Charles Chaplin. La soledad era el único remedio (Confluencias, 2014)
Un libro de pequeño tamaño esconde en sus páginas un tesoro. Este libro es una delicia especial, un delicatessen. Reúne once entrevistas, que realizaron distintos periodistas en medios diferentes, a Charles Chaplin y están por orden cronológico. La primera transcurre en 1915 y la última 1967. Y con cada una de estas entrevistas, descubrimos la esencia de Chaplin, nos llevamos pequeñas sorpresas y se nos cuenta de manera especial su vida. Entre líneas. Contamos además con descripciones sobre su físico y forma de comportarse. Y el disfrute es máximo.
Repite varias veces que él quería ser actor dramático, trágico; se nos habla de sus ojos azules, su pelo azabache y sus mechones blancos; se nos describe su seriedad y melancolía así como su amabilidad y delicadeza en las entrevistas…, nos cuenta que sus películas parten de una emoción, que su personaje amado provoca risa en actos cotidianos y creíbles, que sus andares se los inspiró gente con los pies cansados y doloridos de ese Londres humilde que conoció en su infancia, nos describe su meticulosidad en el trabajo, su amor al cine como arte, su amistad con Douglas Fairbanks…
Pero también las entrevistas nos cuentan otra historia, los orígenes de un hombre humilde y siempre en los escenarios que llegó de Inglaterra a EEUU a un medio totalmente nuevo y distinto a los escenarios, el cine. Un hombre que se va haciendo un nombre y va adquiriendo una popularidad mundial, un hombre amado, tanto como su personaje. Que llega a lo más alto en su arte como director y en su trabajo como mimo satírico. Que conoce el éxito y la fama en todo el mundo… Que poco a poco le van minando las noticias de su vida privada, que va siendo rechazado por sus opiniones sociales y políticas, por su posicionamiento respecto la guerra, por su humanismo…, hasta ser expulsado de la tierra que le acogió y le encumbró… y retirarse a Suiza. De cómo un hombre que era totalmente aclamado con cada película realizada a ser continuamente cuestionado con cada nueva obra cinematográfica… De cómo un hombre triste siguió siendo triste y desencantado.
Recomiendo perderse entre sus páginas…
¿Amigos o rivales? (Friends and Lovers, 1931) de Victor Schertzinger
A veces aparecen películas curiosas de aquellos años treinta antes del código Hays, antes de la censura. ¿Amigos y rivales? Es una de ellas y está llena de sorpresas. Donde se muestra que había mucha más libertad y se era menos políticamente correcto en la representación de las relaciones personales. En ¿Amigos y rivales? Además hay un explícito erotismo y se nota que no existe censura alguna porque la dama protagonista en cuestión, libre y libertina, es celebrada y amada… sin recibir los castigos que tendrían que aguantar sus predecesoras.
¿Amigos y rivales? habla de amistades peligrosas con ligereza y ritmo rápido. De chantajes y traiciones. De malos tratos y asesinatos. De vida frívola y vida colonial en fronteras lejanas. De amistades que se rompen y que vuelven a construirse. De champán, celos y amor… Y todo de la mano de un reparto muy especial. La joven dama es Lili Damita, que posteriormente su carrera cinematográfica desapareció entre maridos como Michael Curtiz y Errol Flynn. Y los hombres que se enamoran y sufren por ella son el bigote de Adolphe Menjou, el galán cínico y elegante por excelencia, y un jovencísimo y vital Laurence Olivier, lejos de los escenarios shakesperianos. Ella se dedica a enamorar a hombres (de activa vida social y romántica)… de la mano de su esposo que después los chantajea. Y su esposo no podía ser otro que el siniestro Erich von Stroheim (y director outsider de películas geniales) pero peculiar intérprete, qué buenos personajes cultivó. Una película breve y llena de giros y sorpresas en la trama. Con elipsis muy curiosas que hacen avanzar la narración, duchas eróticas, momentos violentos y otros frívolos, peleas, risas, drama… y finalmente la chispa del amor. Una vida loca.
Suite francesa (Suite française, 2014) de Saul Dibb
No es la primera vez que los personajes de la autora Irene Nemirovsky pisan la pantalla cinematográfica. El director británico Saul Dibb (La Duquesa) tan solo toma unos pocos personajes de la polifonía de voces de la inacabada Suite francesa (que ya se hablaba desde 2007 de su adaptación cinematográfica). De hecho la película no atrapa el universo de Irene Nemirovsky sino solo a algunos de sus personajes y unas cuantas situaciones… y únicamente traslada un aspecto que es importante en la novela de la autora (y en su universo literario anterior): la tremenda ambigüedad y humanidad de los personajes en tiempos de entreguerras o en la propia guerra, son capaces de lo mejor y de lo peor, de albergar lo más hermoso del ser humano y lo más horrible, la dificultad de las relaciones familiares, amorosas y entre distintas clases sociales y cómo se arrastran contradicciones continuamente…, pura humanidad.
