La última estación de Christopher Plummer

Christopher Plummer, todo un galán de un cine clásico para siempre eterno.

El viernes murió el actor Christopher Plummer y, en seguida, casi todo el mundo lo identificó con un personaje: el del capitán Von Trapp en la película de Robert Wise, Sonrisas y lágrimas (The Sound of Music, 1965). Lo cierto es que desde 1958, año en que debutó en el cine, hasta la actualidad no dejó de actuar en la pantalla grande. La ironía del asunto es que Plummer no tenía demasiado cariño a su capitán Von Trapp. Pero con ese papel fue lo más cerca que estuvo de ser una estrella de Hollywood, tal y como se “fabricaban” en el sistema de estudios. La caída del sistema y la personalidad fuerte y díscola de Christopher Plummer no dejaron tras de sí a una estrella, pero sí un actor versátil con varias interpretaciones mucho más allá de Von Trapp.

Curiosamente, su papel en este musical deja ver alguna de sus cualidades como actor. No sería el último papel que haría de hombre recto, serio e incluso antipático, que, sin embargo, se rompe en un momento dado y deja ver su vulnerabilidad y romanticismo. Según fue haciéndose más mayor, fue creciendo su imagen de caballero elegante. De hecho en una de sus últimas películas, dejó una imagen reveladora. Fue en el remake americano a la película argentina Elsa y Fred. Al final le vemos elegante y bello como un Fred de ochenta años, ataviado como Marcello Mastroianni en La dolce vita, en la Fontana de Trevi, cumpliendo el sueño de Elsa (Shirley MacLaine) de ser por un día Anita Ekberg. Plummer, en blanco y negro, se transformaba en todo un galán que evocaba ese cine clásico para siempre eterno.

Nunca despreció un papel por ser secundario; de hecho, su carrera está llena de secundarios o antagonistas memorables. No se le daban nada mal los villanos, pero tampoco los duros vulnerables. Y cuando le dieron un protagonista lo bordaba. Tampoco le asustó arriesgarse ni moverse para actuar por Gran Bretaña, EEUU o Canadá (su país de origen) en películas de todo tipo. Durante su vejez se convirtió en un intérprete imprescindible e incluso ganó un óscar por Beginners (2010), siendo el actor más mayor que recibió dicho galardón. En esta película era Hal, un hombre que vivía a tope sus últimos años, incluso atreviéndose a salir del armario.

Si su Von Trapp era un hombre complejo, el propio Plummer también lo era, y lo dijo en ocasiones durante sus entrevistas. En un momento de su vida se dejó llevar por el alcohol y los excesos. Al final, en los setenta, encontró estabilidad en su vida sentimental con su tercera esposa, la actriz Elaine Taylor, y también llegó a recuperar su relación perdida con su única hija, fruto de su primer matrimonio, Amanda (nunca la olvidaré en El rey pescador).

Debutó en los años cincuenta de la mano de Sidney Lumet y Nicholas Ray y su última película fue en 2019 en un divertido whodunit de Rian Johnson, Puñales por la espalda. Fue protagonista indiscutible de una filmografía extensa, combinando protagonistas con secundarios de carácter, aunque nunca dejó de ser un imprescindible gran desconocido. También tuvo una sólida trayectoria como actor de teatro. Debutó antes en el escenario que en la pantalla. Al final, queda en la cabeza que se ha ido todo un elegante caballero, una leyenda de un Hollywood que ya no existe.

Un recorrido particular por la filmografía de Plummer

Repaso su filmografía y construyo mi personal recorrido. Y le recuerdo como el todopoderoso productor Raymond Swan que trata de controlar la imagen y la vida de una joven promesa que va para actriz de éxito, Daisy Clover. El productor es una especie de personalidad vampírica que va despojándola de todo y la va succionando la sangre poco a poco hasta convertirla en un títere. Este cuento de cine dentro del cine termina cuando Daisy decide declarar la guerra al príncipe de las tinieblas… Me refiero a La rebelde (1965) de Robert Mulligan.

También fue ni más ni menos que Rudyard Kipling, el periodista que conocerá de primera mano la increíble y trágica historia de dos aventureros, Danny Dravot y Peachy Carnehan, en El hombre que pudo reinar de (1975) de John Huston. Kipling los convertirá en leyenda a través de su pluma. Tiene la sensibilidad de quedarse atrapado por una historia, Christopher Plummer le prestó su mirada.

