Pelo malo (Pelo malo, 2013) de Mariana Rondón

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… principios de este año, asesinato violento de la ex miss Venezuela, Mónica Spear, y su ex esposo.

Apenas unos días, otra miss, Génesis Carmona fallece de un tiro en la cabeza durante las manifestaciones contra el Gobierno de Maduro.

… La niña de Pelo malo, la vecina de Junior (el niño protagonista), sueña con ser una miss. Por eso quiere que la fotografía del colegio se la hagan con un vestido de princesa, tacones, peinada y maquillada. Porque las misses salen de la miseria y sus vidas son bonitas…

Así Junior, con 9 años, también sueña…, su pelo malo lo quiere alisar para la fotografía del colegio…, quiere parecerse a un cantante. Y si es estrella podrá seguir cuidando a su madre y al bebé. Y le querrán. Puede ser un rapero o parecerse a ese cantante que su abuela le hace ensayar una y otra vez que canta: mi limón, mi limonero…

Pero los niños viven en Caracas, que es un polvorín de violencia a punto de estallar, y la película de Mariana Rondón se convierte en una premonición que ahora es presente. Donde, de momento, los sueños no son posibles y las balaceras alcanzan a las misses, a los cantantes o a todo lo que se cruce por delante. Y esa violencia vive cotidianamente con aquellos que tratan de sobrevivir cada día y provoca una lucha de poder entre hijo-madre, madre-hijo… o algo mucho más triste… una impotencia violenta de cómo ayudar al otro, de cómo hacer para que uno salga de la miseria, o el otro se convierta en una persona fuerte que aguante los golpes de la vida.

La madre, una mujer que sufre en sus carnes cada día la fuerza y la violencia (de todo tipo), se vuelve dura como la piedra… porque sino no se levanta de la cama. Y el hijo que sólo es un niño de 9 años sensible, con sueños, trata de seguir siéndolo. Quiere ser niño y ayudar a su madre y a su hermano, y cuidarles… pero también que ellos le quieran, que no le excluyan.

Junior y su madre viven en una caja de cerillas…, sólo falta una mecha, para que se propague el incendio. El niño compra siempre cajas de cerillas al adolescente del quiosco (¿le admira, le gusta?) y luego con ellas forma figuras humanas…, está representando donde vive. Y sólo una chispa hará que todo arda. Y así ha sido.

Para entender la dureza de la madre y ese rechazo (o mejor dicho miedo latente) a que su hijo pueda ser homosexual, basta con escuchar las palabras de un personaje femenino de una película de John Ford, El delator. Otra película puede explicar lo que vemos. Allí Katie, que ejerce la prostitución, le dice a su enamorado: “Gypo, no hay remedio. Tengo hambre y no puedo pagar el alquiler. ¿Tienes dinero tú? No. No hay remedio. No me mires así, Gypo. Eres todo lo que tengo. Eres el único, lo sabes. ¿Qué posibilidades tenemos de escapar?”. Cuando Gypo le reprocha su actitud, ésta le contesta: “santo Gypo ¿demasiado bueno para mí? No eres mejor que cualquier hombre. ¡Sois todos iguales! Lárgate con tus principios, ¡no me los puedo permitir!”. Estas mismas palabras las podría decir cada día la madre de Junior. Ella no se puede permitir ser tierna, ser justa, tener principios, aceptar al diferente, al sensible… tiene que sobrevivir y lleva a cuestas a dos hijos que tienen que ser duros para poder habitar la ciudad…

Mariana Rondón nos cuenta una historia compleja de manera sencilla sobre una madre y un hijo (y una abuela tremenda) que terminan basando su relación en una violencia que les puede. Porque uno de los dos tiene que ceder y es un pulso de miradas y gestos. Son dos supervivientes, dos cerillas más enterradas en Caracas, la otra protagonista irrespirable, violenta e intransigente de Pelo malo.

Y uno piensa que Junior tiene todo el derecho del mundo a tener su fotografía de cantante, con el pelo liso. Y todo el derecho del mundo a ser un niño delicado, educado, sensible y tierno (que pueden ser las cualidades que describan a un homosexual o no, y aquí está otra de las complejidades de la película, porque estas cualidades pueden estar presentes en cualquier persona sin nada que ver con su condición sexual). Pero también su madre tiene derecho a estar tranquila, sin presiones, sin sacudidas violentas, sin agobios laborales, económicos y sociales, sin sufrir la discriminación por ser mujer…, la madre también quiere ser tierna… pero no puede. Y ese es el drama de una película que te golpea en cada fotograma.

