Chantaje en Broadway (1957) de Alexander Mackendrick

Hay películas que caen en el olvido y no se entiende muy bien el porqué. Las visualizas un día con sorpresa y descubres una buena historia. Y, esto ocurre con Chantaje en Broadway, con un título original mucho más hermoso e irónico Sweet smell of success. La ironía se entiende cuando te introduces en la historia del agente de prensa Sydney Falco (Tony Curtis) y el columnista todopoderoso J.J. Hunsecker. 

Lo primero que llama la atención de esta película de los cincuenta son los créditos. Me gusta verlos porque entiendes muchos aspectos posteriores. Hagamos esta vez un experimento y centrémonos en ellos. El guión está firmado por Clifford Odets y Ernest Lehman. Y es una adaptación de una novela del segundo de los guionistas. Lehman trabajó cuando era joven en Broadway como redactor de un publicista en la industria del musical y quiso reflejar esa experiencia en la novela. Sabe de qué habla. Y se nota. 

Este guionista escribió musicales tan importantes como West Side Story o El rey y yo pero también fue responsable de la adaptación al cine de la obra teatral ¿Quién teme a Virginia Woolf? También, colaboró junto al mago del suspense en una de mis películas más queridas, Con la muerte en los talones. 

Y, su compañero Clifford Odets, un gran dramaturgo que durante los años treinta fue un de los principales representantes del teatro proletario estadounidense y se unió al proyecto del Federal Theatre en la administración Roosevelt para promocionar la cultura teatral durante la depresión. Su trabajo muestra un compromiso sociopolítico. También, fue guionista de cine (¿recuerdan una de las primeras apariciones de la Monroe en una película de Lang, Encuentros en la noche?) pero por su compromiso político tuvo problemas para trabajar en la industria. Se le recuerda también como una de las parejas de la malograda actriz Frances Farmer.

Después nos encontramos con la música de Elmer Bernstein. Durante esta década –y ya desde Un tranvía llamado deseo– empieza a utilizarse el Jazz en el cine. Éste es un buen ejemplo. Teniendo en cuenta que uno de los personajes es un guitarrista de una banda de jazz. No olvidemos que Bernstein es el creador de bandas sonoras tan increíbles como El hombre del brazo de oro, Matar a un ruiseñor o El hombre de Alcatraz.

De pronto, miramos al director de fotografía y se trata de James Wong Howe, un buen artesano de la imagen que ha firmado obras como La cena de los acusados, Argel, Picnic…

Siguiendo el rastro de los créditos, nos topamos con el nombre del director de la película Alexander Mackendrick. Y me sorprendo del todo. Es un hombre que no ha dirigido muchas obras pero que su nombre pasó a la historia por una de las comedias negras británicas más afiladas, ¿recuerdan El quinteto de la muerte?

De pronto, vamos al terreno de la producción y vemos al propio Lancaster con Hecht y Hill. No olvidemos que estos productores hicieron un intento de cine independiente y realista con obras cinematográficas como Marty.

Y, por último nos vamos a los intérpretes y chocamos con dos actores que dejan unas interpretaciones sorprendentes. A un Tony Curtis desconocido y grande que deja a un lado sus galanes de cara bonita, sus leotardos, sus caritas de niño mono y su vis cómica y nos seduce con un gran personaje de perdedor. El buscavidas ambicioso (mucho antes que Paul Newman) que tiene sueños de éxito y que se deja aplastar y aplasta para conseguir sus objetivos. En el último momento hay un atisbo de humanidad, de no vivir encadenado, pero su ambición puede más. Sin embargo, este joven con una cara que derrite le golpea la vida una y otra vez. Y terminará perdido en la jungla que él bien conoce, traicionado. Y, como no, a un Burt Lancaster que se come la pantalla en cada una de sus apariciones. Burt Lancaster que estás en los cielos y dejaste grandes personajes, un columnista poderoso y consciente de su poder que manipula y destroza según su capricho a todo el que le rodea, incluso al ser que más ama, su hermana. Burt Lancaster de personaje oscuro al que determinas un fin en soledad, con el rostro crispado.

¿Después de este experimento con los créditos les queda duda de que es una película que merece la pena? Chantaje en Broadway presenta de manera inusual el mundo del poder, la corrupción, la traición y otros tejemanejes con grandes personajes secundarios. Los columnistas rivales, esa secretaria que ve cómo su jefe se hunde, esa vendedora de cigarrillos de pasado triste, ese policía de cara desagradable, esa joven hermana de personalidad débil pero pura, ese guitarrista que ama su música, ama a su chica y es capaz de enfrentarse a lo que no cree justo. Una fotografía que recuerda al mejor cine negro que recorre una noche de traiciones y pasiones. Un mundo de perdedores, de hombres y mujeres hundidos donde no hay caretas. Un mundo donde se escala hacia el éxito sin pensar en el daño ocasionado…, una película negra y pesimista que muestra la soledad en la que te sumerge la ciudad…, ¿quizá por eso, por el mundo que refleja, Chantaje en Broadway esta en el baúl de los olvidos?

Al final el amanecer, y un personaje libre que cruza una calle…