Diccionario cinematográfico (187)

Bailarinas de danza clásica: etéreas y disciplina férrea. Romanticismo y sacrificio. Fragilidad y dureza. Éxito y caída. Bailarinas de danza clásica que han poblado el celuloide con sus zapatillas en punta, sus dobles piruetas, sangre, sudor y lágrimas…

En una película tristemente fallida (porque partía de una buena premisa de fondo), Matt Damon es un político joven en carrera ascendente que se topa con una misteriosa joven, Elise (con rostro y cuerpo de Emily Blunt). Elise es bailarina de danza clásica y contemporánea en una compañía. El político no debe enamorarse de la dama, no está en su plan de vida diseñado y controlado por unos hombres de negro con sombrero. Pero el azar interviene y se encuentran… los hombres de negro lo ven todo perdido si el joven político logra ver bailar a Elise… Y esto ocurre. Todos los hombres tienen un Destino oculto… pero a veces está en la mano de los propios hombres cambiar el curso de ese destino…

Deborah es una niña judía en Brooklyn con ambiciones de bailarina. Con disciplina férrea ensaya con su gramófono en la parte trasera del bar que tiene su familia. Desde pequeña sabe que ambiciona una vida de niña rica con éxito y fama por compañeras. Baila y danza con su melodía favorita, Amapola, y se sabe ya admirada por unos ojos que la observan desde un agujero secreto en el baño. Él es Noodles. Y ambos vivirán décadas y décadas de un amor-desamor que les consume y rompe. … Érase una vez en América.

Nina vive absolutamente absorbida por la danza clásica… y su mente frágil vive encerrada en un cuerpo que se exige hasta llegar a la perfección… Un coreógrafo la exprime. Éste hace que vea cómo tiene la técnica y no el alma. El secreto está en el alma… para sentir el baile. Y Nina viaja hasta sus miedos más profundos y remueve su frágil cabeza… para sentir. Todo es amenazante: hasta su propia sombra. Su madre castradora, la compañera competitiva y la diva caída de su compañía de danza. El Cisne negro renace de sus terrores para destruirla… aunque ejecute una danza perfecta.

Danza clásica y striptease parece una mezcla imposible. Sin embargo esta combinación ha existido en el cine. Uno es difícil que olvide a un Carlito Brigante bajo la lluvia mirando en dirección de un estudio de danza clásica mientras el amor de su vida, Gail, baila para conseguir un sueño lejano. Mientras ella tiene que sobrevivir… así que danza en un club nocturno. Él atrapado por su pasado trata de recuperar lo único rescatable de años atrás…

Y la otra bailarina de striptease con ambiciones de danza clásica se llama Alex. Soldadora de día, bailarina de striptease de noche… y el tiempo que le queda ensaya para entrar a una prestigiosa academia de danza clásica. En su sueño le ayuda una anciana que fue diva de la danza clásica… Esto es Flashdance

En la danza clásica hay grandes divas. Divas que se sacrifican a la soledad más absoluta. Divas dispuestas a todo tipo de renuncia con tal de bailar. U otras que no llegan a serlo… porque deciden retirarse y vivir otra vida, otro amor. Las divas ven como otras más jóvenes y mejores las quitarán de los escenarios. Y la próxima parada es convertirse en coreógrafas o profesoras de ballet. Pero también viven la fuerza de sentirse amadas en los escenarios. Las jóvenes que empiezan saben que es una vida de dureza y disciplina. Algunas siguen en esta carrera férrea, otras abandonan. Todo esto puede verse estupendamente bien en una olvidada película de finales de los setenta: Paso decisivo. Las grandes divas tienen rostros de Anne Bancroft y Shirley McLaine. Y la joven promesa en la bailarina Leslie Browne.

Otra diva de aire trágico tiene el rostro de Helen Mirren. Ella es bailarina clásica rusa en tiempos de la guerra fría. Y prefiere seguir bailando en su país a pesar de la limitación del repertorio y de ser constantemente vigilada (luego nos enteramos que su situación también es por amor)… Oye música prohibida a escondidas y llora en un escenario vacío cuando su antiguo amor le dice que él no quiere ser un héroe, que sólo quiere bailar… que le ayude a escapar… Eso ocurre en Noches de sol.

“Buscáis la fama, pero la fama cuesta, pues aquí vais a empezar a pagar, con sudor”, ésa es la famosa frase de la profesora de danza clásica de la academia de artes más dura de New York. Allí se mezclan músicos, con cantantes, con actores y por supuesto con bailarines de danza clásica… que sudan en las clases, y tienen los primeros fracasos, éxitos y complejas elecciones. Yo me quedo con la Fama de Alan Parker.

También Robert Altman quiso indagar en el seno de una compañía de ballet clásico y contemporáneo… y nos cuenta los sueños y frustraciones de sus integrantes. Bailarines, coreógrafos, amores, desamores, éxitos y fracasos, enfrentamientos, rivalidades… y la danza de fondo. The company indaga en los entresijos que no siempre son hermosos…

Por supuesto el cine clásico también tiene a sus bailarinas de danza clásica de oro. Rescataremos algunas. El viejo Chaplin ya no es Charlot ahora es un payaso anciano refugiado en el alcohol en el Londres más pobre enamorado pérdidamente de una joven bailarina a punto de suicidarse porque no puede mover sus piernas… entre Candilejas resurge una triste historia de amor no correspondido. Michael Powell y Emeric Pressburger ya pusieron a Moira Shearer en una difícil posición: la entrega profesional sobre todas las cosas o el sacrificio del amor… con una Zapatillas rojas. Vivien Leigh era una hermosa bailarina de danza clásica enamorada de un joven soldado… no podía faltar el melodrama. De bailarina a prostituta… son tiempos de guerra, tiempos de supervivencia… es una triste historia en El puente de Waterloo.

Mientras recuerdo, sigo en un escenario con mis zapatillas de punta… moviendo mis brazos y mis piernas, casi etérea. Frágil y dura a la vez…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.