Vejez: El proceso de envejecimiento, los ancianos, los abuelos, las enfermedades y achaques, la fragilidad, los fallos de memoria, la soledad, las segundas oportunidades, los recuerdos… son temas que acompañan a la vejez. Y son temas que hemos visto numerosas veces plasmados en la pantalla de cine. Desde el drama más descarnado hasta la posibilidad de realizar un sueño imposible. La cotidianeidad de los abuelos. Las complejas relaciones familiares. Su vulnerabilidad y fortaleza. La soledad más absoluta o el periodo de la caida. Aquel o aquella que se mira en un espejo y ve cómo se marchita. El anciano que se convierte en la pieza fundamental de una comunidad o el relegado al olvido y la injusticia. La vejez protagoniza drama, melodrama, comedia e incluso ciencia ficción… Y es un tema estrella en la sala oscura. Porque es un tema cercano que a todos nos toca…
La última ha sido la película de Haneke, Amor, pero la vejez es un tema que siempre ha estado presente. Ahora me espera el visionado de Primavera tardía de Ozu…, un hombre mayor condenado a la soledad cuando su hija deja el hogar porque se casa. Y pronto se estrenará la película que ha dirigido el actor Dustin Hoffman sobre un grupo de ancianos, excantantes de ópera, que viven en una residencia, El cuarteto.
Podemos buscar huellas desde el cine silente y ese testimonio triste del empleado anciano que es relegado a lo más bajo en un hotel y su progresiva caída al abismo… El último de Murnau.
La vejez puede ser contada, sobre todo, desde dos visiones: el camino hacia la muerte o el momento de realizar cosas que nunca se hicieron, las segundas oportunidades. O mezclar ambos temas. El camino hacia la muerte y el dolor que genera el ser mayor puede ser contado desde una perspectiva desgarrada como en Venus de Roger Mitchell o desde un camino tranquilo y amable, con naturalidad, del que sabe que el fin está cerca y hay que apurar como En el estanque dorado de Mark Rydell.
El mundo de las segundas oportunidades suele ser comedia o tragicomedia. Ahí está Alexander Payne contando las andanzas de un recién jubilado y viudo que emprende un viaje por carretera en A propósito de Schmidt. O David Lynch construyó su relato cinematográfico más clásico de la mano de Alvy y su tractor, un anciano que va al encuentro del hermano con el que se enfadó hace años en Una historia verdadera. Sin olvidarnos de esos abuelos que deciden viajar a la India y darse segundas oportunidades en El exótico hotel Marigold de John Madden.
La unión de ambas visiones: el camino hacia la muerte y las segundas oportunidades (de ser, por ejemplo, mejores personas) se unen en El gran Torino de Clint Eastwood que también encarna a Walt Kowalski, un hombre que se replantea las ideas que ha mantenido toda su vida ante la nueva realidad que le rodea.
Los ancianos son también guardianes de historias y poseen una sabiduría que los jóvenes no tienen. Cuentan viejas historias, narran cuentos y saben de qué va la vida. Ahí se encuentra Ninny que cuenta a quien quiera escucharla la historia de una encantadora de abejas y una dama sureña que se hacen amigas en los años de la depresión en Alabama… en Tomates verdes fritos. O también pueden ser personajes excéntricos que saben el significado de las ataduras y quieren por ello que sus seres más cercanos sean libres. Así le ocurre al abuelo con cara de Lionel Barrymore en Vive como quieras de Frank Capra. Ahí también se encuentra el abuelo macarra y yonqui que adora a su nieta y salta por encima de los prejuicios sociales en Pequeña Miss Sunshine.
… Hay abuelos frágiles y vulnerables a los que les afecta la realidad dura que les rodea. Así no olvidamos al anciano matrimonio de la familia Joad que son los primeros que perecen en el largo peregrinaje para encontrar un empleo durante la Gran Depresión en Las uvas de la ira de John Ford. O ese funcionario jubilado que no llega a final de mes y que le quieren echar de la habitación de alquiler donde ha vivido años en la emocionante Umberto D de Vittorio de Sica. O esa abuela que la diagnostican alzheimer y vive con su nieto (que comete un acto horrible)… y trata de buscar un poco de Poesía ante el horror de la realidad que la rodea. O ese matrimonio anciano que pierde su hogar y se lo queda el banco (¿a qué recuerda?)…, sus hijos (otro de los grandes temas las relaciones padres-hijos, abuelos-nietos) no tienen espacio para que se que queden juntos en una de sus casas y tienen que separarse por primera vez… y protagonizarán la más hermosa de las despedidas en Dejad paso al mañana de Leo McCarey.
También existe el abuelo patriarca. Aquel que sigue siendo déspota por los siglos de los siglos o aquel que ejemplifica el final de un periodo histórico. Por ejemplo Burt Lancaster supo reflejarlo en su rostro en Novecento y El Gatopardo. O el abuelo patriarca de una familia, el que sustenta su memoria, como en La familia de Ettore Scola y un Vittorio Gasman que recorre décadas hasta ser un ilustre abuelo.
Otros abuelos conviven día a día con la soledad como Maria Galiana y Carlos Álvarez- Novoa en Solas de Benito Zambrano o una increíble Petra Martínez en La Soledad de Jaime Rosales. Y otros conviven con enfermedades degenerativas como el Alzheimer, ancianos que tratan de enfrentarse al olvido o que se hunden definitivamente en otros abismos como puede verse en El hijo de la novia, Lejos de ella o la película de animación Arrugas.
