Diccionario cinematográfico (221). Espejos

El Apartamento

Espejos: … y los reflejos. Ellos devuelven verdades que a veces no se quieren… o revelan secretos que no estaban tan ocultos. Hay muchos tipos de espejos, un exceso de significados y metáforas. De pronto pasean por mi recuerdo un montón de fotogramas con espejo.

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Ramillete de minicríticas: un cuento, una de dibujos, una de intriga, un thriller, una comedia musical y una película sobre la crisis económica

Cenicienta (Cinderella, 2015) de Kenneth Branagh

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A veces llama la atención la trayectoria de ciertos directores. Así ocurre con Kenneth Branagh, su carrera empezó a finales de los ochenta y se caracterizó por personales adaptaciones cinematográficas de las obras de Shakespeare y largos con firma de autor que reflejaron, por ejemplo, la radiografía de una generación, como Los amigos de Peter. De pronto cuando se traslada a trabajar a Hollywood y deja la cinematografía británica…, se convierte en un director de encargo que no obstante sabe lo que es dirigir. Así entrega una descafeinada Cenicienta sin ninguna imaginación, innovación o novedad en el cuento (todo lo contrario a sus adaptaciones de Shakespeare). La Cenicienta de Branagh, cercano a la imaginería que dejó la adaptación que realizó Disney en su versión de cine animado, sí deja ver su dominio como director en la puesta en escena y en su conocimiento de los recursos teatrales poniendo al servicio de la historia todo el artificio y sorpresa del teatro barroco así como el cuidado en la fastuosidad de los decorados y los vestuarios de los actores. Y consigue de nuevo enganchar al espectador, a través del asombro sobre el escenario de la historia, a un relato que conoce sobradamente.

El capital humano (Il capitale umano, 2014) de Paolo Virzi

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Paolo Virzi sigue analizando la evolución de las familias italianas (y las complejas relaciones entre los distintos miembros), y si en La prima cosa bella se centraba en la situación de una familia en los años setenta hasta la actualidad, en El capital humano se sirve del argumento de la novela de Stephen Amidon para realizar una radiografía actual de las familias italianas y cómo ha influido en ellas la crisis económica. Así con el atropello de un ciclista, analiza el comportamiento de una familia de clase alta y otra de clase media en un relato cinematográfico que cuenta con diferentes puntos de vista para llegar al mismo momento (el accidente) y narrar las implicaciones que supone este suceso en cada uno de los personajes. Cada punto de vista revela acontecimientos que no habíamos tenido en cuenta en miradas anteriores construyendo un relato demoledor sobre la Italia en crisis (sobre los que siempre ganan y los que siempre siguen perdiendo). Si bien uno de los puntos de vista es el más débil del relato y el más efectista (los amores adolescentes), la película deja el retrato demoledor de tres personajes interpretados por: Fabrizio Bentivoglio, Valeria Bruni Tedeschi y Fabrizio Gifuni. Como curiosidad comentar que quedaría un ciclo curioso sobre la crisis y el poder del dinero el proyectar El capital humano, Felices 140 y Relatos salvajes.

La familia Bélier (La famille Bélier, 2014) de Eric Lartigau

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La familia Bélier sabe dosificar la emotividad, el humor, la ternura, los momentos musicales en su punto justo. El conflicto surge cuando en una familia rural donde todos son sordos (los dos padres y el hermano menor), la hija, la única que oye, tiene un don para la música y decide participar en un concurso que la llevará a París. Tal y como han hecho “el reparto de responsabilidades y trabajo” en esta familia parece insustituible la labor de la joven, más todavía cuando su padre pretende presentarse a la elecciones locales. Así Eric Lartigau (nunca me había llamado la atención como director) construye una película-medicina que no solo deja canciones de Michel Sardou que emocionan (me sorprendí yo misma llorando sin parar mientras escuchaba “Je vais t’aime” y “Je vole”) sino unos personajes con los que es inevitable encariñarse. La familia Bélier es una comedia sensible y sencilla (a la que quitaría tan solo algún que otro chiste de índole sexual que me sobran totalmente en la trama y algún secundario excesivamente caricaturesco) que además cuenta con las buenas interpretaciones de François Damiens, que mantiene una química especial con la debutante y cantante Louane Emera (que cuenta su mejor baza con su naturalidad), Karin Viard y un carismático Eric Elmosnino como profesor de música. El director inserta recursos cinematográficos para “representar” el mundo silencioso o el propio de la protagonista viviendo con todos sus familiares sordos que funcionan, como la presentación de la protagonista dando especial importancia a todos los sonidos que solo ella puede escuchar o el momento en que ofrece “cómo oyen” los padres y su hermano la actuación de la protagonista en un festival escolar.

Odessa (The Odessa file, 1974) de Ronald Neame

Casi es un subgénero aquellas películas que cuentan el paradero de nazis después de la Segunda Guerra Mundial. Así es imposible olvidar títulos como Los niños del Brasil, Maraton Mann, La caja de música o la misma Odessa. Y las más recientes La conspiración del silencio o El médico alemán. Odessa narra la odisea (valga la redundancia) de un joven periodista alemán freelance, con el rostro de Jon Voight, que comienza a investigar el caso de un suicidio, un anciano judío. La casualidad y el destino le llevará a perseguir a un antiguo dirigente nazi, Eduard Roschmann (Maximilian Schell), que ahora vive como un respetable y rico empresario con otro nombre. Así el periodista descubre un movimiento que se dedica, precisamente, a dar otra identidad a nazis y a conseguir que de nuevo se hagan con el poder en Alemania ocupando importantes puestos. La cinta empieza cuando el periodista escucha en la radio de su coche la muerte del presidente de los EEUU, John F. Kennedy, y cómo presencia casi a la vez la salida de un cadáver de un portal, un cadáver al que probablemente ningún medio le dedicará unas líneas. Sin embargo esa muerte le pondrá tras una historia más unida a su pasado de lo que cree (ese pasado que la sociedad alemana quiere enterrar en el olvido y el silencio, algo que aprovechan las personas que ponen en marcha Odessa y que dificulta la lucha de otros por devolver la dignidad a las víctimas de un genocidio y por juzgar a los criminales). Ronald Neame crea un thriller con apasionantes persecuciones, escenas de tensión (como un “falso accidente” en el metro) y desvelos hasta un final inesperado.

