Melodramas desatados (1). La noche deseada (Hurry Sundown, 1967) de Otto Preminger

Uno de los momentos más desatados de La noche deseada.

Las últimas películas de Otto Preminger fueron cada vez más denostadas por crítica y público. El “ogro” fue poco a poco abandonado por Hollywood hasta tal punto que su última película El factor humano no la rodó allí, contó con poco presupuesto y tuvo que ser prácticamente financiada por él. La última obra en la que manejó todavía un gran presupuesto y un reparto estelar fue un melodrama desatado, La noche deseada. Eligió para ello un tema provocativo y polémico, como era de esperar en él. Estaba a punto de nacer el nuevo cine americano, que también suponía un cambio generacional (de hecho, Preminger descubrió a Faye Dunaway, que triunfaría ese mismo año en Bonnie and Clyde); el sistema de estudios estaba en un periodo de decadencia y el código de censura contra el que había luchado durante años llegaba a su fin.

Como punto de partida para la película, un best seller, Hurry Sundown, de K.B. Gilden (el pseudónimo que empleaba el matrimonio Katya y Bert para escribir sus novelas). La noche deseada, en plena época del movimiento por los derechos civiles, recrea un melodrama sureño, donde se apuesta por una relación interracial entre dos granjeros, uno blanco y otro negro, para combatir contra los todopoderosos que quieren arrebatarles sus granjas para especular con los terrenos, además con su actitud colaborativa levantan más los odios en la sociedad en la que viven.

Otto Preminger y su equipo no tuvieron un rodaje fácil, y los actores negros no fueron bien recibidos en los lugares de filmación (Louisiana, en pleno sur de EEUU) y tuvieron numerosos problemas. Se tuvieron que enfrentar con el mismísimo Ku Klux Klan. Pero Preminger llevaba años luchando por la igualdad y los derechos en la industria de los actores negros, ya había rodado anteriormente dos películas musicales solo con reparto negro: Carmen Jones (1954) y Porgy y Bess (1959).

Así La noche deseada es un melodrama desatado e imperfecto que, no obstante, logra enganchar en sus más de dos horas de duración, con momentos arrebatadores, de catarsis, y otros tan kitsch que no pueden olvidarse. Curiosamente los héroes de la función, los dos granjeros (un soso John Phillip Law y un correcto, pero plano, Robert Hooks), son los personajes menos atractivos de la función. Son mucho más interesantes sus parejas femeninas (Faye Dunaway y Diahann Carroll), pues tienen más matices. Pero los que se llevan la palma son los blancos malos malísimos, que llegan prácticamente a la caricatura. Ahí están maravillosos Michael Caine, Jane Fonda, Burgess Meredith y George Kennedy.

El matrimonio sureño formado por Caine y Fonda tienen un momento sexual excepcional y kitsch difícil del olvidar: con un saxofón como protagonista. ¡Esa secuencia no hay que perdérsela! Y Burgess Meredith en su papel de juez racista, al borde de la caricatura, está deslumbrante. La noche deseada tiene todos los ingredientes de una película poscódigo de censura: sexualidad, violencia, sordidez, complejas relaciones familiares, juicio tenso y escándalo. No falta de nada, y el drama desatado estalla en todo momento. Las principales víctimas serán los niños. Por una parte, el hijo enfermo del matrimonio malvado (Jane Fonda más bien es arrastrada por la atracción sexual que siente por Michael Caine, que la nubla la mente) y, por otra, el hijo mayor del granjero blanco, que siente admiración por el personaje de Caine (que es el primo malvado del granjero blanco, que representa al hombre íntegro), mucho más divertido y carismático que su recto padre.

Aunque el tratamiento de los temas es demasiado hosco, quedan apuntados asuntos interesantes (como el amargo personaje de Rose Scott, la madre del granjero negro, cuando es consciente de que toda la vida ha sido una esclava, y que ella ha fomentado esa situación) y logra transmitir una atmósfera enrarecida, enferma y de odio que se transforma en un estallido de violencia con consecuencias trágicas, pero también catárticas. De hecho, se nota la pluma de Horton Foote, que ya había tratado temas similares en Matar un ruiseñor y La jauría humana.

