Amores tristes. Las divas y el amor. Los divos y el amor (I)

Muchas historias tristes pueblan el Olimpo de los actores y actrices cinematográficos. Historias de amor triste. Como bien decía aquella que alguna vez fue Margarita Cansino, “los hombres se acuestan con Gilda y se levantan conmigo”.

Los actores se convierten en mitos o leyendas. Mejor dicho sus imágenes y sus sombras…, pero luego lidian con el ser humano que llevan dentro. Con sus virtudes y defectos. Con sus fracasos amorosos.

Así cual periodista de cotilleo rosa —sí esta tarde me ha dado la vena más frívola— me dispongo a hablar de amores tristes. Porque sí. Porque de repente me ha venido a la cabeza. O mejor dicho porque hoy me he entretenido viendo Vorágine de Otto Preminger que de nuevo trabajaba con una de sus musas, Gene Tierney, mujer de corazón triste que no tuvo suerte en el amor. Y obteniendo información sobre este olvidado y curioso film me encuentro con que no fue película favorita ni de su creador ni de su musa. Que apenas hablan de él. Preminger, por su parte, sólo recuerda que durante el rodaje la desgraciada actriz andaba pérdidamente enamorada del futuro presidente de los EEUU, John F. Kennedy. Pero no hubo felicidad como tampoco la tuvo al lado del príncipe Ali Khan.

Y siguiendo la estela con el príncipe Ali Khan, príncipe al que le gustó en demasía dejarse acompañar por estrellas del celuloide tampoco aportó estabilidad emocional a una desgraciada Rita Hayworth a la que llevó al altar pero no la dio felicidad.

Rita tampoco alcanzó el deseado amor junto al niño terrible de Hollywood, Orson Welles, que no supo ver el alma frágil de su mujer, y las malas lenguas dicen que incluso quiso contribuir a la destrucción del mito cortándola el pelo y tiñéndola de rubio en plan mujer fatal en esa joya de espejos que es La dama de Shangai.

Si seguimos con damas inestables la palma se la lleva la tentación rubia. Los hombres fueron incapaces de darle algo de felicidad, ni siquiera su Arthur Miller, el dramaturgo que diseccionó su triste historia de amor en Después de la caída, donde Marilyn era una desolada Maggie. Algunos quizá trataron de entenderla pero eran igual de inestables emocionalmente, así Marlon Brando en su maravillosa biografía la recuerda con cariño. La tentación rubia, por cierto, también fue uno de los amores de JFK.

Si seguimos la crónica rosa de Hollywood otros amores desgraciados fueron los de James Dean y una joven promesa italiana, que se quedó en eso, en joven promesa destruida por la maquinaria de la industria cinematográfica, Pier Angeli. Aquí parece ser que la madre de la artista tenía mucho de que hablar y poco le gustó el joven rebelde para su niña.

Si nos vamos a historias de amantes que no tuvieron buen fin, os contaré la triste historia de Patricia Neal que se enamoró apasionadamente de un Gary Cooper que la llevó al lecho pero no al altar dejándole con el corazón roto. Tampoco Spencer Tracy quiso abandonar a la esposa, sus creencias católicas pudieron más que su amor hacia la diva independiente Katherine Hepburn que accedió durante años a ser la otra.

La muerte en pleno apogeo del amor también arrastra tristes historias como la comediante que arrebató el corazón al rey de las pantallas. Carole Lombard perdió la vida en un avión y dejó destrozado a un Clark Gable que dicen que nunca se recuperó. Otra actriz de comedia que murió de leucemia dejó triste a su caballero. Ella era la hermosa Kay Kendall que rompió el corazón del profesor Higgins, Rex Harrison. Tampoco sabemos si Liz Taylor hubiera seguido coleccionando maridos si un accidente de avión no se hubiera llevado por delante la vida del productor Mike Todd. Otra muerte triste fue la del prometedor John Cazale en los momentos en que vivía junto a un Meryl Streep enamorada.

Hollywood está lleno de matrimonios tumultuosos y turbulentos. De esos que hacen cierta la máxima ni contigo ni sin ti. Así recordamos con tristeza los amores de Vivien Leigh, también mujer inestable emocionalmente y Laurence Olivier. O nos viene a la cabeza de nuevo Liz Taylor que se convirtió en amante, en mujer casada, en dama divorciada y de nuevo en mujer casada y luego otra vez divorciada del gran actor Richard Burton (aunque tampoco quiso demostrarlo mucho). Tampoco se nos puede olvidar esa historia rota, también se casaron dos veces, de la hermosa Natalie Wood y el actor Robert Wagner… La segunda vez el motivo de la separación fue la triste muerte de la actriz en extrañas circunstancias.

Las infidelidades también rompieron historias que más tarde demostrarían la tragedia así la triste Romy Schneider vivió las infidelidades de su gran amor, Alain Delon, el actor francés que le quitó la imagen de niña pija y delicada y la convirtió en actriz trágica.

Algunos actores y directores fueron despechados por las mujeres amadas. Así Warren Beatty se quedó colgadísimo por Julie Christie. Pero ésta no quiso dejar de ser un espíritu libre. Nunca se ha casado. O la fría Kim Novak fue la musa del director Richard Quine, enamorado de la rubia, pero ella nunca dio su brazo a torcer.

Pronto continuaré con esta crónica de amores rotos y desatados que muestran que más allá del mito o la leyenda, de sombras, hay seres humanos con corazones rotos.

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