de un recuerdo y un amor más allá del tiempo y el espacio. Una sucesión de fotografías en blanco y negro, un montaje especial, una voz en off y una banda sonora de música y sonidos son suficientes para que Chris Marker cree un cortometraje de ciencia ficción sobre bucles temporales que ha influenciado en varias películas posteriores.

Veintiocho minutos de una historia poética sobre un prisionero que, tras la III Guerra Mundial, le convierten en sujeto de un experimento para viajar en el tiempo y conseguir así salvar a la humanidad, que vive bajo tierra por el peligro de las radiaciones. Los científicos le eligen porque creen que posee un cerebro fuerte y por la fijación que tiene de un recuerdo de su infancia en una terminal de un aeropuerto.

Sus padres le llevaron allí para que pudiese ver los aviones, pero retuvo el rostro de una mujer y cómo este se iba transformando por un suceso. Un hombre moría a sus pies.

Esa mujer es la llave que emplean los investigadores para que el experimento sea un éxito y el hombre elegido pueda viajar y moverse con facilidad entre el pasado y el futuro. Lo que quieren lograr es que se abra un agujero en el tiempo para que a través de él le puedan facilitar recursos para sobrevivir.

El experimento es un éxito cuando por fin penetra en el futuro y consigue una placa de energía tan potente como para reactivar otra vez a la humanidad.

Pero, en realidad, lo que le ha pasado es que durante los distintos viajes que ha realizado al pasado, en las diferentes fases del experimento, nuestro protagonista ha logrado conectar de manera especial con esa desconocida que forma parte de su recuerdo infantil. Los dos se encuentran bien juntos, su relación fluye. Ambos han construido una intimidad. Él es feliz con ella y ella admite sin preguntas las apariciones y desapariciones de ese hombre que la visita inesperadamente en distintas ocasiones.

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Diccionario cinematográfico (239). Madres

Madres e hijos en el centro de 20.000 especies de abejas.

Madres idílicas, madres coraje, madres tóxicas, madres terroríficas, madres divertidas, madres valientes, madres emprendedoras, madres malas… Las madres en el cine siempre han sido un buen tema. La galería es interminable, pero merece la pena el recorrido. ¡Todos hemos tenido una madre…, y, efectivamente, madre solo hay una… y este post va por ellas! La figura de la madre ha dejado unos cuantos buenos personajes cinematográficos.

Últimamente, en la sala de cine, he visto a tres madres en el centro de tres películas que por muy distintos motivos son interesantes. Dos son el debut en el largometraje de ficción de dos directores españoles y la tercera es de una directora francesa con una filmografía que merece mucho la pena.

Por una parte, 20.000 especies de abejas de Estibaliz Urresola Solaguren, donde Ane (Patricia López Arnaiz) es madre de tres hijos y no está precisamente en su mejor momento ni profesional ni emocional. Es verano y se va con ellos a la casa materna, entre otras cosas para intentar superar la crisis existencial en la que se haya hundida. Allí se reencontrará con su madre y su tía, una criadora de abejas. Las tres son figuras maternales y con caracteres fuertes y definidos que se enfrentan a la vida y a los problemas de distinto modo. Ane está especialmente preocupada y presta atención al sufrimiento y la sensibilidad que detecta en su hijo de ocho años, que está intentando exteriorizar y que todo el mundo se dé cuenta de su identidad sexual.

También he disfrutado de la última película de Mia Hansen-Løve, Una bonita mañana. Su protagonista, Sandra (Léa Seydoux), es madre de una niña de ocho años y se enfrenta al deterioro mental y físico de su padre, un profesor de filosofía. En este duro proceso se encontrará a un amigo al que hacía tiempo que no veía, Clément (Melvil Poupaud). En la película está muy presente también la madre de Sandra, Françoise (Nicole García), con una personalidad arrolladora, que en su momento dejó a la familia que había formado para perseguir una vida que la satisfaciera.

