Diccionario cinematográfico (200)

kontiki

Barcos y otras embarcaciones: aventuras marítimas, conflictos bélicos, expediciones a otros mundos, naufragios, catástrofes, inmigraciones, viajes inolvidables… barcos piratas, transatlánticos, canoas, pequeños barcos de pescadores, lanchas, balsas… en el mar hay un tráfico de embarcaciones cinematográficas inolvidables.

En septiembre se estrena Kon-Tiki, la historia de una expedición de un joven antropólogo noruego que en 1947 decidió cruzar el Pacífico en una balsa.

Nos vienen a la cabeza varias historias marítimas. El hundimiento del Titanic ha sido reflejado varias veces en la pantalla blanca: desde el blanco y negro al color pasando por la leyenda romántica de una camarera. Tampoco nadie olvida ese gran barco de viaje de placer que se vuelca y queda al revés, La aventura del Poseidón.

Así hablando de barcos y catástrofes nos encontramos con dos clásicos olvidados con un clímax: un barco que se hunde. Uno por la tragedia de la guerra, Arise my love de Mitchell Leisen y otro en pleno romance desesperado con barco que se hunde en Cena de medianoche de Frank Borzage.

La inmigración y los viajes en barcos masificados han dejado escenas y películas que apenas pueden olvidarse. Nos vamos con Charlot, el inmigrante. Y con la impresionante Lamerica de Gianni Amelio sobre la inmigración albanesa que busca la tierra prometida en Italia. O ese otro viaje que supone dejar la vieja Europa para encontrar un nuevo mundo en América. No podemos olvidar a Elia Kazan y su América, América o la segunda parte de El Padrino donde se nos cuenta la llegada del niño Vito Corleone en un barco repleto de inmigrantes. Otros barcos trágicos con inmigrantes que son recibidos a pedradas o reclutados rápidamente en una guerra dura (que no es la suya) es lo que nos refleja magistralmente en los puertos de Nueva York Scorsese en Gangs of New York.

Existen travesías históricas duras. Otto Preminger relata cinematográficamente la travesía de Éxodo hacia Palestina y el nacimiento del estado de Israel. Y Peter Weir reconstruye la vida en un barco durante las guerras napoleónicas en Master and Commander. El día a día de un carguero en plena segunda guerra mundial puede verse en Escala en Hawai de John Ford. Imposible no recordar el realismo del desembarco de Normandia en Salvar al soldado Ryan.

En embarcaciones pequeñas pueden transcurrir historias diversas: desde un enfrentamiento de clases sociales y hombría en la desasosegante Cuchillo en el agua de Polanski al terror más extremo en Calma total de Phillip Noyce. También el relato negro más duro como en El talento de Mr Ripley o su primera versión A pleno sol de René Climent y el hermoso rostro de Alain Delon. La intriga y la tensión en un bote salvavidas en una peculiar película de Alfred Hitchcock, Náufragos.

No se pueden olvidar los barcos piratas. Desde la última saga de Piratas del Caribe (que lo que más me gusta es el barco) hasta los clásicos como El temible burlón, El mundo en sus manos o La mujer pirata. Y un poco de nostalgia con ese grupo de adolescentes que viven el verano de su vida encontrando un tesoro en un barco pirata, Los Goonies.

Es imposible olvidar las travesías por mar donde se viven grandes romances: ¿alguien no recuerda Tú y yo? ¿O La extraña pasajera?

También viajamos por la pantalla blanca con los pescadores pacientes en sus pequeñas barcas… así nos viene a la cabeza El viejo y el mar o la dura vida de los pescadores en Terra trema.

Hay pequeñas embarcaciones e historias de amor imposibles como la hace poco recordada en este mismo blog: La reina de África. Hay historias donde el peligro son enormes peces y sólo valientes y duros hombres pueden hacer algo (aunque el pez en cuestión se convierta en obsesión) en sus barcos que conocen como la palma de su mano: puede ser un Tiburón o la ballena blanca Moby Dick.

El viaje en barco como metáfora para llegar al caos o al infierno como la travesía en Apocalipsis now.

También hay extraños cruceros donde los pasajeros viven historias opresivas como Lunas de hiel de Roman Polanski o con historias dramáticas a cuestas y el nazismo de fondo, El barco de los locos de Stanley Kramer.

Otras historias transcurren en embarcaciones más extrañas. Tom Hanks se las tiene que ver con una balsa en la inmensidad del océano en Náufrago. El realizador Jean Vigo regala una poética historia en una embarcación enorme que va por los canales donde una novia deja volar su velo blanco, L’Atalante. O en Young Adam, un joven encuentra un trabajo en una barcaza con un matrimonio extraño y así transcurre una historia oscura.

Los barcos y la vida en los puertos… de nuevo Elia Kazan y la maravillosa la Ley del silencio con la dura vida de los estibadores.

… Otros barcos surcan los mares.

Y serán atrapados por la pantalla blanca.

