A veces te compras un pack de dvd sobre todo por una película que andabas buscando y a veces incluye otras que no das importancia o de las que no tienes referencia alguna. Y de pronto esa película hasta ese momento anónima, se convierte en sorpresa o descubrimiento. Por ejemplo me ocurrió cuando tenía ganas enormes de poder conseguir El demonio de las armas y la encontré en un pack donde venía junto a Agente especial. Si me gustó El demonio de las armas, Agente especial fue todo un descubrimiento. Pues bien hace poco adquirí un curioso pack de Gene Kelly porque estaba una película que había perseguido largo tiempo, Luz en el alma de Robert Siodmak (un realizador que me gusta bastante) y la otra película que acompañaba a dicho título era La mano negra, película de la que no tenía referencia alguna. Pues bien mientras Luz en el alma me parecía una película interesante de la filmografía de Siodmak pero no redonda, me he quedado absolutamente prendada de La mano negra, un film de un director tan prolífico como desconocido o poco analizado, Richard Thorpe. Lo de pack curioso lo digo porque es de un Gene Kelly totalmente alejado de sus papeles en el cine musical.
Pero vayamos al tema, La mano negra es una película muy bien contada, con ritmo y tensión, que además versa sobre un tema no excesivamente tratado en pantalla hasta que llegó El Padrino (sobre todo su segunda parte), con una ambientación inspirada en el cine negro de un Nueva York de principios de siglo, en la Little Italy de Nueva York (y un importante episodio en Nápoles). Así me ha sorprendido un director al que tenía olvidado y del que me queda bastante por descubrir, Richard Thorpe. De nuevo un director artesano del sistema de estudios de Hollywood que tiene una filmografía extensa. Thorpe dirigió varias películas de Tarzán con Weismuller y años más tarde dos películas con el cantante de moda, Elvis Presley o con jóvenes adolescentes de éxito como Sandra Dee o Hayley Mills. Sin embargo para mí siempre será el director de Ivanhoe. Durante una época dirigió populares películas de aventuras como la nombrada, El caballero de Zenda, Los caballeros del rey Arturo, El príncipe estudiante o Las aventuras de Quentin Durward. Así era un director del sistema de estudios que no se le resistía género alguno y de pronto le descubro en una película tan interesante como La mano negra. Y sobre todo me interesa porque me encanta descubrir buenos antecedentes de la trilogía El padrino (por la que siento una predilección especial). Hace poco escribí sobre Odio entre hermanos, rodada un año antes que La mano negra, de Joseph L. Mankiewicz. Así se puede trazar una senda de películas que llevaron a El padrino…
Dirigida en blanco y negro, con buenas escenas de acción-tensión y un uso de los primeros planos excepcional (los personajes secundarios tienen unos rostros portentosos para que esos primeros planos se nos queden en la memoria). La película empieza con un prólogo magnífico que dispara la trama. Un inmigrante italiano, abogado, afincando en Nueva York, trata de colaborar con la policía para atrapar a los integrantes de la Mano Negra, una organización criminal italiana que tiene atados de pies y manos a los italianos neoyorquinos porque les hacen vivir con terror y temor, sin poder cumplir ese ‘sueño americano’ y esa libertad soñada. Ese hombre tiene una mujer que teme por el futuro de su marido y un hijo adolescente. Efectivamente, como temía su esposa, el abogado es asesinado por miembros de la Mano Negra, impunes por otro delito más. La madre pierde la cordura y solo quiere regresar a Italia, a pesar de un policía, Louis Lorelli, que quiere protegerla (maravilloso J. Carrol Naish) y que trata de combatir a la organización. Y el adolescente jura que regresará para la venganza…
Así la película ya te atrapa irremediablemente. Pasan ocho años y regresa en un barco con nuevos inmigrantes italianos aquel adolescente convertido en un hombre, Johnny Columbo (Gene Kelly), dispuesto a vengar la muerte de su padre. En el camino se encontrará a una vieja conocida de su juventud, Isabella, con su hermano pequeño y a aquel policía que quiso cuidar tanto a su madre como a él, Lorelli. Ambos tratarán de convencerle de que la vendetta solo provocará una muerte más pero no servirá de nada para terminar con la Mano Negra y el terror que tienen instalado entre todos los inmigrantes italianos afincados en Nueva York. Ellos son partidarios de buscar un método legal que permita que la organización criminal se tambalee y que todos se unan contra ellos, y sobre todo rompan el silencio. Así este tratará de vencer a la organización por medios legales pero el camino no será nada fácil…
La película está repleta de buenos momentos como la muerte del padre del protagonista en el prólogo, el episodio que transcurre en Nápoles sobre todo la última parte, y el juicio que les sirve para encontrar un método que les permite combatir a los miembros de la Mano Negra… Buenos momentos que demuestran el dominio del lenguaje cinematográfico y la puesta en escena por parte de Richarp Thorpe. Así La mano negra es una película que cuida las sombras y los ambientes donde se mueven los personajes. Los hoteles y las viviendas de estrechas escaleras, los tugurios donde cantan viejas canciones, las calles solitarias con sombras intrusas… además de no dejar respiro con persecuciones, secuestros, bombas, juicios, palizas… y la lucha incansable de Johnny por lograr terminar con la organización que mató a su padre. El personaje de Johnny se enfrenta siempre a un dilema: ¿combate legalmente a la organización o se convierte en un hombre de acción para alcanzar su objetivo…? Y es una sorpresa encontrar a un Gene Kelly correcto en su papel (con escenas de tensión muy bien resueltas sobre todo al final) pero quien se lleva la palma como personaje es Louis Lorelli interpretado por un actor secundario de toda la vida, J. Carrol Naish, de esos que imprimen mucha verdad a sus personajes. De esos que nadie recuerda sus nombres (yo no lo recordaba) pero sí sus rostros y alguno de sus personajes…
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