Buenas noches, madre (‘night, Mother, 1986) de Tom Moore

Buenas noches, madre, una película cruda, directa y desnuda sobre el suicidio.

Buenas noches, madre. Una simple frase puede convertirse en amenaza, en despedida, en mensaje inevitable o en una oración tremendamente triste. No se necesita mucho para que una película te pegue una bofetada de las fuertes. Dos mujeres, un diálogo entre ellas y una casa en la que conviven. Una premisa dura. Una madre y una hija. Una pistola. Y un deseo: la hija le dice a la madre que esa misma noche va a dispararse, que solo quiere avisarle.

Madre e hija dialogan en las distintas habitaciones de la casa donde viven ambas. La madre lucha hasta el último segundo para que la hija no se suicide. La hija trata de explicarle sus motivos, razonarle su decisión. Y en el camino ambas se dicen muchas verdades, cosas que no se habían expresado hasta ese momento. La hija además ha dejado todo organizado y no cesa de explicarle a la madre cosas prácticas para cuando viva sola, así como lo que tiene que hacer cuando todo ocurra.

Buenas noches, madre está contada en tiempo real. Cada segundo es crucial. Noventa y dos minutos de tensión, pero también de recuerdos, de sentimientos, de risas, de gritos, de miedos, de lágrimas… De nuevo, una película donde se analiza sin medias tintas el suicidio.

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