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Diccionario cinematográfico (199)

 trance

Soñar: hay personajes que sueñan… pesadillas o maravillas. Algunos no salen jamás del sueño y eso les da la vida eterna o hace que se repita siempre una misma desgracia o sentir un mismo miedo. A otros les inducen al sueño… puede ser a través de la hipnosis… El caso es que a veces ocurren fenómenos extraños mientras un personaje está soñando, puede que un espectador, mientras lo contempla, esté soñando con él… En eso consiste el cine en soñar.

Hay sueños maravillosos y sueños fallidos. Maravilloso es vivir la historia de un romanticismo extremo entre Peter Ibbetson (Gary Cooper) y Mary Mimsey (Ann Harding)… un sueño de amor eterno. Dos amantes que no pueden encontrar otra salida que soñarse el uno al otro y sólo ahí en ese espacio alcanzar el amor sublime.

Fallidos son los sueños y pesadillas a través de la hipnosis de los personajes o ellos solitos en sus camas de Trance, la última obra cinematográfica de Danny Boyle. Sueño dentro de un sueño. Pesadilla dentro de una pesadilla. Laberinto inútil de imágenes vacías que se enredan una y otra vez para que el público se olvide en dos segundos de una historia de sueños vacíos e inútiles… Un bucle sin sentido donde el mito de la mujer fatal, el mafioso malvado y el hombre que se dirige a la perdición se convierten en mera caricatura mal hecha y sin gracia.

… Freud analizó el mundo de los sueños… y el cine dio importancia a esos sueños. A veces guardan un secreto o la personalidad de un personaje. El espectador mira… y descubre. Alfred Hitchcock mostraba a sus personajes soñando y a veces en el sueño se encontraba la clave. Nunca hubo sueño más visto que el de Recuerda… porque era un sueño con mirada de Dalí. Y ese sueño lo tiene un atormentado Gregory Peck. Pero también encontramos muchas claves en las pesadillas de Marnie… la ladrona.

O es el mismo Freud (con rostros de Montgomery Clift, atormentando) el que sueña o trata de entender los sueños de sus pacientes. Es Freud quien con su propia complejidad trata de desenredar sus miedos y frustraciones. Quien se topa con la parte más oculta del ser humano. Es Freud el que sufre soñando y es presentado por Huston como uno de sus grandes ‘perdedores’ como un científico y pensador al que nadie cree o toma en serio mientras va elaborando su teoría.

Los sueños sirven para crear una película de terror o para formar parte importante y fundamental de una de ciencia ficción o para convertirse en una película cómica y tierna. Así nadie olvidará a Freddy Krueger, el visitante de las pesadillas de pobres jóvenes adolescentes y hormonados de los años ochenta que sufrirán el castigo de no despertarse jamás además de ser terriblemente asesinados…

Un sueño dentro de un sueño y de otro sueño… cazadores de sueños, manipuladores de sueños… la existencia tan sólo en la mente de un personaje atormentado, sus secretos más profundos, sus miedos… meterse en Origen de Christopher Nolan y no volver a salir jamás.

¿Quién no ha soñado nunca despierto? Adentrarse en esa pequeña obra cinematográfica extraña y encantadora (a punto de realizarse un nuevo remake) que es La vida secreta de Walter Mitty donde Mitty es un soñador empedernido. Un hombre de vida gris que es un héroe en sus sueños… pero de pronto sus sueños se hacen realidad, ¿o no?

A veces un personaje despierta y todo ha sido un sueño. Que se lo pregunten a Alicia… en el país de las maravillas. Otras ese sueño ha sido una premonición…, que se lo pregunten a Edward G. Robinson y el sueño que tiene tan real y vivido con la mujer del cuadro. O hablando de cuadros… esos personajes que de repente despiertan y no saben si lo que tienen en ese momento ante sus ojos es real, como le ocurre al detective McPherson… se duerme ante el retrato de Laura… y cuando abre los ojos ella está ahí como una aparición… Hay personajes atrapados en un sueño por siempre jamás, como le ocurre a James Cole y ese rostro de mujer amada, ¿forma parte del pasado, del presente, del futuro?, mientras trata de buscar el significado de 12 monos…

Ahora mismo quizá esté soñando… mientras tecleo.

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Diccionario cinematográfico (198)

MBDONTH EC041

Química especial: sólo puede entenderse esta clase de química con varios ejemplos científicamente probados en la sala de cine o cuarto de estar:

1.- Charlie Allnut y Rose Sayer pasan mil y una aventuras mientras se enamoran a bordo de La Reina de África, una vieja barcaza…

2.- Devlin y Alicia Huberman se aman y se odian… para siempre encadenados.

3.- Joanna y Mark Wallace son siempre dos en la carretera… con unas gotas de desencanto y un pasaporte que siempre aparece.

