Siempre hay una alfombra roja de películas que una va viendo y se quedan sin texto propio. En un verano que no he parado, también he sacado tiempo para ver largometrajes que me apetece confesar qué huella me han dejado. He decidido ir nombrándolas e ir destacando algo de ellas para que no caigan en olvido en mi memoria. Tal vez alguna de ellas en un futuro tenga su propio texto. Pero por si acaso, aquí va una breve presencia en el blog. No voy a seguir orden alguno, iré escribiendo sobre ellas según las vaya recordando.
La primera es para recordarme que tengo que volver al ritmo habitual de pisar la sala de cine, pues además hay varias que espero no perderme próximamente. Me apetecía ver Nop de Jordan Peele, ya que no me he perdido las dos anteriores: Déjame salir y Nosotros. Pues bien en ese cine espectáculo donde hay idas de olla, fuerza visual, amor al cine, un héroe en estado de shock con rostro imperturbable (un estupendo Daniel Kaluuya), influencias de cine de terror, de western, de cine serie B, de aventuras, de ciencia ficción…, yo me lo pasé de miedo. No buscaba más, por cierto. Lo mejor para mí es lo que más controversia genera: el chimpacé Gordy.
Una de las películas que me faltaba para completar la filmografía de Ingrid Bergman era Las campanas de Santa María (Bells of St. Mary’s, 1945) de Leo McCarey. Después del éxito de Siguiendo mi camino (Going My Way, 1944), sobre las aventuras del padre padre O´Malley (Bing Crosby) en una parroquia, McCarey decide continuar sus andanzas con una secuela. Dicho padre llega a un colegio de monjas, donde la madre superiora es ni más ni menos que Bergman. Leo sabía filmar con emoción, y esta película tiene una secuencia reveladora de este arte: el ensayo de una representación navideña alrededor del portal de Belén por un grupo de pequeños alumnos, que terminan cantando el cumpleaños feliz alrededor del nacimiento.
Uno de los géneros que más disfruto es el melodrama y si es en grado de máxima exaltación, más lo adoro. Así que uno de los visionados que más he disfrutado ha sido Los insaciables (The Carpetbaggers, 1963) de Edward Dmytryk. A partir de la muerte de un magnate, se nos cuentan las vicisitudes de su hijo Jonas Cord (George Peppard); Rina Marlowe (Carroll Baker), la joven viuda del magnate; y el mejor amigo de la familia, Nevada Smith (Alan Ladd), una especie de cowboy de pasado turbio, redimido en el presente, aunque hundido en el alcohol.
Jonas Cord, el protagonista en esta película coral, multimillonario, empresario loco, que mete además su cabeza en el mundo del cine, inestable emocionalmente, lobo solitario y aquejado por el miedo a la locura, está inspirado en la figura de Howard Hughes, aunque lejanamente. Dmytryk da ritmo a una película de sentimientos exaltados. No falta nada, el banquete melodramático está servido.
Me quedé sin ver en los cines una película mexicana que me llamaba poderosamente la atención: Nuevo orden de Michel Franco. He de confesar que me ha dejado un muy mal sabor de boca. Franco, que me causó un estado de shock con una película brutal sobre el bullying (Después de Lucía), se enfrenta a una especie de distopía no lejana en el tiempo, como si se diera ahora mismo. Pone la mirada en la enorme brecha social que existe en México entre lo más poderosos económicamente y los que nada tienen. La película empieza con una revuelta de los que menos tienen que terminan saqueando violentamente una casa de una familia de ricos que están celebrando una pedida de mano.
A partir de este momento, se refleja el caos desatado, y cómo el “orden” lo restablecen los militares de manera salvaje. En el camino caen poderosos, pero también aquellos que se rebelaron, incluso los que no participaron en la revuelta. Se establece un nuevo orden para que terminen los mismos en el poder y los mismos en los márgenes. Hay algo en la mirada de Michel Franco, sobre todo en la que ofrece de las clases con menos posibilidades, que me desagrada y chirría profundamente.
