Un cóctel de policias en el cine: Único testigo, Infernal affairs, Querido detective

… pues seguimos con los cócteles que con ellos me lo paso bien. Si ayer tocaba el turno de los hermanos, hoy damos paso a los policías. El cine con policías de distinta índole es todo un género. Aquí van tres ejemplos. Tres casos y tres policías… muy, muy diferentes.

Único testigo (Witness, 1985) de Peter Weir

Es curioso pero los amish, los cuáqueros, los mormones, los menonitas… son protagonistas de películas a tener en cuenta. Mañana mismo hago una entrada al diccionario cinematográfico. En los ochenta fue Peter Weir el que se adueñó de una película de encargo y realizó una hermosa historia de amor imposible entre policía duro y viuda amish. Así queda para siempre en la memoria de las escenas románticas ese granero oscuro y cerrado, la luz de una lámpara de gas, un coche destartalado… y una bella canción.

Único testigo es puro cine policíaco pero con una peculiaridad externa: el héroe encuentra un refugio que contrasta con su vida de policía en Philadelphia, encuentra un refugio en una comunidad amish. Tenemos un caso que resolver, unos testigos que proteger y una trama que desentrañar. Y por supuesto unas gotas de corrupción policial para que sea más brillante y entrañable nuestro policía héroe. Pero todo en un sitio por donde no pasan los siglos, un espacio nada habitual para resolver casos…una comunidad amish. Lejos del mundanal ruido y la violencia de la ciudad…

Peter Weir y su director de fotografía muestran su maestría a la hora de contarnos una historia de acción con muchas gotas de intimismo. Y dejan escenas para el recuerdo. Me la sé de pe a pa y siempre quiero volver a verla, siempre me fascina. Único testigo es una película de los años ochenta cuando se volvió otra vez a las grandes historias al servicio del carisma de sus estrellas… y cuando había un director con arte y maestría y mucho sentido de la narración cinematográfica surgían obras redondas como ésta. Gran parte del secreto de la longevidad de esta cinta es la química entre Harrison Ford y una olvidada pero bellísima Kelly McGillis. Por ahí vemos a un niño Lukas Haas que fue todo un descubrimiento. Danny Glover y Josef Sommer, secundarios siempre eficaces. Un bailarín convertido en actor, Alexander Godunov. Y una de las primeras apariciones de Viggo Mortensen.

Juego sucio (Infernal Affairs, 2002) de Wai-Keung Lau y Alan Mak

Lo confieso. Si no fuera porque Scorsese realizó en 2006 Infiltrados, probablemente no hubiese accedido al dvd de esta película de Hong Kong, Juego sucio (que se ha convertido en trilogía). Lei en varios sitios que Infiltrados era un remake de Juego sucio. A mí Infiltrados me gustó mucho pero se creó un debate sobre si Scorsese había realizado una mera copia del original, sin esfuerzo alguno en el lado creativo, consiguiendo además un éxito total. Ahora tengo más reciente Juego sucio… pero a mí parecer sí hubo creación y firma de Scorsese en Infiltrados… que sin duda, por otra parte, es un remake.

Juego sucio es un relato policial de ritmo trepidante con dos personajes muy atractivos. Dos topos que se introducen en dos mundos diferentes (intercambian sus mundos) al suyo cuando prácticamente son adolescentes. Uno al departamento de policía, y otro al mundo de las tríadas (la mafia, organizaciones criminales). De tal forma que cada uno se ‘crea’ un mundo propio, se ‘crean’ una identidad… y muy pocas personas saben realmente quiénes son de verdad. Esto según van pasando los años va haciendo mella en sus personalidades y formas de vida. En Juego sucio se da algo muy interesante que creo recordar no es tan evidente en Infiltrados y es que el topo que pertenece a la policía (que consigue una carrera muy exitosa) llega un momento en que hace una elección de vida (es un personaje quizá más trabajado en la versión de Hong Kong). El enfrentamiento entre ambos personajes se vive con tensión y sabes que sólo uno saldrá bien parado. Y ese enfrentamiento entre ambos profesionales, entre ambos topos, es lo que envuelve toda la película. Toda la narración está al servicio de este enfrentamiento… llegando a un muy buen final con un clímax altísimo.

Querido detective (The big easy, 1987) de Jim McBride

Otra película de los ochenta… que en su momento fue muy taquillera. Una película policial con erotismo de por medio y por supuesto con una pareja de estrellas de moda con química. Este tipo de películas era muy de los ochenta… Lo que se dice un ejercicio puro de entretenimiento efímero… pero que al cabo de los años se vuelve a ver con alegría y nostalgia y te vuelve a hacer pasar una buena tarde.

La pareja estrella: un Dennis Quaid, de pícaro divertido y sensual, y una Ellen Barkin que se convirtió en la fea más erótica y sensual de los ochenta. Por supuesto como en toda película con policía hay un caso que resolver. Aquí está el policía algo tramposillo pero muy cachondo y gran amante de su profesión (le viene ese amor de familia) y la seria fiscal que lucha contra la corrupción policial que encuentra en el policía tramposillo un aliado y un amante. Lo que parece una lucha entre bandas de narcotraficantes oculta algo mucho más oscuro. La película está ambientada en un Nueva Orleáns con toques canjún y con música de fondo (incluso Dennis Quaid nos canta a la guitarra…). Así en la película hay acción, sexo, amor, amistad, familia y violencia. Y aún hoy sigue siendo entretenida. Y como siempre hay un cuidado reparto de secundarios donde nos encontramos con Ned Beatty o John Goodman.

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