Los idus de marzo de George Clooney

Los idus de marzo es una película con una construcción clásica que sigue una cierta tendencia del cine americano de mostrar los entresijos de la clase política. Y se convierte en película efectiva no quizá esplendorosa pero sí certera con un reparto coral magnífico y una historia ya conocida pero potente. Para ello como ya muestra y advierte el título nos lo envuelve de tragedia shakesperiana. Así Clooney sigue su carrera como director. Los idus de marzo permite un análisis minucioso e interesante. Mi conclusión final es que la apruebo con nota a pesar de algún cabo suelto que no la convierte en perfecta.

Una cierta tendencia…

El cine estadounidense de vez en cuando avisa de los tejemanejes políticos con películas certeras. Así nos encontramos con Juan Nadie, El político, Tempestad sobre Washington, El candidato, Ciudadano Bob Roberts, Cortina de humo…, así que lo primero que se le achaca a Los idus de marzo es no ofrecer una mirada nueva sobre un tema que siempre es interesante mostrar sino continuar una cierta tendencia…, mostrar los tejemanejes de la clase política.

Sin embargo cumple con los ingredientes de esta cierta tendencia. Y muestra la parte trasera de las campañas políticas. Lo más interesante es que muestra como todo es un juego en un gran tablero estratégico donde hay unas reglas del juego que se cambian o se transgreden. Y gana el que juega y mueve mejor las piezas. Las personas no son personas, no tienen sentimientos, son piezas del tablero… y gana el mejor postor.

En la película hay un proceso de transformación de un personaje: Steve (Ryan Gosling). No estoy de acuerdo con que es un inocente idealista, lo que me parece es que es un tío listo y joven al que le gusta su trabajo y sabe en todo momento que está en un juego… pero aprende más reglas y cómo puede transgredirlas. Se va volviendo perro viejo… En un primer momento cree que el juego político es más limpio de lo que es y que el candidato puede realmente ganar y cumplir unas expectativas reales. Después se da cuenta de que el juego va más allá y que ninguna de las piezas del tablero se salva. El que gana es el que más traiciona y más máscaras puede mantener.

… tragedia shakesperiana

Unos hablan de tragedia shakesperiana y otros de derroteros melodramáticos. Los idus de marzo parte de una obra teatral que no conozco pero intuyo que tiene una construcción dramática clásica en tres actos… y no sólo en el título se intuyen los ecos shakesperianos.

El juego de poderes y relaciones entre los personajes nos acerca al drama shakesperiano a lo Julio Cesar (o todas las tramas políticas que componen parte de la obra dramática de Shakespeare… Enrique V, Ricardo III, El rey Lear, Hamlet, Macbeth…).

Sin embargo el personaje que dispara el conflicto y el punto de inflexión de la transformación de Steve es el personaje con más falla de guion, el peor desarrollado y el que hace que la película no sea totalmente redonda en su clasicismo y en seguir esa cierta tendencia… Y es el personaje que hace que la tragedia shakesperiana pase a melodrama o folletín. Ese personaje tenía que existir, no cabe duda, pero falla su presentación y posterior desarrollo. El personaje es el de la joven becaria Molly (por otra parte estupenda Evan Rachel Wood). Molly es una joven inteligente con muchas tablas, así nos la presentan, y muy libre en sus relaciones con los hombres, que sin ningún problema establece una relación con Steve. Casi es una especie de mujer fatal de cine negro a lo Lauren Bacall. Una tía dura. Por eso su transformación posterior (no cuento qué es lo que ocurre) en víctima frágil y débil… y el conflicto que hace que se destape la tapadera y se presenten más trapos sucios… no funciona del todo. En mi humilde opinión hubiera funcionado si hubieran apostado por presentarla como en lo que finalmente se convierte en una Ofelia inocente, en una ficha de ajedrez que todos vapulean y destrozan sin tener en cuenta sus sentimientos. Sin tener en cuenta que es una persona.

Por otra parte los demás personajes cumplen su cometido a la perfección. El propio Clooney como candidato demócrata, los asesores de campaña (brillantes Paul Giamatti y Philip Seymour Hoffman) y por supuesto Steve o también la representante de la prensa escrita (la eficiente Marisa Tomei). Sin embargo hay dos personajes que podían haber tenido algo más de importancia y jugo en el avance de la historia, Ben (Max Minghella), otro asesor de la campaña, por debajo de Steve, la propia esposa del candidato demócrata o el personaje de Marisa Tomei.

… elenco de actores y puesta en escena

Sin duda es un disfrute Los idus de marzo por las interpretaciones volcadas. El duelo, con música intensa de Alexandre Desplat, entre los personajes es una danza que deja buen sabor de boca. No hay que perderse cada uno de los matices de Clooney pero sobre todo del trío Ryan Gosling, Philip Seymour Hoffman y Paul Giamatti. En las bambalinas es donde está el meollo de la cuestión. Además Clooney dentro de su clasicismo consigue una puesta en escena potente. Y las conversaciones entre los personajes y su enfoque o manera de rodar es acertada e intensa. Todas estas conversaciones van mostrando al espectador cómo se van moviendo las piezas… quién va ganando, o quién va perdiendo. Como ejemplo esa confesión del personaje de Gosling a Hoffman de una reunión que no tenía que haberse llevado a cabo justamente cuando el candidato está dando un mitin, detras del escenario donde hay una enorme bandera americana…

Clooney no deja títere con cabeza, ni a republicanos ni a demócratas, ni a políticos, ni a asesores, ni a la prensa… La política es un gran tablero estratégico donde lo que menos importa son los ciudadanos. Es sólo un juego frío y calculador que hay que ganar… para detentar el poder. Y no importa quién se quede en el camino o a quien haya que tirar del carro para llegar a lo más alto.

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