No es película redonda, pero, sin embargo, es muy interesante y sugestiva. Se trata de The Humans, opera prima del dramaturgo Stephen Karam, que adapta su propia obra de teatro. Durante el día de Acción de Gracias, una familia se reúne para cenar en un viejo piso de Manhattan en el que acaban de mudarse una de las hijas con su pareja. Pronto se van revelando las relaciones entre ellos, las tensiones, los miedos, los secretos, las esperanzas, las risas… Y la casa sin amueblar donde transcurre el evento se convierte en un personaje más.
Es una película de actores con una atmósfera que los envuelve. Todos están maravillosos: las hermanas, el cuñado, los padres y la abuela. Cada uno de los actores ofrece todo un recital, los rostros más conocidos son los de Richard Jenkins (que está espectacular) y Amy Schumer, pero son perfectamente secundados por Steven Yeun (Minari. Historia de mi familia), Beanie Feldstein (Lady Bird), Jayne Houdyshell (Mujercitas) y June Squibb (Nebraska).
De nuevo, el cine italiano me deparó una gran sorpresa: El poder de la mafia (Mafioso, 1962) de Alberto Lattuada. Y se nota que en un guion con un montón de manos están presentes Rafael Azcona y Marco Ferreri. De nuevo, un genial Alberto Sordi se pone en la piel de Antonio Badalamenti, un honrado trabajador siciliano que ha logrado establecerse en Milán y formar una familia. Emocionado, después de varios años, regresa a su pueblo natal, Calenzano.
Su jefe aprovecha para que entregue un paquete a Don Vicenzo, que es el jefe mafioso del lugar. Poco a poco su inocente protagonista, sin escapatoria posible, se verá cada vez más enredado en los oscuros tejemanejes de la mafia. Es de esas películas donde la sonrisa se te congela y el rictus se convierte en terror ante lo fácil que es cruzar la línea. Una película que no hay que dejarla escapar.
Mañana es vivir (Tomorrow is forever, 1946) de Irving Pichel es un largometraje de emoción latente. Una de esas películas que se hicieron para reflejar el porqué de la intervención norteamericana durante la segunda guerra mundial, pero con una sensibilidad especial. Así se construye una historia de amor que rompe el corazón. La histora que nos cuenta no oculta que la guerra destroza vidas, pero muestra que era imposible permanecer neutral ante lo que estaba ocurriendo en Europa. Todo comienza con una joven que espera feliz a que su esposo regrese de la Primera Guerra Mundial y cómo recibe una carta que notifica que este ha fallecido en combate. Ella se queda sola y esperando un bebé.
Años después ella ha reconstruido felizmente su vida. Nos enteramos de que su exmarido no falleció, sino que quedó fatalmente herido en combate y prefirió evitar sufrimientos a sus seres queridos, adquiriendo otra personalidad y totalmente cambiado por operaciones de cirugía estética que trataron de reconstruir sus secuelas de guerra. La Segunda Guerra Mundial le obliga regresar de nuevo a EEUU con una niñita huérfana de siete años, pues sus padres murieron a manos de los nazis, y las vidas de ambos amantes vuelven a cruzarse. Para mí ha sido un descubrimiento precioso y una gozada disfrutar del atormentado y emotivo personaje de Orson Welles, muy bien secundado por Claudette Colbert, George Brent y Natalie Wood, como actriz infantil.
A diferencia de Las campanas de Santa María, que da por sentado la bondad de la Iglesia Católica, sin ahondar en críticas alrededor de la institución, Las llaves del reino (The Keys of the Kingdom, 1944) del magnífico John M. Stahl ofrece una visión más compleja. La película supuso además el espaldarazo de Gregory Peck como actor. Este da vida al padre Francis Chisholm, básicamente un hombre bueno. La película cuenta sus andanzas desde que es niño hasta que acaba retirado en su localidad natal, en Escocia, como un venerable anciano. En el recorrido, llega a ser misionero en una China convulsa.
