La estrella de las variedades (Lady of Burlesque, 1943) de William A. Wellman

Nunca mejor dicho que hay un viejo baúl de películas que caen en olvido. A veces, por suerte, las vuelves a rescatar. Son filmes que ya nadie recuerda. Algunos ni siquiera recuerdan a su director o actriz principal. Un día, una tarde tranquila, dispones del tiempo suficiente. Y empieza el ritual, dvd, televisión y cómodo sillón. De pronto, estas películas que estaban en el baúl recobran vida y merece la pena su visionado. Porque antes se tenía muy claro las películas espectáculo y de entretenimiento. Sin más pretensiones y se conseguían fórmulas mágicas que funcionaban. No son películas soberbias o que se analicen habitualmente o que aparezcan en los manuales o libros de Historia del Cine… pero ahí están para recordarte que el espectáculo debe continuar. Para hacerte desconectar durante un poco más de una hora del mundo que te rodea.

A este tipo de cine espectáculo pertenece La estrella de las variedades. Son muchos los elementos interesantes y muchos los géneros que funde a la perfección. A la perfección para que sea una película entretenida, de evasión. El director es uno de los artesanos del viejo Hollywood con filmografía interesante (tiene una película a la que no me pregunten por qué pero tengo gran cariño y fue programada en televisión varias veces en los tiempos en que el cine clásico merecía la pena emitirlo en horarios buenísimos y la cosa funcionaba, oye… Me refiero a Caravana de mujeres) y la actriz principal, una de las grandes de los años 30, 40, 50… Barbara Stanwyck que además de presencia, tenía una voz especial. Además, tiene anecdota curiosa, el guión es una adaptación de una novela de Gypsy Rose Lee (una mujer de las variedades —como la protagonista de esta película—, pionera del strepteese y que de vez en cuando empleaba la pluma… años después Natalie Wood llevaría su autobiografía a las pantallas cinematográficas).

Y que la película es de una persona que sabe sobre el mundo de las variedades o del vaudeville no hay duda. Ésa es una de las primeras sorpresas que depara esta pequeña película. El mundo de bambalinas (muchas veces tratado en el cine pero que a mí me encanta). El mundo detras del escenario, los camerinos, todas las personas que hay detrás para que un espectáculo funcione y las relaciones que hay entre los artistas, los técnicos, el director del teatro y del espectáculo, las nuevas y viejas glorias, los vestuarios, los almacenes…, los nervios de antes de entrar en escena, las improvisaciones, los compañerismos, las discusiones, los amores, los odios, las envidias, las historias que empiezan, las que terminan, la solidaridad entre trabajadores, los viejos tiempos, los nuevos tiempos, los fracasos y los triunfos… porque el espectáculo siempre debe continuar…

Podríamos decir que es una película fresca en diálogos y situaciones. Película fresca de personajes. Es película coral llena de intérpretes olvidados pero que cada uno tiene su función. Crees estar en una compañía de vaudeville viviendo el día a día con cada uno de los miembros que hacen posible que cada tarde o noche se abra el telón.

Otro tema interesante a destacar es la mezcla de géneros. Como la vida misma. La comedia, el drama, la historia de amor… y la película de misterio, de detectives o policías de por medio. Porque La estrella de las variedades cuenta la historia de una investigación. Hay un asesino en el teatro. Alguien que va matando a distintas piezas clave del espectáculo (sobre todo damas…). Y un cómico y una estrella de variedades que va camino del triunfo se transforman en detectives privados.

Y Barbara brilla y entretiene. Nos hace creer, como otras veces, que es mujer de mundo, estrella de las variedades con inteligencia, corazón y mucho ángel. Para ver La estrella de las variedades hace falta ganas de pasarlo bien. De que la vida se pare algo más de una hora, para sentir un espectáculo… que no acaba. Disfruten.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.