Si se observa el hermoso cartel de La doncella, del director coreano Park Chan-wook, ya aporta claves de lo que vamos a ver en pantalla. Un cuento sensual y sexual con toques de crueldad pero con trazos delicados, de aire victoriano, con gotas góticas y con brotes de belleza como las ramas de un cerezo en flor con una mujer bella colgada… Y es que todo eso y más puede encontrarse en una película que no solo seduce con la historia que cuenta, sino que es imposible no enamorarse de cómo está contada.
Y ya su título es revelador. Si en inglés (The handmaiden) no deja duda de que la doncella del título se refiere a la sirvienta de una delicada joven encerrada en una mansión que esconde secretos, su título en castellano sirve para las dos protagonistas: doncella es Sooke, que entra a trabajar al servicio de la joven millonaria, Hideko. Y Hideko también es doncella…, delicada y virginal. Y alrededor de las dos gira una historia de amor, pasión, sexualidad y venganza (uno de los temas estrella de Park Chan-wook).