Perfectos desconocidos (2017) de Alex de la Iglesia
La película menos Alex de la Iglesia sin ida de olla final ni estallido de violencia. De la Iglesia realiza un formal y contenido remake de una película italiana de 2016, Perfetti sconosciuti, donde el director tira más que su vecino a la comedia que a la tragicomedia. Perfectos desconocidos es más una película de actores que de puesta en escena o lenguaje cinematográfico innovador. Un espacio cerrado, una determinada franja horaria, un fenómeno de la naturaleza: un eclipse, un giro final que tiene que ver con el tiempo, un grupo de amigos… y sus móviles. Llama la atención que el director bilbaino haya logrado éxito comercial con su película menos personal, aunque sí es entretenida y con un buen reparto. Un grupo de amigos dejan al descubierto secretos íntimos y de paso se reflexiona sobre cómo ha cambiado la vida y la manera de relacionarnos por los teléfonos móviles. No deja de ser curioso que la pareja de anfitriones, los actores Belén Rueda y Eduard Fernández, fuera también la elegida por Inés París para protagonizar La noche que mi madre mató a mi padre (2016), otra comedia, de tintes negros, en escenario único con cena incluida. Ambos actores tienen química y funcionan. Pero entre los siete amigos destaca por su sentido del humor y los matices que logra plasmar en su personaje, Ernesto Alterio. Aunque Juana Acosta, Dafne Fernández, Pepón Nieto y Eduardo Noriega tienen su momento estelar.