Espejos: … y los reflejos. Ellos devuelven verdades que a veces no se quieren… o revelan secretos que no estaban tan ocultos. Hay muchos tipos de espejos, un exceso de significados y metáforas. De pronto pasean por mi recuerdo un montón de fotogramas con espejo.
Los hay mágicos, como el de Blancanieves y los siete enanitos… Es un espejo que habla, que tiene en su habitación la reina madre. Y no dejo de pensar que tiene muy mala baba…, siempre echando en cara a la reina que en su propia casa hay mujer más bella que ella…, nunca supe si creérmelo, yo creo que la quería hacer de rabiar. Ya lo decía Woody Allen en una de sus películas, a él le daba más morbo la malvada madrastra.
También me viene a la cabeza los espejos retrovisores… que escenifican una de las despedidas más tristes. Esos espejos se encuentran en dos camionetas, una la conduce el marido de Francesca, ella está a su lado. La otra la conduce Robert, su amante. Ambas se quedan paradas una detrás de otra en un semáforo en rojo, cae la lluvia. Y Francesca ve cómo su amante hace un gesto habitual, buscar algo en la guantera, luego parece que se quita algo del cuello y de pronto, con sumo cuidado, cuelga una cadena en el espejo retrovisor. Es la cadena con el crucifijo de Francesca… Toda una llamada y declaración de amor… Un motivo para visitar Los puentes de Madison.
Hay espejos que retratan la ida de olla del que se mira o su rabia… como Travis en Taxi Driver y en la soledad de su cuarto va creciendo su locura y violencia, y el testigo especial es el espejo. Otros le imitarán en el futuro. Como ese joven judío francés, que se cree muy fiero con una pistola imaginaria, en el cuarto de baño, mirándose al espejo, poderoso. Y no es más que la triste premonición de su trágico final. La violencia atrae más violencia, nos cuenta crudamente El odio.
Y otros su tristeza… hay una escena en una fiesta loca en el apartamento de Holly, en Desayuno con Diamantes, que casi pasa desapercibida y que siempre me da pena y angustia. Entre todo el barullo de gente chic, una mujer alcoholizada, y eso sí muy elegante, con una copa en la mano se mira al espejo y no para de reírse… Seguimos viendo escenas de la fiesta, hasta que regresamos a ella de nuevo, otra vez reflejada en el espejo llorando desconsoladamente, y con el rímel resbalando por su rostro.
Otros nos dan risa… como en Sopa de Ganso y ese Groucho Marx en camisón que se pega un trompazo frente al espejo… que cae en pedazos, pero sin embargo, cuando vuelve a ponerse en pie… y su reflejo sigue ahí. Y no duda en jugar con él… porque sabe que el espejo se ha roto… y hay un misterio que resolver…
Hay otros espejos que revelan secretos ocultos. Como ese espejito roto de la ascensorista que enamora al oficinista de El Apartamento. Ese espejito que le susurra a él que ella tiene el corazón en otro sitio y a ella que lo tiene roto en pedazos.
También está el espejo que refleja la humillación y la derrota, así le pasa a la Marquesa de Merteuil en Las amistades peligrosas. Cómo se va desmaquillando en silencio frente al espejo, quitándose las máscaras, para que solo quede una lágrima…
¿Cuál es tu espejo de cine?
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Mi querida Hildy, has elegido mi espejo favorito del cine. Tal vez el único verdadero.
No obstante, puestos a elegir espejos, me quedo, por aplastamiento, con el final de La dama de Shanghai de Orson Welles.
Besos a través del espejo.
Estupendo, amiga Hildy. El cine nos lo ha dado todo. Ese espejo de El apartamento donde se mira el gran Lemmon, Shirley MacLaine y Fred MacMurray me parece magistral; tres vidas truncadas sintetizadas a través de un espejo roto, donde los rostros parecen pintados por el cubismo picassiano. Yo me quedo con la escena final de Bullit, cuando Steve McQueen se mira al espejo. Esa escena ha sido una de las más copiadas del cine contemporáneo. No puedo evitar cada vez que me afeito, mirarme como él se miraba: que la vida no tiene remedio y que toda la tristeza y desolación está ahí en un minúsculo y vaporoso cuarto de baño, y la bella Jacqueline Bisset para el doloroso recuerdo.