Chacal (The Day of the Jackal, 1973) de Fred Zinnemann

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Hay películas que cuentan con un personaje que es capaz de sostener toda una trama. Y esto ocurre con esta eficaz intriga que elabora el veterano Fred Zinneman. Chacal es un asesino contratado para matar al general Charles de Gaulle. Después de contextualizar la narración (explicar brevemente la situación histórica de Francia y que es la OAS), aparece el misterioso Chacal (Edward Fox), del que nadie sabe a ciencia cierta su verdadera identidad, y su laborioso plan para llevar a cabo su encargo: el perfecto asesinato de Charles de Gaulle. Y así se convierte en el rey de la función. Todo gira alrededor de él y su calculada y fría personalidad. Así la película intercala las acciones de Chacal con el proceso de investigación que llevan a cabo las autoridades francesas. El principal responsable de la investigación es un comisario con rostro de Michael Lonsdale, un tipo inteligente con pinta de funcionario gris que seguirá sin descanso a Chacal…

Paprika, detective de los sueños (Papurika, 2006) de Satoshi Kon

La animación japonesa, anime, es un terreno absolutamente rico (y muy desconocido para Hildy… aunque va indagando de vez en cuando en pequeñas dosis a base de recomendaciones de amigos entusiastas) y con una historia intensa. Dentro del anime japonés hay iconos. Algunas de estas películas saltan fronteras. Así las películas de Hayao Miyazaki o de Isao Takahata (ambos fundadores del mítico estudio Ghibli) tienen fieles apasionados más allá de Japón. Otro nombre con largometrajes de anime de culto es el de Satoshi Kon, que crea también su personal universo. Así sorprende la riqueza de Paprika, detective de los sueños que envuelve al espectador en un mundo onírico y sin sentido con un montón de referencias cinematográficas (que mejor representación del mundo de los sueños que una sala de cine). La animación ayuda a verter la imaginación desbordada y extraña por parte de Kon en la pantalla blanca y sus personajes se meten en sueños ajenos o en los propios o llegan momentos en que no sabemos si habitan el mundo real o onírico para desarrollar una complicada historia de detectives, científicos y tecnología punta. Todo entra en Paprika: la inconsciencia de los sueños, los miedos más profundos, el erotismo, la amistad, la fantasía y el amor desbordado y complejo. Este anime ha influido en cineastas como Christopher Nolan que sin duda antes de meterse en Origen, conocía el especial universo onírico de Kon en Paprika.

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Tres buenos eventos cinematográficos en Madrid: Animaladas, Instituto Benjamenta y Un bigote para dos

1.- Animaladas en Verdi Kids

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La primera vez en una sala de cine de mi sobrina Vega, de dos años, ha sido con una sucesión de maravillosos cortometrajes de animación bajo el título genérico de Animaladas. Resulta que no solo disfrutó ella del evento, sino que su tía Hildy (acompañada de los padres de sus sobrinas, de Luna, su otra sobrina y ya cinéfila y de otra amiga de su sobrina y su madre) disfrutó de lo lindo con la propuesta. Estos cines apuestan por sesiones infantiles cuidadas, pensadas y bien elegidas que tratan de poner a disposición de los más pequeños un enriquecedor mundo cinéfilo. No había tenido oportunidad de asistir a ninguna sesión, y hacía tiempo que me apetecía, hasta esta ocasión.

Siete cortos de distintas nacionalidades, épocas y con distintas técnicas de cine de animación han sido todo un deleite. Todos los cortometrajes se servían del sonido del mundo animal y la música para contar sus pequeñas historias. El programa nos llevaba al descubrimiento de creadores checos, suecos, alemanes, americanos y franceses.

De todos, el más mágico y sensible o con el que por lo menos conecté al máximo fue El pájaro ballena (2011) de la francesa Sophie Roze. Un delicado y poético cuento entre un pájaro gigante y una niña lectora…, con un trazo sencillo pero hermoso y con apenas dos colores y todas sus gamas, marrones y negros, como si fueran delicados recortes de papel…

Después, uno de los cortometrajes clásicos de Warner, una creación de los años 30 de Rudolf Ising, Concierto marítimo… donde su alegre y musical protagonista termina en el fondo del mar y protagoniza un improvisado y genial concierto con aires de jazz… Todo en blanco y negro y con mucho ritmo.

De la animación checa dos cortometrajes de los años setenta de Zdenek Miler y Hermina Tyrlova. El grillo y el violín y La fiesta de la granja, respectivamente. Animación de un clásico checo con una vital historia de un grillo juguetón pero con mucha sensibilidad musical. Y el otro, de una de las creadoras checas más prestigiosas, sobre todo reconocida por su uso del stop motion y por el cuidado vertido en la construcción de sus marionetas… En esa fiesta de granja, unos animales realizados con trozos de fieltro cobran vida…

Desde Suecia las aventuras de un solitario y extraño conejo llamado Booo (2009), con el trazo sencillo de la creadora Alicja Jaworski. Booo y sus aventuras con tres traviesos amigos. Y desde Alemania otra pequeña joya…, un delicado sueño de una niña que hace que los monstruos de sus pesadillas protagonicen un peculiar coro. Se trata de La sinfonía de los monstruos (2012) de Kiana Naghshineh y también un trazo sencillo pero con una recreación mágica y especial del mundo onírico.

Por último la animación digital de la mano del francés Nicolas Deveaux con 5,80 metros donde descubrimos qué pasa en las piscinas públicas cuando están cerradas al público: que unas trabajadoras jirafas practican sus saltos desde los trampolines. Divertidísimo y espectacular.

2.- Instituto Benjamenta de los hermanos Quay y otras sorpresas en el ciclo Metamorfosis en La Casa Encendida

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Son varias las sesiones a las que estoy asistiendo en la sala audiovisual para entender los universos ricos, únicos y especiales de Starewitch, Švankmajer y los hermanos Quay. Estos creadores son los protagonistas de una magnífica exposición (que tuve la suerte de disfrutar ya en Barcelona y ahora en Madrid) que recomiendo con fervor: Metamorfosis. Visiones fantásticas de Starewitch, Švankmajer y los hermanos Quay.

Los cuatro creadores eran absolutamente desconocidos para mí y su descubrimiento ha sido un interesante hallazgo. Sus particulares universos arrastran a mundos fantásticos, a un entendimiento especial del cine de animación y de ficción, y a un conocimiento de referencias extraordinarias. Y los cuatro se comunican y dialogan entre sí y con otras apasionantes influencias del mundo de la pintura, la literatura, la ciencia… Y ponen de manifiesto de lo que es capaz la imaginación, de cómo se puede volar a otros mundos ajenos, mágicos llenos de fantasía. Donde la inocencia se mezcla con el miedo y la crueldad. Donde lo bello entra en contacto con lo terrible. Donde lo onírico y lo inconsciente permite el vuelo a lo inexplicable y extraño.

