Diccionario cinematográfico (127)

John Merrick: No cayó en olvido. Merrick era el hombre elefante. Pero ya se lo dice una actriz de teatro: Tú no eres el hombre elefante, tú eres un Romeo. Porque Merrick es un hombre bueno incapaz de guardar un solo gramo de odio o rencor. Sólo quiere ser feliz. Leer tranquilo. Tener su propio cuarto. Construir e imaginar una catedral. Reunirse con amigos, educadamente. Tener su propio neceser. Poner, con el cuidado y respeto debido, fotografías de sus conocidos. Guardar con gran cariño el retrato de su madre. Vestir con elegancia. Ir al teatro y soñar. Ser agradecido con los que son amables y cariñosos. Charlar amigablemente. Y ansía poder dormir como todos los seres humanos: tumbado horizontalmente. No quiere mirarse en un espejo.

Y a pesar de la crueldad de los seres humanos ante lo desconocido y monstruoso. A pesar de la frialdad de otros. A pesar de la ignorancia de muchos. A pesar del dolor que le infringen los otros, los que le ven distinto, los que le ven monstruo. A pesar de que le explotan y maltratan… John Merrick es un hombre digno, un ser humano digno, un hombre sin un ápice de odio. Educado, inteligente y de sensibilidad extrema. Un hombre que cree en la bondad del otro. Que vuelve a creer en los hombres…

Así que que quieren que les diga, a mí John Merrick y su historia me hace llorar en noche estrellada. Me conmueve.

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