En el largometraje no sale bien parada la alta jerarquía de la Iglesia Católica, reflejada en el personaje de Vincent Price, un amigo de la juventud de Chisholm, que toma otros caminos eclesiásticos. También en este emotiva historia, se realiza una buena construcción de personajes y de las relaciones humanas: el padre Chisholm tiene un mejor amigo que es ateo o construye una compleja, pero finalmente hermosa, relación con una monja que en un principio rechaza al padre por su carácter humilde y pacífico. También es crítica con las distintas maneras de entender las misiones en países lejanos (de imposición de una religión o de realmente una colaboración conjunta de solidaridad mutua)… John M. Stahl se vuelve a mostrar como uno de los mejores cineastas en contener las emociones, pero creando momentos en los que no se puede evitar soltar una lágrima.
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Querida Hildy,
muchas gracias por tu ráfaga de películas. Creo que no he visto ninguna de las que comentas, y eso que incluyes clásicos de todo clasicismo como Las campanas de Santa María.
Tenía ganas de ver Nop, pero una vez más el cine de mi pueblo me dejó con las ganas… Las críticas que he leído (excepto la tuya) la ponen peor de lo que yo intuía, pero tengo esperanza de que la chispa de Jordan Peele acabe provocando una hoguera redonda y sin demasiado humo algún día. Veré Nop en cuanto pueda, igualmente.
De todas las que dices, me apunto para ya mismo Mañana es vivir, que me da que es muy de mi cuerda y no sabía nada de ella.
En mi caso, como te decía en mi casa, este verano no he tenido mucho tiempo o impulso de escribir, y películas he visto, porque las veo cada día, pero en muchos casos son revisiones que disfruto. En el cine creo que solo he visto Bullet train, que la verdad es que me gustó mucho (réstale a ese «mucho» un par de puntos provocados por la bradpiditis que sufro desde siempre).
También he visto varias pelis con bicicleta de por medio, no solo por mi «especial» sino por otra historia y me he encontrado con cosas la mar de curiosas, como un manga que cuenta una etapa de la Vuelta a España de un corredor llamado Pepe («Natsu, Verano en Andalucía») como películas españolas con bici de por medio que me parecen dolorosamente menores por motivos que mejor no desarrollo, como «El prado de las estrellas», extraviado canto de cisne de Mario Camus. Esto también me ha descubierto la peli danesa «Jinetes de la justicia» de 2020 de la que no tenía ni idea y que merece un par de ojos.
También he visto mucho Hitchcock, en plan «completista» y sobre todo de volver a ver y redisfrutar… La otra noche me dieron las 4 porque vi «Hitchcock», la mediana película de 2012 que habla sobre la gestación de Psicosis, y cuando terminó me la volví a poner (Psicosis) por ver el principio… Me dieron las 4, fui incapaz de dejarlo, de darle al pause, ¿Sabes por qué? porque la vi con unos auriculares de ésos de no molestar a la familia y es que si ver Psicosis es emocionante, verla y escucharla a toda mecha…. Qué experiencia de película.
Un beso muy fuerte, queridísima. Y feliz otoño.
Sí, querido Manuel, Nop es de esas películas que no han dejado indiferente. O bien han decepcionado o ha suscitado entusiasmo. Yo, lo que digo, quería pasarlo bien y me lo pasé muy bien. Parte de la decepción ha sido por la falta de lógica, jajaja, yo no la buscaba.
No sé si sabes, si continúas con la fiebre maravillosa de Hitchcock, que Bet tiene un interesantísimo blog donde analizó absolutamente toda su filmografía.
Sí, creo que va a gustarte «Mañana es vivir». ¡Ya me dices si la ves!
Vayaaaa, así que tienes fobia a Brad Pitt. Yo te confieso que no y que hay pelis dentro de su trayectoria que he visto varias veces. ¡Adoro 12 monos!
Manuel, te seguiré con lo de las películas con bicicleta. ¡Merece la pena! Por cierto se me escapó también Jinetes de la justicia y la tengo ganas.
Beso
Hildy
Hola Hildy
Has formado un curioso racimo con uvas muy nuevas y uvas añejas ¡Cuidado que ese mosto se sube a la cabeza!
