Prometheus (Prometheus, 2012) de Ridley Scott

Os propongo distintos pasos de análisis para entender mi posicionamiento respecto Prometheus de Ridley Scott. La vi ayer en sala enorme con las correspondientes gafas de 3D.

1.- Respecto a su director. Ridley Scott dio nuevas alas al género de ciencia ficción y creó dos obras míticas al principio de su carrera. Por un lado Alien, el octavo pasajero (1979) que dio origen a la mítica saga y por otra la maravillosa Blade Runner (1982). Anteriormente había sorprendido con su ópera prima, un ejercicio estético de cine histórico, Los duelistas. Así que parecía que Scott se convertiría en un director cinematográfico de carrera carismática y prometedora… sin embargo su carrera ha ido forjando altibajos (más bajos que altos), montañas y valles, y de vez en cuando daba en la diana con alguna obra cinematográfica que volvía a llevarle a la primera plana en el mundo del cine (Thelma y Louise en 1991 o Gladiator en el 2000).

Su regreso a la ciencia ficción y en concreto a la saga que inició en un lejano 1979 era visto con muchísimas esperanzas. Yo no tenía ni ilusiones ni expectativas porque no soy una súper seguidora de la saga. De hecho sólo he visto la de Scott y hace bastantes años. Y todavía tengo en la retina varias escenas y el impacto que me causó la sargento Ripley con cara de Sigourney Weaver. Sí confieso mi idolatría por Blade Runner tanto en la historia narrada como en su fuerza visual. Y sí confieso que sigo siendo fiel a la cita de Scott en las pantallas cinematográficas por si viene un nuevo destello. Si no a veces me quedo en obra cinematográfica que me entretiene… aunque hubiera pedido mucho más (American Gangster o Robin Hood… cuando Russell Crowe se convirtió en su actor fetiche).

Prometheus no ha hecho volar por los aires los cimientos de la ciencia ficción ni ha hecho avanzar el género o ha abierto nuevas puertas como sí hizo con sus dos obras cinematográficas míticas. Scott ha realizado un producto bastante conservador, siguiendo las reglas de todo producto de ciencia ficción, realizando claras autorreferencias a su obra y a otras películas míticas del género. Además en las escenas de acción y en la opción de los efectos especiales se ha empapado del cine de acción tipo Michael Bay, espectacular en lo visual, bien hecho (pero con exceso de parafernalia y fuegos artificiales)… siguiendo la fórmula de mucho ruido y pocas nueces. En el aspecto visual, de efectos especiales y en el uso del 3D es una obra cinematográfica perfecta y cuidada. Es puro entrenimiento, puro blockbuster veraniego. Pero en otros puntos Prometheus se convierte en otro cantar…

2.- Los personajes. Tan solamente salvo a uno de un reparto extenso y ambicioso. Y es el robot David con cara de Michael Fassbender es el único con una identidad y un desarrollo definido o por lo menos con cierto carisma para desear que no desaparezca de la pantalla. Aunque David tiene múltiples referentes. El cine ha creado robots para el recuerdo y Scott ya creó a unos inolvidables (con base literaria, no lo olvidemos), los replicantes en su Blade Runner. Los replicantes casi con alma serían los hermanos de David.

Las escenas de presentación del personaje son visualmente potentes y son un claro homenaje a otro monumento de la ciencia ficción, 2001 odisea en el espacio. Me gusta su caracterización física, en un momento dado vemos a David memorizando los diálogos de Lawrence de Arabia… y hay momentos en que físicamente David es clavado (e igual de controvertido y complejo) que el Peter O’Toole como el hombre polémico Lawrence de Arabia. Sólo por David a mí me mereció la pena… entrando en la galeria de robots míticos. El último que tenía en esta galería era el robot gigoló con cara de Jude Law.

Pero los demás personajes están absolutamente desdibujados y plantean vacíos y agujeros de guión impresionantes. Cuando un personaje puede ser prescindible en una trama es cuando sabemos que no sólo no es bueno sino que no aporta absolutamente nada a la historia principal. Y esto ocurre con el personaje de Charlize Theron (que por otra parte tiene una presencia increíble) y llega a ser vergonzoso en el de Guy Pearce (¿por qué gastarse presupuesto en maquillaje complejo que además oculta a un actor de peso… y no apostar por un actor anciano?).

