Sydney Pollack y Robert Redford… en busca del héroe romántico

Otra simbiosis de director y actor que provocó la búsqueda de un héroe romántico con sentido crítico y en comunión con la madre naturaleza. Sydney Pollack y Robert Redford dejaron un legado cinematográfico a tener en cuenta. Y si hablo en pasado es porque esta simbiosis se rompió en 2008 cuando Pollack dejó el planeta tierra… y dejó a su actor fetiche huérfano. El actor continúa trabajando incansable como director y productor…

El héroe romántico busca sus señas de identidad. Es siempre un hombre inconformista, con las ideas muy claras, que lucha constantemente y se apasiona. Y como hombre que se apasiona se enamora. Y como héroe que lucha también en ocasiones se encuentra solo. Pero este héroe romántico tiene muy claro el tema de la libertad de las personas. Personas libres. Y eso en el amor, paradoja de las paradojas, complica más si cabe las relaciones… y las vuelve más maravillosamente románticas.

El techo lo tocaron con Memorias de África pero en el camino dejaron muchas historias a tener en cuenta.

Propiedad condenada (1966)

El principio del idilio entre Redford y Pollack comenzó con una interesante y melancólica película que adaptaba una obra literaria de Tennessee Williams. Una película que se quedó en fallida, y hoy en día olvidada, pero absolutamente rescatable. Y como acostumbraba este dramaturgo era una obra de amores desatados que terminaba, como no, en tragedia. Así los protagonistas eran un jovencísimo Robert Redford y una bellísima Natalie Wood. Ya empezaba la gestación del héroe romántico con halo trágico. Aquí Redford se encontraba en plena Depresión con un papel muy desagradecido en una pequeña localidad. Es el funcionario que tiene que despedir al personal. Esto le convierte en el enemigo (y por tanto en hombre solitario) y se dispara mucho más el odio en todo el pueblo cuando conquista a la muchacha más popular del lugar.

Las aventuras de Jeremiahs Johnson (1972)

Su siguiente colaboración trajo una película donde se reflejaba la relación del hombre con la naturaleza. Así hay dos claros protagonistas Johnson, el hombre que deja todo en su vida, cansado de la civilización y del sistema, y se adentra en las montañas; y la Naturaleza. Un viaje iniciático repleto de soledad, aventura y búsqueda de la libertad. Tengo un recuerdo lejano pues sólo la he visto una vez y hace muchísimos años… Pendiente queda un nuevo visionado.

Tal como éramos (1973)

El héroe romántico va llegando a su culminación. Pollack trata de hacer una de sus películas más políticas pero se queda en el camino. Sin embargo crea una historia de amor, que a mí personalmente, me seduce en cada visionado. Es de esas películas ricas en matices y más si tenemos en cuenta lo que podría haber sido o lo que se oculta bajo sus fotogramas. Por eso Tal como éramos se convierte para mí en apasionante.

Así nos encontramos con la historia de personas enamoradas pero antagónicas en su manera de ver la vida. Y en su respeto por la libertad de cada uno protagonizan historia de amor imposible. Así Robert Redford y Barbra Streisand se convierten en Hubbell y Katie con diferentes compromisos políticos y sociales en sus vidas pero que se encuentran una y otra vez, se admiran y se aman… aunque nunca puedan encontrarse del todo. La culminación de su separación y su drama es la Caza de Brujas.

Los tres días del cóndor (1975)

El héroe romántico enfrentado contra todos, contra fuerzas ocultas (política de los poderosos donde los seres humanos se convierten en marionetas a las que se puede cortar los hilos en cualquier momento), en una buena película de espionaje. En una carrera desesperada de un personaje que no sabe cuál es la cara de su enemigo, en esa carrera trágica hacia la vida o hacia la muerte, en esa carrera veloz…, el héroe romántico vuelve a enamorarse apasionadamente…, tan apasionado, como en su huida.

El jinete eléctrico (1979)

Película donde el héroe romántico se come la historia. Y Redford es un desencantado cowboy, campeón mundial de rodeos, que termina sus días comido por la industria de la publicidad y el consumo, anunciando unos cereales para el desayuno. Arrastra su pesimismo empapado de alcohol metido en un traje de luces. Hasta que un día le estalla la conciencia y el pasotismo cuando se da cuenta que la firma para la que trabaja maltrata a un caballo de carreras (lo droga, cura mal una lesión…) y le ha arrebatado su vida salvaje y libre. Así que no se lo piensa: vestido en su traje de luces en pleno Las Vegas, secuestra el caballo para devolverle a la naturaleza (y de paso recuperar él mismo su esencia)… Y empieza entonces una persecución a este cowboy que se enfrenta a un mundo moderno donde el consumo, la publicidad y los mass media separan al hombre de la naturaleza y la libertad. Como punto de unión entre los dos mundos está una intrépida reportera con cara de Jane Fonda que primero quiere una historia y después quiere al vaquero.

Memorias de África (1985)

La culminación del héroe romántico según Pollack y Redford es esta adaptación cinematográfica de las memorias de la escritora danesa Isak Dinesen. Redford encarna al aventurero cazador Denys Finch Hatton… que huye de los posesivos y, sin embargo, es un hombre apasionado con la vida y con las personas. Que ama… sin posesivos. Recordar Memorias de África es pensar una y otra vez en bellas escenas de enamoramiento: un baile, contar un cuento (algo que se repetiría en El paciente inglés), lavar el pelo, un vuelo en avión… Y también recordar la soledad, la libertad, el inconformismo, la comunión con la naturaleza del héroe romántico así como su destino trágico.

Habana (1990)

Siempre me he resistido a verla. Parece ser (pero lo digo desde la ignorancia) que no fue la mejor despedida de este buen tándem. Esta vez el héroe romántico es una especie de Rick de Casablanca pero en La Habana y poco antes de la revolución castrista… Quizá me lleve una sorpresa o aunque no sea producto redondo siempre haya algo que rescatar. Seguro.

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