4.- Hal Carter y Marjorie Madge Owens siempre bailarán en un picnic en un pueblo Kansas, quizá puedan escapar…

5.- Sally Hyde y Luke Martin se encontraron en un duro regreso.

6.- Robert Kincaid y Francesca Johnson fueron a los puentes de Madison y allí quedaron para siempre sus recuerdos.

7.- Angie Rossini y Rocky Papasano empezaron su amor como dos extraños…

8.- Jackie y George viven entre shampoo y cortes de pelo un amor imposible y desencantado. Son malos tiempos para la lírica.

9.- Sally Bowles y Brian Jones se aman sin futuro en un cabaret…

10.- Mary Hatch y George Bailey viven una pesadilla para quizá darse cuenta de que la vida, aunque dura, merece la pena vivirla juntos.

11.- Holly Golightly y Paul Varyak desayunan con diamantes y lágrimas, también se besan en tarde lluviosa.

12.- Edie Doley y Terry Malloy se aman más allá del silencio.

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Diccionario cinematográfico (197)

Brief Encounter

Infidelidad: se dice que fidelidad es “lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona”. La ausencia de fidelidad… ocurre por varios motivos. Y cada infidelidad es un mundo y es provocada por motivos diferentes. Detrás de una infidelidad hay varias historias. Y cada infidelidad se entiende de manera distinta. Tampoco se observa de la misma manera según sea el punto de vista desde el que es contado.

… Están aquellas infidelidades que acaban en tragedia, muerte violenta o asesinato. O a punto están en acabar en ello. En Atracción fatal de Adrian Lyne el miedo viene por una ‘otra’ con graves problemas de salud mental.  Y el mismo director crea una tragedia más elegante con la infidelidad como protagonista en Infiel. Woody Allen también hace que  sea uno de los temas estrellas de sus películas pero lo trata crudamente con asesinato de por medio en Delitos y faltas y en Match Point. Muerte violenta y tragedia se unen en la bellísima Días del cielo en una infidelidad narrada desde los ojos de una niña. Y nos vamos al maestro del suspense y su Crimen perfecto. Uno de los motivos es no sólo el económico, es una elegante esposa… rica e infiel.

… Están aquellas infidelidades que acaban en suicidio. Recientemente hemos vivido de nuevo la infidelidad de Anna Karerina y por distintos motivos cómo conduce al suicidio de la protagonista. Pero no es la única. Recordemos esa tragedia familiar de varios hermanos enamorados de una misma mujer… claro, sólo uno se casa con la dama en cuestión… pero la infidelidad y el suicidio están servidos, así ocurre en Leyendas de pasión. También nos encontramos con un suicidio complejo en esa joya de Otto Preminger que es El hombre del brazo de oro. Aquí la ‘otra’ es el personaje que supone una salida del mundo opresivo en el que vive un hombre con un problema de drogodependencia y la mujer la que lo hunde más en una adicción que le supera…

… Están las infidelidades por miedos y crisis matrimoniales (a veces es un bache superado, otros supone la ruptura total o la tragedia inesperada). En clave de comedia es imposible olvidar a los padres de Loretta (Cher) en Hechizo de luna. Una maravillosa Olimpia Dukakis trata de entender por qué su marido le es infiel… Trata de buscar una respuesta. Y cree que la encuentra: el miedo a la muerte. Y ella tan seca y maravillosa, encara el problema y le espeta a su marido: Cariño, hagas lo que hagas, te vas a morir de todos modos. Y ese miedo a envejecer que se convierte, a veces, en un mecanismo para una posible infidelidad (junto a un intento de huir de la monotonía y cotidianeidad de un matrimonio) lo encontramos también en el episodio protagonizado por Emma Thompson y Alan Rickman en Love Actually. Pero también puede ser un drama que acabe en tragedia como les ocurre a los protagonistas de Revolutionary Road. O forman parte de la crónica de un matrimonio como deja bien claro Stanley Donen en esa maravillosa disección que es Dos en la carretera. También puede ser motivo de experimentación, de encontrar nuevos estímulos, de tratar de salvar una relación… y los resultados pueden ser variados: ahí podemos buscar en una comedia como Bob, Carol, Ted y Alice o irnos a un drama como La tormenta de hielo. O puede ser un motivo para cambiar de la manera más radical las reglas de la relación matrimonial como propone la protagonista (Romy Schneider) a su esposo infiel en uno de los episodios de Boccaccio 70 (el dirigido por Luchino Visconti).

A veces de la infidelidad puede surgir el amor más verdadero. Así ocurre en esos puentes de Madison, en la calle de atrás o en Brokeback Mountain. Y en otras historias el marido cree que la infidelidad es algo a lo que tiene derecho y la esposa tiene que aguantarse y vivir con cara de póquer (bien porque eran otros tiempos, bien por mantener un estatus social o una mezcla de ambos)… así nos encontramos a este tipo de parejas en melodramas sureños como Con él llegó el escándalo o La gata en el tejado de Zinc.

