Diccionario cinematográfico (190)

Bucles temporales: me encanta cuando el tiempo juega en la pantalla cinematográfica. ¿Qué es un instante? ¿Qué es pasado, presente o futuro? Es hoy, es ayer, esto pasó, no pasó, mañana ya llegó… Estuve aquí hace cien años. Esto está ocurriendo o ya ha ocurrido. Me encanta la sensación de bucle. El tiempo, nuestra vida, no es una línea recta. Estoy, no estoy. Es posible vivir en un solo día. ¿Puedo duplicarme en varios espacios temporales? ¿Si estoy soñando mis sueños cuantifican igual el tiempo que mi presente? ¿Puedo volver atrás? ¿Puedo enmendar algo ya hecho? ¿Puedo cambiar el futuro?… Esos ojos ya los he vivido, ya los he mirado. Es un tema absolutamente apasionante y suficiente para arrastrarme a una sala de cine. Cuéntame una historia donde los límites del tiempo no son en línea recta, donde los bucles temporales me transforman lo narrado en infinito…

… Y todo porque estoy deseando pisar la sala oscura para inmiscuirme en Looper, viajes al pasado y al presente… y uno enfrentarse a sí mismo en tiempos distintos. Ya me ha atrapado…

Entonces se activa la máquina del tiempo que tengo en la cabeza y viajo por los túneles que no me abandonan. Hace tiempo que vencí a los hombres grises así que puedo pegarme estos viajes interminables y después volver tranquila al teclado y vivir en línea recta.

En uno de esos viajes conocí a Benjamin Button… le conocí de anciano y le perdí cuando se convirtió en bebé. Yo era una niña y después una abuela. Nos conocimos a la inversa y aun así nos quisimos.

Recuerdo otro viaje especial ahí estaba con Phil, el hombre del tiempo. Él vivía siempre en el mismo día, el día de la marmota, y él me demostró las posibilidades infinitas que se pueden dar en 24 horas. Ningún día es igual… por mucho que te empeñes…

Un recorrido triste fue el que realicé con el capitán Colter Stevens, me habló del código fuente. Yo no entendí nada. Sólo descubrí a un hombre que continuamente vivía prácticamente la misma hora. Y que querían convertirlo en héroe aunque él no quisiera. El capitán Colter descubría que lo único que quería era enamorarse de la chica que estaba sentada al lado suyo en el tren.

Los bucles temporales juegan con nosotros y nos muestran que sí que el enamoramiento o el amor por alguien puede no tener fin. Basta con mirar una fotografía para activar nuestra mente, para que ese recuerdo trate de cobrar vida. Basta con un encuentro fortuito para saber que esa persona siempre la has conocido. Basta con verla una vez para entender irremediablemente que quieres estar a su lado. El bucle temporal envuelve a los amantes por los siglos de los siglos. Les ocurrió a varias parejas que conocí durante mis viajes interminables. Aquellos que buscaban el ejército de los 12 monos, los dos que volvían a mirarse en el muelle, o ese político que se encontraba de manera casual con una bailarina y sabía que irremediablemente tenía que encontrarla de nuevo… porque un destino oculto les estaba siendo arrebatado…

En mis viajes he conocido a todos los científicos que han construidos máquinas en el tiempo y he montando en absolutamente todas. Con quien mejor me lo he pasado ha sido con Marty McFly, tan de los ochenta él, hemos regresado al futuro, al pasado y nos hemos quedado en el presente bailando un rock and roll. Bueno reconozco que la máquina más rudimentaria fue un golpe en la cabeza que me hizo volar con un yanqui a la corte del rey Arturo.

A veces el viaje en el tiempo no tiene explicación alguna. Y lo sé por mi amiga Peggy Sue, de pronto, un día te encuentras como deprimida o harta de la vida que llevas… y regresas de nuevo a tus días de instituto pero con toda la experiencia ya adquirida. Más extraño es lo que le pasó a un conocido, se llamaba Jack Campbell y era un ejecutivo frío bastante cabrón… de pronto un día abre los ojos y está viviendo una vida que no es la suya sino la que hubiera sido posible si no hubiese dejado plantada a la novia de la facultad…

Otras veces viajo a través de los sueños porque ahí el tiempo transcurre de manera totalmente distinta. Y es posible que no despiertes y entonces tengas que aprender cómo es ese tiempo infinito del inconsciente. Eso me lo contó Peter Ibbetson que sigue viviendo en un sueño que creó junto a su amada Mary. Ambos no pudieron ser felices en el tiempo lineal… pero se montaron en un sueño eterno y ahí continuan… Para entender esto es bueno charlar también (aunque no sé deciros en que dimensión temporal de vuestros sueños lo encontraréis) con Dom Cobb, domina el mundo de los sueños pero no el de sus sentimientos y emociones, está atrapado en un bucle temporal pero si te lo encuentras puedes hablar con él hasta que el sueño te lo permita y descubrir algunos secretos del tiempo en el inconsciente… Él cree que sabe cuál es el Origen pero está más perdido que nosotros. Esto no deja de convertirle en persona interesante para una charla de medianoche (si es que sueñas que es medianoche). Otra persona interesante de conocer es a Mr Nobody… curiosamente es el único ser mortal en un mundo de inmortales (claro ahora estoy en el futuro) y él tiene el privilegio de contarte una y otra vez todas sus vidas posibles…

Ahora regreso al teclado. Al tiempo lineal. Pero juraría que este momento frente al ordenador ya lo he vivido…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.