Regreso a Peyton Place (Return to Peyton Place, 1961) de José Ferrer

Grace Metalious fue la autora de un fenómeno editorial, Peyton Place. Metalious murió ahogada en su propio éxito. Muy joven, a los 39 años, y por cirrosis… Grace Metalious desapareció… Ella se convirtió en personaje de ficción que reflejó sus vivencias y la Metalious real no superó el cambio de vida que supuso la publicación de la novela… Grace Metalious podría ser protagonista de un estupendo melodrama.

Peyton Place es una localidad ficticia de Nueva Inglaterra donde transcurre la vida de sus habitantes durante los años cincuenta. La protagonista es una adolescente que aspira a ser escritora y por lo tanto cuenta con un espíritu observador. Peyton Place es una localidad ‘idílica’, parece a lo lejos prácticamente un paraíso… hasta que se empieza a hurgar y escarbar y se encuentra el mundo oscuro de la localidad. Peyton Place, de paraíso a infierno donde sus habitantes tratan de mantener una pátina de pureza y calma que oculte las bajas pasiones, la doble moral y la hipocresía que va minando a cada uno de los jóvenes protagonistas que ven cómo les daña un mundo adulto cada vez más opresor.

El fenómeno Peyton Place fue tal que enseguida fue llevada a la pantalla de cine con un reparto estelar y convirtiéndose también en un gran éxito de taquilla (el fantástico melodrama de Mark Robson, Vidas borrascosas. Siempre que lo veo mi vena melodramática queda colmada). Después pasó a la televisión como serie que ató a los espectadores a la pequeña pantalla.

La escritora trató de repetir el mismo éxito con la segunda parte Regreso a Peyton Place… y la Fox trató de repetir fortuna en la pantalla blanca (con el mismo productor Jerry Wald —especializado en grandes melodramas como Mildred Pierce o Belinda—, la Fox se encontraba en un momento de máxima vulnerabilidad y estaba ávida de éxitos… Hollywood estaba sufriendo una importante transformación), los resultados en taquilla no fueron malos del todo (ya que Peyton Place tenía una saga de seguidores y fans) pero no se parecieron al impacto que se provocó con la primera aparición de la novela.

La secuela de la Fox trata de repetir los mismos ingredientes de la primera parte: un gran reparto, color de melodrama (a lo Douglas Sirk), una banda sonora que lleve al paroxismo al igual que las situaciones que viven sus personajes, recuperación de personajes que funcionaron en la primera parte y exaltación de nuevos… Así Wald sigue apostando en la elección de estrellas por nuevos rostros juveniles y otros ya consagrados y además acostumbrados al melodrama. No dirige Robson sino su amigo el actor puertorriqueño José Ferrer (uno de los aspectos curiosos de esta película, otro actor detrás de las cámaras. Ferrer además de ser recordado por su Cyrano o su Toulouse Lautrec, también se construyó una pequeña filmografía como director) que ofrece una dirección correcta. Regreso a Peyton Place es melodrama muy entretenido con aspectos interesantes pero no redondo, no del todo resuelto. Sin embargo cuenta con personajes poderosos y otros demasiado mal desarrollados. Las situaciones melodramáticas se quedan en medias tintas… y no se atreve a llegar al extasis. En el trailer del dvd se ve cómo cortaron unas escenas de un incendio —conato de asesinato de uno de los personajes más interesantes— y cómo esto deja sin sentido alguna que otra escena así como hace desaparecer a uno de los personajes secundarios sin terminar bien esa trama. Lo supuestamente escandaloso se queda en pequeños conatos que no llegan a escandalizar realmente: un medio adulterio mal resuelto (no se entiende muy bien qué siente el super editor por su nueva pupila), un intento de aborto fallido o una regresión a una violación pasada…

Uno de los aspectos de la trama más interesante es cómo la protagonista, adolescente en la primera parte, y ahora una joven, se introduce en el panorama editorial. La descripción de la profesión de editor, cómo se crea a través de la prensa, el marketing y la publicidad a un futuro escritor, cómo se crean expectativas ante una novela todavía no publicada (algo que sin duda conocía muy bien la autora del best seller)… Otro punto de interés es la defensa a la libertad de expresión. Y de nuevo el reflejo acertado de la doble moral y la hipocresía de una localidad absolutamente idílica (Peyton Place es un antecedente claro de los pueblos idílicos que esconden barro del creador David Lynch tanto en Terciopelo azul como la serie Twin Peaks).

Así José Ferrer deja de nuevo imágenes de una idílica Peyton Place, esta vez predomina el invierno, pues parte del argumento transcurre en una estación de esquí, que sucumbe ante una sociedad opresiva y castradora. La protagonista encuentra un poso de libertad cuando sale de su localidad y se encuentra con un Nueva York en continuo movimiento.

El mejor personaje es el de una magnífica y mítica Mary Astor como representante del Peyton Place castrador, amargo, hipócrita, dominador y salvarguador de una doble moral que destruye… Entre las jóvenes promesas la protagonista tiene el rostro de Carol Lynley (en la primera parte fue Diane Varsi) que nunca llegó a convertirse en estrella y su mejor amiga es representada por Tuesday Weld (en la primera parte una magnífica Hope Lange). Y como veteranos del melodrama o el romanticismo exacerbado una bella (pero un poco florero) Eleanor Parker (en el papel que representó en Vidas borrascosas una fantástica Lana Turner) y como atractivo editor el bello del pelo cano, Jeff Chandler.

Así el regresar a Peyton Place ha sido una buena opción para una tarde de verano. Una tarde donde me encontré de nuevo entretenida con las pasiones exacerbadas en una pequeña localidad aparentemente idílica…

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