Entre las actividades paralelas a la exposición hay un interesante ciclo para conocer la obra cinematográfica de estos creadores así como el de otros creadores que influyeron en ellos o que ellos influyeron en tales…

Al último que asistí fue al largometraje de ficción de los hermanos Quay, Instituto Benjamenta. This Dream People Call Human Life (1996), una especial adaptación cinematográfica de una obra literaria de Rober Walser, Jakob von Gunten. El universo literario de este autor de principios del siglo XX es una de las inspiraciones de los hermanos para su peculiar universo. Un autor que arrastraba una depresión y melancolía continua… cuyos trabajos (como sirviente, empleado de banca o secretario) y su vida errante conformaron su personalidad volcada en sus manuscritos.

Instituto Benjamenta nos introduce en un extraño y cruel cuento de hadas (con toques de la bella durmiente, Blancanieves y la Bella y la bestia) bajo la óptica de un hombre desequilibrado. El instituto del título es una institución siniestra donde varios hombres son preparados con extraños métodos para servir a los demás. La institución la llevan adelante dos hermanos oscuros: un hombre distante y cruel y una mujer bella y amarga. Todo se desbarata en ese edificio de estancias con una vida propia, entre la pesadilla y los sueños hermosos, con la entrada de un último alumno introvertido pero que modifica el funcionamiento de la institución.

Los hermanos Quay crean espacios imposibles en un onírico y melancólico blanco y negro. Una película rara, inquietante, sensual e hipnótica con imágenes hermosas y surreales que atrapan a un espectador que se encuentra con un universo muy especial. Instituto Benjamenta muestra un especial mundo de objetos y habitaciones que desconciertan como la vara, una pezuña de ciervo, de la maestra o el espacio vacío donde solo hay una extraña pecera con un pez. Sus protagonistas son actores de carne y hueso que habitan un mundo mágico y desasosegante.

3.- Investigación cinematográfica. Proyección de Un bigote para dos de Tono y Mihura en el cine estudio del Círculo de Bellas Artes

Después de años de investigación cinematográfica, Santiago Aguilar y Felipe Cabrerizo han recuperado, como les gusta puntualizar, una aproximación de lo que pudo ser Un bigote para dos de Tono y Miguel Mihura. Un experimento cinematográfico (ya con antecedentes… y también con ilustres ejemplos posteriores a su fecha de creación, recordemos lo que hizo Woody Allen en uno de sus primeros proyectos cinematográficos en 1966 al doblar una película japonesa de espías para convertirla en la absurda Lily, la tigresa) que recurre a películas ya realizadas de otros países y doblarlas con diálogos absolutamente delirantes construyendo una historia absolutamente diferente o ofreciendo otro punto de vista narrativo.

Un bigote para dos se estrenó en los cines durante el año 1940. No fue mal recibida por la crítica pero sin embargo el público no logró conectar con ese experimento de humor absurdo. Además la película se enfrentó a una polémica y es que Enrique Jardiel Poncela arremetió contra sus creadores y consideró un plagio y un robo esta creación. Él decía que era exactamente lo mismo que él hizo años atrás, en 1933, con seis cortometrajes de cine mudo a los que tituló Celuloides rancios por un encargo de un gran estudio (la Fox).

Desgraciadamente se habían perdido las posibles copias originales de Un bigote para dos. Por suerte los historiadores han logrado encontrar la película original, una mediocre opereta austriaca, Unsterbliche melodien, 1935 sobre los amores de Johann Strauss hijo. Y sobre ella, ya que sí se conservaba el guion de Tono y Mihura, han sobreimpreso los subtítulos con todos los matices especiales de sus creadores (voces de la conciencia, efectos visuales, escenas que eliminaron del original, voces fuera de cuadro…, etcétera).

Los dos historiadores además de contar con un blog, escribieron un apasionante artículo narrando toda la historia y la creación de esta obra en la revista Caimán del mes de noviembre. Entre otras cosas explican la experiencia cinematográfica de estos dos creadores, que pertenecían a esa otra generación del 27. Tono fue uno de los españoles que viajó a Hollywood cuando a principios del cine sonoro no existía todavía el doblaje y se planteó el realizar copias de las películas americanas con actores españoles o de América Latina. Se necesitaban escritores que pudieran adaptar al castellano los guiones. Y Mihura trabajó junto a su hermano (que sería también un director de cine), cuando ya existía el doblaje, en los estudios Fono-España para entre otras cosas ajustar adecuadamente los diálogos en las películas dobladas.

Los que pudimos asistir a la primera proyección que se realizaba en el cine estudio del Círculo de Bellas Artes (anteriormente se había realizado el estreno de este buen proyecto histórico en la Cineteca del Matadero), escuchamos también a un entusiasta Felipe Cabrerizo contando con pasión todos los pormenores y contextualizando la obra cinematográfica que íbamos a visualizar. Además tuvimos un regalo extra: uno de los cortometrajes de Enrique Jardiel Poncela, divertidísimo, Los ex presos y el expreso.Y ni más ni menos que el cortometraje empleado para los subtítulos de Poncela (originalmente era su voz lo que escuchaba el público que acudía a la proyección) es el mítico Asalto y robo de un tren de Edwin S. Porter. Después disfrutamos de los delirantes y absurdos diálogos de Un bigote para dos que crean una divertida comedia de lo más alocada. Las risas eran inevitables. Y un deleite participar, como espectadora, en tal descubrimiento e investigación. Así pasamos la tarde entre señores con bigote, una desgraciada enamorada que tiene voz de hombre, otra que le roba el novio, personajes que se regalan patatas fritas con forma de flores, otros que van a espectáculos donde hay suculentos menús en escena, tristes citas suspendidas a la plaza de toros y el señor con bigote protagonista que siempre le anda siguiendo una molesta voz de la conciencia…

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Roald Dahl y el cine

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He disfrutado muchísimo estas semanas con la lectura de Relatos de lo inesperado (colección Compactos. Editorial Anagrama, 2012) de Roald Dahl. Y he recordado cómo muchos de ellos aparecieron en la famosa serie Alfred Hitchcock presenta (las temporadas de los años cincuenta). Y no me extraña puesto que el suspense, el humor negro y la sensibilidad irónica de Dahl coinciden bastante con el espíritu del orondo director. Así he recordado El hombre del sur, que me viene a la memoria como la de los dedos, la apuesta descabellada y el mechero. Los protagonista fueron Steve Mcqueen y Peter Lorre. En aquella mítica serie también apareció otra adaptación de un relato de este libro, Cordero asado. Y su protagonista sería Barbara Bel Geddes como una ama de casa con un serio problema… para ocultar el arma homicida con la que ha asesinado en un arrebato a su esposo. Otro relato buenísimo también conoció su episodio, La señora Bixby y el abrigo del coronel. Una infidelidad de años, un regalo de despedida del amante: un valioso abrigo de visón, las argucias de una dama para que su marido no sospeche… Otro tremendo relato con su episodio correspondiente sería Apuestas (el capítulo se tituló Un chapuzón en el mar), de nuevo una apuesta pero en un barco, un hombre dispuesto a todo por no perder, una conversación con una mujer en la cubierta del barco… y un final inesperado. Pero son bastantes más los relatos que conforman el libro y que te mantienen en vilo entre sus líneas.