En 1978 en una película canadiense se convierte en un personaje malvado de esos que no se olvidan. En Testigo silencioso de Daryl Duke, un atracador violento se convierte en el antagonista feroz de un banquero gris. Así Christopher Plummer se transforma en un malvado carismático que hace la vida imposible a Elliott Gould. Un apasionante thriller, con guion de Curtis Hanson, donde la maldad de Plummer se mueve como pez en el agua entre la ambigüedad de los demás personajes, como en el mejor cine negro. Así el actor deja secuencias memorables vestido de Papá Noel o provoca escalofríos cuando llama por teléfono desde una cabina telefónica o cuando no tiene reparos en eliminar de la manera más desagradable a la femme fatale de la función. Solo le hace falta un enorme acuario de peces.

Al año siguiente bordaría un protagonista mítico: se convierte en Sherlock Holmes. Imposible olvidarle como este detective de personalidad compleja, siempre acompañado por su fiel amigo, Watson (entrañable James Mason), que se pone frente a un caso que le desborda y le conmueve. El rey de la deducción se pone tras la pista de Jack El Destripador en un Londres evocador. El detective frío y calculador le surge la vena que le vuelve humano y vulnerable cuando está tras una historia que si se tira del hilo llega a las más altas instancias para su desencanto. Es un placer seguir a su Sherlock por esas calles victorianas en un noir de época imprescindible, Asesinato por decreto, de Bob Clark.

También estuvo presente con un rol secundario en la romántica En algún lugar del tiempo de Jeannot Szwarc. En esta historia de amor más allá del tiempo y el espacio, Christopher Plummer será el posesivo agente de la actriz protagonista, y uno de los muchos obstáculos que tiene la pareja de amantes. Y en los ochenta también probó en la televisión y salió en una mítica serie, El pájaro espino, como un arzobispo italiano que se cruza en el camino del protagonista (me gusta nombrarla porque fue una serie que disfrutó muchísimo mi abuela paterna).

En los noventa hace un papel secundario en una de mis películas favoritas de ciencia ficción. En 12 monos de Terry Gilliam, Plummer es ni más ni menos que un famoso científico y padre de un Brad Pitt, cuyo personaje ha perdido la cordura. Plummer es uno de lo hilos de los que tira un perdido James Cole (Bruce Willis) en sus viajes en el tiempo, en los que trata de averiguar cuál fue el origen del virus que mató a millones de personas, y que ha condenado a los supervivientes a vivir bajo tierra.

A partir del 2000 su renacimiento cinematográfico fue imparable. No paré de reírme con su director de cárcel, emocionado por realizar un musical con los presos en Lucky Break. Y también fue pieza clave para construir el puzle que propone la película de Atom Agoyan sobre el holocausto armenio, Ararat. No faltó en una de las resurrecciones de Terrence Malick, El nuevo mundo, aunque no fue una buena experiencia para él, el resultado fue una hermosa película sobre Pocahontas y Smith.

Pero si tuviera que quedarme con alguna película de estos últimos años creo que sería sin duda con La última estación de Michael Hoffman, donde Plummer me emocionó como un anciano León Tolstói. Como escribí en su día, “después nos encontramos con otro hombre complejo, el mismo Tolstoi con el rostro de un actor ya clásico, Christopher Plummer. Un Tolstoi atrapado por el mismo movimiento que ha creado, ‘son más tolstoianos que yo’, y por la relación con su familia: su mujer, sus hijos, su título, sus propiedades… Un hombre bueno, un gran escritor, pero consciente de sus contradicciones. Terriblemente humano”. Y es que creó además una química muy especial con Helen Mirren, que hacía de su esposa, la condesa Sofía. Toda la historia envuelta por una de las bandas sonoras más hermosas de Sergey Yevtushenko.

Sin duda, ahora Christopher Plummer ha llegado a su última estación, pero siempre estará ese tren para quien quiera montar en él y seguir descubriendo otros títulos de su larga carrera.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

20 comentarios en “La última estación de Christopher Plummer

  1. Se nos siguen marchando de gira los grandes…
    Habiendo descubierto (y detestado, a qué negarlo) ya mayor «La novicia rebelde», como se llamó aquí The Sound of Music, no puedo decir que mi primer recuerdo hacia Plummer cuando escuché sobre su muerte haya sido su Van Trapp. Para mí siempre será ese productor teatral con vocación de Svengali de «Pide al tiempo que vuelvas» (Somewhere in time), película adoradísima que forma parte de los «clásicos» de mi infancia. Ahora me tienta descubrir su Sherlock Holmes y muchas de las otras pelis que citás, que tengo un vacío importante con la carrera de Plummer.-
    Te mando un beso enorme, Bet.-

  2. Jajajaja, querídisima Bet, no sabía de tu aversión a Sonrisas y lágrimas o La novicia rebelde. Yo reconozco que forma parte de los recuerdos de la infancia… Soy de esas que tararean Edelweiss o Do, re, mi… jajajaja.
    Somewhere in time me la descubriste tú… y me gustó tanto, que me leí también la novela de Richard Matheson.
    ¡¡¡Asesinato por decreto está tan bien…!!! Es un noir decimonónico, de esos que tanto me entusiasman. Y Plummer está fantástico.
    La verdad es que todavía me quedan por ver bastantes pelis de su filmografía. Y me apetece mucho refrescar su Comodo, otro de sus malvados, en La caída de imperio romano.