Y, por último, Matria de Álvaro Gago Díaz, protagonizada por una mujer gallega, Ramona (María Vázquez), que ve que su precario equilibrio de madre y mujer trabajadora se resquebraja, pero trata de no romperse del todo y hacer lo que ha hecho toda la vida, salir adelante. Por una parte, pierde el trabajo que más estabilidad le aportaba y, por otra, ve cómo su joven hija no solo se está independizando, sino eligiendo una vida que no es la que ella deseaba.

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Críticas en unas pocas palabras de películas de estreno

El triunfo (Un triomphe, 2020) de Emmanuel Courcol

El triunfo, cine y teatro en armonía.

Cuando estaba viendo esta película francesa, me vino a la cabeza una británica de Peter Cattaneo, Lucky Break y una italiana de los hermanos Tavianni, César debe morir. En los tres largometrajes, unos presos en una cárcel se interesan por el teatro y sienten la posibilidad de alcanzar la libertad. Y las tres películas muestran una manera muy diferente de contar esta historia.

La francesa se inspira en una historia verídica, y presenta a un profesor de teatro que ama lo que hace, que trata a los presos como actores profesionales y que les propone montar algo muy serio: Esperando a Godot de Samuel Beckett. En El triunfo se respira en cada fotograma un amor inusitado hacia el teatro; el poder que siente uno encima de un escenario; cómo la vida alimenta a la ficción, y viceversa; y, por último, deja sentir una obra de teatro que puede hacer comprender una situación, unas vidas y esa sensación de espera…

La hija oscura (The Lost Daughter, 2021) de Maggie Gyllenhaal

La hija oscura, una reflexión incómoda sobre la maternidad.

La actriz Maggie Gyllenhaal se pone detrás de la cámara para rodar una historia psicológica e incómoda sobre la maternidad, adaptando una novela de Elena Ferrante. Se pone en la piel de una profesora de literatura, Leda (maravillosa Olivia Colman), que está de vacaciones en un idílico lugar al lado del mar. De pronto, su contacto con una joven madre (enigmática y sensual Dakota Johnson) y su hija pequeña desata una tormenta interior en Leda. Desde ese momento, rememora su propio papel como madre joven (Jessie Buckley) de dos niñas.

Desde el principio todo lo vemos desde la mirada de Leda que cada vez está más incómoda y todo lo que la rodea va adquiriendo una tonalidad siniestra, desagradable y amenazante. A la vez que también va tomando decisiones y llevando a cabo acciones cada vez más incomprensibles: como esa muñeca que acaba en su poder y que desata una tormenta interior. En realidad, Leda trata de reconciliarse con una decisión que tomó en el pasado y con las sensaciones encontradas que tiene con lo que sintió: la felicidad sin las ataduras de la maternidad.

Muerte en el Nilo (Death on the Nile, 2022) de Kenneth Branagh

Muerte en el Nilo, cuando el cine es puro entretenimiento.

Kenneth Branagh apuesta por el cine puro y duro de entretenimiento, llevándonos a lugares exóticos, dejándonos arrastrar por el glamour, por las pasiones desatadas, por varios asesinatos y un peculiar detective belga para resolverlos. Si al principio de su carrera, Branagh abrazó a William Shakespeare, ahora se siente cómodo en el universo de Agatha Christie.

Una cosa está clara en sus dos películas sobre el universo de la dama del misterio: se siente cómodo como Hércules Poirot, y no solo eso…, sino que se lo pasa bien en su piel. Es más, en esta glamurosa Muerte en el Nilo, le regala un pasado en que se nos revela la razón de su famoso bigote, y le regala la posibilidad de enamorarse.

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Acercamientos a la figura de Jean-Luc Godard (primera parte)

Godard, un acercamiento en cuatro pasos

1.-Godard. Retrato del artista a los setenta (Seix Barral, 2005) de Colin MacCabe. Colin MacCabe señala dos cosas en su prefacio: “Una biografía de una persona viva es necesariamente incompleta, pero un sujeto vivo brinda la posibilidad de un retrato: en este caso, una serie de tomas sobre la vida y el trabajo de Godard” y “el cine de Godard se cuenta entre lo más importante del arte europeo de la segunda mitad del siglo XX”.