Y hay hasta abuelos que se codean con la ciencia ficción… y encuentran la fuente de la eterna juventud que viene ni más ni menos que de unos extraterrestres en Cocoon de Ron Howard. O ancianos que se cruzan con lo fantástico, como ese curioso caso de Benjamin Button que nació ya con muchos años a sus espaldas. Sin olvidarnos del caso del último viejo que queda con vida en el mundo y sus posibles vidas, Mister Nobody.
… La vejez es atrapada en la pantalla blanca… que curiosamente hace que sus personajes, hasta los más ancianos, sean inmortales…
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Precioso texto,amiga Hildy.Me gusta mucho la imagen que antecede al post.Poco puedo añadir aquí y lo digo para no ensuciar tus palabras sobre un tema al cual soy sensible. A mí me gusta mucho la película Umberto D,de De Sica,me gusta otra que no recuerdo el título dirigida por Kurosawa y es poco conocida sobre la historia de un funcionario gris que vive solo y al final de su vejez se da cuenta de la vida de mierda que ha llevado cuando le diangnostican una grave enfermedad.También me gusta Ni un pelo de tonto,con un magnífico Paul Newman. El abuelo de Garci es interesante por lo que cuenta respecto a cómo estaba cambiando la gente a las puertas del siglo XX. Me gusta mucho una peliculita magnífica producida por Spielberg, Mi padre,con un Jack Lemmon muy envejecido y conmovedor y,El cochecito interpretada por el abuelo de todos los cinéfilos,Pepe Isbert.
En fin,magnífico que da para departir durante horas y horas (quedamos en el asilo)no,cuando lleguemos a viejo no tendremos ya esa opción,quizá en el banco de un parque.
Besos y más besos
… sí, sí ahí nos encontramos, en el banco de un parque, como en MIS TARDES CON MARGUERITTE donde una abuela conoce ahí a un buen hombre y lo inicia en el placer de la lectura… Y muchas tardes leen juntos en el banco del parque.
La película de Kurosawa no la he visto y tengo unas ganas tremendas… se llama VIVIR, título de lo más explícito. MI PADRE… sigue en mi baúl de pendientes… Qué ganas de verla.
Y me encanta el apunte de Isbert y su cochecito.
Henry Fonda y Katherine Hepburn están magníficos en ese estanque dorado… Inmortales…
Besos, besos y besos centelleantes y divinos
Hildy
En efecto, se titula Ikiru (Vivir) y es absolutamente magnífica, mi querida Hildy, te va a chiflar desde el minuto uno. Y eso que es bien larga…
En este estupendo y exhaustivo listado no entiendo cómo se te ha podido pasar: «Abuelo made in Spain», de Paco Martínez Soria…
Besos
Y qué me dices de Adivina quién vine esta noche. Lo digo porque esa la tengo muy fresca. Los padres mayores que luchan contra los estigmas de toda una vida en una noche, para hacer feliz a su hija.
Lo sé, lo sé… tengo tanta tarea pendiente…
Ay, el señor Paco… me lo dejé en un rincón de la memoria. Vaya.
Besos mañaneros
Hildy
Sí, Carmen, de Adivina quién viene esta noche siempre recuerdo el rostro de Spencer Tracy y la ternura que me inspira. Como las miradas que se echan él y su Katherine.
Besos
Hildy
Que repaso tan delicioso. Lo curioso del caso es que podemos montarnos un ciclo con kate y Henry, desde sus comienzos hasta su estanque dorado y envejecer con ellos.
Con el hotel Marigold no puedo, pero pones otros títulos que se guardan en lamemoria como el de Lynch o Umberto D entre otros.
Por otro lado,y por aportaralgo a esta excelente entrada,siempre me acuerdo del señor Cayo, al que le disputaban el voto. Un abrazo.
… ¡Mi querido Victor… qué ciclo con Henry y Kate! Qué pasada.
Mira con el hotel Marigold me pasó algo curioso: no aguanté su discurso colonialista tipo aquí hace falta que lleguen los abuelillos para hacer que este joven chico indio saque adelante el hotel y también la super abuela que va a enseñar a un grupo de profesionales indios cómo trabajar en una empresa. No pude tampoco con esa visión ‘exótica’ de la India, país colorido y con historias tipo Bollywood… pero ¿entonces, te preguntarás, por qué la mencionas? Porque a pesar de los pesares hubo tres personajes que me enamoraron y me dieron mucha ternura: el que hace Tom Wikilson, el de Maggie Smith y el de Bill Nighy. Y por ellos hubo momentos en los que disfruté y hasta eché una lagrimilla…
¡Buenísimo ese recuerdo al señor Cayo!
Besos
Hildy
Una preciosidad de entrada, amiga Hildy. Una película maravillosa y muy emocionante por distintos motivos. Besicos.
Me alegra que te haya gustado, Marcos. ¿La película maravillosa a la que te refieres es EN EL ESTANQUE DORADO? A mí siempre me emociona ver a Henry y Kate en ese estanque…
Besos y más besos
Hildy
Como loco anotando muchas de las referencias que explicas, ¡cuántas lagunas! Este tema me gusta mucho, además la última de Haneke me conmovió tanto que me gustaría seguir indagando… «Elsa y Fred» también la incluiría dentro de esta temática, para mi fue una especie de remake de los personajes de la Dolce Vita pero mayores y en argentino. Muy linda.
Un beso.
Jose
Querido Jose, pues mira tu por donde que me han llegado diversas referencias de Elsa y Fred pero es una película que tengo en mi baúl de películas pendientes… y además me haces una relación tan llamativa que no me va a quedar más remedio que verla…
Es un tema cercano y duro… y con muchas posibilidades de tratamiento en el mundo del cine. AMOR efectivamente conmueve. A mí otra de las películas que más me conmueve sobre la vejez es UMBERTO D de Vittorio de Sica.
Besos
Hildy