Dibb, como ya nos acostumbró en La Duquesa, lleva a cabo una película elegante, bella visualmente, perfectamente ambientada y con una banda sonora brillante además de contar con un buen reparto. Y se decanta finalmente por narrar un amor imposible en una localidad francesa ocupada por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Ese amor imposible es entre un oficial alemán y una joven francesa. El oficial se aloja en casa de la joven, que a su vez vive con su suegra, una mujer rica del pueblo ocupado. Ambas esperan el regreso del hijo y del esposo del campo de batalla. El amor imposible cuenta con los rostros de Michelle Williams, como joven delicada y cada vez más consciente de su difícil situación (y de su compromiso); y del actor belga Matthias Schoenaerts, que deja su carisma por repartos internacionales desde su participación en De óxido y hueso. La suegra cuenta con la cara de Kristin Scott Thomas, que sigue siendo una secundaria de oro.
Quien quiera conocer el universo literario de Irene Nemirovsky (y conocer también su azarosa y trágica vida) que acuda al libro y se sumerja en sus páginas. Quien quiera dejarse llevar por un amor imposible de película, bien contado, que se meta en la sala de cine… Hay una relación casi invisible y muy distante entre la Suite francesa literaria y la fílmica.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Tomo nota de Amigos y rivales. Solo por ese reparto, y por el tema, vale la pena.
De Chaplin, ahora mismo estoy leyendo «Un comediante descubre el mundo», escrito tras su periplo mundial de 1931-32. Una gozada. Es una edición muy limitada e inédita hasta ahora en España, pero si puedes hacerte con él, es un pequeño tesoro.
Lo de Suite francesa es un pasteleo inadmisible. Solo hay que ver la publicidad para darse cuenta del azúcar y el almíbar invertido en culebronizar una historia literaria que va mucho más allá de la metáfora ramplona sobre la dualidad francesa durante la guerra. La verdad, si los libros se van a maltratar tanto en la pantalla, mejor dejarlos en el cajón. Una obra maravillosa de la que se hace una adaptación burda y pornográficamente sentimental.
Besos
¿Amigos y rivales? es una película curiosa y merece la pena por ello. Y efectivamente hasta su reparto es peculiar. Tiene además un uso de la elipsis muy curioso. ¡Son menos de 80 minutos! Es una interesante pieza cinematográfica. Se me olvidó mencionar que la banda sonora la firma el director con ¡Max Steiner! (que no estaba acreditado)… pero apenas hay música. En fin que es toda una curiosidad.
Conozco el libro del que hablas de Chaplin porque lo he tenido en mis manos y me parece además una edición preciosa. Pero no lo tengo en mi poder (jejeje) ni he podido leerlo todavía. El de las entrevistas es un delicatessen.
Suite francesa no es una buena adaptación del universo literario de Irene. Es otra cosas. Ha tomado el título de la novela, unos pocos personajes y situaciones… y luego ha hecho otra cosa. Y si no se conoce a Irene y su literatura y tampoco Suite francesa…, pues te encuentras con una historia de amor imposible impecablemente rodada.
Besos
Hildy
Bueno Hildy, conociendo un poco la vida privada de Chaplin, la verdad es que he decidido no leer nada de él ya que eso me impediría ver sus películas. Es más, es que veo la foto que has puesto y me entran escalofríos…no añado más…pero entiendo que tiene otras facetas…aunque ya te digo…prefiero saber cuanto menos de él mejor.
La película pre code no la he visto….pero sugiere…la anoto…no se donde encuentras esas joyas….
La adaptación….creo que me voy a agarrar a tu último párrafo y como ya he leido cosas de ella pues no quiero llevarme un disgusto en pantalla viendo un correcto amar en tiempos revueltos. Tendría que ir muy predispuesto.
Mira…por eso valoro el francotirador….es cruda, cierto, y Clint te dice, miren fuimos allí y mira lo que hicimos, y encima homenaje…estos somos nosotros….hay gente a quien le molesta…a mi me molesta más monuments men… creo que me explico…eso si me parece cachondearse del espectador…y con esta me da que pasa otro tanto…una adaptación mínimamente fiel de esa suite no sería apta para todos los paladares…y si lo es…mal asunto. Un abrazo
Jo, me han dado ganas de salir a conseguir el libro de Chaplin, tan bien lo cuentas! jajaja. Pero sí, es un señor que siempre me llamó la atención por sus ideas al margen de su obra, que también, cómo no! Me lo apunto que se acerca mi cumple, jiji.
También me apunto la de Amigos y rivales, me encantan esas películas que me sorprenden por la «modernidad» de sus planteamientos.
En cuanto a la tercera… la novela de Nemirovsky ya no me pareció gran cosa (valores vitales e históricos muy al margen de un valor literario que no me pareció poseer) y la película no me llamaba la atención, una mala excusa para una historia romántica, pensé. Y qué pereza otra, superpuesta a una historia tan compleja como fue la de aquel momento. Me molesta ese oportunismo, puntillosa que es una.
Besos!!