La noche deseada es un melodrama desatado que merece una revisión urgente, pues tiene momentos de una gran fuerza visual, envueltos con notas de jazz y espirituales negros.

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17 comentarios en “Melodramas desatados (1). La noche deseada (Hurry Sundown, 1967) de Otto Preminger

  1. Otto Preminger era muy valiente con los políticos y los censores, pero un déspota con los actores. Durante el rodaje de «El Cardenal» John Huston, que participó ahí como actor, contaba que el protagonista, Tom Tryon estaba tan espantado que decidió, acogotado por Preminger, que nunca más iba a trabajar como actor (se convirtió en novelista: suya fue la obra en la, que se basó «El Otro» de Robert Mulligan. Perdimos un actor, pero ganamos un novelista) Y Billy Wilder, que conocía bien a Otto (le utilizo como actor en «Traidor en el infierno»), con su habitual malicia, contaba como vio una vez como este, para «tranquilizar» a uno de sus actores (no se si era también Tryon) le decía «cariñosamente» : «RE-LA-JAAA-TE!» con dudosa «ternura» teutona, al más puro estilo nacionalsocialista.

    Y está película que comentas no la he visto, Hildy, pero tiene muy buena pinta. . Es fácilmente localizable por internet?

    Besos.

  2. En La noche deseada la tomó con Faye Dunaway, que era la debutante. Y parece ser que tampoco se llevó bien con Fonda. A Caine le había echado el ojo en «Alfie», y cuando este le preguntó si iba gritarle, Otto le contestó que nunca gritaría a Alfie. Así que se libró de sus broncas… Defendió sin embargo a todo el equipo de los problemas de rodaje por el KKK y las autoridades locales.
    Sí, tenía fama de «ogro» en los platós. Efectivamente hizo que lo pasara mal el actor de El cardenal y también a Keir Dullea en El rapto de Bunny Lake. Y fue la pesadilla de Jean Seberg…
    La verdad es que en sus fotografías o actuaciones da un poquito de miedo.
    La película está en el catálogo de Filmin.

    Beso
    Hildy

  3. «El rapto de Bunny Lake» es probablemente una de sus mejores películas. De las más, sutiles (con «Laura») y desasosegantes. No es la típica película que te alegre el día, ni que quizás encaje con todo tipo de públicos, porque es muy inquietante, pero desde luego es de las más inteligentes (ahora que lo pienso, si me dijeran que Bunny Lake estaba en la mente de David Lynch y Mark Frost cuando gestaron «Twin Peaks» me lo creería, a pies juntillas) Además tiene el barniz de calidad añadido de contar con dos monstruos carismáticos como Laurence Olivier y Noel Coward (aunque este ya algo «fondón» y en franca retirada….)

    Besos.

  4. Sí, es buenísima. Enfermiza e inquietante.
    A mí Otto Preminger me gusta bastante. Por ejemplo, me gusta mucho El cardenal, pero también de Cara de ángel. Y siento especial predilección tanto por Anatomía de un asesinato como por Buenos días, tristeza.

    Beso
    Hildy

  5. Sí. Desde luego era un director valiente y tiene un buen puñado de clásicos. No hilaba tan fino como Lubistch o Wilder, pese a ser generacionalmente y por entorno de raíces similares, pero desde luego tiene algunas películas que han tenido verdadera importancia histórica y cinematográficamente. También me gusta mucho «Tempestad sobre Washington» (pese a que, cosas de la época, y a que lo que se adivinaba era muy audaz, no podía ser muy explícito con el tema de la homosexualidad), y otra, que supongo que estará en tu lista de favoritas (teniendo en cuenta tu pasión por la «screwball comedy», y que además, ¡sale William Holden! La tormenta perfecta….) de la que se habla menos de lo que merecería: «La luna es azul», película bastante picarona, en la que podía percibir la complicidad lejana de sus amigos «austrohúngaros», que seguro que hubieran brindado figuradamente con champán al verla (la «canallesca» Lubistch-Wilder: digo figuradamente, porque, claro, Lubistch ya había muerto hacía muchos años cuando se estrenó, pero seguro que haya donde estuviera, esbozó una sonrisa maliciosa al ver que su semilla maliciosa estaba dando buenos frutos….)

