… De contrabandistas, iconoclastas y otras danzas. Dos documentales

Esta semana he tenido la suerte de visionar dos documentales que merecen la pena por distintos motivos.

Si eres una de esas personas que considera que tiene cine en las venas, puedes recrearte con el documental Un viaje personal con Martin Scorsese a través del cine americano tal y como lo ha hecho Hildy. Martin Scorsese en este macro documental (tres episodios) ofrece su mirada cinéfila y apasionada para contar de manera certera su particular historia del cine americano.

Y es emocionante realizar este viaje con Scorsese. Disfrutar de su original visión. Te cuenta la Historia del cine americano de varias maneras y todas interesantes. A partir de los géneros cinematográficos más relacionados con el cine americano: el western, el cine negro (primero de gánsters y después su evolución al film noir) y después el musical. O también un recorrido apasionante por los adelantos tecnológicos, aquellos que enriquecían y enriquecen el lenguaje cinematográfico, que plantean nuevas posibilidades de contar en imágenes. Y por último un camino mágico y muy interesante por aquellos directores que supusieron un paso más en el arte del cine. Directores que contaban con su mirada peculiar para contar aquello que no se podía o que se saltaron directamente las normas. Scorsese los llama los directores contrabandistas (y la importancia del cine de bajo presupuesto para moverse en márgenes de libertad) o los iconoclastas (aquellos que se saltaron las reglas como Stroheim, Welles, Preminger…). Scorsese, apasionado, se queda en los años setenta, ya que como explica en esa década él y sus colegas empezaron a hacer películas… y ya esa mirada corresponde a otros, que puedan observar desde fuera.

También fui a sala de cine para poder disfrutar en 3D el documental Pina. Un documental que fusiona danza y cine (un matrimonio normalmente bastante bien avenido). Es un documental realizado desde las entrañas. Desde el corazón. Desde el corazón de un buen amigo y de un grupo de bailarines que quiere expresar qué supuso la manera de entender la danza de la coreógrafa Pina Bausch en la vida de cada uno de ellos. Un documental que trata de mostrar el corazón de la danza, de la danza según Pina.

Danzad, danzad porque si no estamos perdidos.

Es un grito de pasión.

Y eso es lo que refleja un 3D que te mete en el centro del corazón de la danza de una coreógrafa por la que sus bailarines sienten un montón de cosas… porque les ha dado un lenguaje, una forma de expresión, unas emociones, unos recuerdos, unos sentimientos… Y ahí está el amigo Wim Wenders para dar forma a este canto de amor a la danza. Con rostros, voces, coreografías-homenaje, imágenes del pasado de la amiga ausente…

Puedes no haber visto nunca una coreografía de Pina. No conocerla. No importa. El documental te abre puertas a su forma de entender la danza. Un documental que late, que siente, que te hace latir y sentir…

Hasta ahora nunca había disfrutado tanto con el 3D. No soy muy amante de este avance tecnológico, lo reconozco. Sin embargo en este documental logré meterme en esa tercera dimensión que hizo bailar a mi mirada y a mi corazón.

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