Don Siegel (Cátedra, 2023) de Joaquín Vallet

El seductor, la obra cumbre de Don Siegel.

«Cuando Don Siegel ponía a rodar las cámaras y gritaba “¡Acción!” siempre cruzaba los dedos. Una costumbre que mantendría a lo largo de su vida profesional y que, en mayor o menor grado, representaba una excepcional inclinación hacia lo fortuito en una persona tan sumamente racional como el cineasta». Me gusta mucho este párrafo, porque define perfectamente la personalidad de Don Siegel. Sí, un tío racional que trabajó toda su vida en un mundo caótico y fortuito como es la realización de películas en los estudios de Hollywood. Nunca se sabía, durante todo el rico proceso creativo de un largometraje, lo que iba a resultar al final ni los obstáculos que encontraría entre medias hasta que el espectáculo pudiese continuar.

La colección de libros de Cátedra, Signo e Imagen/Cineastas (a la que tengo gran cariño), no deja de sacar nuevos volúmenes con interesantes análisis de las filmografías de diversos directores de cine. Distintos autores cinematográficos se ponen frente a un cineasta y sus distintas películas para explicar aquellas características que caracterizan el universo cinematográfico del cineasta. La colección de Cátedra por tanto tiene sentido dentro de la famosa teoría de autor, aquella que pusieron en boga en los cincuenta los críticos de Cahiers du Cinéma, convencidos de que había directores que tenían no solo una manera de rodar, sino que también su obra cinematográfica tenía una coherencia temática, un sentido.

Normalmente, los que he podido leer no solo me han provocado placer, sino que también me han descubierto cosas del realizador en cuestión. No hace mucho salió a la venta el dedicado a Don Siegel y no he podido disfrutarlo más. Su autor, Joaquín Vallet, pasea por la filmografía de Siegel y va buscando con cada largometraje esa coherencia temática. En cada película describe el proceso creativo: por qué Siegel acababa rodándola, el proceso hasta conseguir la versión de guion adecuada, anécdotas del rodaje (muy valiosas para conocer al cineasta), qué aporta esa película al conjunto de la obra del cineasta y características del fondo y la forma que ayudan a entender el valor de dicho largometraje en su filmografía.

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Paul Newman y Joanne Woodward al desnudo. The Last Movie Stars (2022) de Ethan Hawke

Paul Newman y Joanne Woodward en Esperando a Mr Bridge de James Ivory.

The Last Movie Stars es una serie documental de seis capítulos que parte exactamente del mismo material que el libro La extraordinaria vida de un hombre corriente. Una autobiografía (Libros Cúpula, 2022) del que ya escribí en su día. El resultado no puede ser más diferente. Mientras tenía mis «peros» con la publicación, aunque me parecía reveladora en varios aspectos su lectura, la serie ha logrado atraparme totalmente.

Lo que me ocurrió con el libro es que sentía que había material suficiente para haber realizado una publicación muy atractiva e innovadora a la hora de abarcar la vida de un actor. Era necesario abordar un trabajo complejo de selección y estructura de las transcripciones de las entrevistas que grabaron Paul Newman y el guionista Stewart Stern para escribir finalmente una buena biografía del actor. Ahí es donde yo sentí que había predominado quizá la prisa por publicar en vez del cuidado. Había que dar forma a una polifonía de voces de personas que habían acompañado durante toda su trayectoria al actor y conseguir así un libro novedoso, pero ese objetivo a mi parecer no se conseguía del todo.

Con ese material se requería tiempo de reflexión sobre cómo manejar el material y hacía falta mucho cariño. De haber sido así, se podría haber construido un texto de una calidad extraordinaria jugando con el ensayo cinematográfico y la autobiografía. No ocurrió así. Sin embargo, en la serie planteada por Ethan Hawke sí se nota no solo la reflexión para presentar dicho material, sino también el cariño hacia el proyecto. Y no solo eso, también puede advertirse la acertada búsqueda de material audiovisual que acompaña todo este empeño.

Así The Last Movie Stars son seis horas gozosas que giran alrededor de un matrimonio de actores de Hollywood y cómo cada uno abordó su vida y carrera de maneras totalmente distintas: Paul Newman y Joan Woodward. Esa es la idea central de la que parte y así encuentra la estructura perfecta de la historia que quiere contarnos.

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Descubrimientos veraniegos (2). Garcine. 40 años del primer óscar a una película en lengua española

Aquellos maravillosos fotogramas, en este caso uno de Volver a empezar, donde uno se ponía frente la marquesina de un cine y comprobaba  las  ganas o no que tenía de ver determinada película.