A veces una infidelidad motiva el comienzo de otra historia, de una nueva vida… Como le ocurre a Colin Firth en Love Actually o Gwyneth Paltrow en Dos vidas en un instante.

La infidelidad hace que surjan historias tremendamente hermosas y duras que muestran la complejidad del término y las circunstancias diferentes en que pueden darse y los daños que pueden provocarse. Así me vienen a la cabeza infidelidades que ponen los pelos de punta: The deep blue sea, Vivir un gran amor y su remake El final del romance, Amigos apasionados o esa maravilla que se titula Breve encuentro (estas dos últimas de un David Lean inspiradísimo).

… La ausencia de fidelidad es algo que ha provocado un montón de argumentos para reflejar en la pantalla blanca…

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Diccionario cinematográfico (196)

wilbursequieresuicidar

De librerías y bibliotecas: dos espacios que merecen un ritual sagrado cada vez que son pisados, donde se esconden miles de páginas que pueden cambiar vidas o por lo menos hacerlas algo mejores o generar conocimientos. Dos espacios muy cinematográficos donde esconder un montón de secretos, misterios, magias, amores, sueños, alegrías y penas… lo mismo que se oculta entre los libros de las estanterías. Dos espacios condenados a transformarse con la llegada de otros formatos y la lenta desaparición del papel. De nuevo el cine se convertirá en imagen documental de la vida. Gracias a las películas jamás desaparecerán las viejas librerías ni las inmensas bibliotecas.

Holly Golightly descubre la biblioteca de la mano del escritor que se quedó en promesa, Paul, y ahora hombre enamorado. En un principio a Golightly no le hace mucha gracia el silencio impuesto y cree que le relaja bastante más Tifanny. Más tarde, sin embargo, acude ella sola para recopilar información sobre Brasil… su próximo lugar de huida. Tracy Lord, la excéntrica millonaria, no encuentra en ninguna libreria lo que busca: el libro de relatos del periodista que ha visitado su casa para meterse en su intimidad. Así que se mete en la biblioteca, saca el libro y se sumerge en la lectura… de tal manera, que no se da cuenta de que llega el periodista, que la ve leyendo su propio libro. Ahí es el inicio de una buena amistad que llegará a su culminación con una borrachera nocturna donde ambos llorarán sus penas… y aprenderán a conocerse a sí mismos un poco más. Dejarán atrás el desencanto. Son historias de Philadelphia.

Los personajes de Woody Allen casi siempre encuentran un buen momento para ir a una librería y recomendarse libros y poemas. Así ocurre con una de las hermanas de Hannah y su propio marido que la corteja con un poema o a la propia Annie Hall que visita librerías donde adquiere libros sobre el pesimismo de la vida por recomendación de su pareja. Cuando ya han pasado casi diez años vuelven a encontrarse Jesse y Celine antes del atardecer. Y precisamente en una conocida librería francesa donde Jesse presenta su libro como novelista. Jesse ha convertido en ficción un momento que le marcó… En una librería de libros de segunda mano viven dos hermanos: Wilbur (que se quiere suicidar) y su hermano, una buena y bella persona. Y en esa libreria entra una mujer silenciosa que cambiará sus vidas.

Las librerías también fomentan el amor. Así ocurre con el choque entre la dueña de una bonita librería infantil y el dueño de una macro librería impersonal en Tienes un e-mail. O el bueno de Hugh Grant que en su papel de eterno despistado y enamorado se convierte en dueño de una pequeña librería de turismo con encanto en pleno Notting Hill donde entra un día una estrella de Hollywood. Otra librería relacionada con el amor es esa que habita una cara con ángel. Ella viste de oscuro. Es una linda intelectual que ve cómo su tienda es invadida por un equipo de producción de una revista de moda donde un prestigioso fotógrafo quiere realizar una serie de fotografías a una modelo…

Recuerdo otra librería con encanto es la de La carta final donde Anthony Hopkins y Anne Bancroft se transforman en los protagonistas de una historia sencilla a través de una correspondencia. Él es Frank Doel, un empleado de una pequeña librería londinense y ella es Helen Hanff, una intelectual norteamericana en busca de libros especiales. Su amistad por carta recorre dos décadas donde transcurre una Segunda Guerra Mundial y una dura posguerra.

En las bibliotecas también se suceden momentos de tensión por búsquedas importantes para la resolución de un caso. Los visitantes de la biblioteca pueden ser periodistas, abogados o ciudadanos que necesitan dar con una información vital. Así recorremos bibliotecas de distintas instituciones importantes donde nos encontramos a los personajes de Todos los hombres del presidente, Sospechoso o nos adentramos en esa maravillosa escena en Anatomía de un asesinato donde un abogado con cara de James Stewart y su compañero de investigaciones (que ha dejado por un momento el alcohol) tratan de encontrar los fundamentos para ganar un caso.