Roald Dahl también realizó sus pinitos como guionista (dicen que lo hizo únicamente por una cuestión económica) y llama la atención saber que fue el guionista de una de las películas del agente 007, Sólo se vive dos veces. Y también de una película infantil con Dick Van Dyke. A veces me veo tarareando… Chitty, Chitty Bang Bang. Curiosamente estas dos obras tan dispares tienen otro nombre en común: Ian Fleming (como autor original de estas historias).

Si seguimos buscando huellas cinematográficas del universo de Dahl, descubrimos que sus relatos infantiles han sido adaptados en distintas películas. Así son recordadas las dos versiones de Charlie y la fábrica de chocolate. De la primera recuerdo a Gene Wilder (no he vuelto a verla pero siempre me viene la escena de un ascensor que salía disparado hasta el cielo –que no llegaba a ningún piso, no paraba–… algo que siempre me obsesionó bastante) y de la segunda cómo no logré disfrutarla por la aparición machacona de los Oompa Loompa (interpretados por un mismo actor) que me dieron la película. Wes Anderson también ha caído bajo su influjo en su única película de animación, Fantástico Mr Fox. Y una de las películas por las que Anderson empezó a atraparme. Por último dos de sus relatos infantiles en el cine que aún no he podido ver. Siguiendo con la animación nos encontramos con James y el melocotón gigante de Henry Selik. Otro famoso relato del autor fue llevado a la pantalla por Danny DeVito, Matilda.

Pero aquí no acaban sus relaciones con el cine. El escritor estuvo durante treinta años casado (hasta su fallecimiento) con la actriz Patricia Neal…

Relatos de los inesperado es una gran lectura para el verano.

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La imagen perdida (L’image manquante, 2013) de Rithy Panh

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¿Cómo narrar el dolor? ¿Y por qué contarlo? ¿Cómo desnudar el alma y por qué es necesario? Rithy Panh realiza un documental político porque recupera la imagen perdida, la memoria mutilada. La imagen perdida es más que una autobiografía, es una demostración de que los jemeres rojos y su sistema social, económico y político fracasaron… Un superviviente como Rithy Panh cuenta en imágenes y escribe sobre el horror vivido. Denuncia y cuenta para que no caiga en olvido…, para que ninguna víctima caiga en olvido.

Desde los años ochenta su filmografía (tanto de ficción como de cine documental, de la que no he visto nada hasta ahora) ha reflejado cómo fue y cómo afectó el genocidio a Camboya, y ha tratado también de encontrar en el pasado una explicación de lo que aconteció.

Cuatro años de genocidio atroz (1975-1979)… los jemeres rojos, el líder Pol Pot, Kampuchea democrática y la destrucción sistemática de las ciudades, de la población urbana, de la cultura… de todo lo considerado burgués para crear un sistema de economía agrario y un control férreo militar que dominaba a través de la muerte y el terror.

Pero nunca había empleado la primera persona. No había contado su historia. Único superviviente de su familia…, todos fallecidos durante los años del terror. ¿Cómo tocar algo tan cercano, tan doloroso? Primero habló de sí mismo en un libro La eliminación (Anagrama, 2013) a partir de su experiencia al entrevistar a uno de los responsables del genocidio (un libro que tengo enormes ganas de leer), después ha sido en este bello documental. En La imagen perdida, el director camboyano ha encontrado la manera de narrar lo que le duele y destroza.

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De fondo, una voz en off va lanzando sus reflexiones, sus recuerdos… vierte su memoria dura pero con una delicadeza que hace que el horror de lo que narra abofetee dulcemente al espectador. Crea con las palabras metáforas tan bellas pero a la vez tan duras y desoladoras… Y esa voz en off va acompañada de hermosas maquetas llenas de figuras de arcilla (arcilla y agua… vida) que ‘ilustran’ sus recuerdos del pasado y el terror del genocidio. Figuras estáticas con alma… porque son las víctimas. Hay figuras que representan a su padre, a su madre, a sus hermanos, a sus amigos, a otras víctimas que acompañaron su calvario… y hay una figura que representa al niño que fue él, el superviviente. Ese niño que arrastró y arrastra años después un sentimiento de culpa por no haber podido ayudar más a los suyos. Un niño que trataba de olvidarse de su ropa negra (y se imaginaba distinto, con una camiseta de colores brillantes… y su figura de barro así lo representa), de su vida oscura. Un niño que se aferraba a la ternura de su infancia, a su padre leyéndole poesía, a los juegos con sus hermanos, el rostro alegre de la madre, a las reuniones, a la risa, al bullicio de las calles, las sesiones de cine donde se proyectaban danzas de bailarinas hermosas.

Y esas secuencias de figuras de barro…, se mezclan con imágenes del pasado. Con aquel legado cinematográfico y musical que trataron de destruir y saquear (pero que algo sobrevivió) para sustituirlo por un cine propagandístico que mostrara esa Kampuchea democrática falsa, esa mentira dolorosa. Esas imágenes que ocultan el hambre, la muerte, las fosas, el miedo…

Durante años, Rithy Panh ha tratado de encontrar una imagen real del horror, una fotografía de una ejecución… pero ante su ausencia (no la ha encontrado pero sabe que se hizo), él se sirve del cine (que ya amaba desde pequeño) para construir la memoria perdida, las imágenes que recuerda, que le duelen… pero que hacen que las víctimas no sean números sino personas (su padre, su madre, sus hermanos, sus vecinos, sus amigos…) y las pone frente a esa propaganda cruel. Unas figurillas de arcilla y agua articulan la memoria perdida, el horror… y unas palabras que son poesía dura y desgarrada (que alcanza la luna) permiten que el espectador sea capaz también de percibir o sentir mínimamente lo que es casi imposible de contar, lo que realmente ocurrió. Y sentir así un escalofrío del que todavía no me he desprendido…

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Un universo paralelo: cine de animación. Un libro y otros asuntos

Los amantes del cine de animación están en un momento dulce. Varios horizontes permiten y permitirán alimentar su pasión. Yo estoy en ello, dando pasos. Me gusta mucho el cine de animación aunque tengo muchas lagunas que solventar y en ello estoy. Pero vayamos por partes. ¿Por qué esta necesidad de escribir un post sobre cine de animación?