A partir de ahí, articula un interesante retrato del realizador, estudiando sus orígenes familiares, la ruptura con su familia, su formación cinéfila y su trayectoria en Cahiers du cinema, como parte de los jóvenes turcos. También describe la articulación de su filmografía por tres caminos apasionantes: las mujeres que han formado parte de su vida, su evolución y militancia política y, por último, la evolución en su filmografía (desde los referentes del cine clásico hasta la ruptura de la narración cinematográfica, así como su paso al formato vídeo, y la importancia de la imagen, la palabra, el sonido y el montaje).

Colin MacCabe ofrece un retrato que acerca a las peculiaridades de un creador. Su vida queda estructurada por tres mujeres que forman parte de su obra cinematográfica: Ann Karina, Anne Wiazemsky y Anne-Marie Miéville. Pero también a través de su relación profesional con el director de fotografía Raoul Coutard, que estaría presente durante sus primeras obras, como Al final de la escapada o El desprecio. Por otro lado, junto a Jean-Pierre Gorin protagonizó una ruptura con todo su cine anterior y formaron el Grupo Dziga-Vertov, cuya premisa era crear un cine militante. Y, por último, su estancia en Rolle (Suiza), refugio y centro de creación, y su colaboración con Miéville.

MacCabe ha establecido además una relación personal y profesional con Godard a lo largo de varios años, luego lo conoce de primera mano, pero además es un estudioso de su obra. El libro deja un análisis extenso y exhaustivo de varias de sus obras, pero sobre todo de Histoire[s] du cinéma, serie documental fundamental para entender los postulados y la mirada del realizador hacia el mundo, el cine y la historia.

2.-Truffaut y Godard: Two in the Wave (Truffaut, Godard: Deux de la Vague, 2010) de Emmanuel Laurent. MacCabe no omite, pero no profundiza, en la relación entre Truffaut y Godard y, sobre todo, no se para en exceso en la ruptura radical de su amistad. Un primer acercamiento hacia esta relación puede ser este documental de Emmanuel Laurent. Se queda también en un acercamiento, pero recupera unas imágenes de archivo valiosas (entrevistas a ambos realizadores, momentos de mayo del 68 y del festival de Cannes…). Además en la lectura que propone de su relación hay un tercero que complementa la visión: Jean-Pierre Léaud, que trabajó con ambos, y evolucionó como actor con los dos. Léaud se convirtió en el rostro de la nueva ola a partir de su personaje Antoine Doinel en Los cuatrocientos golpes.

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Sesiones dobles para tardes de verano (7). Annette (Annette, 2021) de Leos Carax/El médico de Budapest (Zárójelentés, 2020) de István Szabó

Annette es una película espectacular y mágica para ver en sala de cine y dejarse llevar. El médico de Budapest es de esas historias humanas que te arrastran hasta el final, y emocionan. ¿Tienen un nexo en común, además de ser películas de estreno? Pues aunque parezca mentira, sí: la ópera. Las dos tienen un personaje femenino que es cantante de ópera de éxito. En la de Leos Carax es la protagonista: Ann Defrasnoux (Marion Cotillard) y en la de István Szabó es un rol secundario: la esposa del médico (Dorottya Udvaros). En ambos largometrajes la ópera es un arte excelso, que trasciende, para gozo de un público minoritario.

Leos Carax es un realizador francés con una breve filmografía. Sus películas son extremas, excesivas, extravagantes, atormentadas y poéticas. O entras en su universo… o te quedas fuera. Su trayectoria cinematográfica comenzó en los años ochenta y todo conducía a que terminaría realizando un poderoso musical como el que ofrece (tan solo hay que recordar ciertos momentos de Los amantes de Pont Neuf o de Holy Motors).

