Declaración de guerra de Valérie Donzelli

Declaración de guerra no es una obra maestra. Declaración de guerra es maravillosamente imperfecta. Declaración de guerra es una película vital construida de emoción. Y respira verdad. Mucha verdad. Declaración de guerra es una propuesta necesaria. Una propuesta política. Declaración de guerra deberían verla muchas personas que desde puestos de poder no cuidan la Sanidad Pública y quieren instalar otro modelo que no es el ideal porque no sería un servicio público y de calidad para todos. Y Declaración de guerra es sobre todo honesta porque refleja esa Sanidad Pública con veracidad (con todo lo bueno que representa y también con una pátina crítica —porque por suerte todo es mejorable—).

Valérie Donzelli sabe de lo que habla. Y sabe lo que muestra porque lo ha vivido. Y su pareja en ficción y en la realidad, Jérémie Elkaïm (que firma junto a ella el guion), también. Por eso ambos son creíbles. Y no buscan caer bien, mal o regular. No buscan que el espectador se conmueva, llore y sienta compasión. Sino que realizan una ficción (y la cuentan de la forma que les sale del alma) a manera de autobiografía o diario para contar una declaración de guerra a la enfermedad de su hijo de 18 meses, un tumor maligno cerebral. Un cáncer.

Y Donzelli y Elkaïm no se van por la fórmula lacrimógena de padres coraje que superan obstáculos y luchan desesperados por la recuperación de la salud del hijo. Ni presentan el sufrimiento del pequeño que genera lágrima y dolor. Ni emplean la fórmula telefilm basada en hechos reales. Donzelli y Elkaïm regalan su propia mirada personal de padres con miedo pero que apuestan por el optimismo aunque la lucha durante ocho años acabe minando y desgastando una relación. Presentan batalla ambos rodeados de amigos y familia. Y una de sus armas para combatir es el humor.

Estos dos últimos años por distintos motivos he pasado bastante tiempo en hospitales de la Sanidad Pública. Por eso sé lo que sienten y lo que viven los personajes de Romeo y Julieta (que cuando se enamoran saben que les une un destino trágico pero no el shakesperiano) y comparto sus amores, agradecimientos y también aquello que critican. Y su defensa a un modelo de sanidad que tiene que ir mejorando y no ir minándolo, recortándolo y destrozándolo.

Valérie Donzelli cuenta la historia de dos jóvenes que se enamoran, tienen un hijo y éste enferma. Y a partir de ahí su paso por hospitales se convertirá en la rutina necesaria. Donzelli realiza una película con estética de los primeros años de nouvelle vague, da un protagonismo esencial a la música que acompaña los sentimientos de los personajes, espolvorea sentido del humor, y mucho, mucho, mucho amor. En un momento dado hasta se escapa el espíritu de Demy… y sus protagonistas cantan canciones de amor o nanas. Donzelli cuenta de manera y forma personal.

Declaración de guerra conmueve. Es vital. Y por eso es maravillosamente imperfecta.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.