Besos.
Me gusta, querido Alfredo, eso de tener un espejo favorito. Yo tengo uno real, pequeñito, para llevar en el bolso. Es mexicano y artesanal, ovalado y negro e incrustado un precioso dibujo de muchos colores con flores y mariposas… Lo abres y me miro… Pero los cinematográficos también me fascinan. Se me vinieron tantos, tantos a la cabeza… También, seguro que hay algunos espejos que ¡pegan unos sustos!
El laberinto de espejos de La dama de Shangai es toda una joya.
Beso
Hildy
Sí, mi querido Francisco, cuánto puede contar un espejo roto… Y como Steve MacQueen mirándose al espejo…, cuántas historias puede narrar un rostro reflejado y otro en la penumbra…
¿Recuerdas la historia de un matrimonio reflejada en un espejo en Eyes wide shut?
Beso
Hildy
Querida Hildy, por algún motivo no logré recordar enseguida ningún espejo de cine que no hubieran mencionado (¿qué dirá eso acerca de mi personalidad?). Haciendo un gran esfuerzo me vino a la mente ese espejo en el que se miraba todas las mañanas el protagonista de «All that Jazz» o la gran cantidad de espejos que aparecen en «Vertigo» o ¿no había un espejo en «La llamada»? Recuerdo que días después de haberla visto tenía miedo de que alguien apareciera detrás de mí cuando me miraba, uuhh.-
Un beso reflejado, Bet .-
El espejo que menciona Paco me recuerda otro que me encanta, en la escena de Pat Garrett y Billy The Kid, de Peckinpah, en la que Coburn dispara a Kristofferson. Luego el tipo se mira en el espejo y dispara contra su propia imagen.
En fin, y eso que no nos metemos en retrovisores…
Besos
Querida Bet, ¡cómo me gusta el nombre de tu nuevo blog y su carta de presentación! Además me has recordado una momento precioso e íntimo de Ciudadano Kane. Va a ser una pasada. ¡Un espejo en el que querer mirarnos! ¡Guauuu,los espejos de Vertigo! Me voy a mirarme en ellos.
Beso
Hildy
Gran espejo, querido Alfredo. Me gusta mucho esa película de Peckinpah y esa escena que describes.
Las escenas con espejos retrovisores son muchas. Es un espejo de lo más cinematográfico… Mirar por ese espejo a la mujer o al hombre que se ama, al asesino, al hijo amado, al que te ha secuestrado… O los coches que te van a impedir alcanzar un sueño, o el coche que quieres que te adelante…
Beso
Hildy
Y hablando de El Ciudadano, me acaba de venira la mente aquel plano infinito de Kane caminando lentamente frente a su reflejo multiplicado por espejos. Y otro espejo terrible en en el cual se mira Tony Curtis en una peli que vi por primera vez hace poco tiempo, «El estrangulador de Boston».-
Un beso grande, Bet.-
¡¡¡ Qué buenos espejos los tuyos, querida, querida Bet!!!
Besos reflejados
Hildy
En La leyenda del indomable vemos reflejadas en las gafas de espejo de aquel vigilante, unas imágenes de aquella carretera calcinada por el sol y a los que están con la pala cumpliendo condena. Y, respecto a los retrovisores me acuerdo de El diablo sobre ruedas de Spielberg; menuda impresión cada vez que vemos aquel camión polvoriento y amenazante, es decir, da más miedo verlo a través del espejo retrovisor que en la misma carretera.
Besos
¡Sí, lo de las gafas en La leyenda es genial! Y recuerdo otro tema de reflejo en las gafas… en Extraños en un tren. Y el espejo retrovisor de El diablo sobre ruedas…, uff, qué agobio, vaya si me acuerdo.
Besos, desde el espejo retrovisor
Hildy