El discreto encanto de William Castle en tres películas

Homicidio

William Castle y su discreto encanto. Todo un personaje que durante finales de la década de los cincuenta y los sesenta se especializó en películas de terror de bajo presupuesto. Como director y productor creía en sus películas y organizaba unas promociones de lo más originales. Al igual que Alfred Hitchcock, utilizaba su imagen para publicitar las películas, pero con un sentido del espectáculo tan elevado que incluso intervenía en medio de la película (con su voz en off) para advertir al espectador que tal vez debía marcharse de la sala porque a lo mejor no aguantaba lo que iba a ver a continuación. O se inventaba mil y un artilugios en la propia sala de cine para dar más emoción a su obra… Prometía momentos tremendos, espeluznantes. Y hoy sus películas tienen un encanto y una candidez especial. William Castle sabía cómo contar sus historias, entretener, a pesar de no emplear grandes presupuestos. Si algo tenía era sentido del espectáculo.

Las tres que voy a comentar son historias bien construidas, donde curiosamente lo más caducado (sobre todo en dos de ellas), pero a la vez con gran encanto, son los efectos especiales para provocar los momentos de máximo terror. En las tres cuenta con la colaboración del guionista Robb White, famoso novelista de aventuras. La mejor de las tres y más sorprendente es sin duda Homicidio (Homicidal, 1961). Esta sigue la senda abierta por Hitchcock y su Psicosis (1960). Después La mansión de los horrores (House on Haunted Hill, 1959), que posee un encanto especial pues bajo la apariencia de película sobrenatural, de terror y de fantasmas se esconde una película de suspense y crimen perfecto. Y, por último, con una inocencia y una candidez que desarma (no obstante el máximo protagonista es un niño), así como un sentido del espectáculo genial (casi de feria), Los 13 fantasmas (13 ghosts, 1960).

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Pasión por el cine. Vida en sombras (1948) de Lorenzo Llobet-Gràcia/El chico que conquistó Hollywood (The Kid Stays in the Picture, 2002) de Brett Morgen, Nanette Burstein

Aviso de Hildy: de nuevo disculpas, no es fácil averiguar qué es lo que está pasando con el apartado de comentarios. Me están ayudando muchísimo e intentando dar con el problema cuanto antes, pero de momento sigue sin estar restaurado plenamente.

La pasión por el cine cobra vida en la propia pantalla blanca. Y es que hay una serie de películas de ficción y no ficción que analiza ese amor por las imágenes en movimiento. Un amor que atrapa tanto al espectador como a todo aquel que esté involucrado en algún oficio dentro del mundo cinematográfico… y ya le acompaña para siempre. Un amor lleno de magia y también de misterio. En esta sesión doble propongo un descubrimiento maravilloso del cine español: Vida en sombras, una película que he perseguido y ansiado y que finalmente pude disfrutar en Historias de nuestro cine. Una película que dirigió un apasionado del cine, Lorenzo Llobet-Gràcia, y que logró reflejar todo ese amor. Fue la única película de su filmografía. Y un documental que he vuelto a ver y me ha vuelto a entusiasmar, El chico que conquistó Hollywood, un inteligente documental autobiográfico del productor Robert Evans y un retrato apasionado sobre el triunfo y la caída de un hombre en el apasionante periodo del Nuevo Hollywood.

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Hermanos en el cine: dos o más… (Segunda parte)

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Los hermanos Lumière atraparon las imágenes en movimiento y siempre pensaron en el cine como invento científico que atrapaba la realidad: la llegada de un tren o la salida de unos trabajadores de una fábrica. En un principio pensaron que su invento sería tan sólo una moda pasajera de barraca… no obstante hicieron sus pinitos con la ficción como en el regador regado.

Y siguiendo con el cine silente y pionero, me voy a un país en concreto (al que me unen lazos) y a un lugar Veracruz, y descubro e intuyo la importancia de las hermanas Elhers, Adriana y Dolores, en la introducción del cine en México y además, entre otras cosas, impulsaron el noticiero cinematográfico… dos hermanas en las que indagar.

Otro caso de hermanos pioneros con distinta suerte es el de John Ford, que todo el mundo recuerda, y el de su hermano mayor, Francis, más en olvido. Sin embargo fue Francis el que primero llegó a Hollywood, ese Hollywood pionero donde los que llegaban hacían de todo desde labores de dirección, hasta escribir un guión o actuar. Y fue él quien enseñó a John Ford a dar sus primeros pasos en la industria cuando éste llegó. A Francis Ford siempre le recordaremos por el papel que le dio su hermano en El hombre tranquilo… como el abuelo que resucita de la cama cuando escucha que hay una pelea que le interesa…

También trabajaron juntos los gemelos Epstein, Philipp y Julius, y dejaron su firma en guiones que después se convirtieron en películas míticas como Casablanca (muchos más metieron mano pero ellos se quedaron con los créditos y la gloria) o el monumento al humor negro que es Arsénico por compasión

Seguimos el rastro de los hermanos Mankiewicz… todos recordamos a Joseph como director y guionista. Pero su hermano mayor Herman también fue un reconocido guionista (y también productor) que se hundió en el alcohol. Siempre se le recuerda por su contribución (que se convirtió en polémica) de Ciudadano Kane.

En el mundo de la dirección y la producción hay hermanos que trabajaron y trabajan siempre juntos y otros que siguieron sus carreras por separado. Aquí se acumulan los nombres y las obras cinematográficas que hicieron juntos o por separado. Siempre me vienen a la cabeza los hermanos Coen que siguen trabajando juntos y acaban de presentar su última película en el festival de Cannes, Inside Llewyn Davis.

Pero antes estaban los hermanos Taviani, Vitorio y Paolo, que alcanzaron su éxito profesional en los años setenta, pero que hoy octogenarios siguen rodando juntos cosas tan interesantes como César debe morir.

O también los hermanos Dardenne, Jean Pierre y Luc, que lo último que vimos fue la interesante El niño de la bicicleta y pronto llegará su nueva obra juntos, Deux tours, une nuit.

Los hermanos Trueba, Fernando y David, trabajan como directores por separado. Lo último que vimos de Fernando fue El artista y la modelo. Lo último que vimos de David, Madrid, 1987 y estamos a la espera de su siguiente obra Vivir es fácil con los ojos cerrados. Fernando además realiza tareas de producción, ha realizado documentales y cine de animación, entre otras cosas. Y David empezó como guionista y escritor… entre otras cosas.

El verano pasado tristemente nos acordábamos de dos hermanos directores: Ridley y Tony Scott… por la muerte del segundo. Los dos con carreras irregulares, siempre mantuvo más prestigio frente a público y crítica Ridley (su Blade Runner es difícil de olvidar). Tony por su parte dejó una historia de vampiros, El ansia, un blockbuster de los 80, Top Gun o una película con guion de Tarantino, Amor a quemarropa.

Y para terminar esta segundo tanda de hermanos (que finalizaremos con una tercera de hermanos de ficción) nombraremos a los excesivos Wachowski… productores, guionistas y directores. Fueron conocidos por todos con la trilogía Matrix. Lo último, El Atlas de las nubes

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