Diccionario cinematográfico (143)

Periodistas (2ª parte): los periodistas que descubren una conspiración y se hunden en ella o la denuncian. Ahí está Warren Beatty hundido hasta el fondo en su investigación de conspiración política que le engulle en thriller olvidado de Pakula,  El último testigo. Y es que a Pakula le parecían los periodistas personajes muy cinematográficos para sus tramas así también cuenta con Redford y Hoffman para dar vida a los dos periodistas que desnudaron para todos los públicos el caso Watergate en Todos los hombres del presidente.  También Pakula dejó en la irregular El informe pelícano que fuera un periodista quién ayudase a la joven abogada que escribe informes sobre conspiraciones en las altas esferas.

Nos vamos a películas más recientes y de nuevo las conspiraciones y el trabajo de los periodistas se unen en la efectiva La sombra del poder con un Russell Crowe como periodista de los de toda la vida.

Los periodistas denuncian como le ocurre a Jane Fonda y a Michael Douglas que van a hacer un rutinario reportaje sobre una central nuclear y descubren irregularidades que ponen no sólo en peligro a los trabajadores de la planta sino a todo una comunidad de ciudadanos en El síndrome de China. O también desenmascaran el rostro de un hombre o mujer con una entrevista como, por ejemplo, se muestra eficazmente en El desafío. Frost contra Nixon.  El periodista o la periodista también puede denunciar y desenmascarar una situación injusta como ocurre en Buenas noches, buena suerte donde el periodista televisivo Edward R. Murrow lucha contra la caza de brujas y el senador McCarthy. También denuncia situaciones injustas en otros países y se ven sobrepasados por las circunstancias y los descubrimientos que realizan como le ocurre a Jennife Connelly cuando además se enamora de su fuente, un mercenario con cara de Leonardo DiCaprio en Diamante de sangre.

El periodista también tiene miedo y ve pisada su libertad y cuando logra cruzar el umbral del miedo puede terminar todo en desgracia pero rescatar su libertad de pensamiento como en Sostiene Pereira. O también puede emplear sus fuentes y conexiones para no realizar buenas ‘labores morales’ como la interesante El americano impasible. Aquí los periodistas tienen los rostros increíbles de Marcelo Mastronianni y Michael Caine.

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