    Besos.

  6. «Maliciosa», «Maliciosa». (Donde pone en primer lugar «maliciosa», poner «irónica»….

    Cosas de las prisas.

    Beso.

  7. ¡ Y LO PEOR DE TODO! ¡»HAYA» (QUE VERGÜENZA) EN VEZ DE «ALLÁ»!¡»HAYA» EN VEZ DE «ALLÁ»!

    Varios borrones en mi «inmaculado» historial. En fin….

    Que Fernando Lázaro Carreter me perdone (y mi profesor de lengua también, allá dónde esté….Pero ya no podrá echarme el guante…Estoy fuera de su alcance, y además confinado…)

    Besos de nuevo (te voy a poner la cara perdida con tanto magreo…) (Espero no haber cometido ningún error más. Si es así no te preocupes, ya me habré tirado por la ventana. Sería demasiado tarde….)

  8. La película vale un visionado ya solo por el reparto (por la parte buena del reparto, quiero decir). Repito que a mí esos melodramas… Buf. Pero los villanos aquí son todo un espectáculo, y eso, aunque tampoco me lo creo, me compensa algo la artifiosidad de la función.

    No estoy muy de acuerdo en la valoración de El rapto de Bunny Lake. Es estupenda en todo menos en su recurso final al psicologismo barato. Demasiadas expectativas para final tan, tan, tan… Para ese final.

    Besos

  9. ¡Dios mío, mi querido Alfredo, cómo están esos villanos! ¡Son los reyes de la función! Sostienen, sin duda, la película, ¿verdad? Me encantó saber que el granjero blanco y héroe noble (que no podía el hombre ser más soso) tiene personaje mítico en su filmografía: ¡es el ser amado de Barbarella… con Jane Fonda también!
    ¡Y no me digas que la secuencia de Caine y Fonda con el saxo no es una joya!
    A mí la atmósfera enferma e insana de El rapto de Bunny Lake me hace valorar mucho esta obra en la filmografía de Preminger.
    Beso
    Hildy

  10. Hola Hildy!
    No la he visto pero desde luego me has despertado el interés con tu interesante reseña. Leo con mucha atención esos detalles acerca de la filmación, no me quiero imaginar lo complicado que debió de resultar el proceso de filmación por aquellas tierras y en esos años.
    Besos;)

  11. Siempre que leo un comentario tuyo sobre una películo que no he visto, me entran unas irrefrenables ganas de verla inmediatamente… pero casi nunca puedo hacerlo al menos con la inmediantez que desearía… pero verla tengo que verla y entonces volveré a escribirte

  12. Querido Fran: ¡ya me dirás si la ves! ¡Merece la pena verla! Tiene aspectos muy interesantes y efectivamente su rodaje fue muy accidentado,con un montón de conflictos que lidiar, de película, vamos. Es la típica película que es muy gozosa de analizar tanto en sus luces como en sus sombras.

    Beso
    Hildy

  13. Maria Rosa de mi alma, ¡tenemos que poner solución a esas ganas irrefrenables de verla! Aunque, de momento, la inmediatez es un poco imposible.