«Amigo, somos las películas que hemos visto». Este año ha sido una época de homenaje para José Luis Garci. Su óscar en 1983 por Volver a empezar ha servido de excusa. En la exposición Garcine el discurso expositivo oscila entre la nostalgia, el recuerdo, la emoción, la pasión por el cine de Garci y un retrato íntimo del director, donde la importancia de la familia y la amistad en su vida se pone siempre de relieve. La ejecución de la exposición es sencilla, grandes paneles explicativos en las paredes, con una recopilación de fotografías personales, fotogramas y carteles de sus películas. Una especie de álbum gigante, con todo el material gráfico repartido por temas para ir enfocando la vida y obra del cineasta. Así como varias vitrinas-mesa para mostrar diversos objetos que conforman el universo del autor: guiones originales, premios, máquinas de escribir, tebeos, cromos, publicaciones, cartas…, etcétera.

La carencia de materia audiovisual como entrevistas, making off, determinados momentos de su vida filmados o grabados o intervenciones de televisión y radio se suple con una recopilación muy amplia de frases de Garci que dibujan un retrato interesante. Si ponemos como centro a un hombre que sobre todo ha sabido transmitir su pasión por el cine a través de la palabra, no es mala idea construir ese discurso expositivo a través de ella. José Luis Garci ha escrito y sigue escribiendo libros donde muere por el cine. También ha tenido diversas colaboraciones escritas en diferentes medios. Su labor divulgadora como experto en cine clásico ha estado presente en la radio, ese medio que tanto ama, y también en la televisión. Nunca hay que olvidar además que Garci empezó siendo guionista antes que director.

Al final del recorrido, casi en una especie de capilla cinéfila, el visitante pasa por unas cortinas rojas y, en unas butacas de viejos cines, puede disfrutar de varias secuencias de las películas de José Luis Garci. No hay montaje ni ensayo cinematográfico, ni siquiera están todas sus películas, pero sí una serie de secuencias que dan una idea de la manera de mirar del realizador. De ese mundo clásico, analógico, de otra época, donde sus personajes se van moviendo entre el amor, la nostalgia y el recuerdo. Donde el tiempo pasa con mesura.

Unas películas que reflejan el espíritu de una época concreta bajo su mirada: la transición. O que atrapan también un país lejano encerrado en obras de teatro o novelas de autores variados como Benito Pérez Galdós, ese tándem que formaron María Lejárraga y Gregorio Martínez Sierra, Josep Maria de Sagarra, Miguel Mihura, Ramón Pérez de Ayala… No queda duda de que Garci tiene una visión determinada del mundo.

Este año José Luis Garci no solo ha contado con la exposición en el Conde Duque, que podrá disfrutarse hasta el 15 de octubre, sino que también se han celebrado coloquios, como el que se organizó en Espacio Fundación Telefónica el pasado 11 de abril, rodeado de un montón de amigos. O la Filmoteca Española ha programado sus películas, igual que el Conde Duque (que volverá a proyectarlas en septiembre). Y no solo eso desde la Filmoteca han creado un ciclo donde han dado carta blanca a José Luis Garci para pasar películas de cine clásico imprescindibles para el cineasta.

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Declaraciones de amor al cine (primera parte). Babylon (Babylon, 2022) de Damien Chazelle

Babylon y el exceso sin respiro.

En un cortometraje de 1934 titulado Star Night at the Cocoanut Grove, varias estrellas de la Metro-Goldwyn-Mayer acuden a un evento musical en un club nocturno. El maestro de ceremonias, el artista de vodevil y actor Leo Carrillo, dice unas palabras en su presentación de la gala: «Hollywood, Hollywood. Fabuloso Hollywood. Babilonia de celuloide, gloriosa, fascinante…, ciudad delirante, frívola, seria, audaz y ambiciosa, viciosa y glamurosa. Ciudad llena de dramas, miserable y trágica…, inútil, genial y pretenciosa, tremendo amasijo… Relumbrona, terrible, absurda, estupenda; falsa y barata, asombrosamente espléndida… ¡¡Hollywood!!».

Así empieza el primer tomo de Hollywood Babilonia (1965) de Kenneth Anger, y parece que Damien Chazelle no desconoce este libro escrito por este cineasta experimental y con amor al ocultismo, que logró el éxito con esta publicación plagada de fotografías, rumorología y cotilleos varios del Hollywood clásico. Varias de las historias narradas entre sus páginas se han demostrado posteriormente que solo eran rumores y se han desmentido; no obstante se han convertido muchas de ellas en verdaderas leyendas urbanas.