István Szabó es un director húngaro ya octogenario que desde los sesenta está en el mundo del cine. En sus películas la gran protagonista es la Historia y su influencia en la vida de sus personajes. La desgracias cotidianas vienen de la mano de los acontecimientos históricos. Su última obra no es solo humanista, sino que habla de la gente que sigue luchando y, que a pesar de un mundo duro, continúan manteniendo la esperanza y las ganas de las cosas bien hechas.

El primero siempre me ha llamado la atención, su filmografía es breve. Me marcó Los amantes de Pont Neuf y también Holy Motors. Del segundo, estoy en pañales; es más he visto tan solo dos películas que rodó fuera de Hungría: Cita con Venus y Conociendo a Julia. Para conocer su cine y cada una de sus películas, recomiendo el dossier que está publicando Yago París en Cine Divergente.

Annette (Annette, 2021) de Leos Carax

Annette. Lo que empieza como una romántica historia se convierte en una relación oscura.

Desde el principio, Leos Carax te invita a que te sumerjas en una historia donde todo es explosión y fantasía. Él mismo está en una sala de sonido, como ser omnipresente y creador, y, junto a su hija Nastya, da entrada a una canción de los Sparks, que se levantan del estudio de grabación, salen de allí y no dejan de cantar y avanzar en un plano secuencia, donde se les van añadiendo un grupo de personas, entre ellos los actores principales: Adam Driver y Marion Cotillard. Todos entonan “So May We Start”. Una invitación a una representación que empieza…

Annette es un musical de principio a fin, sin palabra alguna, todo es cantado. Y en el centro una historia de amor y desamor entre una pareja de artistas: de un monologuista provocador y una cantante de ópera. Leos Carax ha dirigido un proyecto arriesgado, similar a lo que en su día hizo Coppola con Corazonada. Solo que Annette posee el desgarro y la poética del realizador.

El espectador o se mete de lleno en el delirio o sucumbe a la tormenta y se hunde en su asiento preguntándose qué diablos está viendo. Desde el primer segundo, entré en Annette y ya no abandoné la propuesta. El punto de inflexión de este musical es el nacimiento de la hija de los protagonista, Annette. Ahí ocurre algo extraordinario relacionado con el bebé, pero que al final cobra todo su sentido.

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Sesiones dobles para tardes de verano (6). El tiempo: Tiempo (Old, 2021) de M. Night Shyamalan / La verdad (La vérité, 2019) de Hirokazu Koreeda

Una de las posibilidades que más me gusta en el cine es la representación del tiempo y sus múltiples variantes. Y cómo este puede convertirse en argumento central para construir una historia. En diversos largometrajes, el tiempo tiene reglas diferentes a las que conocemos y estamos acostumbrados, y eso permite no solo giros inesperados, sino la magia de otras existencias posibles. Esta vez, en esta sesión doble, vamos a dos obras cinematográficas muy recientes (una en sala de cine todavía) donde dos directores a los que siempre suelo seguir juegan con el concepto de tiempo. Ellos son M. Night Shyamalan y Hirokazu Koreeda.

Shyamalan se va al relato cinematográfico fantástico. ¿Qué pasaría si toda una vida se condesara tan solo en unas horas? Y Hirokazu Koreeda realiza una maravillosa reflexión del cine dentro del cine y juega como quiere con el tiempo, la realidad, la ficción, la memoria y la verdad.

El tiempo en el cine da para todo un ensayo cinematográfico apasionante. Hay géneros que suelen flirtear más con el concepto, sobre todo la ciencia ficción y el fantástico. Pero tampoco es fácil para un cineasta manejar el tiempo real: el paso de los minutos, las estaciones o las distintas etapas de una vida. Captar el instante…

Tiempo (Old, 2021) de M. Night Shyamalan

Tiempo…, toda una vida familiar en unas horas.