De las nuevas ni me imagino a qué sabrán y de las añejas casi se puede hilar una conexión entre todas ellas. Mención para Bing Crosby, más cantante que actor, y tal vez por eso contagiando a su personaje su sonrisa y bonhomia.
Un saludo, Manuel.
Holaaaa, Manuel
Jajaja, es un racimo apetitoso y variado. Qué rico. Hay uvas nuevas que dejan un buen sabor de boca, aunque ninguna está madura del todo. De las añejas, las dos de curas tienen momentos de muy buen cine. La uva italiana es una joya. Y la que tiene en el menú a Orson Welles es del todo recomendable.
¡Es un bocado para disfrutar!
Beso
Hildy
Querida Hildy… ¡Qué mal me explico!
Mi bradpiditis es benigna, quiero decir que me encanta Brad Pitt algún día entenderé por qué, y cualquier peli en la que sale para mí parte con ventaja.
Anoche vi «Mañana es vivir» y aunque le ocurre eso que le pasa a los melodramas en los que todo el mundo es bueno, que tiende a encasquillarse en su parte central, la verdad es que el trabajo de dirección es sublime en su transparencia. Una buena peli en la que más que Welles me ha gustado ver a Claudette Colbert en ese registro melodramático que también borda. Por no hablar de la niña Wood hablando alemán… ¡Y eso que era rusa!
Muchas gracias por la recomendación y un beso fuerte (puedes recibirlo imaginando que soy Brad Pitt)
Jajaja, yo y mis entendederas. Entonces sientes la misma simpatía que yo por la filmografía de Brad Pitt.
Ay, qué bien que vieras Mañana es vivir. La Colbert es maravillosa en registro melodramático y en comedia alocada, ¿verdad?
Natalie Wood tiene una filmografía de niña prodigio con títulos que merecen la pena. A mí es una actriz que siempre me ha llamado la atención y tiene películas como West side story que han cincelado mi amor al cine.
Beso
Hildy
Toma ya eclecticismo concentrado y destilado. De Jordan Peele, tras el timo de la estampita de las dos primeras, seguramente no veré nada más. Vaya maula.
Las campanas de Santa María… Pues es que a mí la moralina religiosa a mí me da un poco bastante grima. Una pena, porque la película, en cuanto a forma, es estupenda, como su predecesora. Y es que Leo, aunque a menudo le perdía su talante purista conservador, era un cineasta espléndido; al menos a mí nunca me decepciona nada suyo, moralina aparte.
El melodrama, ay… Ya sabes, conflictos pequeños, dramas desmesurados. Pero aquí me sorprendió Alan Ladd, que lo vi muy por encima del playmobil en el que siempre pienso cuando lo veo. El problema, para mí, de Nuevo orden, es que hace una película desde la anécdota particular, y eso hace que gran parte de las cuestiones que suscita ni se toquen. Es deliberado claro, para que se rellene con cualquier contextualización que el espectador quiera (el neoconservadurismo actual, por ejemplo), pero no dejé de pensar que la película ganaría con unas pinceladas más de contexto más allá de lo que pueda pasarle a los personajes. Porque la distopía nunca es particular.
Apunto The Humans y a Lattuada, y recuerdo vagamente la de Pichel, que tendré que ver de nuevo. En cuanto a Las llaves del reino, y dejando la moralina de nuevo aparte, la recuerdo espléndida. Peck es Peck, aquí y en la China.
Besos
Jajajaja, mi querido Alfredo, arriba el eclecticismo. Efectivamente, Leo con Siguiendo mi camino y Las campanas de Santa María realizaba un canto a la iglesia católica, pero demuestra el pedazo cineasta que es en la forma de construir las historias y en dejar secuencias de las que es imposible no enamorarse.
¡Es superbonito el personaje de Nevada Smith con Alan Ladd! Yo le adoro por Raíces Profundas.
Te juro que me chirrió Nuevo orden, aunque no me dejó indiferente. Pero me es difícil explicar el porqué. Y tiene secuencias muy bien filmadas, con decisiones de puesta en escena muy potentes.
Ya me dirás qué te parecen las que te apuntas y la revisión de la Mañana es vivir.