Es cierto que existe una visión determinada de Hollywood antes del Código Hays: un periodo pionero, de aventura y descubrimiento, un mundo salvaje donde la gente era capaz de todo por el negocio y el arte. Kenneth Anger alimentó además la impresión de que también era una bacanal donde los locos años veinte llegaron a su apogeo máximo. Curiosamente el segundo tomo de Hollywood Babilonia, publicado en los años ochenta, no tuvo tanta repercusión como el primero, quizá los tiempos habían cambiado y ya lo que contaba Anger no era tan escandaloso.

Lo sorprendente es que estas palabras del maestro de ceremonias proceden de un corto del mismo corazón de Hollywood y prácticamente son una sinopsis de lo más acertada del largometraje de Damien Chazelle. Y definen a la perfección Babylon: excesiva, escatológica, desmesurada, contradictoria, mastodóntica, ególatra, imperfecta, pero tremendamente atrayente, divertida, con momentos muy bellos y unos actores absolutamente entregados.

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Centenario de Pasolini. Querido Pier Paolo (Galaxia Gutenberg, 2022) de Dacia Maraini

 

Querido Pier Paolo, un libro de cine emocionante. Pasolini en estado puro.

Pasolini que estás mis sueños, así podría titularse también el libro de Dacia Maraini. «Es tan extraño que después de todos estos años, en el sueño, siga encontrando la manera de recordarte y de verte. Sigues siendo el joven de cincuenta años que frecuenté en los años sesenta y setenta: cuerpo ágil, deportivo; cara seria, no adusta, sino pensativa; mirada soñadora; paso decidido y siempre a punto de echar a correr».

De los libros de cine más bonitos y emocionantes que he leído este año. Llevaba un tiempo que quería escribir algo sobre Pier Paolo Pasolini. Este año se celebra su centenario, pero es un realizador que no conozco en profundidad. No obstante, siempre me ha llamado la atención su personalidad y su vida. De la filmografía de este director todavía me quedan bastantes películas por ver, pero es cierto que nunca me he puesto a fondo a analizarla al igual que he hecho con la de otros creadores. Pasolini me cuesta a la vez que me atrae profundamente. Quería acercarme a él de alguna manera. Y entonces apareció este libro. Lo vi en un artículo de una revista de cine, fui a la librería días después y el flechazo fue inmediato por varios motivos.

Primero, su autora, la italiana Dacia Maraini. Tampoco he leído muchas de sus obras, tan solo una antología de cuentos, pero me entusiasmó: Amor robado. Sabía, sin embargo, porque indagué en su momento, que fue amiga de Pasolini. Segundo, porque era un libro de cartas y el género epistolar es una de mis debilidades. Maraini a sus 85 años escribe una colección de cartas al amigo ausente. Tercero, la autora se aproxima con una sensibilidad especial a Pasolini a través de los sueños y recuerdos y aporta un retrato que emociona.

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Ingrid Bergman: retrato de familia (Jag är Ingrid, 2015) de Stig Björkman

Ingrid Bergman, con su cámara. Inseparables.

Ingrid Bergman: retrato de familia (Jag är Ingrid, 2015) de Stig Björkman es un documental absolutamente revelador sobre la figura de esta actriz nacida en Suecia, pero además es un largometraje muy bello. El director realiza una radiografía vital de la actriz, indagando en su parte más íntima. Los documentales sobre actores suelen ser a veces rutinarios: una recopilación de secuencias de sus películas más conocidas, algunas fotografías de archivo con una voz en off explicando cronológicamente los momentos más importantes de su vida y varios bustos parlantes hablando sobre el artista en cuestión. Pero luego hay otros que son auténticos ensayos cinematográficos, y que tienen valor como documento y como obra artística. El documental de Stig Björkman, además crítico de cine, pertenece al segundo grupo.

Ingrid Bergman heredó de su padre una pasión: filmar su propia vida. Así la actriz no se desprendía de su cámara y filmaba continuamente imágenes en movimiento de su vida privada. Con la implicación al cien por cien de Isabella Rossellini, hija de la actriz (que además siguió sus pasos), Stig Björkman ha podido contar con los diarios, la correspondencia privada y metros y metros de las películas caseras que rodaba la intérprete. Además, Björkman aporta, para ir construyendo el relato íntimo sobre la actriz, apariciones televisivas o en reportajes, como determinadas secuencias de películas para documentar su carrera. Por otra parte, tan solo hay entrevistas a sus cuatro hijos (Pia, Roberto, Ingrid y Isabella), así como a una familiar y amiga muy cercana a ella del entorno de Roberto Rossellini, Fiorella Mariani, pero engarzándolas con cuidado en el inteligente montaje de la propuesta.