    Beso
    Hildy

  3. Excepcional repaso por la vida y la obra de un actor que parecía eterno. Debo decir, no obstante, que lo que más me gusta de él es que calificara el material de «Sonrisas y lágrimas» como abominable. Que se resistiera todo lo pudo a aceptar el papel, y que obligara a incluir en el contrato una cláusula que impedía que los críos compartieran espacio con él cuando la cámara no estuviera rodando.

    En resumidas cuentas, un gran hombre…

    Besos

  4. Como decían por ahí, por Dios que vayan a comprobar qué tal se encuentra Michael Caine, el último que queda de los principales personajes de ‘El hombre que pudo reinar’, película favorita de un servidor. Vaya racha…

  5. ¡Me parto de risa, mi querido Alfredo!… No tenía ni idea de esa cláusula en el contrato.
    Desde luego no era un hombre de trato fácil, jajajaja, él mismo lo decía. Quizá por eso es excepcional cuando aborda personajes duros e incluso antipáticos… que de pronto se rompen y muestran su vulnerabilidad. Pero vamos también podía dar mucho miedo como malvado a secas… No hay más que verlo en Testigo silencioso…

    Beso
    Hildy

  6. Ayyyy, el bueno de Michael Caine, por Dios… Yo creo que se encuentra bien. Hace nada me lo pasé de miedo con sus memorias. Queridísimo crítico abúlico, sí, tienes razón que hace nada se nos fue también Sean Connery. Todavía reina sin miedo Caine.
    Lo que me encanta de Plummer es que seguía de lo más activo. Nunca dejó la pantalla. No hace mucho me lo pasé pipa con Puñales por la espalda.

    Beso
    Hildy

  7. Ay Hildy, qué buen resumen del que tomo varias notas. Igual que elcriticoabulico enseguida pensé en El hombre que pudo reinar, pero era un repensamiento, ya me había preguntado por la salud de Caine unos dias antes, cuando vi Educando a Rita, como te comenté… ¿Este hombre -Caine- no tiene o tuvo problema de tabaquismo galopante o algo así me suena? Es que vamos, ¡Es el Santiago Carrillo del cine! ¡Y que dure!

    Un beso muy fuerte

  8. Hola Hildy:
    Siempre elegante y aportando dignidad a cualquier personaje que tuviese que defender. Un caballero de la interpretación.
    Tengo que confesar que, junto a su tocayo, para mi formaban una especie de Ying-Yang y a menudo los confundía; uno casi-siempre bueno y el otro casi-siempre malo. Christopher Plummer y Christopher Lee. Dos enormes actores.
    Un saludo, Manuel.
    PD. Aprovechando que el Duero pasa por «el pajaroespino»: El otro día una amiga común (guiño) hablaba de películas homenaje y me hizo recordar un festival de homenajes y citas en forma de «cine negro», la protagoniza Rachel Ward, se llama «Cliente muerto no paga» y, posiblemente, sea la película con mejor reparto de la historia (guiño-codazo).

  9. Querídisimo Manuel, respecto a Caine, leí hace poco sus memorias y me lo pasé pipa… Caine se presenta como todo un vividor. Y es un libro lleno de anécdotas, muy ameno.
    ¡¡¡Es un superviviente nato!!!! Sigue trabajando… No la he visto, pero sale en Tenet.
    Qué filmografía tiene también… Cuántos títulos que revisitar y cuántos que descubrir.

    Beso
    Hildy

  10. Querido, querido Manuel:
    Jajaja, sí, sí, es cierto, a través de estos mundos cibernéticos tenemos una amiga común muy cinéfila. Así que te agradezco en el alma esa recomendación de películas con homenajes cinéfilos, Cliente muerto no paga. No la conocía, así que a mi baúl de películas pendientes.
    Me gusta cómo llamas a Plummer, un caballero de la interpretación. Y qué bueno ese binomio: Christopher Plummer y Christopher Lee… Los dos tenían en común su condición de caballeros, creo yo.

    Beso
    Hildy

  11. Me sumo a la recomendación de «Cliente muerto no paga». «Arruinó» (en el mejor sentido) para mí muchas películas clásicas que ahora no puedo sino ver con los ojos del querido Carl Reiner.-
    Un beso enorme, Bet.-

  12. ¡¡¡Bet, qué bueno!!! Entonces ya sí que sí no puedo perdérmela. Si Manuel y tú me la ponéis en mi camino y me la recomendáis es que tengo que verla pero ya.

