Juego de pijamas (The pajama games, 1957) de George Abbott, Stanley Donen

Con un número musical ya coloco esta película en una estantería especial. Pero Juego de pijamas es mucho más, es un festival de sorpresas continuas. El número musical es Steam Heat que lleva la firma de su coreógrafo, Bob Fosse (Bob Fosse que te amo sobre todas las teclas musicales y movimientos de cuerpo)… pero es que, además, todos los números musicales y canciones merecen la pena. Es un musical con mayúsculas… pero profundamente olvidado. Ahí sigue en el cajón del olvido continuo…

No sólo está Bob Fosse como  coreógrafo sino un rey del musical (y de muchos otros géneros), Stanley Donen, que junto a George Abbott (más conocido como autor y director teatral) rodó otro musical que desconozco, Malditos yanquis. De hecho los libretos de estos dos musicales son obra de George Abbott y  las dos obras las llevó a los escenarios de Broadway. Posteriormente escribió los guiones para el cine y co-dirigió con el experto Stanley Donen.

En Steam Heat, además de una buena coreografía de Fosse (dos hombres y una mujer vestidos con frac negro y sombrero), nos encontramos con una buenísima bailarina que ha sido todo un descubrimiento para servidora: Carol Haney, que tiene además un papel delicioso y que casi quita la función a la pareja protagonista.

En Juego de pijamas prácticamente todo el reparto es el que se subió al escenario de Broadway excepto la protagonista (el reclamo cinéfilo era necesario) que es Doris Day (cada vez me da más sorpresas…, su filmografía es algo más que las películas protagonizadas con Rock Hudson y fue algo más que la ‘nueva novia virgen de América’).

Juego de pijamas preludia otro camino en el musical. De pronto el musical descubre otros escenarios menos glamurosos, menos fantásticos, más cotidianos, más realistas… Con historias más apegadas al presente (y ahora es buen musical para revisitar…). Ya desde la primera escena engancha: el musical transcurre en una fábrica de pijamas donde sus trabajadores se unen y luchan por una mínima subida salarial. Los personajes son los hombres y mujeres obreros y obreras, que desempeñan distintas funciones en la fábrica: las costureras, los mozos de almacén, el supervisor, el jefe de sala, las secretarias, el empresario… Todos crean el microcosmos de Juego de pijamas. Las relaciones entre empleados, entre los empleados y el empresario opresor, los trabajadores unidos para reivindicar sus derechos, los días de fiesta en la fábrica, los días de trabajo, las reuniones de los trabajadores, los momentos de descanso, las protestas, la posibilidad de despido, la posibilidad de huelga… y todo entre canción y canción, entre baile y baile…

Juego de pijamas es un musical fresco, divertido y vital. Vivo muy vivo. En la lucha por la subida salarial surge una historia de amor entre el supervisor nuevo que acaba de entrar en la fábrica y una de las trabajadoras más reivindicativas. Ellos son Doris Day y John Raitt (varonil actor y cantante conocido sobre todo en los escenarios de Broadway).

Las coreografías y las canciones transcurren en la propia fábrica, en la sala de confección de pijamas, en los despachos, en la casa de la protagonista (una humilde casa al lado de la vía ferroviaria, su padre es un obrero del tren), en un día de picnic, o en el lugar donde los trabajadores van a pasar su tiempo de ocio, El escondite de Hernando (donde transcurre otro brillante número musical)… y son un espectáculo visual. Juego de pijamas es un musical muy bueno que no debe permanecer más en el cajón del olvido…, es absolutamente reivindicable.

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