Don Siegel (Cátedra, 2023) de Joaquín Vallet

El seductor, la obra cumbre de Don Siegel.

«Cuando Don Siegel ponía a rodar las cámaras y gritaba “¡Acción!” siempre cruzaba los dedos. Una costumbre que mantendría a lo largo de su vida profesional y que, en mayor o menor grado, representaba una excepcional inclinación hacia lo fortuito en una persona tan sumamente racional como el cineasta». Me gusta mucho este párrafo, porque define perfectamente la personalidad de Don Siegel. Sí, un tío racional que trabajó toda su vida en un mundo caótico y fortuito como es la realización de películas en los estudios de Hollywood. Nunca se sabía, durante todo el rico proceso creativo de un largometraje, lo que iba a resultar al final ni los obstáculos que encontraría entre medias hasta que el espectáculo pudiese continuar.

La colección de libros de Cátedra, Signo e Imagen/Cineastas (a la que tengo gran cariño), no deja de sacar nuevos volúmenes con interesantes análisis de las filmografías de diversos directores de cine. Distintos autores cinematográficos se ponen frente a un cineasta y sus distintas películas para explicar aquellas características que caracterizan el universo cinematográfico del cineasta. La colección de Cátedra por tanto tiene sentido dentro de la famosa teoría de autor, aquella que pusieron en boga en los cincuenta los críticos de Cahiers du Cinéma, convencidos de que había directores que tenían no solo una manera de rodar, sino que también su obra cinematográfica tenía una coherencia temática, un sentido.

Normalmente, los que he podido leer no solo me han provocado placer, sino que también me han descubierto cosas del realizador en cuestión. No hace mucho salió a la venta el dedicado a Don Siegel y no he podido disfrutarlo más. Su autor, Joaquín Vallet, pasea por la filmografía de Siegel y va buscando con cada largometraje esa coherencia temática. En cada película describe el proceso creativo: por qué Siegel acababa rodándola, el proceso hasta conseguir la versión de guion adecuada, anécdotas del rodaje (muy valiosas para conocer al cineasta), qué aporta esa película al conjunto de la obra del cineasta y características del fondo y la forma que ayudan a entender el valor de dicho largometraje en su filmografía.

La trayectoria de Siegel es además muy especial dentro de Hollywood, pues «aparecería como un verso suelto dentro de los diversos periodos que atravesaría el cine estadounidense durante las décadas en las que el cineasta se mantuvo activo». Su primera película la rodaría en 1945 (Star in the night) y la última en 1982 (Blackjack). Siegel fue en un principio un director eficaz capaz de dirigir películas rentables con presupuestos ajustados y llegó a conseguir llevar las riendas de sus largometrajes, estando presente en todas las decisiones del proceso creativo. Durante su trayectoria vivió entre distintas generaciones de cineastas, pero sin vincularse a ninguna corriente claramente. Él era un cineasta de espíritu independiente como su personajes. Se movió entre la generación de la Violencia, la generación de la televisión y el Nuevo Hollywood.

Un punto importante de inflexión en su carrera fue encontrarse en su camino con Clint Eastwood. Y su encuentro tuvo que ver totalmente con el azar…, pero unió a dos personalidades que construyeron un tándem creativo con obras cumbre hasta tocar el cielo con El seductor (The Beguiled, 1971). La primera vez que trabajaron juntos fue en La jungla humana (Coogan’s Bluff, 1968). ¡Los unió un error de una computadora!

Clint Eastwood estaba en un dulce momento cinematográfico después de triunfar en Europa con la trilogía de Sergio Leone. Ahora era el niño mimado de Hollywood, y en concreto de la Universal, y estaban viendo cuál sería el próximo proyecto del actor, que además había conseguido las mejores condiciones… Se barajaron dos directores para la siguiente película de la estrella: Alex Segan y Don Taylor.