Mi querido Victor, sé a qué te refieres respecto a la vida privada de Chaplin. Y planteas una cuestión compleja e interesante. Recuerdo que hace poco comenté la película que le dedicó Richard Attenborough y cómo él abordaba esta sombra oscura en la vida de Chaplin. Efectivamente es difícil pasar por alto esa faceta de su personalidad. Yo sí he leído bastante sobre su vida y sobre lo que se escribió sobre él… y es un tema muy difícil de abordar.
La película pre code es una curiosidad muy llamativa. Este dvd en concreto lo encontré en una librería que tenía varias mesas en la calle donde había unas ofertas de dvd increíbles (y difíciles de encontrar) y enseguida me llamó la atención.
Sí, creo que te llevarías un gran disgusto con la adaptación cinematográfica de Suite francesa…
Beso
Hildy
Mi querida Marga, el libro de Chaplin es delicioso…, un buen regalo de cumpleaños.
Sí, ¿Amigos y rivales? es además políticamente incorrecta, como muchas películas de aquellos años. Una curiosidad de los años 30 que merece la pena.
Yo reconozco que disfruté mucho con Suite francesa y que a partir de ese momento leí mucho de Irene (me enamoré de su relato corto EL BAILE). Conecté con su universo literario y entré en él a través de su novela inacabada. Pero su adaptación cinematográfica tan solo toma el título, unos personajes y una situación y hace otra cosa totalmente distinta. Cuenta un amor imposible con una banda sonora bonita y mucho dramatismo (desaparece la sutil ironía de la autora). Yo reconozco que me enganchó, una vez que me di cuenta que nada había del universo literario de la autora, me dejé arrastrar por el trágico amor entre Michelle Williams y el bello Matthias Schoenaerts (jejeje).
Besos
Hildy
Por cierto, querido Victor, algo similar me ocurre a mí cuando pienso en Polanski, me encanta su filmografía pero es un hombre que me perturba también por una sombra muy oscura y es esa acusación de una violación a una menor en el año 1977. El otro día vi el documental, bastante interesante, «Confesiones de Roman Polanski» y también se me hace muy complejo abordar este tema cuando me refiero a él.
Sí, cuando se admira la obra de alguien muchísimo, nos sorprende más descubrir que el creador haya podido ser en momentos de su vida un monstruo… o que en ocasiones haya surgido lo peor de su persona.
Beso
Hildy
Apunto Chaplin sin falta, que es de mis figuras favoritas del cine. Siempre digo que Chaplin sería la base perfecta para educar a un niño. Me encanta su humanidad y su humor. Sobre lo del cine de los años treinta, es cierto, nunca deja de sorprender su atrevimiento y su desinhibición corrosiva. ¡Mira el final de Una mujer para dos, por ejemplo! Cuánto daño ha hecho el moralismo puritano e hipócrita…
Te va a encantar el libro de Chaplin, querido crítico abúlico. Es un pequeño postre de lujo…, de las entrevistas se puede sacar mucho jugo sobre su cine y su personalidad. Y, sí, el cine de los años 30 muestra grandes sorpresas de cómo se enfocaban distintos temas o las relaciones personales.
Beso
Hildy
¡Hola querida Hildy! Busqué el libro sobre Chaplin en mis librerías on line de cabecera pero no lo encontré… Tal vez más adelante pueda conseguirlo…
Me enganché con los dos debates que se generaron más arriba: la relación entre la obra literaria y su adaptación cinematográfica y la relación entre la obra de un artista y su vida personal.-
Sobre el primero pienso que hay que comprender, por mucho que cueste a veces, que ambas son dos obras individuales y hay que considerarlas separadamente. Si luego se encuentran similitudes, mejor, pero si no, ello no invalida a la adaptación. Por otro lado estoy pensando mientras escribo esto que tampoco parece muy justo «colgarse» de una historia bien escrita para luego deformarla al punto de convertirla en otra cosa. Umm, los hemisferios de mi cerebro todavía no se ponen de acuerdo sobre este tema, jaja.-
En cuanto al segundo debate, yo no siempre logro impedir que la opinión que me merece un artista como persona influya en mi consideración de su obra, aunque tiendo a pensar que lo que nos dejan los artistas es, precisamente, su obra y deberíamos poder apreciarla en abstracto. Ni siquiera estoy del todo segura de que uno deba apreciar una obra dentro de su contexto histórico (menos aún dentro del contexto de la personalidad del autor), porque las grandes obras trascienden esas barreras y son eternas y universales. Las formas pueden corresponder a un determinado contexto, pero los temas terminan siendo siempre los mismos…
En fin, he divagado bastante por un día, me voy a seguir pensando en silencio 😉
Un beso grande, Bet.-
¡Mi querida Bet, qué debates más complejos!, ¿verdad?, pero a la vez qué interesantes. Qué bueno pensar en silencio. Y son debates que son ricos, que no se terminan, que aportan conocimientos, pensamientos, puntos de vista. Qué reflexiones más buenas has dejado en tu comentario. Abres más frentes todavía. Me han encantado tus divagaciones. Yo también me voy a quedar pensando.
Ojalá pronto tengan el libro de Chaplin en tus librerías on line de cabecera. Es un pequeño bocado sabroso y estoy segura de que lo vas a disfrutar mucho.
Un beso
Hildy