Y también tienen importantes escenas para el recuerdo las bibliotecas universitarias o de los institutos. Donde hay intercambios de notas, de miradas, donde empiezan historias de amor y complicidades o terminan relaciones. Ahí está la estricta biblioteca donde estudian los chicos de El club de los poetas muertos mientras hablan de literatura y otros aspectos de la vida… atentos siempre a que nos les hagan callar o les expulsen de la sala.

Las bibliotecas también son sitios donde savalguardar la libertad (que puede ser amenazada) como En el ojo del huracán (Storm Center). Templos de cultura que son arrasados en momentos de lucha y oscuridad (Ágora). O sitios que acogen a personas que se sienten solas o que no tienen otro lugar donde ir así le ocurre a Meryl Streep en dos películas: Tallo de hierro o La decisión de Sophie. También pueden ser sitios misteriosos donde hay saber pero también otros aspectos siniestros como la biblioteca de El nombre de la rosa.

Las librerías también prometen historias mágicas, mundos inexplorados, posibilidades infinitas que se lo pregunten a dos niños: a Hugo o a Bastian que cuando entran en estos locales, empiezan a ocurrirles aventuras increíbles.

… Termino de teclear y me meto en una librería… quiero sumergirme en las páginas de algún libro que me transporte a un sitio inesperado. Ésas serán mis buenas vacaciones…

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Diccionario cinematográfico (195)

centaurosdeldesierto

Caballos: … el caballo que arrastra sus patas y protagoniza una rebelión ante lo inhumano y lo que es parecido al fin del mundo, sin querer apenas comer ni que le empleen como rocín de carga. Su trotar hasta quedar en el corral frío y golpeado continuamente por el viento del que ya no querrá salir… ¿Qué fue de ese caballo ante el que se desmoronó Nietzsche? Eso es lo que nos ilustra El caballo de Turín de Béla Tarr.

Por otra parte el caballo heróico, el amigo del hombre. El animal hermoso, valeroso y fiel el protagonista de una película bélica de Spielberg, Caballo de batalla. El caballo que vive toda una odisea… para volver a estar junto al hijo del granjero…

El caballo que marca el fin de una época… Otros son los tiempos del salvaje Oeste. Y el vaquero que se ha convertido en el jinete eléctrico, que anuncia publicidad de cereales, se rebela contra un mundo cada vez más inhumano e impersonal cuando ve que un caballo antaño glorioso lo tienen en condiciones poco deseables… Quiere devolverle la libertad. Y lo secuestra. Ambos emprenden un viaje a los orígenes, a la recuperación de la vida natural, salvaje y libre… Así nos mostraba Sydney Pollack un western crepuscular en El jinete eléctrico.

… Hace poco escribía sobre los caballos salvajes de Vidas rebeldes de John Huston. Caballos que nos hacían sentir la angustia que vivía esa rubia sensible que sufría ante la crueldad y el triste paradero de unos animales salvajes… y libres.

… Hay caballos de sueño. Caballos mitológicos. Con simbología. Nos encontramos el unicornio de Blade Runner. El caballo con el que sueña siempre un joven que no encuentra sentido a una vida de sufrimiento que se quiebra totalmente en el maratón de baile humillante en tiempos de crisis, Danzad, danzad malditos… O ese caballo mitológico y fiero con el caballero de la armadura que se aparece en las alucinaciones de un hombre que perdió la salud mental en una tragedia que transformó su vida en El rey pescador.

A veces hasta los caballitos de tiovivo recuperan la vida y se puede cabalgar con ellos sin parar. Que se lo digan a Mary Poppins y compañía.

El vaquero y el caballo. El indio y el caballo. El cine del Oeste no sería igual sin ese forajido que cabalga de espaldas hacia el horizonte o que regresa al hogar. O esa línea perfecta de caballos e indios que profetiza tiempos de lucha, tiempos de guerra… El vaquero y el caballo son inseparables casi centauros del desierto… Hay muchos hombres y mujeres que susurran a los caballos.

El caballo que simboliza el final de una etapa y la entrada en la modernidad… cuando llega el caballo de hierro (ya nos lo dijo John Ford) o se ve retirado, apartado por los coches…

Pero tampoco nos imaginamos a los caballeros andantes sin estar montados en sus hermosos corceles o los guerreros con armadura sin su fiel caballo. O esos amantes que emprenden una carrera sin fin por montañas o playas. O recordamos escenas del caballo desbocado y el galán salvando a la dama de caer o precipitarse al vacío… y viceversa.

Tampoco podemos olvidar la persecución de un sueño… esos niños que luchan por salir de su situación y parece que lo tienen todo a su alcance si consiguen un hermoso caballo… y hacen todo por conseguirlo… El limpiabotas es una bofetada y el caballo, el sueño inalcanzable…

Hasta los hermanos Marx nos hacen reír en una delirante historia con un caballo protagonista en Un día en las carreras… Y son muchas las películas que nos hacen visitar hipódromos, apuestas, caídas y carreras inolvidables…

Yo ahora me subo a un caballo de celuloide… y empiezo una carrera que no sé dónde me llevará ni que paisajes me dejará descubrir…

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Diccionario cinematográfico (194)

bonnie and clyde

Complementos y otros asuntos: ¿veríamos con los mismos ojos a Bonnie y Clyde sin su boina y sombrero?

