La pesca del salmón en Yemen de Lasse Hallström

La pesca del salmón en Yemen cumple una función: que el espectador pase una tarde agradable… pero además podría haber sido redonda. Hallström, y todo su equipo, contaba con los ingredientes necesarios para haber hecho una película para recordar. No una película de tarde agradable que caerá pronto en olvido y se verá agradablemente de nuevo en cada nueva emisión en televisión. Porque La pesca del salmón en Yemen (inspirada en una novela del mismo titulo de Paul Tardey) podía haber sido algo más que una película disfrutable de buenas intenciones… Y les vuelvo a repetir que pasé tarde muy pero que muy agradable con su visionado. Digamos que era lo que necesitaba… pero luego me dio por pensar que qué lástima no haber disfrutado de una obra cinematográfica que tenía todo para ser mejor.

Básicamente, en mi humilde opinión, pienso que el fallo mayor radica en querer reflejar varias historias/conceptos/tonos y estilos a la vez, en una única película. Así por una parte tenemos la comedia romántica. Por otra parte nos encontramos con la sátira política. Más allá con la película sobre un proyecto común que une a las personas. Al lado con el choque entre dos culturas que pueden tenderse un puente… Más lejano los conflictos bélicos, el drama de la guerra, el fanatismo religioso y político. Si giras a la izquierda la historia de un visionario. Y si te vas a la derecha la explicación de la pesca como metáfora de la vida. Y si vas todo recto la manipulación del ciudadano a través de los medios de comunicación… Son demasiados géneros, tonos, conceptos… demasiadas cosas que contar para que la mezcla salga perfecta.

Así que ni corta ni perezosa me quedé con lo que se me hizo más agradable: la comedia romántica. Y me dispuse a disfrutar de la química y la relación que crece entre un científico algo autista (delicioso Ewan McGregor, mi rey de la comedia romántica… aunque me encanta también en cualquiera de los registros que se proponga. Este escocés es una debilidad que tengo) y la joven y vital representante del jeque en Gran Bretaña (una elegante y también deliciosa Emily Blunt). Las demás tramas quedaron tan sólo en apuntes… que podían haber sido otras buenas películas (comedia, drama, drama social, drama político, bélico, filosófico…). Así sí que es cierto que hubiera querido algo más de ese peculiar jeque (Amr Waked) o no me hubiera importado reírme más con esa agente de prensa del Primer Ministro (con una secundaria reina, Kristin Scott Thomas).

Y como en toda comedia romántica hubo escenas en las que me quedaría enganchada una y otra vez: sobre todo esa visita del científico autista a su compañera de trabajo (y mujer que le enamora) para ver cómo está después de saber que está hecha polvo por una muy mala noticia… para ofrecerla sándwiches y compañía. Y toda la transformación de ese científico que ama la pesca, de existencia ordenada, que se encuentra con otra forma de vivir la vida que le ayuda a ir contracorriente, a emocionarse, a creer, a amar… y le encanta…

La pesca del salmón en Yemen de Lasse Hallström permite por lo menos salir con una sonrisa. Y como muchas veces digo, eso no es poco. No es redonda, sólo correcta, pero yo la tendré en cuenta por ese escocés que me cautiva…

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