M. Night Shyamalan es un contador de historias. Se le nota que disfruta con la narración cinematográfica. En sus imágenes se cruzan cuentos de hadas, cómics de superhéroes, historias de fantasmas o leyendas lejanas. Le gusta el cine de género: el terror y el fantástico. Maneja la intriga y el suspense. Después, esos finales que para muchos son su gran hándicap y para otros ese momento en que todo toma sentido.

El realizador sabe jugar con la atmósfera y sus personajes siempre están atrapados en universos especiales. Esta vez en Tiempo parece, en una primera impresión, que la protagonista de la película es una familia en crisis por la posible separación de los padres. No obstante, han encontrado por internet un lugar paradisiaco y ven la posibilidad de vivir un breve paréntesis antes de tomar decisiones que cambiarán el rumbo de sus vidas. Es tiempo de vacaciones. Además, la madre acaba de recibir una noticia preocupante respecto su salud.

Sin embargo, la gran protagonista de la función es una cala donde van a parar esta familia con otras personas del hotel. Lo que es un día de relax en un sitio precioso se va transformando en una auténtica pesadilla… El increíble paisaje, el mar, la arena, las formaciones rocosas, los corales se convierten en una enorme cárcel.

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Diccionario cinematográfico (236). Monja

Monja de celuloide. Nos ha dejado un montón de protagonistas de una larga y variada filmografía.

«Monja», cuando miramos el significado en la RAE nos dice que es una persona que pertenece a una orden religiosa y vive en un monasterio o bien que es una religiosa de una orden o congregación. Si nos vamos a la pantalla de cine, hay muchas monjas de celuloide para recordar que viven en monasterios o en otros lugares y que pertenecen a una orden o congregación. Incluso alguna falsa monja, que utiliza los hábitos como disfraz.

Hay actrices que han hecho varias veces de monjas, y han protagonizado historias difíciles de olvidar. Por ejemplo, Deborah Kerr se puso los hábitos en la maravillosa y extraña Narciso negro (Black Narcissus, 1947) de Michael Powell y Emeric Pressburger. Una congregación de monjas viven en un templo del Himalaya y se ven envueltas en un clima de sensualidad que las atrapa. Deborah es la madre superiora. Por otro lado, nos encontramos en otra emocionante película a la hermana Ángela, la única habitante de una isla del Pacífico. En su camino se cruza un marine estadounidense con cara de Robert Mitchum. Para colmo los japoneses invaden la isla. Al final, queda una historia de amor imposible entre una monja y un marine. Me estoy refiriendo a Solo Dios lo sabe (Heaven Knows, Mr. Allison, 1957) de John Huston.

También Audrey Hepburn vistió los hábitos en dos películas: por un lado, Historia de una monja (The Nun’s Story, 1959) de Fred Zinnemann. Interesante biografía de una joven belga que se mete a monja, y se cuenta todo lo que le ocurre desde 1927, cuando entra como novicia a la estricta orden Hermanas de la Caridad de Jesús y María, hasta 1944, año en que en plena Segunda Guerra Mundial decide abandonar la orden, después de múltiples experiencias, por ejemplo, en el Congo. La otra ocasión en que Hepburn se vistió de monja fue para poner punto final a una historia de amor mítica: la de Lady Marian y Robin Hood. Una mujer, abadesa, y un hombre ya cansado de tanta aventura ponen punto final a un romance que nunca se ha extinguido. “Te amo más que al amor”.

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Sesiones dobles para tardes de verano (3). Romy Schneider en 3 días en Quiberón / Testimonio de mujer

Romy Schneider, lo importante es amar…

Esta es una sesión doble especial dedicada a la actriz Romy Schneider. 3 días en Quiberón recrea la última entrevista que ofreció para la revista alemana Stern y donde dijo: “No soy Sissi. Jamás lo he sido. Soy una mujer rota de 42 años y me llamo Romy Schneider”. La concedió en un hotel balneario donde estaba recibiendo una cura de desintoxicación.

