Bienvenidos a Zombieland (Zombieland, 2009) de Robert Fleischer

Nunca hubiera visto esta película. No me gusta el terror. No me gustan los zombies (me impresionó demasiado La noche de los muertos vivientes de George A. Romero). En fin tenía todos los ingredientes para no verla… pero me la recomendaron y regalaron… y, señores y señoras, disfruté mucho con Bienvenidos a Zombieland. Reí más. Y me pareció una película tierna muy tierna. En apenas 84 minutos muchas risas. Buenos personajes. Buena historia. Y una historia sencilla muy bien construida. Cuenta mucho más de lo que pensamos.

En un mundo que ha sufrido la invasión zombi, sin explicarnos cómo se ha llegado a esta situación, se unen cuatro personajes inadaptados: una especie de vaquero solitario con altas dosis de locura, un joven raro con problemas de comunicación, y dos hermanas supervivientes que se ganan la vida timando.

Al final Zombieland es una metáfora sobre la soledad, la incomunicación y como a pesar de los pesares necesitamos relacionarnos con el otro. Así estos cuatro personajes solitarios logran crear una especie de microsociedad que sobrevive a un mundo zombificado antes incluso de la invasión.

En el debut de Fleischer en el largometraje hay dosis de diversión con gotas de humor negro, metáfora y ternura. Mucha ternura. Fleischer ‘danza’ con buen ritmo y construye una obra cinematográfica redonda con una historia bien desarrollada y unos personajes carismáticos (cameo sorpresa incluido… amor a raudales al cine americano de los ochenta). Zombieland cuenta además con escenas visualmente atractivas…, ojo, a la de los cuatro personajes destrozando una tienda. Qué relax. O también la última secuencia que se desarrolla en un parque de atracciones…

En el reparto nos encontramos con Jesse Eisenberg, Emma Stone y Abigail Breslin… y sobre todo a un Woody Harrelson que se sale en ese papel de cowboy perdido entre zombies con espíritu de niño que esconde en realidad a un tipo triste. A mí fue el que me inspiró mayor ternura…

Zombieland se ha convertido en una agradable sorpresa para pasar una buena tarde veraniega…

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