Cassandra’s Dream

Papá Woody vuelve a emocionarme. Es curioso, espero sus películas como una medicina cada año. Unas me gustan más y otras menos pero siempre tiene algo que decir. Y siempre sorprende. Nunca me deja indiferente. En Cassandra’s Dream se decanta por un drama familiar de tintes shakesperianos. Y no defrauda. Plantea mil y un temas y un conflicto moral. Emociona. Cuenta la historia de dos hermanos que se aman, uno, entusiasmado por el placer del juego (magnífico y sorprendente Colin Farrell), otro, soñador de un futuro próspero y rico alejado de su familia de clase media (como siempre Ewan McGregor de quitarse el sombrero). Añorando ser un hombre grande de negocios como su tío Howard (aparición siniestra de un cada vez más grande Tom Wilkinson). 

Al principio los dos compran un sueño: un barco al que llaman Cassandra’s Dream para surcar los mares, para huir de su día a día gris. Para relajarse y volar. El Cassandra’s Dream es en realidad la metáfora de los sueños rotos de dos hermanos que se quieren demasiado pero saltan una línea en la que ya no hay vuelta atrás. El Cassandra’s Dream es el final del vuelo. Sueños destruidos y rotos. No hay vuelta atrás. En un momento de sus vidas en que necesitan dinero para seguir sobreviviendo o avanzar en la sociedad, aparece ese tío Howard, ese hombre solucionaproblemas a golpe de talonario. Ese hombre al que aspiran. A su padre le aman, pero sólo es un amargado y buen hombre… y enfermo, ya se encarga la buena madre de restregárselo una y otra vez. Pero a pesar de todo la madre, no deja de repetirles una y otra vez, la familia es la familia. Sin ella, estáis solos. 

Esta vez el gran tío Howard les muestra otra cara. Su dinero y su ascenso han sido a costa de muchas cosas. De dar grandes zancadas. De estar fuera de la ley. Ahora, alguien puede derrumbar el imperio. Y les pide a sus sobrinos –que son familia, que son los únicos en los que puede confiar–, algo a cambio de sus favores. De alcanzar sus sueños de prosperidad rápida o simplemente de supervivencia. De seguir al lado de las mujeres amadas (muy distintas ambas, la sensual Ángela, la dulce Kate –muy bien retratadas por dos actrices que iremos descubriendo en más películas: Hayley Atwell y Sally Hawkins). El tío Howard les pide que eliminen a ese alguien que es obstáculo en su vida y riqueza. Y los dos sobrinos y hermanos debaten, discuten y toman una decisión que cambiará sus vidas. Porque a cada uno le afecta de una manera. Porque lo de antes, no se queda atrás, porque los actos tienen consecuencia. Porque cada uno se quita la careta, y se desnuda, al límite. Pero, ambos, no cuentan que son familia, y por eso, se quieren. Y en el Cassandra’s Dream descubrirán que es demasiado tarde. Porque hablamos de tragedia. 

Papá Woody se decanta por el aire dramático de Delitos y faltas, Interiores o Match Point. Nos regala de nuevo, como siempre, hora y media de película bien hecha y diálogos como sólo él sabe hacerlos. Papá Woody espero la próxima medicina.