Varios motivos me han impulsado: la lectura de un libro (y tener la sensación maravillosa de aprender con cada página que leía), una película en sala, un estreno inminente y dos exposiciones…

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Películas clave de cine de animación (Ma non troppo. Robin Book, 2010) de Jordi Costa

Jordi Costa no solo escribe de las películas clave del cine de animación sino que da la clave para enteder su importancia: “la animación no es un género, es un medio, un lenguaje, una forma de expresión: en suma, otro cine —u otro camino posible para una historia del cine alternativa— capaz de albergar todos los géneros, todos los registros temáticos, discursos simples y complejos, argumentos tanto dirigidos al público infantil como al adulto… Hablar de animación es hablar de una serie de técnicas diversas que logran crear una ilusión de realidad —o una plausible y orgánica irrealidad— a través del artificio. La animación es, en suma, el cine en una de sus más extremas manifestaciones posibles: la del vívido espejismo, la de la total expresión de una subjetividad”.

Así permite un interesante recorrido por películas clave y elabora una historia apasionante sobre el cine de animación. El crítico (también, y lo digo por experiencia propia, un magnífico profesor, que no solo comparte y transmite todo lo que sabe a sus alumnos sino que no cesa de abrir puertas y caminos de conocimiento cinematográfico, caminos de búsqueda y de descubrimiento maravillosos) no solo descubre obras fundamentales del cine de animación sino que va desgranando el lenguaje que emplea, la evolución, las distintas técnicas, los distintos registros temáticos, personajes míticos con vida propia… y va mostrando una galería de creadores que han ido construyendo esa otra historia del cine alternativa.

Así pasamos por entender por qué Walt Disney es figura imprescindible. Cómo los creadores de la Warner son rompedores y avanzan en el lenguaje del cine de animación. Qué ha significado John Lasseter en este mundo. Visitaremos a otros creadores de otras nacionalidades que han construido universos propios como el japonés Hayao Miyazaki. O nos adentraremos en el corazón de artistas especiales que no dejan o no dejaron de experimentar así como conoceremos a todos los pioneros…

El libro se convierte en herramienta imprescindible para empezar a sentir y disfrutar del cine de animación… y pone al espectador ávido en camino para disfrutarlo. Así, por ejemplo, te habla tanto de las obras como del significado de sus trayectorias de tres creadores que tenemos ahora la oportunidad de conocer sus mundos creativos (mundos para la que escribe prácticamente desconocidos): Ladislaw Starewicz, Jan Svankmajer y los hermanos Quay. Y esto me permite pasar al siguiente apartado.

Metamorfosis

Así el CCCB (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona) en coproducción con La Casa Encendida ha levantado una macro exposición (que espero poder visitar pronto… tengo hasta el 7 de septiembre para ahorrar. Luego parte —pero no completa— podrá también verse en La Casa Encendida) sobre el universo de estos tres creadores.

Si indagamos la web de la CCCB nos explica que Metamorfosis. Visiones fantásticas de Starewitch, Švankmajer y los hermanos Quay es un excepcional diálogo interactivo entre cuatro creadores muy especiales y añade que “presenta la obra de cuatro figuras esenciales del cine de animación: el pionero polaco (nacido en Rusia) y afincado en París Ladislas Starewitch (1882-1965), el maestro checo Jan Svanmajer (1934) y los gemelos Quay (1947), nacidos en Pensilvania y residentes en Londres desde hace tres décadas. Tres filmografías singulares que, sin embargo, tienen mucho en común: un universo excéntrico, de duermevela, en el que conviven la inocencia, la crueldad, la voluptuosidad, la magia y la locura. Un paisaje inquietante, poético y lúcido, a veces grotesco y a veces fantasmagórico, de personajes que aman lo improductivo y lo fútil”.

Pero seguimos con el camino abierto para todos los amantes del cine de animación (y también encontramos pistas en el libro imprescindible de Jordi Costa para empezar a saborearlo) y nos vamos a otra exposición, esta vez en el Caixa forum de Madrid y el universo que puede explorarse es el de Pixar. La exposición empezó su itinerario en el MoMA de Nueva York y ahora llega por estos lares Pixar. 25 años de animación para poder descubrir en qué ha revolucionado e innovado este estudio. Así no sólo el espectador puede disfrutar de nuevo con la obra cinematográfica en sí sino adentrarse en el proceso de creación a través de los dibujos, las maquetas o las instalaciones digitales… y entender cómo se llega al resultado final.

… Al cine

Y ahora también es posible el vivir la riqueza que aporta el cine de animación (y su interés) con dos estrenos importantes. Uno ya está en sala (que hoy creo que me acerco a verlo) y otro está a punto de llegar. Como señala también Jordi Costa (y deja constancia con algunos de los largometrajes que reseña) el cine de animación alberga todo tipo de géneros y registros temáticos que proporcionan discursos muy complejos en ocasiones. Y así podemos comprobarlo con La imagen perdida de Rithy Panh. El realizador camboyano a través de figuras de arcilla prácticamente inmóviles recrea la masacre sistemática de los jemeres rojos de la que el propio realizador y su familia fueron víctimas.

Por otra parte llega a las pantallas la que es, parece, la definitiva despedida del creador japonés Hayao Miyazaki, Se levanta el viento. Así el realizador japonés levanta un fresco histórico con ecos autobiográficos donde el protagonista es un diseñador de aviones. Quizá sea una buena manera de empezar a conocer el universo y el mundo de Miyazaki, empezando por el final…

… Es un buen momento para adentrarse en la otra historia del cine, en una historia alternativa llena de buenas sorpresas y alicientes…

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Diccionario cinematográfico (209)

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Fotografías: … las fotografías como elemento fundamental de la trama o como detalle importante de una historia cinematográfica. Si hace poco recordábamos en Banderas de nuestros padres lo que significó la fotografía que se realizó en la batalla de Iwo Jima donde unos soldados izaban la bandera norteamericana, ahora he visto hace poco el efecto que provoca en un viejo profesor de música la fotografía que encuentra en una caja que le entregan en un museo judío.La fotografía le cambia la vida. Cambia su historia e identidad. Le informan de que han encontrado esa caja durante las obras de unas cañerías en el antiguo recinto ferial de Belgrado (que albergó uno de los primeros campos de exterminio) y que no hay duda de que él es el dueño. La fotografía muestra a un matrimonio joven con un bebé… y una historia oculta donde él es protagonista. Así arranca la nueva película del director serbio Goran Paskaljevic, Al nacer el día.

Precisamente me viene a la cabeza La caja de música donde las fotografías serán fundamentales para la resolución de la trama en una escena escalofriante. Esta película de Costa-Gravas cuenta la historia de un inmigrante húngaro afincado en EEUU que es acusado de ser un criminal de guerra nazi y es defendido por su hija, una prestigiosa abogada.