Por otra parte la protagonista de la expedición Elizabeth Shaw (Noomi Rapace) cuenta con elementos interesantes de su personalidad pero no está bien desarrollado…, no llega a cuajar del todo. Y además toma bastantes elementos del espíritu aguerrido de la teniente Ripley pero no llega a su carisma  e impacto. Toca un aspecto interesante pero se queda en la superficie, trata de dar trascendencia al personaje, pintándola como una científica muy buena pero a la vez muy creyente. Una científica que trata de buscar el origen del hombre pero que a la vez cuenta y tiene en cuenta la espiritualidad… busca al ‘creador’.

Los demás miembros de la tripulación no están muy bien dibujados no llegando a entender sus motivaciones. El ejemplo más claro será el del capitán y dos de sus tripulantes que tomarán rápidamente una decisión final no creíble con su comportamiento a lo largo de la trama. O también el del novio de Elizabeth Shaw que se le presenta como un científico apasionado y después en cuestión de segundos es un personaje desmotivado, algo siniestro y que le da a la botella…

3.- La trascendencia. Otro asunto que me entristece bastante es que partía de una idea que no era mala: el origen de la vida. Y sin embargo la trascendencia se diluye de la trama. Queda únicamente como pretexto, luego hay que dar paso al espectáculo. Esa trascendencia sí que se conservaba a  lo largo del todo el metraje de Blade Runner pero en Prometheus se queda en medias tintas.

Es curioso porque hay una tendencia cinematográfica en estudiar de dónde venimos, quiénes somos… sin olvidar el espíritu. Hay como una especie de arqueología cinematográfica sobre la trascendencia. Así nos llegó El árbol de la vida pero también hace relativamente poco el documental La cueva de los sueños olvidados de Herzog. Me llamó la atención que las pinturas que encuentran al principio Elizabeth Shaw y su novio en Escocia cuenta con unos caballos similares a los de la cueva de Chauvet en Francia. Así como también el hincapié en los misterios de la humanidad en las pinturas o esculturas de otras civilizaciones, así claramente la enorme cara que encuentra la expedición científica en la extraña plataforma es parecidísimo a los rostros olmecas de México.

En Prometheus finalmente la trascendencia queda sepultada por la acción, la casquería y los líquidos viscosos.

4.- Innovación en el lenguaje cinematográfico. Ya hemos dicho que no hay ni rastro de innovación pero sí que vemos que Scott sabe contar visualmente y sabe narrar cinematográficamente. Un producto de espíritu clásico sin riesgo alguno. Y sobre todo con un guión, a mi parecer, con agujeros negros.

Si recordamos (en la lejanía) su Alien nos encontramos con un director que no necesitó de excesivos efectos especiales para contar una historia impactante. Alien se dejaba llevar más por lo que no se veía sino por lo que se sentía. En Alien creaba una atmósfera especial que se acercaba al género del terror. Jugaba con la mente y la imaginación del espectador para provocar sentimientos de miedo y pánico. Creaba un efecto increíble y el diseño de producción todavía es recordado, esa nave abandonada…

Prometheus no carece de fuerza visual (como he dicho repetidamente), de un diseño de producción con todo lujo de detalles, con un presupuesto alto en efectos especiales bien empleados (en algunos momentos se le escapa un exceso de pirotecnia) pero no crea una atmósfera especial ni deja margen al espectador para imaginar y crear. Todo está bastante masticado. Incluso no carece de escenas bastante gores. No es tanto de terror como de acción.

Sin embargo puede haber otra mirada especial en Prometheus, yo me lo pasé bien, disfruté. Como una vuelta al cine espectáculo de ciencia ficción de los años cincuenta, sesenta. De naves espaciales, seres de otras galaxias, luchas sin cuartel, robots, científicos y astronautas… una narración sencilla, sin dar muchas vueltas, y con una cierta ‘profundidad’ en la base.

5.- Conclusión. ¿Quieren pasar una tarde de verano entretenidos con una película visualmente potente y con ciertos aspectos interesantes? Prometheus no es una mala opción. Yo fui acompañada de amantes de la saga Alien y Prometheus no les dio las respuestas que querían de una precuela tan esperada… pero al final todos pasamos unas horas entretenidas tanto en la sala de cine como en el debate posterior. Además cada vez soy más fan de Michael Fassbender como actor… así que ha creado un personaje que será probablemente lo que perdure en el tiempo de Prometheus, su David a lo Lawrence de Arabia es uno de los aspectos que merecen la pena para ir a la sala de cine a ver esta película.

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