    Beso
    Hildy

  14. Vi este melodrama hace, creo, relativamente poco y no lo recuerdo con la precisión que debiera. Es curioso cómo funciona la memoria y películas que viste hace muchísimos años las recuerdas perfectamente y de otras con visionados mucho más recientes, solo tienes vagos recuerdos.
    Lo que si me viene a la memoria es que la película me gustó. Michael Caine compone un personaje completamente despreciable (lo que hace con su hijo enfermo no solo es despreciable, sino que se te hace insoportable) el personaje de Jane Fonda interpreta a una clásica “Southern belle” débil y mimada pero que abre los ojos y madura al final.
    Me quedé con la idea interesante de como la pasión sexual puede unir a las parejas con vínculos muy diferentes. En el caso de la formada por Michael Caine y Jane Fonda para que él la someta, controle y manipule y en cambio, en la pareja de John Philip Law y Faye Dunaway, la pasión sexual sirve para unir y reforzar a la pareja (la urgencia del reencuentro físico tras el regreso del frente), hacerles disfrutar mucho y traer al mundo un montón de preciosos niños rubios.
    Cuando leo o veo historias que transcurren en el sur de los Estados Unidos, siempre tengo la sensación que sigue siendo otro país. Sigue siendo un “cuerpo” extraño, en los Estados Unidos. Me da la impresión, que nunca se han recuperado de su derrota en la guerra civil. Esta película sigue esa tradición.
    A mí no me parecieron tan poco interesantes los personajes de John Philip Law y Robert Hooks (de acuerdo que no son Robert Redford ni Sidney Poitier) De hecho, me gustó cómo se va forjando o reinventado esa relación desde la desconfianza inicial y como se unen, superando la diferencia racial en pro de un objetivo común.
    Algo que me moleta del film y que pasaba mucho en el cine americano clásico, es su nulo interés en crear una ambientación cronológicamente adecuada para historias ambientadas en décadas pasadas del siglo XX. La historia acontece en los años 40 pero todos los personajes, especialmente los femeninos, visten, se peinan y se maquillan a la manera de los años 60. Aunque ese anacronismo no está justificado, si que es una historia que nos remite a los 60, por mucho que transcurra a final de la Segunda guerra mundial. Lo que cuenta y cómo lo cuenta (violencia, sexo) nos remite a la década de los 60. Una década de cambios sociales en Estados Unidos (los derechos civiles de la población negra, la revolución sexual…) y en el cine norteamericano, como tu mencionabas, con el final del código Hays.
    La película, que me han entrado ganas de revisar, deja escenas devastadoras, como la que has apuntado, cuando el personaje de la “nana” de Jane Fona (Beah Richards) se da cuenta que ha sido toda la vida poco más que un perro para los blancos o ese final catártico, motivado por una muerte cruel, que sella definitivamente la unión de los personajes de John Philip Law y Robert Hooks y sus respectivas y muy interesantes parejas( Faye Dunaway y Diahann Carroll). También significa la pérdida del último rasgo de humanidad del vil personaje de Michael Caine.
    Película más interesante de la que su fama predica, pero claro, no es “La jauría humana”.
    Un abrazo con distancia de seguridad
    Lilapop

  15. Querida Lilapop, sí, está genial lo que explicas de cómo la pasión sexual une de manera muy diferente a las parejas protagonistas. Me resultan más interesantes y con más matices los personajes femeninos (Faye Dunaway y Diahann Carroll) que sus parejas masculinas (John Philip Law y Robert Hooks). De ellos, lo más interesante es precisamente lo que señalas su relación y colaboración interracial es el conflicto de la película, la clave de la historia, por eso con unos personajes más carismáticos hubiese tenido una fuerza mucho más potente de la que tiene.
    Muy curioso lo que señalas sobre las ambientaciones, como las modas del momento, la de los sesenta, invaden la estética de los cuarenta de la película.
    Sí, una de las secuencias más potentes e interesantes para su análisis es la protagonizada por Beah Richards.
    Me parece una película que merece un rescate y una revalorización dentro de la filmografía de Preminger.

