Diccionario cinematográfico (192)

Vejez: El proceso de envejecimiento, los ancianos, los abuelos, las enfermedades y achaques, la fragilidad, los fallos de memoria, la soledad, las segundas oportunidades, los recuerdos… son temas que acompañan a la vejez. Y son temas que hemos visto numerosas veces plasmados en la pantalla de cine. Desde el drama más descarnado hasta la posibilidad de realizar un sueño imposible. La cotidianeidad de los abuelos. Las complejas relaciones familiares. Su vulnerabilidad y fortaleza. La soledad más absoluta o el periodo de la caida. Aquel o aquella que se mira en un espejo y ve cómo se marchita. El anciano que se convierte en la pieza fundamental de una comunidad o el relegado al olvido y la injusticia. La vejez protagoniza drama, melodrama, comedia e incluso ciencia ficción… Y es un tema estrella en la sala oscura. Porque es un tema cercano que a todos nos toca…

La última ha sido la película de Haneke, Amor, pero la vejez es un tema que siempre ha estado presente. Ahora me espera el visionado de Primavera tardía de Ozu…, un hombre mayor condenado a la soledad cuando su hija deja el hogar porque se casa. Y pronto se estrenará la película que ha dirigido el actor Dustin Hoffman sobre un grupo de ancianos, excantantes de ópera, que viven en una residencia, El cuarteto.

Podemos buscar huellas desde el cine silente y ese testimonio triste del empleado anciano que es relegado a lo más bajo en un hotel y su progresiva caída al abismo… El último de Murnau.

La vejez puede ser contada, sobre todo, desde dos visiones: el camino hacia la muerte o el momento de realizar cosas que nunca se hicieron, las segundas oportunidades. O mezclar ambos temas. El camino hacia la muerte y el dolor que genera el ser mayor puede ser contado desde una perspectiva desgarrada como en Venus de Roger Mitchell o desde un camino tranquilo y amable, con naturalidad, del que sabe que el fin está cerca y hay que apurar como En el estanque dorado de Mark Rydell.

El mundo de las segundas oportunidades suele ser comedia o tragicomedia. Ahí está Alexander Payne contando las andanzas de un recién jubilado y viudo que emprende un viaje por carretera en A propósito de Schmidt. O David Lynch construyó su relato cinematográfico más clásico de la mano de Alvy y su tractor, un anciano que va al encuentro del hermano con el que se enfadó hace años en Una historia verdadera. Sin olvidarnos de esos abuelos que deciden viajar a la India y darse segundas oportunidades en El exótico hotel Marigold de John Madden.

La unión de ambas visiones: el camino hacia la muerte y las segundas oportunidades (de ser, por ejemplo, mejores personas) se unen en El gran Torino de Clint Eastwood que también encarna a Walt Kowalski, un hombre que se replantea las ideas que ha mantenido toda su vida ante la nueva realidad que le rodea.

Los ancianos son también guardianes de historias y poseen una sabiduría que los jóvenes no tienen. Cuentan viejas historias, narran cuentos y saben de qué va la vida. Ahí se encuentra Ninny que cuenta a quien quiera escucharla la historia de una encantadora de abejas y una dama sureña que se hacen amigas en los años de la depresión en Alabama… en Tomates verdes fritos. O también pueden ser personajes excéntricos que saben el significado de las ataduras y quieren por ello que sus seres más cercanos sean libres. Así le ocurre al abuelo con cara de Lionel Barrymore en Vive como quieras de Frank Capra. Ahí también se encuentra el abuelo macarra y yonqui que adora a su nieta y salta por encima de los prejuicios sociales en Pequeña Miss Sunshine.

… Hay abuelos frágiles y vulnerables a los que les afecta la realidad dura que les rodea. Así no olvidamos al anciano matrimonio de la familia Joad que son los primeros que perecen en el largo peregrinaje para encontrar un empleo durante la Gran Depresión en Las uvas de la ira de John Ford. O ese funcionario jubilado que no llega a final de mes y que le quieren echar de la habitación de alquiler donde ha vivido años en la emocionante Umberto D de Vittorio de Sica. O esa abuela que la diagnostican alzheimer y vive con su nieto (que comete un acto horrible)… y trata de buscar un poco de Poesía ante el horror de la realidad que la rodea. O ese matrimonio anciano que pierde su hogar y se lo queda el banco (¿a qué recuerda?)…, sus hijos (otro de los grandes temas las relaciones padres-hijos, abuelos-nietos) no tienen espacio para que se que queden juntos en una de sus casas y tienen que separarse por primera vez… y protagonizarán la más hermosa de las despedidas en Dejad paso al mañana de  Leo McCarey.

También existe el abuelo patriarca. Aquel que sigue siendo déspota por los siglos de los siglos o aquel que ejemplifica el final de un periodo histórico. Por ejemplo Burt Lancaster supo reflejarlo en su rostro en Novecento y El Gatopardo. O el abuelo patriarca de una familia, el que sustenta su memoria, como en La familia de Ettore Scola y un Vittorio Gasman que recorre décadas hasta ser un ilustre abuelo.

Otros abuelos conviven día a día con la soledad como Maria Galiana y Carlos Álvarez- Novoa en Solas de Benito Zambrano o una increíble Petra Martínez en La Soledad de Jaime Rosales. Y otros conviven con enfermedades degenerativas como el Alzheimer, ancianos que tratan de enfrentarse al olvido o que se hunden definitivamente en otros abismos como puede verse en El hijo de la novia, Lejos de ella o la película de animación Arrugas.

Y hay hasta abuelos que se codean con la ciencia ficción… y encuentran la fuente de la eterna juventud que viene ni más ni menos que de unos extraterrestres en Cocoon de Ron Howard. O ancianos que se cruzan con lo fantástico, como ese curioso caso de Benjamin Button que nació ya con muchos años a sus espaldas. Sin olvidarnos del caso del último viejo que queda con vida en el mundo y sus posibles vidas, Mister Nobody.

… La vejez es atrapada en la pantalla blanca… que curiosamente hace que sus personajes, hasta los más ancianos, sean inmortales…

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