Diccionario cinematográfico (104)

Blanche DuBois: Siempre he creído en la bondad de los desconocidos. Flores, flores para los muertos. Oh, necesito un baño de agua caliente, me calma los nervios. Sólo beberé un poquito. Sí, perdí Belle Reve. La pérdida, la muerte, la juventud, la ausencia…, todo me puede, menos el deseo. Stanley, ese polaquito primitivo, no Stella, no Stella, no te quedes con los brutos. Mi corazón nunca miente. La crueldad es lo único imperdonable. Espera, suena un vals, y un disparo, y ya. He recibido un telegrama de un antiguo admirador, me voy en su yate, me sacará de esta miseria. El hotel Flamingo es el hotel Tarántula. Si me tocas, gritaré, gritaré… ahhhhhh. El abismo. Estoy un poco nerviosa. Stella, no te preocupes, hasta he coqueteado y bromeado con Stanley. Le miro cuando se cambia de camiseta, esa camiseta que suda, primitivo y en el fondo hermoso. Mi joven marido era frágil y débil…, y yo se lo dije, yo le maté. Estoy sola, Mitch. No creí que iba escuchar lo que me has dicho. Stella, que has oído de mí, que han murmurado. Dame un vestido de muselina, mi perfume elegante pero barato, mi corona de bisutería… soy una reina joven y bella. Soy culta y sólo busco la belleza. Yo tengo en mi corazón muchas cosas que ofrecer. El clic de la pistola, cuando suena, dejo de oír ese vals. Stella, esos funerales, la curación de las enfermedades… todo eso cuesta dinero. ¿Cómo puedes vivir aquí? Stanley con su pijama no me deja salir de la habitación, ya no sé donde tengo la cabeza. Situación desesperada, situación desesperada. No, por favor, caballeros, no hace falta que se levanten… Y voy a lugares oscuros, de luz tenue, y creo magia a mi alrededor, en esta casa mugrienta. Y su educada, y soy dulce, y soy dama… y huyo. Mi cabeza da vueltas, este mundo mugriento, no me gusta marchitarme… prefiero mi realidad. El contacto con lo desconocido. Y me seduzco a un joven alumno y después a otro. La juventud. Todo se marchita. Yo me marchito. Stanley es bruto y es cruel…, maúlla como lo hacen los gatos. Flores, flores para los muertos… Stella, Stella, ¿cómo me ves?, ¿estoy guapa? Dame un poco de alcohol. Esto es miserable. Mi corazón nunca miente… Flores, flores para los muertos. Y un desconocido, amable, me ofrece su brazo porque yo soy una dama, con educación. Y me voy con él porque me saca de lo sórdido.

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