A través de las palabras de Ingrid (de su diario y sus cartas), con la voz prestada de Alicia Vikander, se va contando toda su historia, incluso a veces dando oportunos saltos en el tiempo. Las palabras de la actriz acompañan las imágenes caseras que filmó a lo largo de su vida. La conocemos a través de sus reflexiones, de sus sueños, de sus dudas, de sus alegrías e insatisfacciones. Y también a través de las palabras de sus cuatro hijos: de cómo veían a su madre, de cómo la sentían.

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El deseo femenino en el cine español (1939-1975) (Cátedra, 2022) de Nuria Bou y Xavier Pérez

Sara Montiel, reflejo del deseo femenino en el cine español durante el franquismo.

Hay libros que te seducen desde el primer momento. Con El deseo femenino en el cine español (1939-1975), fueron muchos los alicientes que me llamaron la atención para hacerme con él. No solo el título y el tema me sedujeron, sino también la confianza de que de uno de los editores, Xavier Pérez, había leído ya dos libros de cine que me entusiasman (La semilla inmortal. Los argumentos universales en el cine y El mundo, un escenario. Shakespeare, el guionista invisible, ambos de Anagrama). Además indagué un poco más y con Nuria Bou, con quien edita este libro colectivo, también había realizado otra publicación en Cátedra trabajando el erotismo bajo un prisma concreto: El cuerpo erótico de la actriz bajo los fascismos: España, Italia, Alemania (1939-1945). Así queda un díptico temático de lo más recomendable.

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Lo que nunca volverá. La infancia en el cine (Applehead Team, 2022), editores: Santiago Alonso, Yago Paris e Isabel Sánchez

«Es curioso que habiendo tenido una infancia insignificante, toda la vida me la paso pensando en ella. El resto de la existencia me parece gris y poco animada».

Pío Baroja

Hay reseñas que se hacen con una ilusión especial, y esto es lo que me ocurre con Lo que nunca volverá. La infancia en el cine. Es uno de esos proyectos soñados en los que servidora ha estado presente y que he ido anunciando que os hablaría de él. En este libro hay mucho cariño, trabajo y ganas de ofrecer un ensayo colectivo que merezca la pena. Veinte personas que amamos ver películas nos hemos reunido alrededor de esta publicación para analizar un conjunto de largometrajes con un tema central: la infancia. Pero además defendemos la crítica de cine como género periodístico a reivindicar.

Como si fuese un jardín secreto (y haciendo referencia a la novela de Frances Hodgson Burnett, publicación fundamental de literatura infantil alrededor de la cual se vertebra la introducción de Santiago Alonso), el lector puede perderse por él. Invitamos a caminar por un vergel lleno árboles, flores, plantas, arbustos de celuloide. Y en ese paseo recuperará una mirada infantil a través de diversas películas que atrapan ese espíritu que hace observar el mundo de una manera distinta.

Lo que nunca volverá. La infancia en el cine nace con vocación de ser no solo un libro de consulta y referencia, sino también un ensayo colectivo que deja al descubierto una variedad de aspectos reveladores sobre la infancia, esta etapa de crecimiento y cambio. Una publicación que pueden disfrutar tanto los cinéfilos, especialmente los interesados en el tema tratado, o aquellas personas que crean en el cine como herramienta para comprender la realidad. Todos podrán disfrutar de un rico abanico de películas para analizar diferentes puntos de vista alrededor de la niñez.

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Ennio Morricone, Val, Nelly & Nadine y Misterios de la sala oscura: tres documentales y un libro

Ennio: El maestro (Ennio: The Maestro, 2021) de Giuseppe Tornatore

Ennio Morricone, un creador…

El otro día me hice un regalo propio por mi cumpleaños: me fui sola a una sala de cine a ver Ennio: El maestro. Estuve más de dos hora y media disfrutando. Feliz. Giuseppe Tornatore es cierto que se entrega totalmente al maestro, pero logra un documental hermoso, donde deja ver varias caras de Ennio Morricone. Tornatore consigue mostrar la complejidad de su figura y que existen recovecos donde este no deja entrar tan fácilmente.

Hay determinadas películas que, de pronto, por distintos motivos de tu vida sientes que te hablan. Y Ennio: El maestro fue una de ellas. Por ejemplo, me ofreció un dato más sobre Stanley Kubrick, que tanto me ha acompañado estos últimos meses: el realizador contactó con él para la banda sonora de La naranja mecánica…, y explica que fue una de esas bandas que se quedó con ganas de realizar. Y, por otra parte, el documental habla de una de las películas de mi vida y que estará presente en un proyecto que está a punto de hacerse realidad: Érase una vez en América.