Me encanta Las llaves del reino. Stahl filma una historia potente y el retrato de la iglesia católica es mucho más complejo y crítico. Los personajes están maravillosamente construidos. Siento un cariño especial por Gregory Peck.
Beso
Hildy
Ultimamente he visto poquisimas peliculas asi que me maravilla el ritmo que llevas tu, Hildy.
Ahora, ultimamente, he leido que la pelicula autobiografica de Spielberg es una maravilla. Ya veremos, no me fio demasiado de lo que se escribe. Y me apetece ver la nueva de Cronenberg, aunque creo que no ha tenido buenas criticas. Al cine no he ido desde hace bastantes meses asi que las novedades se me escapan ultimamente. Perdona si mi comentario se sale un poco del tema, vamos que divago un poco, pero llevo varias noches acompañando a un familiar, y escribo desde una fantasmal, a esta hora, habitacion de hospital, despues de varios dias sin dormr. Estaba ahora pensando en peliculas o escenas ambientadas en un hospital. Recuerdo Million dolar baby, Nacido el 4 de julio, la escena de Walken en El cazador, Adios a las armas de Borzage, los hospitales de campaña de Mision de audaces, bueno hay muchas, sin duda.
Cambiando de tema, de las peliculas que mencionas en tu comentario creo que no he visto ninguna. Por lo menos ninguna esta fresca en mi memoria.
Por cierto, y divagando un poco mas, hace poco relei El extranjero de Camus y me parecio un libro muy bueno. Mencionar por ultimo, mas bien recordar, a Godard, Tanner, Javier Marias, que han abandonado esta existencia y siguen creando, ahora en su nuevo mundo espiritual y bello. No sujeto a la cruda realidad fisica de nuestra vida terrenal.
Un beso.
Queridísimo Luis, lo primero que deseo es que la persona a la que estás cuidando en el hospital se recupere pronto. Sí, es cierto, tienes razón hay varias películas que transcurren en un hospital o tienen una secuencia clave como El paciente inglés o Magnolias de acero.
Sí, a mí también me llama la atención la última de Cronenberg… ¡y tengo muchas ganas de la de Spielberg! Este último ha presentado de manera especial la infancia en su filmografía.
Siempre me ha llamado la atención Albert Campus y he disfrutado de lo que he leído de él. Recuerdo lo que me tocó El primer hombre.
Sí, a todos los nombres que se han ido estos días, añado a Irene Papas.
¡Sigamos hablando de cine y literatura, Luis!
Siempre es un placer.
Beso
Hildy
Queridísima Hildy, primero que nada, ¡mil gracias por la mención en los comentarios!
Me ha encantado esta ráfaga. Si alguna de estas películas va a tener algún día su propio texto, me encantaría que fuera Mañana es vivir… o Las llaves del reino (que además tiene a Thomas Mitchell). Qué buena pinta tienen. Creo que Las llaves del reino se puede ver en streaming por estos lados (sí, lo he chequeado y está disponible).-
La de Welles no creo, suena como una de esas joyas perdidas que tanto nos gusta descubrir. La anoto de todos modos, últimamente he estado pensando en «coleccionar» películas que retraten diferentes aspectos sobre la II Guerra Mundial, pero que hayan sido filmadas en los años ’40, es decir, a dos minutos de terminada la guerra con todas las secuelas que dejó en distintos planos. Esta película calzaría perfecto en ese ramillete.-
Te mando un abrazo enorme y gracias nuevamente, Bet.-
Hola Hildy!
Estupenda y variada entrada. Siento fascinación por «Mafioso» (1962), defines muy bien las sensaciones que provoca con eso de «la sonrisa se te congela», pocas películas consiguen ese efecto.
Besos y feliz finde!
Mi Bet, yo creo que tanto Mañana es vivir como Las llaves del reino las vas a disfrutar. ¡La de Orson Welles te viene fenomenal para esa nueva e interesante recopilación que estás realizando sobre películas que retraten distintos aspectos de la Segunda Guerra Mundial durante los años 40! Qué ganas, como siempre de leerte!
