Unas pinceladas de Albert Finney

Albert Finney.

Del que me queda mucho por descubrir, por recordar y por ver.

Actor camaleónico.

Unas cuantas pinceladas.

Es de los jóvenes terribles que poblaron el cine británico.

Que dieron aire a las pantallas.

Fuerza.

Picardía.

Viva la vida.

Héroes proletarios.

Con escenarios en sus lomos.

Con la botella siempre a mano.

Con saltos a Hollywood.

De presencia inolvidable.

Que hasta hace poco sigue regalando intensidad en la pantalla.

Físico en bruto.

Sonrisa imprescindible.

Ojos vivos.

Personajes con fuerza.

Que no escapan.

Arthur Seaton, el joven proletario, que pasa sus sábados noches, domingos mañanas entre lechos, historias y alcohol… después de una dura semana laboral…

Tom Jones, libertino bastardo con mucha pasión por la vida.

Mark, aquel que siempre olvida su pasaporte. Que pasa entre coches y hoteles del amor a la pasión. Que se topa con la frustración y el desencanto. Todo junto a su Joanna. Que a pesar de los pesares siguen juntos porque ahí están siempre en esencia, enamorados y desencantados. Son dos en la carretera.

Mr. Scrooge, no puede faltar una prueba de fuego. Un musical donde se lleva al personaje estrella, un Scrooge amargado que es visitado por el pasado, el presente y el futuro… y descubre la vida.

Hercules Poirot, detective refinado de Agatha Christie. Detective mítico. De la mano nos lleva a la resolución del asesinato en el Orient Express.

Geoffrey Firmin, el cónsul británio en México que se autodestruye entre el alcohol y los recuerdos. Un Huston que cuenta tristes historias de vida y desencanto. Bajo volcanes en erupción.

Leo, un duro mafioso de los de antes, unos Coen que devuelven la fuerza del cine de gánsters con mucha violencia y poesía de fondo. Con un Leo que avanza entre ópera y metralletas. Con oposiciones que parece que nunca puedan conciliarse, pero ya se sabe es Muerte entre las flores.

Andrew Crocker-Harris, un deprimido jubilado. Maestro que se siente no reconocido. Un hombre triste que reflexiona. Todo a su alrededor se desmorona. Su vida profesional y sentimental…

Edward Bloom, un hombre con facilidad de palabra que reviste su vida gris y la de las personas que ama con aire de relato o cuento. Convierte la vida a través de la narración de historias en algo mágico y maravilloso.

Charles, un padre roto que antes que el diablo sepa que has muerto descubre el horror a manos de sus hijos, también destrozados, desesperados, sin rumbo…

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