Abbott y Costello contra los fantasmas (Abbott y Costello meet Frankenstein, 1948) de Charles Barton

… Sigamos con las risas. El lunes aproveché el ansiado día del espectador en los Verdi y me metí en una película terroríficamente divertida. ¡Y vaya si paré algún momento de carcajearme! Estos cines llevan a cabo una bonita labor que es proyectar clásicos en alta definición en una hermosa pantalla blanca.

Este estreno lo han hecho coincidir con el centenario de la productora de los monstruos: Universal Pictures. En esta productora vivían todas las criaturas amadas que poblaban nuestras pesadillas de infancia: Drácula, Frankenstein y su novia, El hombre lobo, La momia, El hombre invisible… pero hubo un momento en que estos monstruos después de una guerra cruel y de muchos momentos duros ya no daban el miedo que causaron en sus primeras apariciones… Eran más inocentes que los propios humanos y el público ya no se asustaba con ellos.

Así que las películas protagonizadas por estos míticos monstruos fueron fracasando en taquilla… Parecía que iban a quedarse sin trabajo. Ya no daban miedo. Entonces a la Universal se le ocurrió una idea ¿y si protagonizan una película donde se den situaciones divertidas? ¿Y si los monstruos nos divierten en vez de asustarnos? ¿Y si nos reímos de ellos y con ellos? ¿Y si metemos a dos cómicos muy cómicos y que vivan una y mil aventuras con los monstruos…? Y nació Abbot y Costello contra los fantasmas y una segunda carrera profesional para aquellos que nos dieron tanto miedo, les seguiríamos queriendo pero además esta vez moriríamos de la risa.

Abbott y Costello son dos transportistas a cada cual más tonto… y reciben dos cajas enormes bien embaladas que tienen que llevar a un museo del terror. Pero este encargo no es tan sencillo… Abbott y Costello se enfrentan ni más ni menos que con Drácula (Bela Lugosi), Frankenstein (Glenn Strange), el hombre lobo (Lon Chaney Jr) y por aparecer aparece hasta el hombre invisible. También se las tienen que ver con el dueño del museo, un hombre insoportable (Frank Fergunson) y con toda una mujer fatal (Lenore Aubert) y con otros secundarios que no pintan mucho pero así dan más dosis de surrealismo a la película.

Están absolutamente todas las claves de las películas de terror de la Universal, los ambientes tenebrosos, las apariciones, las sombras, las transformaciones… pero lloras de la risa porque en todo momento hay dos panolis que ponen patas arriba el mundo de las criaturas. Y en todo momento sientes la inocencia de esos monstruos.

Hay castillos tenebrosos, noches de luna llena, luchas terribles, un Frankenstein con toda su fuerza bruta, habitaciones con puertas falsas, laboratorios extraños, bosques tenebrosos, oscuridad, ataúdes, gritos… pero ves a Drácula, un Bela Lugosi que te trae a la memoria ese anciano decadente de Tim Burton, que trata de hipnotizar con sus ojos y sus manos a sus ‘víctimas’ y te entra una ternura increíble. Lo mismo pasa con un hombre que se transforma en lobo que pide por favor que le encierren en la habitación. O ya es el colmo con un Frankenstein agotado (siempre víctima) al que quieren trasplantar un cerebro con menos coeficiente intelectual que el suyo para que sea imposible que se rebele y siempre obedezca… Esos monstruos que tratan de seguir haciendo con la misma dignidad su trabajo… y lo consiguen.

Abbott y Costello nos divierten todo el rato a un ritmo vertiginoso (hacen reír ellos mismos con sus gestos, su manera de comportarse, su físico y viven además situaciones que nos causan risa). El director Charles Barton dirigiría a la pareja de cómicos en varias ocasiones y en varios éxitos. Y ya algo que me dio más ternura todavía fueron los buenos pero inocentes efectos especiales: ese Drácula que se transforma en murciélago (animado) o ese hombre que se convierte ante nuestros ojos en hombre lobo…

… Leo la hoja informativa de esta película y me corrobora algo que se intuye mientras la ves y es que fue una película pionera en mezclar el terror y la risa. Sentimos su influencia posterior. Así enseguida recuerdo esas series de televisión de reposición que me encantaban en mi infancia y me reconciliaban con los monstruos: la familia Monster y la familia Adams. Pero la influencia de esta película sigue siendo alargada…

Algún día hablaremos largo y tendido de parejas de cómicos que nos hicieron reír (o no) a lo largo de las décadas: del Gordo y el Flaco, de Abbott y Costello, de Bob Hope y Bing Crosby, de Jerry Lewis y Dean Martin…

… Lo importante es una cosa, lo importane es seguir riendo…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.