También una fotografía desencadena el conflicto de Perro malo, la película venezolana que se alzó con la Concha de oro en el festival de San Sebastián y que se estrena esta semana. Junior es un niño que tiene una ilusión: aparecer en la fotografía del colegio con el pelo liso y vestido de cantante de éxito.

Clint Eastwood hace que en su película más romántica unos hijos ya maduros a los que se les acaba de morir su madre encuentren entre sus pertenencias unas fotografías que nunca habían visto donde está especialmente hermosa junto a unos diarios. Ahí en esas imágenes ya se desvela una historia de amor. Estoy hablando de Los puentes de Madison.

… Fundamental será para los espectadores el encuentro por parte de la asustada Nicole Kidman de una fotografía en Los otros de Alejandro Amenabar. Una historia de fantasmas que nos deja helados cuando una imagen desvela horribles secretos.

Antonioni en Blow up cuenta como una serie de fotografías ‘inocentes’ tomadas en un parque pueden desvelar un asesinato… Y el protagonista de Memento trata de atrapar su frágil memoria a través de fotografías polaroid, que a veces le confunden aún más. Hace poco también escribía sobre Ascensor para el cadalso donde un carrete y el revelado de las fotografías eran fundamentales para atrapar a los protagonistas de destino trágico. También son fundamentales en Blade Runner donde tener un pasado supone tener fotografías, y donde Harrison Ford se sirve de ellas (y de ampliar detalles) para avanzar en su búsqueda de replicantes. También las fotografías son útiles para la resolución de otro asesinato en Millennium: los hombres que no amaban a las mujeres. Una fotografía que en un principio parece que no desvela nada, que no es importante, se convierte en pieza clave.

También es una fotografía la que nos queda de los monjes de un monasterio del Magreb momentos antes de ser asesinados. Y esa fotografía se plasma en la maravillosa De dioses y hombres de Xavier Beauvois. Una fotografía cuenta una historia.

Las fotografías sirven para recordar a los ausentes, para pillar in franganti o sobornar a los infieles o a los que ocultan algún secreto que no quieren que sea desvelado. Las fotografías del hermano ausente que rompen a los que se han quedado en Gente corriente. Las películas de misterio, de intrigas políticas y de espías… que se sirven de las fotografías para que la trama avance como por ejemplo Acción ejecutiva sobre el asesinato de Kennedy y la manipulación de algunas imágenes.

… las fotografías ponen en alerta a un joven adolescente de que está cambiando el presente de su familia con su ‘viaje’ al pasado y eso no es nada bueno en Regreso al futuro. Lo está alterando de tal manera que puede peligrar su existencia…, su imagen se va desvaneciendo. O sirven para contar de otra manera la historia, que se lo digan a Forrest Gump que aparece como intruso en fotografías de varios acontecimientos históricos.

Las fotografías también construyen una vida en común y reflejan el paso del tiempo, reflejan también una personalidad. Así conocemos mejor a los protagonistas de las historias según las fotografías que tengan colgadas en sus paredes o puestas en sus despachos. O las fotografías que llevan en sus carteras y que enseñan continuamente. Así como las que se llevan a viajes lejanos, en maletas o bien escondidas… Uno de los ejemplos más hermosos nos lo proporciona una cinta de animación Up donde a través de un álbum de fotografías construimos la historia feliz de un anciano matrimonio.

Y el máximo alarde es contar una película a base de fotografías y así se hizo en La jetée de Chris Marker y su bella historia de amor futurista…

… La melancolía y las ganas de recordar nos puede y guardamos fotografías en los ordenadores, móviles y álbumes pues atrapamos momentos, instantes. Os dejo, voy a por mi caja de fotografías… a recordar mi propia película de imágenes congeladas, atrapa espíritus…

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Atracón de películas durante las fiestas

Estos días he tenido ocasión para ver aquellas que no vi y otras que están en cartelera. Propuestas variadas y diferentes. De distintas nacionalidades y temáticas. Y todas con algo que destacar. Incluso empecé el año, en compañía, con atracón de películas…

Gente en sitios de Juan Cavestany

… Un tapiz de personajes y situaciones que mezcla el humor absurdo, la tragicomedia, lo fantástico o lo más real… que pinta un país desorientado. Juan Cavestany presenta una buena propuesta: una especie de libro audiovisual con relatos cinematográficos. Algunos de cosecha propia, otros… adaptaciones de determinados relatos literarios; otros, reflexiones y un reparto coral con una lista interminable de buenos actores y actrices españoles. Como en todo libro de relatos, en estos relatos filmicos hay unos que funcionan mejor y otros peor… pero el conjunto merece la pena pues es un reflejo de nuestro país. Un reflejo contemporáneo y crítico.

El mundo es nuestro de Alfonso Sánchez

Otra propuesta de cine patrio. Un cine que busca otras maneras de salir adelante tanto en la producción como en la distribuición. El mundo es nuestro transcurre en Sevilla y con un humor muy nuestro. Mezclando la reflexión social y política y un humor con ecos lejanos de un Berlanga o un Azcona presenta otra radiografía de un país en crisis y unos ciudadanos cansados e indignados ante la corrupción. Así El mundo es nuestro es una película sencilla (pero efectiva) de personajes (los personajes protagonistas ya eran conocidos por muchos en una serie en Internet) y situaciones que te hacen reír pero también reflexionar. Dos macarrillas disfrazados de nazarenos atracan una sucursal de banco (en ese momento están varios clientes y los empleados) en una calle sevillana… en ese mismo instante entra también un empresario arruinado y con una situación desesperada cargado de explosivos y dice que volará todo por los aires si no va la televisión para que pueda contar su situación. Esperpento, vodévil, muchas risas y humor… cargado de crítica política y social…

12 años de esclavitud de Steve McQueen

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Durante el 2013 se ha tratado en el cine el tema de la esclavitud desde tres miradas muy diferentes: la de Tarantino y Django desencadenado, la de Lee Daniels y El mayordomo y la que nos ocupa. Cada una ha dejado sus reflexiones y su huella. McQueen toma un libro como fuente, unas memorias sobre un hombre negro libre (Solomon Northup) que fue secuestrado y vendido como esclavo. Su pesadilla duró 12 años. La diferencia con muchas víctimas —que no sabían ni leer ni escribir— es que él pudo contarlo, escribirlo y denunciarlo.