En Las llaves del reino el papel de Thomas Mitchell es precioso. ¡Qué gran actor es y qué pedazo de filmografía tiene!
Beso
Hildy
Beso
Hildy
Jo, queridísimo Fran, es que Mafioso me ha entusiasmado, qué película más fuerte. Cómo te va envolviendo en un ambiente de comedia y contrastes para hablarte sobre algo muy serio y terrorífico. De qué manera da la vuelta al tono casi sin que te des cuenta y te veas envuelto en una historia dura y realmente amarga.
Beso
Hildy
Hola de nuevo Hildy,
Muy interesante y variopinta selección, que incluye un par de filmes que hace tiempo que quiero ver: Mañana es vivir y Las llaves del cielo (es curioso constatar como John M. Stahl ha pasado de ser un nombre bastante desconocido a irse haciendo cada vez más presente entre fans del cine clásico, o al menos ésa es la impresión que tengo, hace 10 años no recuerdo verle citado tanto como hoy día).
De las que comentas, a mí también me gustó Nop. En general no suelo disfrutar mucho del tipo de cine comercial que se hace hoy día, por eso celebro cuando veo a directores que, aunque no me apasionen, al menos da la sensación de que piensan historias propias y tienen una forma más o menos personal de contarlas (sobre todo si es con un acabado clásico en el mejor sentido del término), como creo que es el caso de Jordan Peele a juzgar por las dos que he visto suyas (me falta Us). Se le pueden poner algunas pegas y quizá un exceso de duración, pero tiene muchas cosas que me gustan y otras que me simpatizan. Para mí es un claro sí.
El año pasado me hice un miniciclo Leo McCarey en que intenté reconciliarme con Siguiendo mi camino… pero no hay manera. No soporto a Bing Crosby y no me gusta demasiado la trama. Probé con Las campanas de Santa María y aunque tiene el aliciente de Ingrid Bergman tampoco me entusiasmó. Coincido en que lo más llamativo es la escena con los niños. he visto que es algo que repitió en el remake de Tú y yo, se nota que McCarey tenía un interés sincero por captar la espontaneidad del mundo infantil. La escena que comentas realmente por duración parece como si se hubiera colado groseramente en la trama, pero tiene una autenticidad y un encanto que la justifican por completo.
Finalmente, Mafioso es mi favorita de las que citas. Fue uno de mis grandes descubrimientos del año pasado, me parece extraordinaria.
Un abrazo.
Querido doctor Mabuse, qué alegría más grande leerle por aquí. Mañana es vivir y Las llaves del cielo son de esas joyas clásicas que da gusto mirar. Yo llegué a John M. Stahl hace tiempo por una vía: Douglas Sirk. Como soy una amante del melodrama, pronto me di cuenta que muchas de las películas que adoraba de Sirk… ¡antes ya las había rodado Stahl! Y los dos tienen estilos muy diferentes, pero las historias funcionan con sus dos maneras de mirar.
A mí también me gusta Jordan Peele. Tiene fuerza visual y creo que logra en las tres películas crear situaciones que causan incomodidad, miedo y agobio. La verdad es que las tres veces me lo he pasado muy bien yendo al cine. Me pasa lo mismo con Shyamalan.
A mí de Las campanas de Santa María fue la secuencia que más me fascinó, la de los niños, derrocha exacto encanto y autenticidad. Creo que mi McCarey favorito por ahora es «Dejad paso la mañana». Aunque me falta por ver una de sus grandes películas: «Nobleza obliga», que sé que es de esas que no debo dejar escapar.
Sí, yo no había visto «Mafioso» hasta ahora y es alucinante. Me dejó con la sonrisa congelada. Desde el minuto uno me atrapó. Y es que en la filmografía de Alberto Sordi estoy descubriendo verdaderas joyas desde hace unos años.
Beso
Hildy
Menuda lista Hildy. Solo he visto una. “Las campanas de Santa Maria” hace 100 años y la recuerdo con mucho agrado, pero vagamente, Cualquier película se beneficia con la presencia de Ingrid Bergman. No es que sea solo luminosa. Es que es solar.