Nota: Pelo malo (concha de Oro en el Festival Internacional de cine de San Sebastián) puede verse el jueves 13 de marzo en la Cineteca-Matadero (Los imprescindibles de Caimán) con la presencia de Mariana Rondón (directora) y Marité Ugas (productora) a las 20.30 horas. Y se estrenará en salas el día 14 de marzo.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

7 cajas (7 cajas, 2010) de Juan Carlos Maneglia y Tana Shémbory

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… emoción trepidante, un ritmo que no deja respiro, un thriller intenso, guion bien atado, personajes bien delineados hasta el más secundario entre los secundarios, humor negro y macabro, un ambiente laberíntico, multicultural y caótico; reflexiones sobre los medios, nuevas tecnologías y la imagen proyectada; dosis de realidad, persecuciones, tensión, misterio, interesantes tramas secundarias (que finalmente confluyen)… desde Paraguay.

El espectador se siente desde el minuto uno atrapado en una historia que no te suelta. Así sigue un día en la vida del carretillero adolescente Víctor (Celso Franco) en el Mercado 4 de Asunción. Se crea así un universo caótico que envuelve para encerrar un thriller emocionante. Víctor es casi un niño que a pesar de su dura realidad cotidiana no deja de tener sueños. Su máxima aspiración es conseguir un móvil que graba vídeos. Quiere conseguir a toda costa ser grabado, salir en la televisión. Su vida es supervivencia. Recorre con su carretilla el mercado laberíntico intentando captar clientes que quieren que les lleve la mercancía a cambio de una propina. Compite con otros carretilleros como Nelson (Víctor Sosa) por captar clientes, se relaciona con los vendedores de diferentes puestos, con otros adolescentes como su amiga Liz (Lali González) que también se ganan la vida diariamente o con su propia hermana (Nelly Davalos) que trabaja en un restaurante de comida china.

El intenso día de Víctor comienza cuando recibe un encargo misterioso: transportar siete cajas que debe defender incluso con su propia vida (y devolverlas después al mismo lugar y dueño) y las recoge en una carnicería del mercado. Ese trabajo le permitirá tener dinero suficiente para acercarse un poco a su sueño. No sabe qué es lo que transporta pero de pronto Víctor se ve inmerso en una pesadilla donde se encuentra a enemigos pero también con aliados. Con su conocimiento del laberinto que es el Mercado 4 y con ayuda de casualidades y destinos tratará por todos los medios de llevar hasta el final su encargo. Un encargo que se convierte en peligroso, en un viaje que es otro descenso más a los infiernos, aunque Víctor está acostumbrado a luchar en su día a día. Entre mafiosos cutres, policías, carretilleros que van a por todas porque la vida les golpea siempre… Víctor será consciente de que las siete cajas son un juego peligroso. Y sabe que entre las estrechas callejuelas del mercado la vida no vale nada… lo que vale es sobrevivir, alcanzar un nuevo día. Y quizá alcanzar un sueño…

7 cajas es una película-milagro que se ha convertido en todo un fenómeno en las taquillas de su país de origen. Y el milagro es haber podido llegar a ser una obra acabada y terminada. Hasta que sus directores y todos los implicados han podido completar el film han pasado por numerosas pero fructíferas vicisitudes (entre otras quedar como finalista en la valiosa sección Cine en construcción del Festival Internacional de San Sebastián-Donostia y después regresar ya terminada a la sección de Nuevos directores para ganar el premio de la Juventud) que culminan con una película redonda y trepidante. Porque 7 cajas no sólo entretiene sino que refleja un universo ficticio en un gran escenario realista (en los títulos de crédito nombran a todos los extras que no son más que todos los que se encuentran en ese enorme mercado paraguayo).  Un universo ficticio que encaja perfectamente en el género del thriller con gotas de humor negro. Otra curiosidad es que además se estrena en nuestras salas con subtítulos puesto que sus personajes principales hablan una mezcla de castellano y guaraní. 7 cajas es una película asombrosamente vital, fresca, dinámica y natural que no decae ni un segundo en sus 105 minutos de duración.

Fue una agradable sorpresa trasladarse a ese Mercado 4 de Asunción y acompañar a Víctor en ese extraño viaje… con sus siete cajas.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.