«La Universal había adquirido recientemente una costosísima computadora a la que los ejecutivos de los estudios confiaban toda la documentación existente. Los nombres de Alex Segan y Don Taylor fueron procesados, pero cuando el aparato mostró el cineasta seleccionado, fusionó ambas identidades apareciendo un tal “Don Segal”. En la Universal creyeron que la computadora, simplemente, había alterado algunas letras y que el director seleccionado no era otro que el autor de La invasión de los ladrones de cuerpos»… ¡Dios mío, no os parece una historia maravillosa! Ni Clint conocía a Don, ni Don sabía quién era Clint, pero conectaron inmediatamente una vez se conocieron y cada uno había intentado ver cosas del otro, disfrutando de sus trabajos respectivamente.

Las películas de Don Siegel no solo presentan un mundo violento y pesimista, sino unos protagonistas independientes que chocan contra el sistema establecido. El cine de Don Siegel se mueve en las grietas del sistema y del poder establecido y, por eso, varias de sus películas muestran una complejidad ideológica y moral, pues muestra caminos incómodos.

Don Siegel me ha hecho amar un poco más las películas que ya conocía del realizador y, por otra parte, poner varias en mi lista de pendientes. Pero sobre todo me ha permitido realizar de nuevo ese recorrido en mi cabeza sobre el Don Siegel que he ido conociendo y amando a lo largo de los años.

Don Siegel, personal

Riot in cell block 11, puro Don Siegel, que pone en imágenes un motín carcelario.

Soy de esa generación, los que nacimos en los setenta, que consumimos cantidades ingentes de cine clásico en televisión y en las salas de cine cuando era bastante normal que repusiesen clásicos. Mi primer contacto con Don Siegel fue de niña cuando vi una película en televisión que me impresionó muchísimo y durante años para mí fue la película de las vainas. Estoy hablando como no de La invasión de los ladrones de cuerpos (Invasion of the Body Snatchers, 1956). Nunca pude olvidar esos personajes que van descubriendo cómo les están invadiendo unos extraterrestes que les roban la identidad y las emociones, duplicando sus cuerpos a través de unas vainas. Y la carrera frenética del protagonista sin poder dormirse para poder contar su historia y que alguien le crea y le ayude.

La segunda película que me marcó de Don Siegel y que adoro es una rareza dentro de su carrera. Primero, porque tiene muchas características de un spaghetti western… a la americana, pero sin ser exactamente un spaghetti western. Segundo, porque los protagonistas de Don Siegel son siempre hombres y aquí excepcionalmente una mujer tiene el peso de la trama (ya se nos dice incluso en el título original)… Y no será la única de su filmografía. Tercero, porque siempre me ha parecido una película tremendamente entretenida y me encanta la química entre los dos protagonistas y su historia en común. Cuarto, porque es una historia que transcurre en México y todo lo que tenga que ver con ese país me interesa. Estoy hablando de Dos mulas y una mujer (Two mules for Sister Sara, 1970).

La tercera película en la que fui consciente de que había detrás un cineasta que me gustaba fue Código del Hampa (The Killers), hecha en un principio para televisión, pero que terminó estrenándose en cines. Un Don Siegel que revitaliza los códigos del cine negro, dejando una película rupturista y moderna. Y es que ofrece una mirada nueva e interesante de todo un clásico del cine negro, Forajidos. Lo maravilloso de esta película es que los que llevan la voz cantante, los que miran y reconstruyen toda la historia, son los propios asesinos (sobre todo un magnífico Lee Marvin).

Y la cuarta película que me puso a los pies de Don Siegel fue El seductor. Me topé con ella por casualidad hace un montón de años cuando conseguí el dvd, que llamó mi atención. Esta es una de esas películas que te sorprenden y te marcan, porque no sabías con qué ibas a encontrarte y descubres algo inesperado. Me fascinó ese relato macabro donde un soldado unionista herido termina en un internado femenino. Es maravilloso como el lobo depredador acaba protagonizando la mayor de las pesadillas entre lánguidas y sensuales damas.