No sólo es el punto de vista: un hombre libre que sufre, de pronto, la esclavitud y tiene que sobrevivir y a la vez tratar de volver a su estado anterior… sino también la fuerza visual que imprime McQueen a la película y el alucinante uso que hace del sonido y de la música (sobre todo de las canciones). McQueen acierta tanto con la estructura de la historia, como con el empleo de imágenes que se quedan en la retina (ese hombre colgado con una soga en un árbol, tocando de puntillas el suelo, y en el fondo los demás compañeros de faena iniciando su vida cotidiana… como si fuera invisible o más bien con un espíritu de derrota, de no es posible hacer nada). Pero también es impresionante la composición de personajes. Así es increíble tanto la interpretación del protagonista, Chiwetel Ejiofor (recuerdo lo que me impresionó hace años en Negocios ocultos de Stephen Frears) o el papel de propietario y esclavista desequilibrado con el rostro del actor fetiche de McQueen, Michael Fassbender (lo reconozco, me gusta cada vez más).

La gran belleza de Paolo Sorrentino

El escritor Jep Gambardella (espectacular e hipnótico Toni Servillo) nos recuerda a un Marcello Rubini (Marcello Mastroianni, sin adjetivos) que se ha hecho mayor y sigue, sin embargo, pululando por la noche romana consciente de su propia decadencia y desgaste como de la de todos los que le rodean. La gran belleza es una dolce vita del siglo XXI. Aun así, él sigue buscando aquello que le haga de nuevo escribir una segunda novela, la gran belleza. Mientras, es un periodista cínico capaz de burlarse de sí mismo o de artistas que realizan perfomances a lo Marina Abramovic o de abrir los ojos (sin piedad y con crueldad) de una amiga que se tilda rebelde, o de charlar con una monja tremendamente anciana… Es cruel y tierno. Despreciable y triste. Interesante y frívolo. Divertido y patético. Sabio y estúpido. Playboy y romántico… Jep se siente cada vez más mayor y desencantado pero no puede a la vez dejar la noche… Roma le atrapa. Una Roma nocturna llena de personajes singulares… Y Sorrentino atrapa a los espectadores con una fuerza visual hipnótica y una música que envuelve. Y logra captar la gran belleza, esa que convive también con lo sórdido, con lo decadente, con la nada…

La noche más oscura de Kathryn Bigelow

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Mucho había leido sobre ella y mucho me apetecía. La trayectoria de Bigelow la he ido siguiendo y es cierto que domina los recursos para saber contar una historia cinematográficamente y contarla muy bien. Además no cuenta ni historias ni situaciones fáciles. Su cine plantea un mundo complejo, contradictorio, violento, complicado… sus películas no son planas sino que pone sobre la mesa temas difíciles. Y un punto de vista incómodo. Su mirada exige que el espectador vea, reflexione, interprete, se posicione… por eso genera debate, controversia, discusiones apasionadas…

Kathryn Bigelow, como si fuese una periodista de investigación, ofrece el reportaje sobre cómo durante diez años la CIA (y pone la mirada en la fría agente Maya) trató de dar ‘caza’ (y éste es el sustantivo que hay que emplear) a Bin Laden y cómo finalmente a las 00.30 del 2 de mayo de 2011, un grupo de marines entró a la residencia de Bin Laden en Pakistán matándole… sin derecho alguno a réplica. Proporciona el relato visual de lo que observaban Obama y compañía en esa foto que dio la vuelta al mundo… Lo que cuenta y cómo lo cuenta no es un relato cómodo y contiene lecturas escalofriantes… al igual que toda la investigación durante años de la CIA y sus relaciones con las distintas administraciones en el poder. Nada es blanco, ni negro… ni siquiera gris. La mirada de Bigelow no es amable.  

La cabaña en el bosque de Drew Goddard

Hay películas que proponen un juego fílmico… y La cabaña en el bosque es una de esas películas. Se disfruta mucho más si se tienen varias nociones, claves y reglas del género cine de terror. Porque lo que propone Goddard es una vuelta de tuerca a las películas de grupo de jóvenes adolescentes que van a una cabaña aislada… e implica al espectador y trata de dar una explicación muy especial a la necesidad del ser humano de experimentar miedo, de ver en pantalla monstruos horribles y muertes violentas… Para disfrutar de La cabaña en el bosque lo mejor es entrar en ella con el factor sorpresa y entrar en su juego. Entretenida además es un rato. Los guiños son continuos pero también es metacine, cine dentro del cine. Una reflexión sobre la necesidad de ser ‘consumidores’ de historias de terror…

Frozen. El reino del hielo de Chris Buck y Jennifer Lee

El mundo Disney rescata otro cuento de Andersen pero lo pasa por su pátina… y lo convierte en un relato sobre el amor verdadero entre dos hermanas (ampliando la colección de princesas de fuerte personalidad). Frozen es un musical animado con muchas dosis de aventuras, ritmo y buenos personajes así como la creación de un mundo animado que hipnotiza, con magia… un reino de las nieves apasionante. Frozen rescata la esencia de los cuentos de siempre con la presencia del bien, el mal, lo oscuro, lo bello, la muerte, la vida, la tragedia, lo bello, lo triste, los obstáculos, la superación de lo imposible… y lo mágico. Y los dos personajes que conquistaron el corazón de la presente no fueron las princesas o los príncipes y demás caballeros… sino un reno y un muñeco de nieve…

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Diccionario cinematográfico (203)

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Robot: El cowboy robot con rostro de Yul Brynner en Almas de metal, me ha hecho recordar otros ilustres robots cinematográficos.

Me voy a uno de los más amables, mi favorito… y es el hombre de hojalata. Un robot rudimentario y plateado que acompaña por el sendero de baldosas amarillas a un espantapájaros, un león, una niña y un perro. Y todos van buscando a El mago de Oz. El hombre de hojalata busca un corazón…

Tampoco me importaría conocer Wall-e y a su enamorada Eva. Wall-e me cae muy bien por lo cinéfilo que es. Adora el musical… aunque siempre sea la misma película.

Si me voy a la infancia me viene a la cabeza el gordo y el flaco robóticos… ahí, más allá de las Galaxias. Uno es dorado y charlatán y el otro bajillo y con macha paciencia. Son R2D2 y C3PO. Distintos e inseparables.

Cuando se habla de robots es imposible que no se nos venga a la cabeza Terminator con el rostro de Arnold Schwarzenegger. Y acojonar, acojona. Pero que queréis que os diga yo tengo más simpatía a los replicantes de Blade Runner.

Luego están ese niño y ese gigoló hermoso que son robots pero también víctimas… seguimos sus aventuras en un mundo de Inteligencia Artificial. El niño lleva siempre a un oso de peluche (también robot). Es otra mirada al cuento de Pinocho…

… en la ciudad de Stepford todas las esposas, las mujeres son perfectas… solo para sus maridos. ¿Por qué? Una mujer imperfecta con otras imperfectas descubrirá la terrible verdad de sus vecinas. Todas tienen off y on. Todas están construidas para ser mujeres perfectas y sumisas, al servicio de sus maridos… por supuesto imperfectos.

