Medianeras (2011) de Gustavo Taretto

Necesitaba una película linda a ser posible del denostado género de la comedia romántica (pero como todos los géneros plagado de sorpresas y buenas obras cinematográficas)… y encontré la medicina, el remedio, en una película argentina que apenas duró unos días en sala de cine el año pasado pero que me quedé con muchas ganas de visitarla, Medianeras de Gustavo Taretto. La espera mereció la pena… he podido ver justamente lo que quería, una película linda.

Sus pequeñas imperfecciones no empañan una historia tierna y bien contada sobre dos personajes que viven cerca pero no se encuentran en la gran ciudad de Buenos Aires. Dos personajes que intuimos que si logran coincidir en el tiempo y en el espacio están condenados a conocerse y acabar con sus respectivas soledades…

Él es diseñador de páginas webs. Y vive en una apatía continua encerrado en su caja de zapatos y comunicado con el mundo a través de Internet. Un mundo virtual. Su estado se debe en parte al abandono de una novia que se fue a Nueva York y ya no regresó. Ella es arquitecta pero no ejerce, vive en otra caja de zapatos, y se dedica a la decoración de escaparates, vive rodeada de maniquíes sin vida y ha dejado una relación larga con su novio. Su libro favorito es ¿Dónde está Wally? Y nunca lo encuentra en las páginas dedicadas a Wally en la ciudad. Lo busca y lo busca y no lo halla entre la multitud. Él se llama Martín. Ella se llama Mariana. Y continuamente se cruzan pero no se encuentran.

Gustavo Taretto realiza su primer largometraje abordando las posibilidades de un cortometraje con el mismo título (y los mismos personajes) que realizó en 2004. Medianeras nos habla de la soledad y la incomunicación en las grandes ciudades. Explica que las nuevas tecnologías no pueden sustituir el calor humano sino complementarlo. Habla del destino de dos personas que pueden encontrarse o no encontrarse nunca. Y junto a Mariana y a Martín hay otra gran protagonista-metáfora, Buenos Aires.

Es curioso pero Medianeras que también se centra en la caótica y además especial arquitectura de esta ciudad y habla de esas paredes medianeras que separan a los distintos inquilinos que las habitan… y muestra cómo la apertura de una ventana ilegal para que entre un poco de luz se convierte en metáfora de la luz que entrará en la solitaria vida de sus personajes… tiene un planteamiento similar pero con un fin distinto (y para contar una historia diferente) que otra buenísima película argentina El hombre de al lado de Mariano Cohn y Gastón Duprat. Ahí las paredes medianeras separan mundos y clases sociales diferentes y la apertura de una ventana es el origen de un conflicto vecinal que se torna en tragedia.

Gustavo Taretto, desde el principio, nos da las claves románticas en las que oscila su película linda. Así hay dos referencias cinematográficas en su historia. Y las dos tienen todo su sentido. En un contestador Mariana escucha la voz de su ex que le pide que vean juntos la película de El día de la marmota (Atrapado en el tiempo)… Como en aquel mítico y romántico film, la vida de sus protagonistas parece que se repite una y otra vez en los distintos días que transcurren… pero parece que Taretto nos dice: no importa la monotonía de los días si de pronto encuentras con quién compartirlos. Y el otro referente más evidente a lo largo de la historia de Martín y Mariana es Manhattan de Woody Allen. En otro momento de la película tanto Mariana como Martín se emocionan frente al televisor ante la última escena de esta película de Allen. Así Taretto como Allen hacía con Manhattan canta su amor y sus fobias hacia una ciudad, Buenos Aires, y su forma de vida. Y adquieren importancia los espacios, la arquitectura, la vida de las calles… Sus personajes, como los de Allen, tienen sus manías, neurosis, fobias y obsesiones… visitan al psiquiatra, y están empapados de melancolía y romanticismo.

Pero además, y ya por último respecto referencias cinematográficas, Taretto en su forma de contar la historia y de presentar la ciudad, en el estatismo y peculiaridades de Martín en un mundo en el que no se siente cómodo (tan sólo en caja de zapatos-refugio) trata de realizar un leve homenaje (y cantar su admiración) a Jacques Tati… El protagonista en una mochila de supervivencia que se prepara cada día para pasear por las calles mete películas de Tati entre ellas Play Time.

Mariana busca a su Wally particular y Martín a alguien que le haga encajar en un mundo que le incomoda. Siempre están a punto de encontrarse. Sus destinos se cruzan varias veces pero nunca logran mirarse cara a cara. Taretto cuenta esta historia de manera tierna y minimalista y se atreve con originales giros formales (de pronto puede convertir una escena en una viñeta o contar la historia o el pensamiento de un personaje a través de fotografías fijas) y aprovecha arquitectura y diseño no sólo para mostrar sino para contar. Los espacios son un protagonista más: las escaleras de un edificio, la piscina pública, un restaurante, las propias casas… Los sonidos, las canciones y las nuevas tecnologías también se encuentran al servicio de la narración cinematográfica (¡que nadie se pierda los créditos!). También emplea las estaciones del año para estructurar su historia y un uso (a veces en exceso) correcto de la voz en off para meternos en la piel de los personajes protagonistas (una buena química entre Pilar López de Ayala y Javier Drogas).

Medianeras es una película linda sobre desencuentros y encuentros, soledades y nuevas tecnologías, Internet y maniquíes, canciones y youtube, ventanas y apagones… y cómo encontrar a Wally en Buenos Aires.

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