Diccionario cinematográfico (186)

Restaurantes: Hoy nos vamos de restaurantes… y el abanico está servido. Si quiere un restaurante de buena comida italiana podemos visitar uno especial en el Nueva York de El Padrino (1972). El problema es que no tendremos una sobremesa agradable. Michael Corleone comienza su venganza sin que le tiemble el pulso y dispara al policía corrupto McClusky y al mafioso Sollozo.

Si prefiere un ambiente nostálgico podemos irnos a Argentina al restaurante de Rafael. Le conocimos en El hijo de la novia. Seguro que su padre nos puede contar historias del pasado de cómo su esposa llevaba a los comensales a una mesa determinada y les hacía sentirse únicos. Todavía conserva el espíritu cercano. Y se siente cierta armonía y trabajo en equipo. A pesar de que a veces Rafael se echa todos los problemas sobre los hombros y es incapaz de pedir ayuda. Desde las cocinas salen unos aromas inolvidables…

Por el contrario si le apetece un restaurante elegante (y recargado también), clásico y con ciertas dosis de misterio, su local se encuentra en San Francisco. El sitio siempre nos lo encontramos si vemos una y otra vez Vértigo. No se olvide que sabremos cómo es un amor a primera vista: el detective Scottie se encontrará por primera vez a Madeleine.

Para una cena de negocios o para cerrar un trato sin duda el lugar indicado es un restaurante de Los Ángeles funcional y elegante. Sólo tiene que visionar Pretty Woman y ahí estará. Sin embargo sólo hay un peligro, que en su plato caigan varios moluscos, caracoles y otros alimentos similares si nos sentamos al lado de Vivian y su compañero el ejecutivo.

Por el contrario si lo que le apetece es uno de esos restaurantes pequeños, rústicos, que esconden el sabor local de la zona donde se ubican… puedo recomendarle uno en el seno de París. Sólo tiene que lanzarse a descubrir Ninotchka. Cuidado porque las sillas son frágiles y fomentan el desequilibrio… aunque si conseguimos hacer reír a una seria y bella comisaria rusa con cara de Greta Garbo quizá nos merezca la pena.

A lo mejor le apetece algo más movidito y divertido. Podemos elegir un restaurante automático de los años treinta que en un momento dado sus mecanismos se vuelven locos por una trepidante y divertida pelea en cocina. Así todos los compartimentos de comida preparada empezarán a lanzar platos de comida por doquier… Nadie se quedará con hambre. Y además veremos cómo uno de los trabajadores de cocina (un niño de papá que decide rebelarse) encontrará a la chica de sus sueños… Está invitado en Una chica afortunada.

Quizá lo que quiere es un restaurante más moderno y a ser posible de comida rápida pero algo sofisticado y que ofrezca además algún aliciente. Entonces le recomiendo que vea Pulp Fiction. Ahí encontraremos un restaurante donde un camarero puede ser Elvis Presley o Frank Sinatra o más allá una camarera a lo Marilyn Monroe o con pinta de Jayne Mansfield. En el centro hay un escenario donde pueden celebrarse concursos de baile o de karaoke. Podemos elegir mesas en forma de coches descapotables. Ahhh, nuestros compañeros de mesa pueden ser Vincent Vega y Mia, la chica de su jefe el mafioso.

Si no ha encontrado todavía lo que quiere no se preocupe. La oferta sigue siendo amplia. Los hay pequeños, familiares y muy románticos. Y, ojo, porque podemos ser testigos de una petición de mano. Un hombre puede retirar la silla y ponerse de rodillas ante la amada para ofrecerle el anillo. Nos lo vamos a pasar bien y quizá volvamos a creer en el amor. Este restaurante en concreto se encuentra en Nueva York y podemos acudir en una noche en que haga efecto el Hechizo de luna.

Si seguimos en Nueva York le sugiero encontrar otro restaurante elegante y minimalista. Sencillo. Velas en las mesas y una buena y selecta comida. Podemos conocerlo en Shame, una de las películas más tristes de los últimos tiempos. Nuestro vecino de mesa puede ser un desubicado Brandon incapaz de establecer una relación normal y natural con una compañera de trabajo que le atrae…

No se preocupe si lo ha pasado mal en esta última recomendación podemos viajar de nuevo a la vieja Europa y para recuperar viejas historias de amor irnos a Italia. En una pequeña localidad italiana hay un precioso y antiguo hotel con su correspondiente restaurante al que no le falta música en directo. Avanti, no pierda ocasión de conocerlo. Quizá conozcamos a la persona ideal… y quedemos con ella tan sólo una vez al año, un mes.

Como ve las sugerencias no acaban… La lista es mucho más larga. ¿Me sugiere alguno nuevo? ¿Qué nos encontraremos en él?

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