Y me despido de este mundo robótico con el último que me ha conquistado. Fue lo único que me gustó de Prometheus. Tiene el rostro de Michael Fassbender, se llama David y quiere parecerse al Lawrence de Arabia de Peter O’Toole.

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Tres películas sobre el miedo… y una fábula: Take Shelter (Take Shelter, 2011) de Jeff Nichols/Eternamente comprometidos (The five-year engagement, 2012) de Nicholas Stoller/El alucinante mundo de Norman (Paranormal, 2012) de Chris Butler y Sam Fell/ Tierra prometida (Promise land, 2012) de Gus Van Sant

El miedo tiene muchas caras. Y el cine lo presenta de diferentes maneras y en géneros distintos. Apocalipsis, drama psicológico, comedia romántica y melancólica, cine de animación para superar el miedo a ser diferente… Y como guinda una película necesaria en forma de fábula, en busca de una tierra prometida.

Miedo a un mundo que se derrumba

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Take Shelter plantea muchos tipos de miedo en una atmósfera extraña y misteriosa, opresiva. Y todos esos miedos atacan a Curtis (inquietante Michael Shannon). Curtis es un hombre trabajador de clase media que vive con su esposa (Jessica Chastain) y su hija pequeña que tiene un problema auditivo en una comunidad rural de Ohio. Un día Curtis empieza a tener alucinaciones, fuertes pesadillas, que van despertando todos sus miedos. Miedo a la locura, miedo a no llegar a fin de mes, miedo a la crisis, miedo a la comunidad en la que vive, miedo a las responsabilidades familiares, miedo a las creencias, miedo a ser padre, esposo, hijo y amigo… Sus pesadillas le van minando, rompiendo. Su comportamiento se vuelve extraño. Sus alucinaciones son apocalípticas… algo así como una gran tormenta que volverá locos a todos sus seres queridos. Así él nota cambios atmosféricos y actuaciones extrañas en los vuelos de los pajaros. Se obsesiona con que debe arreglar y acondicionar un refugio de tormentas para proteger a su familia… Nadie le entiende… y va perdiendo amistades, trabajo, lazos familiares… Y el cada vez se siente peor. Y él es consciente. Pero no sabe cómo enfrentarse a sus pesadillas, sus propios miedos. El problema es que quizá esa tormenta que conduce a la locura no sea una pesadilla…

Miedo al compromiso

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A veces hay comedias inclasificables que encierran mucha melancolía y desencanto. Eternamente comprometidos es una mezcla de comedia romántica con gotas de absurdo y un aliño de tristeza. Y trata sobre un miedo contemporáneo: el miedo al compromiso. El miedo a comprometerse hasta el tuétano con alguien y apostar por una vida en común. Así la película narra la historia de Tom (Jason Segel) y Violet (Emily Blunt)… y empieza donde terminan otras comedias románticas: declaración de amor en terraza maravillosa con cena de ensueño, promesa de boda, de comer perdices para siempre, anillo, beso y fuegos artificiales. Pero lo que viene a continuación son un montón de situaciones por las cuales Tom y Violet van dando largas a esa gran boda… hasta que pasan años… y los abuelos de la familia van desapareciendo uno a uno sin poder asistir al evento. Tom y Violet van viviendo su propia pesadilla de deconstrucción de su relación hasta llegar a la frustración y separación… pero es una comedia romántica. Quizá se den cuentan en la pesadilla (y con sus extraños amigos y familiares) de que el miedo al compromiso siempre va a estar ahí…, siempre, y que lo importante es avanzar juntos hacia algún lado…

Miedo a ser diferente

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Norman es un niño muy raro. Y en el colegio no le tratan muy bien. En su familia ni su padre ni su hermana mayor le entienden y su madre trata de comprenderle y consolarle. ¿Qué le pasa a Norman? Es diferente. Y ¿por qué? Porque ve fantasmas y puede hablar con ellos. Ahí mismo está su abuela, que le cuida, y le dice que no pasa nada por tener miedo, es normal, pero que hay que superarlo, evitar que domine su vida. Y de pronto un niño miedoso se convertirá en un héroe pues será el único que pueda salvar a su ciudad de la maldición de una bruja… los muertos volverán a la vida. Y ese mismo niño, Norman, descubrirá que cuando el miedo invade a los seres humanos puede provocar que se hagan cosas irracionales y malas. El alucinante mundo de Norman es un viaje más allá de lo que pueden alcanzar nuestros ojos y un antídoto contra el miedo. De nuevo el stop motion al servicio de una buena historia llena de personajes inolvidables…

… Y la fábula

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Tierra prometida es una película necesaria. No sorprende. Se rige por una narrativa cinematográfica clásica (pero muy bien realizada, se nota que Gus Van Sant está tras la cámara). Resulta previsible… pero es necesaria. Porque habla de algo que sabemos y que se nos repite una y otra vez. Si vemos un telediaro nos damos cuenta de que da igual que tanto se nos diga y repita. Y eso de lo que nos habla es: cuidemos el mundo que nos rodea. Pero no se refiere sólo al mensaje ecológico. Se refiere a que cuidemos la tierra, los espacios compartidos, los sitios de ocio, que cuidemos al otro, que nos cuidemos a nosotros mismos, que nos dejemos llevar por la nobleza y la dignidad, que no creamos que el ser buenas personas está pasado de moda o es una gilipollez o una cursilería… Y habla de todas estas cosas en tiempos de crisis, en momentos de vulnerabilidad. En momentos donde acechan malas maneras, donde el otro no importa. En momentos donde hasta las buenas personas pueden confundirse pero porque son buenas personas pueden abrir los ojos y darse cuenta. Como le ocurre al protagonista de la nueva fábula de Gus van Sant (con un guion muy bien armado por los actores Matt Damon y John Krasinski), Steve Butler (un Matt Damon muy creíble).

Steve llega a una población rural arrasada por la crisis económica. Es un ejecutivo de una multinacional de gas natural y tiene que conseguir que los habitantes (casi todos ganaderos) le vendan los derechos de perforación de sus tierras. Steve tiene que convencerles de los beneficios de estos contratos. Él está convencido de que ofrece una salida a sus dramáticas situaciones y que quizá sea la única salida para preservar la vida rural. Sin embargo un viejo profesor de instituto, una profesora que le roba el corazón, un ecologista, una niña que vende limonada, su pragmática compañera de trabajo y el granero de su abuelo le harán mirar el mundo y su trabajo desde una nueva perspectiva que se le había escapado… el “jodido dinero” no es el camino más rápido para transformar el mundo que nos rodea y superar la crisis en la que nos hayamos inmersos. No todo vale.

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