Digamos que hay cuatro relatos en uno, pero con un inteligente sentido del montaje: una extensa entrevista a Ennio Morricone, que es una delicia escucharle. Conversaciones tanto con gente que trabajó junto a él como con expertos que analizan su legado musical. La muestra de su trabajo musical junto a las grandes secuencias de películas para las que creo la banda sonora. Y un rico material audiovisual de archivo sobre apariciones del maestro en distintos eventos públicos y apariciones televisas o en momentos íntimos con familiares y amigos. Giuseppe Tornatore sabe combinar perfectamente los cuatro relatos para crear un retrato bastante completo de Ennio Morricone, aunque con misterios y ausencias.

El documental es la radiografía de un creador, Ennio. Desde su infancia hasta el final (murió recientemente: 6 de julio de 2020). Pero también una lección de música, así como un canto de amor al cine. Toca muchos aspectos de su obra: ese poco miedo que tenía Ennio Morricone a lo experimental, pero a la vez logrando conectar con generaciones de espectadores, que tienen como bandas sonoras de su vida algunas de las que ha creado.

Su infancia y adolescencia marcada por su padre, un trompetista, y su maestro Goffredo Petrassi. Dos hombres de fuerte carácter que no solo moldearon su carácter, sino también la manera de enfrentarse a la música. Sus conocimientos de ajedrez y su aplicación a la hora de crear. Su fama de arreglista perfeccionista, innovador y milagroso que trabajó para grandes profesionales de la canción italiana. Su fuerte relación entre otros con el director Sergio Leone… Cada una de las películas que se convirtieron en leyenda en parte por la música que acompañaba sus secuencias. El amor hacia su mujer Maria Travia.

Un hombre serio…, pero con un marcado sentido del humor. Profesional. Dedicado al cien por cien a la música. Su llamativo complejo de inferioridad. La segunda época dorada que vivió ya siendo anciano, no solo porque le seguían contratando para crear buenas bandas sonoras, sino porque se recorrió el mundo dirigiendo conciertos con la música de sus películas, cómo se le resistió el ansiado oscar…

Me emocioné durante varios momentos, pero particularmente mientras se narra el proceso de creación de la banda sonora de Érase una vez en América, una de las músicas de mi vida (sobre todo el tema de Deborah). O también el momento que cuenta cómo creo la banda sonora de La misión, en un momento de crisis vital y creativa. Me conmovió cómo durante la entrevista Ennio Morricone ante hechos de su pasado llora sin ocultar sus lágrimas, bien de emoción, de alegría o de tristeza.

Una gozada de documental, porque además de disfrutarlo cada segundo, descubrí un montón de cosas que desconocía sobre Ennio Morricone, y me provocó muchas más ganas de indagar en su vida y obra.

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Criaturas del cine expresionista alemán (Hermenaute, 2022) de Guillermo Triguero

El gabinete del doctor Caligari, una de las películas clave en el libro Criaturas del cine expresionista alemán

Si algo bonito te puede pasar cuando terminas de leer un libro de cine es querer ver cada una de las películas que analiza. Volver a disfrutar de nuevo algunas de ellas o descubrir títulos con los que nunca te enfrentaste. Y eso pasa con Criaturas del cine expresionista alemán, un breve ensayo conciso y claro que analiza con cuidado y precisión el expresionismo alemán en el cine.

Guillermo Triguero (autor de los blog de cine El gabinete del doctor Mabuse y El testamento del doctor Caligari) aporta conocimientos, quita dudas, aclara ciertas confusiones y habla, como dice Esteve Riambau en el prólogo, de «criaturas destinadas a vagar hasta el infinito, movidas por invisibles hilos demiúrgicos o pulsiones inconscientes que las conducen a actuar en contra de la estabilidad social». En estos tiempos convulsos no es mala idea enfrentarse de nuevo a los hitos del cine expresionista alemán.

El libro nace a partir de una iniciativa muy especial: las sesiones de Visual Phonic en la Filmoteca de Catalunya. Ahí los clásicos del expresionismo alemán son proyectados con bandas sonoras muy especiales, las que hacen en directo buenos DJ, pinchadas en vinilo (no he tenido oportunidad de ver ninguna de las sesiones, pero ganas no faltan). Además, el libro también es un homenaje y una celebración, pues este es un año señalado: el centenario del estreno de Nosferatu.

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