¿Irma la Dulce sería ella misma sin sus medias y su lazo verde?

¿La Novia de Kill Bill sería reconocible sin su chándal amarillo con raya negra?

¿Stanley Kowalski sería igual sin su camiseta blanca?

¿A Holly Golightly la recordaríamos sin su moño, su vestido largo negro, su cigarrillo con larga boquilla y sus gafas de sol?

¿Waldo Lydecker sería un snob culto y malvado sin su bigotillo y bastón?

¿Reconoceríamos a Ginger y Fred sin sus vestidos de vuelo y gasa y su sombrero de copa?

¿Y Gilda seguiría seduciendo sin sus largos guantes negros y su cuidada melena pelirroja (en blanco y negro…)?

¿Rick nos resultaría hombre enamorado sin su pajarita?

¿Sería tan terrorífica la pandilla de La Naranja Mecánica sin sus bombines, sus bastones y sus vestimentas blancas, y sin sus largas y exageradas pestañas?

¿Los personajes de Veronica Lake hubieran traspasado la pantalla sin esa melena larga que tapaba su ojo…?

¿La Milady de Winter con cara de Lana Turner hubiera sido igual de perversa sin su lunar?

¿Recordaríamos a la pandilla de Reservoir dogs sin sus trajes negros, camisas blancas y corbatas negras?

¿Ha olvidado alguien los pantalones pitillo negros, las plataformas de tacón rojo y el cardado rubio de una Sandy transformada en Grease?

¿Alguien miró igual a la Dietrich cuando se ponía sombrero de copa fuera en El ángel azul o en Marruecos?

¿Quién puede olvidar las gabardinas y sus correspondientes sombreros (sin faltar nunca el cigarrillo) entre brumas de detectives con cara de Bogart o Mitchum?

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Diccionario cinematográfico (193)

Joanna y Mark: Mark y Joanna son dos en la carretera… y su viaje tiene melodía de Henri Mancini. Y el tiempo pasa por ellos y por sus coches que se deslizan por carreteras francesas. Pero Joanna siempre sabe dónde se encuentra el pasaporte de Mark… Empezaron haciendo autostop y terminaron en un Mercedes propio. Entremedias coches compartidos y otros averiados. Y entre viaje y viaje, su historia. Quizá para contestarse ambos una pregunta de la que ya no saben la respuesta. Sinceramente no sé qué viste en mí al principio. La verdad, no me acuerdo.

Pasión, diversión, aburrimiento, egoísmos, desencantos, infidelidades, regreso, conversaciones, discusiones, anécdotas, aventuras, momentos bellos, momentos tristes, desengaños, perdones, regresos, idas y venidas… Al mal tiempo, buena cara. Joanna y Mark son como son. Con sus virtudes y defectos. Con sus encantos y miserias. Y cada uno sabe muy bien lo que puede esperar del otro. Aunque la sombra del desencanto hacia el ser amado es inevitable… pero franqueable.

Joanna y Mark viajan por las carreteras del pasado y el presente. Y a pesar de los pesares descubren que están condenados a quererse. Al fin y al cabo a Joanna  le encantan los finales felices… aunque termine echando en cara a su Mark que él no sabe lo que es querer. Él es una especie de Peter Pan, a veces egoísta, que se complementa con una Joanna vital, rebosante de sentimientos, y por eso inevitablemente insatisfecha. Y él sabe que la necesita a su lado para poder seguir perdiendo su pasaporte, para seguir siendo Peter Pan, para seguir reflejándose en su mirada. Qué clase de personas se sientan en un restaurante y no tienen nada que decirse. Los matrimonios.

Por qué no puedes ser siempre feliz pase lo que pase. Porque no se puede. Sin embargo en esos viajes por la carretera  construyen su historia llena de recuerdos y anécdotas. De risas cómplices en camas y bañeras en pensiones y hoteles. De baños en el mar o en piscinas de lujo. De discusiones y lágrimas. Infidelidades. Pero a pesar de los pesares se hicieron una promesa, que puede contra el desencanto. Joanna le dijo un día, nunca te fallaré. Y Mark, aunque siempre le cuesta expresarlo, sabe una cosa: Te quiero, Joanna.