    Beso de dimensiones gigantes
    Hildy

  16. Fíjate, Hildy, no la conocía y me parece que está injustamente olvidada. Más allá de los defectos de ambientación que acertadamente enumeraba Lilapop, y que podríamos pasar por alto por el consabido «pacto de lectura» (aunque es cierto, Lila, se podrían haber tomado la molestia de cuidar el vestuario, qué menos en una superproducción de Hollywood), la película aporta matices interesantes. Está ambientada a finales de la Segunda Guerra Mundial, pero por lo que se ve, ese sur profundo de los Estados Unidos parece eternamente condenado a estar sumido en el odio y en la segregación sistemáticos. No parece haber muchas diferencias entre la Norteamérica de los 40 y la de la Guerra de Secesión de ochenta años antes que se mostraba en «Lo que el viento se llevó» (ahora que se ha puesto tan de moda hablar de ella). Ni siquiera con la América de los 60 mostrada por Alan Parker en «Arde Missisipi», aunque en este caso se muestre una época en la que las cosas podrían haber cambiado mucho a raíz del poder emergente del Movimiento por los Derechos Civiles que tanto mártires se cobró (Martin Luther King, Malcolm X, quizás hasta el propio JFK, etc….) Es difícil saber como es la situación en 2020 en el Sur americano, pero a raíz del asesinato de George Floyd y de la visión que no hace demasiados años nos mostraron Kevin Smith en «Red State» (2011) y Jeff Nichols en «Mud» (2012), parece que sumergirse en el Viejo Sur es como meterse en un túnel del tiempo y volver a la Edad Media en muchos aspectos.

    Pero «La noche deseada» tiene algunos buenos valores. Ciertos personajes pueden parecer demasiado arquetípicos, pero no menos que en otras muchas películas que tienen consideración de clásicos o incluso de obras maestras. John Philip Law es, efectivamente, muy inexpresivo,pero quizás aquí esa cualidad juega en este caso a su favor, porque al ser un actor de pobres recursos podría dar mejor el tipo de persona poca maliciada, sin matices. Quizás es lo que Preminger buscaba en él. Un tipo de apariencia un tanto plana, pero honesta y sin dobleces. Y Robert Hooks también. Ambos, con esa inexpresividad, con esa sencillez, dan el perfil de gente de pocos recursos diplomáticos, sin apenas educación, y sin la soberbia propia de los arrogantes urbanitas. En eso contrastan abiertamente con Michael Caine, un tipo con pocos escrúpulos que solo ve en ellos a «rednecks» a los que es fácil engañar y manipular para sus propios fines. Jane Fonda no suele llamarme demasiado la atención casi nunca,pero aquí da bien el tipo y se hace con el papel. Y Diahann Carroll y Faye Dunaway están estupendas como mujeres de una pieza. Siempre he pensado que la Dunaway ha sido una actriz poco aprovechada. A finales de los 60 y principios de los 70 tuvo su momento de mayor auge (fabulosa en «Network», merecidísimo Oscar), pero después no supo encontrar su sitio. Dicen que su carácter extremadamente difícil tampoco ayudaba demasiado (nuestro Jose Luis Alcaine, que trabajó con ella puede dar fe de ello).

    Pero la película merece un visionado y una revalorización. He leído por ahí que dicen que está incluida en un listado de «Las 50 peores películas en color» o algo así, pero eso me parece profundamente injusto, y más teniendo en cuenta la enorme cantidad de bodrios que se han hecho de cuarenta años a esta parte. No sé. A veces la gente habla por hablar cuando más valdría callar, ¿no creeis?

    Besos.

  17. Muy interesante tu comentario, Deckard. Sí, es verdad que no es de las películas más recordadas de Otto Preminger y merece un visionado y como dices, una revalorización.
    Posee matices muy interesantes. Y como has señalado en tu primer párrafo se puede contar una historia visual del Sur de los Estados Unidos con un ciclo de películas, que ya señalas varias de ellas.
    Es interesante el análisis de las películas según los intérpretes elegidos y la forma que tienen de construir sus personajes. También lo señalas muy bien en este comentario.
    Pues lo dicho ¡no hay que dejar escapar un visionado de La noche deseada!

    Beso
    Hildy

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