    Beso
    Hildy

  13. Querida Hildy,
    en verdad Plummer era un caballero de la actuación, al nivel de Olivier o Von Sidow.
    Recuerdo actuaciones clásicas como el Cómodo de LA CAIDA DEL IMPERIO ROMANO o el bello y trágico Atahualpa de LA REAL CACERÍA DEL SOL.
    Una cinta menor y algo olvidada es RECUERDOS DE GUERRA,de 1989 ,para mí una de sus mejores actuaciones como el ex oficial alemán que busca revivir el pasado en Francia,cargado de culpa y soledd.
    BesosIVÁN

  14. Como siempre, querido Iván, gracias por compartir esos títulos de cine. El que me ha llamado mucho la atención ha sido el de RECUERDOS DE GUERRA, de 1989. He leído sinopsis sobre la película y tiene muy buena pinta.

    Beso
    Hildy

  15. Que tal Hildy!
    Otro de los grandes que nos deja. Tenia esa presencia pantalla que lo hacia diferente de los demás.
    Besos;)

  16. Otro intérprete que nos ha acompañado toda la vida que nos deja. Realmente ha trabajado mucho en su vejez y verlo siempre era una garantía de calidad. Nunca me ha llegado a cansar como, por ejemplo, Michael Caine, Anthony Hopkins, Robert de Niro o incluso Pacino, de los que, cuando los veo por enésima vez en pantalla, no puedo evitar pensar ¿Otra vez? ¿Por qué no se retiran? Con Plummer jamás me ha pasado esto. Quizá porque nunca ha sido un divo, ni se ha convertido en una parodia de sí mismo.
    Voy a añadir un par de películas en las que aparece que a mi me gustan mucho y que nadie ha recordado en los medios. “Muerte en los pantanos” (por supuesto, destrozando el hermoso título original ”Wind across the Everglades”) de Nicholas Ray. Ya se que no tenemos la versión que Ray quería, pero es una película que me subyuga desde la primera vez que la vi, en mi infancia. No solo por su mensaje ecologista y de amor a los pájaros y por el fascinante paisaje donde transcurre sino también por esa extraña relación paternofilial que se establece entre el idealista personaje de Plummer, todo un héroe individualista muy del gusto de Nicholas Ray, y el tremendo patriarca de los “Everglades” que compone Burl Ives. Un duelo de personalidades que acaban encontrando más afinidades de las que podían sospechar. Y la historia de amor con el personaje de Chana Eden, romántica y pasional, con un toque desesperado, es muy Ray.
    Otra película a la que le tengo un enorme cariño y que nadie recuerda es “Dónde está el corazón” de John Boormaan. La vi en mi adolescencia y la historia de esos tres hermanos que se ven obligados a vivir en la destartalada casa que su padre, agente inmobiliario quiere derribar, me pareció una especia de utopía estupenda, donde diferentes personajes encontraban su espacio para ser libres, madurar y desplegar su talento, sin que nadie les juzgara. Uno de los personajes que irán a vivir a esa casa es el vagabundo que interpreta Cristopher Plummer. La relación con el personaje de Uma Thurman, es muy bonita.
    Se ha ido Cristopher Plummer, pero como has dicho, nos quedan sus películas. Yo espero poder ver algun día su debut con Sidney Lummet: “Sed de triunfo”
    Me despido entonando la preciosa “Edelweiss” de “Sonrisas Y lágrimas”. Pese al disgusto que tuve al enterarme que no la cantaba él, recordaré siempre al actor cantando y tocando a la guitarra esa hermosa canción dedicada a la flor de las nieves.

  17. Querida Lilapop, qué alegría leerte y qué bonito perfil de Plummer has realizado en el comentario. Me ha encantado. Yo la película de Ray no la he visto. Ni tampoco la de Boorman. Así que ¡todavía me queda mucho por descubrir de Plummer! También, por algunos fragmentos grabados que he visto, tuvo que ser un crack en los escenarios teatrales.
    Beso
    Hildy

  18. Pues son dos films muy especiales. El de Nicholas Ray es tan hermoso como seguramente fallido, porque por lo visto, se cercenó bastante la versión del director y, además parte del metraje rodado en los Everglades se estropeó y no pudo utilizarse. Es una película especial por su resultado y por lo que pudo ser. Un bello fracaso.
    Respecto a lo que decía en otra entrada que seguramente mi alias puede estar inspirado por el cine de Demy, no fue consciente, pero me doy cuenta ahora que casa mucho con el cine del director francés

  19. … Un bello fracaso… Me gusta ese concepto hablando de una película. Y sobre todo al lado del nombre de un realizador, Nicholas Ray.
    No fue consciente, pero es bonito pensar que por ahí andaba Jacques Demy al crear tu alias.

    Beso enorme
    Hildy

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