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Diccionario cinematográfico (192)

Vejez: El proceso de envejecimiento, los ancianos, los abuelos, las enfermedades y achaques, la fragilidad, los fallos de memoria, la soledad, las segundas oportunidades, los recuerdos… son temas que acompañan a la vejez. Y son temas que hemos visto numerosas veces plasmados en la pantalla de cine. Desde el drama más descarnado hasta la posibilidad de realizar un sueño imposible. La cotidianeidad de los abuelos. Las complejas relaciones familiares. Su vulnerabilidad y fortaleza. La soledad más absoluta o el periodo de la caida. Aquel o aquella que se mira en un espejo y ve cómo se marchita. El anciano que se convierte en la pieza fundamental de una comunidad o el relegado al olvido y la injusticia. La vejez protagoniza drama, melodrama, comedia e incluso ciencia ficción… Y es un tema estrella en la sala oscura. Porque es un tema cercano que a todos nos toca…

La última ha sido la película de Haneke, Amor, pero la vejez es un tema que siempre ha estado presente. Ahora me espera el visionado de Primavera tardía de Ozu…, un hombre mayor condenado a la soledad cuando su hija deja el hogar porque se casa. Y pronto se estrenará la película que ha dirigido el actor Dustin Hoffman sobre un grupo de ancianos, excantantes de ópera, que viven en una residencia, El cuarteto.

Podemos buscar huellas desde el cine silente y ese testimonio triste del empleado anciano que es relegado a lo más bajo en un hotel y su progresiva caída al abismo… El último de Murnau.

La vejez puede ser contada, sobre todo, desde dos visiones: el camino hacia la muerte o el momento de realizar cosas que nunca se hicieron, las segundas oportunidades. O mezclar ambos temas. El camino hacia la muerte y el dolor que genera el ser mayor puede ser contado desde una perspectiva desgarrada como en Venus de Roger Mitchell o desde un camino tranquilo y amable, con naturalidad, del que sabe que el fin está cerca y hay que apurar como En el estanque dorado de Mark Rydell.

El mundo de las segundas oportunidades suele ser comedia o tragicomedia. Ahí está Alexander Payne contando las andanzas de un recién jubilado y viudo que emprende un viaje por carretera en A propósito de Schmidt. O David Lynch construyó su relato cinematográfico más clásico de la mano de Alvy y su tractor, un anciano que va al encuentro del hermano con el que se enfadó hace años en Una historia verdadera. Sin olvidarnos de esos abuelos que deciden viajar a la India y darse segundas oportunidades en El exótico hotel Marigold de John Madden.

La unión de ambas visiones: el camino hacia la muerte y las segundas oportunidades (de ser, por ejemplo, mejores personas) se unen en El gran Torino de Clint Eastwood que también encarna a Walt Kowalski, un hombre que se replantea las ideas que ha mantenido toda su vida ante la nueva realidad que le rodea.

Los ancianos son también guardianes de historias y poseen una sabiduría que los jóvenes no tienen. Cuentan viejas historias, narran cuentos y saben de qué va la vida. Ahí se encuentra Ninny que cuenta a quien quiera escucharla la historia de una encantadora de abejas y una dama sureña que se hacen amigas en los años de la depresión en Alabama… en Tomates verdes fritos. O también pueden ser personajes excéntricos que saben el significado de las ataduras y quieren por ello que sus seres más cercanos sean libres. Así le ocurre al abuelo con cara de Lionel Barrymore en Vive como quieras de Frank Capra. Ahí también se encuentra el abuelo macarra y yonqui que adora a su nieta y salta por encima de los prejuicios sociales en Pequeña Miss Sunshine.

… Hay abuelos frágiles y vulnerables a los que les afecta la realidad dura que les rodea. Así no olvidamos al anciano matrimonio de la familia Joad que son los primeros que perecen en el largo peregrinaje para encontrar un empleo durante la Gran Depresión en Las uvas de la ira de John Ford. O ese funcionario jubilado que no llega a final de mes y que le quieren echar de la habitación de alquiler donde ha vivido años en la emocionante Umberto D de Vittorio de Sica. O esa abuela que la diagnostican alzheimer y vive con su nieto (que comete un acto horrible)… y trata de buscar un poco de Poesía ante el horror de la realidad que la rodea. O ese matrimonio anciano que pierde su hogar y se lo queda el banco (¿a qué recuerda?)…, sus hijos (otro de los grandes temas las relaciones padres-hijos, abuelos-nietos) no tienen espacio para que se que queden juntos en una de sus casas y tienen que separarse por primera vez… y protagonizarán la más hermosa de las despedidas en Dejad paso al mañana de  Leo McCarey.

También existe el abuelo patriarca. Aquel que sigue siendo déspota por los siglos de los siglos o aquel que ejemplifica el final de un periodo histórico. Por ejemplo Burt Lancaster supo reflejarlo en su rostro en Novecento y El Gatopardo. O el abuelo patriarca de una familia, el que sustenta su memoria, como en La familia de Ettore Scola y un Vittorio Gasman que recorre décadas hasta ser un ilustre abuelo.

