Diccionario cinematográfico (170)

Camas: hay camas de ensueño, como la del sueño erótico de America Beauty, sólo hace falta un suelo, lluvia de pétalos y la dama soñada.

Hay camas infatiles como la de los abuelos maternos y paternos del niño Charlie antes de entrar a su fábrica de chocolate. Unos abuelos que hacen ya vida en sus camas como si fueran su segundo hogar.

Hay camas asesinas, como esa inolvidable escena de El Padrino donde aparece la cabeza ensangrentada de un caballo…

Hay camas de miseria, sin sueños, como las que visita Charlot en El chico cuando va a un centro de personas sin hogar. O las del barracón donde tiene que vivir la familia Joad en Las uvas de la ira. A veces no existe ni la cama. Como esos abuelos que mueren en medio de la carretera.

Hay camas de comedia como esa cama mínima en camarote diminuto que se va llenando y llenando y llenando en Una noche en la Ópera. Sólo podían estar los hermanos Marx por el medio.

Hay camas donde duermen los hombres y las mujeres con los cuales soñamos. Abrimos los ojos y ahí siguen. O nos esperan o estarán. O se encuentran ausentes o no volverán. Como la cama en la que duermen por primera vez Paul y Holly en Desayuno con diamantes. O la cama donde, bajo el hechizo de luna, como personas imperfectas, se aman apasionadamente Loretta y Ronnie.

Hay camas solitarias que aguardan la muerte del que duerme, del que está enfermo o del que se despide voluntariamente de la vida. Me viene a la cabeza ese hermano bueno y enfermo que desaparece porque ama en una solitaria cama de hospital en Wilbur se quiere suicidar.

Hay camas para hacer el amor apasionadamente y con algún que otro muelle molesto o grito extasiado. Que se lo pregunten a los buenos de Frankie y Johnny.

Hay en camas que se hacen hasta cuartetos…, si quieres ser el quinto, acuéstate junto a Bob, Carol, Ted y Alice. Seguro que hay más risas que otra cosa.

Hay camas para hacer conspiraciones de palacio. Entre marquesas, condes o duques. Así ocurre en Las amistades peligrosas.

Hay hasta camas que vuelan como en La bruja novata. Y que pueden llevarnos a mundos inimaginables…

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