Siempre que leo un libro de cine procuro ver alguna de las película de las que nombra y nunca he visto. Esta vez quise indagar en la vertiente social del realizador y me llamó la atención Riot in Cell Block 11 (1954), una película del género carcelario muy interesante. Con presupuesto ajustado y solo dieciséis días de rodaje, Don Siegel cuenta con solvencia una historia que tocaba muy directamente a su productor, Walter Wanger, quien concienciado por la situación que se vivían en las cárceles estadounidenses, pues lo había comprobado en sus carnes cuando estuvo internado unos meses en la cárcel (por qué acabó allí ya es otra historia…), tenía mucho interés en que la película se llevase a cabo.

Riot in Cell Block 11 cuenta la historia de un motín en una cárcel y cómo estalla donde están los presos más peligrosos. Estos toman como rehenes a los guardias. Lo que piden al alcaide y a las autoridades es la mejora de las condiciones en prisión. La película es sobria, directa y contundente. Ochenta minutos que se pasan como un suspiro. En este largometraje se refleja a la perfección cómo los presos actúan de diferente manera ante el motín al igual que los guardias, así como se vislumbran las grietas en el sistema penitenciario y las luchas de poder para terminar estableciendo el orden de nuevo. Es muy interesante el personaje del alcaide, un hombre bastante sensato y que apoya las reivindicaciones de los internos, pero que lucha solo contra las autoridades y el sistema en el que trabaja.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

12 comentarios en “Don Siegel (Cátedra, 2023) de Joaquín Vallet

  1. Hola Hildy. De Don Siegel son fundamentales tambien Fuga de Alcatraz y Harry el sucio; dos clasicos. Si, yo tambien he solido leer esos libros de pastas grises que nos acercan la obra de grandes directores. Ahora no suelo frecuentar tanto los libros de cine como antes.
    Salio hace poco un libro escrito por tu querido Ethan Hawke, no se si lo has leido.
    Si lei Meditaciones de cine de Tarantino, que es un libro bastante curioso e interesante.
    Lei una novela titulada El cinefilo pero casi no hablaba de cine. Era del escritor que ayudo a publicar La conjura de los necios.
    ¿Tienes alguna novela sobre cine favorita?
    Yo recuerdo por ejemplo El ultimo magnate, que quedo inacabada pero me gusta mucho.

    Un beso.

  2. Jajajajaja, queridísimo Luis, no tenía ni idea de que mi adorado Ethan Hawke hubiese publicado una novela. Lo último que disfruté de él fue la serie documental sobre Paul Newman y Joan Woodward.
    Ay, esos libros de Cátedra. El de Don Siegel me ha entretenido un montón. ¡Efectivamente, Harry el Sucio y el malvado asesino Scorpio!… Y otro hito del cine carcelario, «La Fuga de Alcatraz»… Tiene una filmografía extensa y con títulos superinteresantes.
    El de Tarantino tampoco lo he leído todavía, pero caerá. Lo cogeré de alguna biblioteca seguro en breve.
    ¡No me he leído la novela de «El cinéfilo»! Sí, me gusta leer novelas que estén ambientadas en el mundo del cine. Como a ti me gusta muchísimo «El último magnate» de Fitzgerald.
    No tengo favoritas, pero sí algunas con las que he disfrutado mucho como «Blonde», de Carol Joyce Oate, sobre Marilyn Monroe. O también «Parpadeo» de Theodore Roszak. Y no hace mucho disfruté mucho con «Pánico» de James Ellroy, que no veas en qué mundo oscuro convierte el rodaje de «Rebelde sin causa». Jajajaja, y paro, paro…
    Beso
    Hildy

  3. Leer tus comentarios tan inteligentes sobre tantas películas, es un gran placer y un gran aprendizaje. Muchas gracias

  4. Apuntado. No soy asiduo a los libros de esta colección, y también me pasa que cada vez leo menos sobre cine. Sí suelo leer libros escritos por gente del cine, ya sean memorias o estudios o incluso novelas. Una sección de mi biblioteca está dedicada a eso, incluidas las novelas y los cuentos de ficción ubicados en el mundo del cine. Tengo especial simpatía por «Historias de Pat Hobby», de Scott Fitzgerald, «Un elenco de asesinos», de Sidney Kirkpatrick, «Moviola», de Garson Kanin, «¿Por qué corre Sammy?» de Budd Schulberg, «Celuloide» de Ugo Pirro… No sé, son muchas, muchísimas. Tendría que hacer un listado y no tirar de memoria.

