La comedia de la vida (Die Dreigroschenoper, 1931) de Georg Wilhelm Pabst

Sorpresas te da la vida. Sorpresas te da el cine. Voy a hablar en calidad de espectadora. Aviso sin ser experta del cine de Pabst (aunque hace tiempo me encantó una de sus películas con Louise Brooks), ni del teatro de Bertolt Brecht, ni de la época que cinematográficamente fue riquísima durante la Alemania de la República de Weimar, y tampoco del marxismo…, ha sido todo un descubrimiento La comedia de la vida que es una adaptación de la famosa Ópera de cuatro cuartos de Brecht.

Una sorpresa de las buenas. La comedia de la vida es una película de escenografía, ambientes, rostros y canciones increíble. De imágenes que se te graban en la retina.La boda en un almacén abandonado, la novia cantando una canción picante ante una banda de maleantes, el bar donde se conocen los novios, las calles en penumbra, el músico ambulante que hace de narrador, la casa de putas, el local donde el padre de la novia organiza y explota a los más pobres entre los pobres, los vagabundos y mendigos de la ciudad (los divide por categorías)…, no hay respiro.

La película además muestra un mundo en el que los probres van a seguir explotados y en la oscuridad y el nacimiento del capital es a manos de un policía corrupto, un explotador de seres humanos y una banda de mafiosos y ladronzuelos… ¡¡¡Guau!!!

Además, la película cuenta con la interpretación de la mítica cantante y actriz Lotte Lenya en el papel de la prostituta Jenny que fue famosísima por la manera que tenía de cantar y que fue musa del compositor Kurt Weill (autor de las canciones de la obra y la película).

Por otra parte, me vino a la cabeza con todas las escenas de los sin hogar, los delincuentes y las prostitutas (los rostros y los ambientes) otra película maravillosa del mismo año que me encanta: M, el vampiro de Düsseldorf de Lang.

Lo del marxismo va porque Brecht según fueron pasando los años y con la adaptación cinematográfica fue metiéndose más en la ideología comunista. Y a lo largo de los años fue modificando la obra original. Y no se mostró de acuerdo con Pabst en ciertos puntos. Se terminó desligando. Sin embargo, el montaje y adaptación de la película, que quedó en manos del director cinematográfico da una coherencia a la obra muy acertada y una crítica radical genial al capitalismo. Fue una de las películas prohibidas en la Alemania nazi. No se pudo proyectar con normalidad hasta los años cincuenta.