Atrapar la vida con la cámara… un instante de realidad y convertirlo en cine. Ahora mismo pueden disfrutarse tres propuestas cinematográficas que atrapan la vida y la muestran al espectador (estas tres obras han podido verse y algunas todavía pueden verse en la programación de febrero de la Cineteca de El Matadero en Madrid. También se encuentran en el circuito de las salas de exhibición excepto una de ellas que sí se encuentra en DVD). Tres propuestas muy distintas pero las tres llenas de posibilidades, reflexiones y miradas.
Mapa de Elias León Siminiani
Hay dos mapas en la propuesta de Elias León Siminiani. El del propio viaje que emprende a la India y el que luego marca en distintos lugares de la geografía española. Éste es un mapa físico que puede seguirse con un dedo… Pero después está el otro mapa. Y es el sentimental. El viaje del cineasta por los recovecos de su existencia que se mece en distintos paisajes y con distintos estados de ánimo para contar una crónica de amor no correspondido. Un viaje de sentimientos, en otro tempo. Así como Marilyn Monroe creaba sus dos mapas en uno en Bus Stop donde con su carmín pintaba en un mapa de carreteras la historia de su vida, Siminiani se sirve de su cámara para reflejarnos estos dos mapas en uno. Así queda para el espectador el diario fílmico e íntimo del realizador que empieza un día de 2008 y termina en 2011.
Lo interesante de la propuesta es que Siminiani presenta una obra cinematográfica perfectamente construida y ensamblada en la que muestra al espectador el material de su propia vida pero con los recursos cinematográficos de la narración fílmica. Es decir, y para entendernos mejor, emplea recursos de ficción en su forma de contar (lenguaje cinematográfico) para atrapar su propia realidad. Para atrapar lo que le está pasando y lo que quiere contar. De esta manera todo lo que vemos, según nos cuenta el director es absolutamente cierto (el material, no lo olvidemos, es su propia vida), pero el envoltorio o la manera de presentarlo se beneficia de la magia del cine. De hecho de las mejores experiencias que se puede tener es ver Mapa y después asistir a un coloquio con el propio director porque es una obra cinematográfica para diseccionar y analizar.
En un momento dado en Mapa el director viaja a India y allí nos relata otro viaje de dos personas en el pasado a este mismo país. Ahí nos encontramos con la clave de la mirada de Siminiani y su propuesta. Nos explica que fueron a la India Passolini y Moravia (con su compañera Elsa Morante). Después ambos escribieron sobre sus experiencias de viaje: Passolini desde lo emocional, se empapó de todo lo que sentía y Moravia desde el observador que se distancia y describe (analiza). Ahí se encuentra la metáfora de Mapa. Siminiani construye y elabora su propio mapa emocional de una manera reflexiva y controlada, manejando perfectamente lo que cuenta y cómo lo cuenta pero sin embargo el material con el que trabaja son sus propias vivencias y emociones. Os aseguro que el resultado es de lo más sugerente.
Correspondencia Jonas Mekas- José Luis Guerín
La correspondencia filmica entre Jonas Mekas y José Luis Guerín forma parte de un proyecto colectivo realmente hermoso (que puede disfrutarse en DVD) donde varios cineastas se intercambian cartas visuales. El proyecto empezó en 2006 con el intercambio entre Victor Erice y Abbas Kiarostami (la única correspondencia que no está presente en el pack de DVD). El resultado fue tan satisfactorio y rico que se amplió a otras correspondencias visuales (Albert Serra/Lisandro Alonso, Isaki Lacuesta/Naomi Kawase, Jaime Rosales/Wang Bing, Fernando Eimbcke/So Yong Kim). La puesta en marcha de esta idea, que es puro amor al cine, y la difusión de estos trabajos cinematográficos ha sido gracias a la implicación de instituciones como el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona junto a La Casa Encendida así como posteriormente otros organismos culturales.
La correspondencia que nos ocupa atrapa los procesos creativos de dos realizadores diferentes en sus miradas pero que sin embargo establecen un diálogo fílmico lleno de posibilidades y riquezas. Así se elabora una correspondencia de nueve cartas visuales: cinco de José Luis Guerín (que abre y cierra el proceso) y cuatro de John Mekas. La reflexión y la construcción consciente de la imagen frente a la vitalidad y la impulsividad del presente. Guerín y Mekas. Un diálogo fílmico lleno de imágenes y reflexiones para atrapar al vuelo enunciados sobre la necesidad de filmar. Sobre la capacidad del cine para atrapar la vida. Sobre la capacidad del cine para descifrar el presente o lo que nos rodea, las relaciones del hombre con sus circunstancias, las relaciones del hombre con la naturaleza. Sobre la capacidad del cine para la nostalgia, la memoria y la posibilidad del sueño…
Estas correspondencias en su itinerario permiten además un análisis interesantísimo sobre la forma de mirar de los distintos cineastas y siempre se agradece un coloquio posterior para enriquecerse con la propuesta. Así ocurrió con esta correspondencia que pudo verse en la Cineteca con la valiosa presencia del director de Caimán. Cuadernos de cine, Carlos F. Heredero. Entre los espectadores que se quedaron después de la proyección y Carlos F. Heredero surgió otro diálogo que trataba de desentrañar lo recientemente mirado y vivido.
Marina Abramovic. La artista está presente de Matthew Akers y Jeff Dupre
El cine documental para atrapar el arte y sus distintas manifestaciones. Matthew Akers realiza un retrato visual sobre una mujer que trabaja con su propio cuerpo. Su cuerpo es el formato de su arte. Marina Abramovic se convirtió en una pionera en los años setenta de la performance.
El documentalista se centra en la trayectoria pública y privada de la artista montenegrina para plasmar el impacto de su obra retrospectiva en el MOMA de Nueva York en el año 2010. El valor máximo de esta propuesta es que Marina (y puede que de manera inconsciente) es presentada con todas sus luces y sombras. Con todas sus contradicciones en el transcurso de su propia obra artística. A mí me pudieron las sombras, no conecté absolutamente nada con Marina. Pero en una conversación posterior con una amiga (especializada en arte contemporáneo) pude apreciar la importancia de Abramovic (o de por ejemplo otro artista singular que también tiene un documental que actualmente se está exhibiendo, Ai Weiwei): y es cómo ellos tratan de expresarse ante el mundo en el que viven de una manera diferente y cómo buscan otras maneras creativas de analizar y entender el presente en el que existen. Y esas maneras son estímulos para llegar a unos espectadores que conectan o no con su forma de comunicar.
Me resultó interesante comprobar (no conocía absolutamente nada de Marina Abramovic) que yo no lograba conectar con su universo creativo pero sin embargo el documental muestra cómo muchas personas conectan con la artista de una manera total y absoluta, llegando casi a la adoración mística. Y he de reconocer que la performance del MOMA tiene una fuerza visual increíble en el documental. Durante tres meses la artista se sentó en una silla y durante el horario del museo permanecía estática. Frente a ella se sentaban personas que asistían a la retrospectiva. Y tan sólo se miraban. Dos rostros que se miran y distintas emociones son mostradas en una cámara que no puede engañar (pero sí seleccionar… me llamó la atención que casi todos los que se ponían frente a ella se mostraran casi en estado de éxtasis y que sin embargo apenas haya muestras de gente indiferente o que se ría o que se sienta ridícula…).
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.