Un año más tarde estrenaría Testimonio de mujer, su última película. Fue deseo de la actriz que cuando en los créditos apareciera su nombre, la película estuviese dedicada a su exmarido Harry y su hijo David. Harry fue el padre de su hijo David. En 1975 Harry se suicidó y en 1981 su hijo David, con 14 años, tuvo un accidente y falleció. Al año siguiente Romy murió en su apartamento de París. Solo tenía 43 años.

En un artículo de mi colega Irene Bullock en el blog Insertos de cine sobre la película Lo importante es amar, de Andrzej Zulawski, cuenta brevemente su vida con varias claves para entender a Romy: “Hija de dos actores que vivieron sus años de gloria durante la Alemania nazi, Magda Schneider y Wolf Albach-Retty, no tuvo una infancia estable tras el divorcio de sus padres. La joven empezó a triunfar bajo la dirección de su madre y alcanzó la fama mundial con las películas austriacas sobre la emperatriz Sissi, dirigidas por Ernst Marischka durante la década de los cincuenta. Sin embargo, Romy deseaba alejarse de la imagen edulcorada del personaje que le dio la fama y también del dominio de su madre. Así se volvió la hija rebelde que tomó las riendas de su vida sentimental y de su carrera cinematográfica.

París fue su paraíso. Allí conoció a un hermoso joven de mala vida, Alain Delon, para horror de Magda Schneider. No solo vivió libremente una tormentosa historia de amor, sino que dirigió también su carrera y se convirtió en una actriz de fama internacional que trabajó con directores europeos (Luchino Visconti, Dino Risi, René Clement, Jules Dassin, Jacques Deray, Claude Sauset…) y estadounidenses (Orson Welles, Joseph Losey y Otto Preminger). Siempre quiso desmarcarse de Sissi (Visconti le iba a permitir interpretar una Isabel de Baviera muy distinta a la que le dio fama). Por cierto,tampoco llevó bien el pasado de sus padres como actores cercanos al régimen nazi, y por eso, trató de resarcirse en el cine de dicho pasado en películas como El cardenal, El tren o Testimonio de mujer.

Su fama como actriz crecía y crecía, pero su vida sentimental siempre fue a la deriva. Delon la dejó con una carta y unas flores (aunque mantuvieron siempre una fuerte amistad), y después Romy nunca encontró estabilidad en el amor. Durante los últimos años de su vida no solo se le acumularon las desgracias, sino que entró en una espiral autodestructiva que fue minando su salud. Los estragos de los barbitúricos, el tabaco y el alcohol hicieron pronto mella en su rostro. Y a los cuarenta y tres su corazón dejó de latir”.

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Yul Brynner: El Magnífico (Les mille et une vies de Yul Brynner, 2020) de Benoît Gautier y Jean-Frédéric Thibault

El divino y sensual calvo, Yul Brynner.

El otro día me dispuse tranquila a ver este documental. Fue un homenaje que quise hacer a mi abuela paterna, pues era su actor favorito. Yo, solo por eso, siempre he tenido un gran cariño a Brynner y este documental ahonda en lo que supuso su aparición.

Los realizadores destacan cuatro personajes para explicar su leyenda cinematográfica: el faraón Ramses II en Los diez mandamientos (The Ten Commandments, 1956), de Cecil B. DeMille; el rey Mongkut of Siam en El rey y yo (The King and I, 1956), de Walter Lang; Chris en Los siete magníficos (The Magnificent Seven, 1960), de John Sturges, y, por último, el pistolero robótico en Almas de metal (Westworld,1973), de Michael Crichton.

No hay duda de que su cabeza rapada, su voz profunda, la mirada penetrante y la sensualidad que emanaba de sus personajes exóticos fueron su firma y lo que cimentó su carrera hacia el éxito. Pero a la conclusión que llegan los realizadores es que Yul Brynner también supo crear a su alrededor todo un personaje. Nunca aclaró, y es más jugaba mucho en las distintas entrevistas, sus orígenes. A Brynner se le siente divertido en sus respuestas “imaginando” su vida pasada y contando mil y una anécdotas de antes de llegar a estrella de Hollywood.

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