El valor de una arruga, de rostros con historias

Hoy he leido en el periódico que varias actrices defendían el derecho a conservar la arruga. El derecho a envejecer en el cine. Y que atacaban la artificialidad del botox que está convirtiendo a grandes estrellas en rostros sin expresión.

¿No hay historias cinematográficas maravillosas para hombres y mujeres de 40, 50, 60, 70, 80, 90…?¿Los actores y actrices no pueden envejecer como todo el mundo y evolucionar en su arte y expresión?

Los rostros cuentan historias.

Las arrugas son las líneas de la vida.

Envejecer es ley de vida.

¿Hubiera sido lo mismo El León en Invierno con una Leonor de Aquitania-Katherine Hepburn sin un rostro por el que han pasado los años?

¿Qué pasaría si Joan Crawford no hubiera envejecido en Qué fue de Baby Jane?

¿Se imaginan a otra Martha-Liz Taylor sin esa cara madura y ese cuerpo ya con kilos de más en Quién teme a Virginia Woolf?

¿Y si Gloria Swanson hubiera detenido el paso del tiempo en su rostro para El crepúsculo de los dioses?

¿Qué hubiera sido de Blanche Dubois y su drama, su miedo a envejecer, con un rostro botox, y sin la cara de una Vivien Leigh por la que los segundos, las horas, los años han pasado?

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