Otros abuelos conviven día a día con la soledad como Maria Galiana y Carlos Álvarez- Novoa en Solas de Benito Zambrano o una increíble Petra Martínez en La Soledad de Jaime Rosales. Y otros conviven con enfermedades degenerativas como el Alzheimer, ancianos que tratan de enfrentarse al olvido o que se hunden definitivamente en otros abismos como puede verse en El hijo de la novia, Lejos de ella o la película de animación Arrugas.

Y hay hasta abuelos que se codean con la ciencia ficción… y encuentran la fuente de la eterna juventud que viene ni más ni menos que de unos extraterrestres en Cocoon de Ron Howard. O ancianos que se cruzan con lo fantástico, como ese curioso caso de Benjamin Button que nació ya con muchos años a sus espaldas. Sin olvidarnos del caso del último viejo que queda con vida en el mundo y sus posibles vidas, Mister Nobody.

… La vejez es atrapada en la pantalla blanca… que curiosamente hace que sus personajes, hasta los más ancianos, sean inmortales…

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Diccionario cinematográfico (191)

Ceguera: He visto hace poco Sublime obsesión (1935) de John M. Stahl, uno de los maestros del melodrama que tenía como arma para contar historias su sencillez y elegancia. Lo imposible de los argumentos era superado por la naturalidad en la narración y la interpretación de sus actores. Así la historia de la viuda Hudson (Irene Dunne), que se queda ciega en un accidente, con el playboy millonario Merrick (Robert Taylor) que se convertirá en un reputado cirujano para curar a la amada consigue emocionar por su sencillez narrativa a pesar de lo poco verosímil. Por el contrario Douglas Sirk en su remake de los años cincuenta con Jane Wyman y Rock Hudson hace del barroquismo, la exaltación y la crítica del modo de vida americano su mejor arma en Obsesión. A Dunne la vemos aprendiendo a leer en braille y pasando multiples pruebas para ver si puede ser curada. A la Wyman la vemos con elegantes gafas oscuras y pasando las mismas pruebas…

Así de esta manera me han venido a la mente más películas donde los protagonistas sufren de ceguera física (porque hay otro tipo de ceguera, la emocional). Así una de las ciegas más recordadas es sin duda la protagonista de Sola en la oscuridad con el rostro de Audrey Hepburn… Una mujer ciega que se enfrenta en su apartamento con unos delincuentes. Y otra es la dulce violetera con rostro de Virginia Cherrill en Luces de la ciudad de Charles Chaplin. Por su ceguera y el sonido de la puerta de un coche surgirá una de las historias de amor más emocionantes y dolorosas de Charlot.

Entre los hombres ciegos recordamos a un Vittorio Gassman o un Al Pacino protagonizando, uno el original y otro el remake, Perfume de mujer/Esencia de mujer. Cada uno representa a un militar de alto grado que se ha quedado ciego y es cuidado durante un corto periodo por un joven que recibe lecciones de vida de un hombre con mucha historia a sus espaldas. El acompañamiento marcará a ambos.

El milagro de Ann Sullivan de Arthur Penn llevó a la pantalla la historia de Helen Keller una niña ciega y sordomuda que con ayuda de una maestra llegará a convertirse en universitaria, escritora y conferenciante…

Otro hombre ciego difícil de olvidar es el proyeccionista de cine Alfredo, uno de los protagonistas de ese canto al cine que es Cinema paradiso. Alfredo pierde la vista tras un incendio en la sala de proyecciones donde es salvado por Totó, un niño que ama el cine.

Si nos trasladamos a la actualidad tenemos dos maneras de tratar la ceguera como metáfora. En un musical especial de Lars Von Triers, Bailar en la oscuridad, muestra la progresiva ceguera de su protagonista (a través de escenas musicales) pero también la de la sociedad en la que vive sus extremas desgracias. Por otra parte Fernando Meirelles se atrevió con esa adaptación de la genial novela de Saramago (Ensayo sobre la ceguera) y realizó A ciegas. En un país donde se propaga una epidemia de ceguera, los afectados son recluidos… surge un estado de terror. Entre todos los ciegos recluidos hay un matrimonio donde ella es la única que no ha perdido la vista pero no lo dice para estar junto a su esposo…

Buñuel a lo largo de su filmografía plasmó la ceguera física y emocional. Los ciegos están presentes en sus películas como en Los Olvidados o Viridiana. Por estos lares también Almodóvar muestra a un director de cine (Lluis Homar) que se queda ciego tras un accidente en Los abrazos rotos que lucha por no olvidar el rostro de la amada. O Isabel Coixet en la maravillosa La vida secreta de las palabras muestra la especial relación entre una mujer solitaria y un hombre que ha perdido durante un periodo de tiempo la vista (por un accidente laboral en una plataforma petrolífera).

A veces el humor también ha estado presente en temas de ceguera. Recuerdo a un director de cine con el rostro de Woody Allen, que se queda ciego cuando debe realizar una película y decide ocultar su ceguera y seguir adelante con su proyecto cinematográfico. Desternillante. Se trata de Un final made in Hollywood.

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