No he visto nada de Jordan Peele. Soy poco aficionada a las pelis de terror, porque me lo hacen pasar mal. De las tres que ha hecho Peele “Déjame salir” es las que más me interesa por su contenido racial. A ver cuándo me la encuentro,
“Nuevo orden” es otra película que tengo en la recámara, pero me resisto a ver porque sé que lo pasaré mal. Cada vez aguanto menos la crueldad en el cine. Pero algún día caerá. De hecho, como se puede inferir de tus palabras, ofrece una visión negativa de los pobres y oprimidos, me parece muy provocadora y también más políticamente incorrecta (de los ricos y poderosos ya es más común y previsible). Buñuel ya lo hizo en esa obra absoluta que es “Viridiana”
“Los insaciables” fue una de esas pelis que se emitieron un sábado por la noche en TVE (cuando solo había dos canales) y el lunes comentaban casi todas las compañeras en clase….Menos yo, claro, porque me habían enviado a dormir, por supuesto. Si no me equivoco está basada en una novela de Harold Robbins, facturador de «best-sellers» que no sé si es muy recordado actualmente. Lo que me lleva a pensar cuantos autores de renombre y superventas del momento se recordarán o más importante, se leerán, en veinte años…La vería por Dmytryk y Alan Ladd
“Mafioso” pinta interesantísima. Ese cine italiano de los 60, heredero del neorrealismo, y cronista de su época, muchas veces en forma de comedia, era el gran referente de los cineastas españoles de aquella década. Pero claro, aquí teníamos lo que teníamos…Tengo que conseguir ver más películas de Albert Sordi, uno de los actores preferidos de mi madre. Pero pese a haber 1000 canales y 100 plataformas no es tan fácil.
No conocía “The Humans”.Si que conocía “ Mañana es vivir”. No puedo coincidir contigo en lo de que Claudette Colbert (estupenda actriz) haya rehecho su vida felizmente. Si está casada con el “rollazo” de George Brent, a mi juicio el galán más gris y aburrido de Hollywood, muy feliz no puede ser.
Por último, otra más para el bote con “Las llaves del reino”. Cuando hace años la 2, hizo un ciclo sobre John M. Stahl (¡qué tiempos!) no recuerdo haberla visto.
En fin, que casi todas las que has citado, las tengo pendientes.
Un abrazo Hildy.
Laura
¡Menos mal, queridísima Lilapop, que nos queda tanto cine por ver! Para mí es un placer seguir descubriendo.
Jajajaja, me he acordado de lo de George Brent. ¡El galán gris que se lleva a la chica!
Fíjate, que yo estos años estoy descubriendo la filmografía de Alberto Sordi y me estoy llevando unas sorpresas tan bonitas… No me extraña que le gustase a tu madre. La de Mafioso he alucinado y no hace mucho con una que hizo con Vittorio de Sica, Il Boom. Una de las que más me emocionó fue Una vida difícil de Dino Risi. ¡Aunque aún me queda muchísimo por ver, hizo cantidad de películas!
Como amo con locura el melodrama, madre mía lo que he disfrutado con Los insaciables. No he leído a Harold Robbins, y eso que muchos de sus libros se adaptaron al cine. Hay una de sus novelas que me la leería con gusto pues es sobre Hollywood, Traficantes de sueños.
Tengo que pensar más Nuevo orden y por qué realmente me chirrió. No me pasa así con las películas de Buñuel. Creo que es una película que puede generar un análisis y un debate interesante. Es una película que choqué con ella y con su planteamiento.
¡No sabes lo que disfruté con Las llaves del reino! ¡Con Ingrid Bergman también!
The Humans me provocó mucha curiosidad y creo que es una propuesta cinematográfica arriesgada aunque no sea redonda del todo.
Por último, ¡me encantó Déjame salir de Jordan Peele! A mí me engancha su manera de contar. ¡Y crea tales momentos de mal rollo…! Creo que es muy interesante el análisis en muchos aspectos de sus tres películas.
Beso
Hildy