La escafandra y la mariposa (Le scaphandre et le papillon, 2007) de Julian Schnabel

Imaginación, memoria y escritura. Son los ingredientes con los que Jean Dominique Bauby contó para poder salir de su escafandra y viajar y volar como mariposa. 

Bauby era un hombre de éxito, editor jefe de la revista francesa Elle, que sufrió una embolia en 1985 con consecuencias irremediables: queda aquejado de una extraña secuela, el síndrome de cautividad. Este síndrome le produjo la inmovilidad total y absoluta de todo su cuerpo excepto del parpadeo de uno de sus ojos. Bauby se aferra a la vida gracias a la escritura a través de un código que le diseña una profesional del hospital donde se encuentra. De esta manera escribe todo un éxito literario: La escafandra y la mariposa. 

El artista, pintor y director Julian Schnabel toma el reto de adaptar esta especie de memorias, reflexiones y literatura desde el interior de Bauby y crea una hermosa película a partir de un buen guión de Ronald Harwood. 

Y no lo cuenta a manera de biopic facilón sobre espíritu de superación y lágrimas para el espectador. Crea poesía cinematográfica. Schnabel, su guionista y director de fotografía (Janusz Kaminski) cuentan esta historia desde el punto de vista de Bauby, desde su ojo que parpadea (sobre todo la primera parte) y desde su cabeza pensante. E irremediablemente la película te atrapa desde el primer instante. Bauby invita a sus recuerdos, a sus fantasías y a sus sentimientos, que por suerte no se encuentran cautivos y le aferran de alguna manera a la vida. 

El editor reflexiona y, con la ayuda de su familia (ex mujer e hijos y su padre), sus amigos, el personal médico y la mujer que le ayuda a redactar el libro, logra crear una obra literaria que le permite volar de su cuerpo que lo mantiene cautivo. No olvidar, que a pesar de las circunstancias, el Bauby cinematográfico siempre conserva el sentido del humor, algo que también le aferra a la vida y le sirve para ver su situación desde otras perspectivas. 

Schnabel proporciona imágenes hermosísimas, oníricas, y otras más realistas. Unos personajes que cautivan y los actores ofrecen unas interpretaciones que emocionan. Desde su protagonista, el actor francés Mathieu Amalric, hasta un veterano y tremendamente emotivo (sus escenas dejan un nudo en la garganta) Max Von Sydow que hace de padre de Bauby. Max realiza una interpretación dolorosa e increíblemente tierna en los pocos minutos que aparece. 

La mayoría de los personajes que apuestan por que Bauby lleve a cabo su obra son mujeres. Mujeres interpretadas por actrices francesas como Emmanuelle Seigner, Marie-Josée Croze o Anne Consigny. Todas ellas le aportan un lazo y un motivo para seguir adelante (su ex mujer, las profesionales del hospital, la mujer que le ayuda a redactar el libro, su amante ausente…). Son mujeres oníricas, de ensueño. Mujeres desde su síndrome de cautividad. Tiernas, dulces y luchadoras que echan ese lazo o cuerda para que Bauby sea mariposa.