    Últimamente he visto varios títulos de Siegel en su primera etapa que me faltaban. «Motín en el pabellón 11» es uno de ellos. Otro muy interesante es «Crimen en las calles», aunque huele a televisivo, y me gustaron especialmente «Contrabando» (The LineUp) y «Balas de contrabando», que es un «Tener y no tener» de Hemingway mucho más fiel a la novela que la espléndida película de Hawks.

    Siegel es un tipo junto al que quedarse.

    Besos

  5. Hola Hildy
    No sé como desconfiamos tanto de la IA cuando su «prima lejana» HAL 196X dio sopas con onda a todos los cerebritos Universal juntando a Siegel con Eastwood -ese alumno aventajado-.
    No soy muy de «El Seductor» pero si HAL EAST la mezcla con «Raíces Profundas» seguro que le sale algo muy parecido a «El jinete pálido».
    Un saludo, Manuel.

  6. Mi querido Alfredo, me apunto libros en mi lista de pendientes como el de Ugo Pirro. Me gusta un montón leer libros sobre cine.
    Siempre es interesante ver una película de Don Siegel, incluso las fallidas.
    Hay una que me ha apetecido mucho: un western con Elvis Presley de protagonista… Estrella de fuego.

    Beso
    Isabel

  7. Manuellll, es maravillosa la anécdota de cómo se conocieron Don y Clint. Es que me encanta. Ay, las tecnologías también hacen cosas para que el destino cambie.
    Jajajaja, me encanta el juego que propones de mezclar dos películas y ver que saldría de tal híbrido.
    Beso
    Hildy

  8. Qué bueno lo de la computadora, queridísima!
    Yo diría que demasiado bueno para ser cierto, jaja. Tiro mucho de la colección de cátedra y en general son libros bien paridos, pero en algunos casos son francamente decepcionantes, no voy a dar títulos pero hay un par de ellos de directores fundamentales que son infumables. Y tampoco les perdono que no hayan sacado uno de Wellman.
    Sobre Siegel, precisamente vi hace no mucho la del motín y me pareció una pasada por su realismo sensato y porque es de ese género que llamo «patada en la barriga» que tanto me gusta: películas muy breves y muy intensas que te dejan doblado.
    Por cierto -esto creo que ya lo he escrito en algún sitio pero no sé dónde ni cuándo-… ¿No será el número de la «Celda 211» un homenaje a esta gran predecesora suya? Ahí lo dejo

    Un abrazo fuerte y libre

  9. Jajajaja, entre tantos autores y tantos directores es normal que algunos libros sean flojos y otros más brillantes. Ay, el bueno de Wellman, claro que se merece libro.
    Sí, es muy buena la del motín de Siegel.
    Ay, a mí me hace ilusión que esa anécdota de cómo se conocieron Eastwood y Siegel sea cierta.
    … quién sabe lo de Celda 211, a lo mejor sí.

    Beso fuerte y libreeee
    Hildy

  10. Ays, ¡las vainas! una de mis películas preferidas de jovenzuela, ahí iba yo, buscando vainas, qué loca estaba, madremia. Y La de Dos mulas y una mujer, me encanta y cuando mi chico me dice «te quiero más que a mis mulas», una gracieta entre los dos, siempre me viene a la cabeza esa película, jajaja.
    Siempre lo digo, entre películas y libros podría contar mi vida sólo mencionando o relacionando títulos.
    Me pido el seductor, ya te contaré, querida Hildy

  11. ¡¡¡¡Marga, Dios mío, qué alegría leerte!!!
    A cuántos nos marcaron las vainas, jajajaja.
    No me extraña que te encante Dos mulas y una mujer, es tan entretenida y están los dos tan bien.
    Es bonito contar toda una vida entre películas y libros.
    ¡¡¡Ya me contarás qué te parece El seductor!!! Para mí es una pasada de película.
    Beso
    Hildy

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