El blog de Hildy Johnson

Simplemente, un blog "de cine"

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Fuego en las calles (Flame in the Streets, 1961) de Roy Ward Baker

En Gran Bretaña, seis años antes de la película estadounidense Adivina quién viene esta noche (Guess Who’s Coming to Dinner), Fuego en las calles presentaba de una forma más cruda y compleja el mismo conflicto. Roy Ward Baker, que terminaría especializándose en el género de terror, realiza una obra cinematográfica de puro cine social con personajes llenos de matices. Si bien es cierto que el conflicto racial que plantean ambos títulos se desarrolla en dos países diferentes con contextos distintos (de hecho, en uno de los diálogos de este film se hace alusión a esto), los puntos en común entre ambas generan una interesante sesión doble. Es mucho más popular la película de Stanley Kramer y más fácil acceder a ella. Fuego en las calles ha caído totalmente en olvido, pero, sin embargo, creo que aporta mucha miga al asunto. Es una película más incómoda, menos amable, más cruda. Quizá menos exquisita en su realización, pero no carente de interés, y también con unas interpretaciones a tener en cuenta.

En un momento dado, el profesor jamaicano Peter Lincoln (Johnny Sekka) dice al padre de su prometida, Jacko Palmer (John Mills), unas palabras reveladoras para entender el conflicto: “Cuando me enamoré, no pensé en los prejuicios. Esperaba que todo fuera como lo había soñado. Kathie y yo, sin barreras. Señor Palmer, su hija es distinta a usted. Usted piensa lo que debe creer. Y Kathie, en cambio, siente lo que cree”.

Jacko Palmer es un sindicalista de los de toda la vida, luchador y seguro de sus convicciones. De hecho, defiende con vehemencia el nombramiento de un capataz negro, cuando sus compañeros blancos se revuelven y amenazan con la huelga si esto se produce. Para él todos son trabajadores con los mismos derechos y deberes, y el color no tiene ninguna importancia. Sin embargo, cuando Kathie (Sylvia Syms), su hija, plantea que quiere casarse con Peter…, es consciente de sus prejuicios. Como dice Peter, piensa cómo debe creer sobre ciertos temas, pero no siente lo que cree como Kathie.

Fuego en las calles presenta una sociedad sin segregación racial, pero con un racismo latente a cada paso. Solo hay que escarbar un poco. En el núcleo familiar de Kathie y Jacko, también están Nell (Brenda de Banzie), la madre y esposa, y el abuelo (Wilfrid Brambell), una especie de árbitro familiar. Y la película no tiene reparo en presentar en toda su crudeza el racismo de Nell, pero a la vez tratar de comprenderla, nunca justificarla. Se traza el personaje de tal manera que podamos entender su vida hasta el momento en el que salta el conflicto.

La película muestra dos tramas paralelas que confluyen trágicamente en una hoguera final. Todo transcurre tan solo en unas horas. Y la sensación continúa es que la chispa está a punto de saltar para cada uno de los protagonistas y para que estos ardan… y arrasen con sus vidas. Es 5 de noviembre de 1959, un día festivo (la noche de Guy Fawkes) donde las calles se llenan de hogueras por la noche. Por una parte, está la historia de dos jóvenes profesores enamorados, Kathie y Peter. En un principio su historia se presenta sin barreras, idílicamente, pero poco a poco se van dibujando los nubarrones. Se percibe que no lo van a tener fácil, que no los miran con ojos sin prejuicios. Y se van notando los miedos de cada uno. Sin embargo, es el día en que Kathie quiere anunciar a sus padres sus noviazgo. Por el otro, Gabriel Gomez (Earl Cameron) es un brillante capataz, que ha sido puesto a prueba durante dos semanas y está a punto de ser nombrado para el cargo. Esto es recibido con recelo por muchos trabajadores blancos de la fábrica de muebles, surgiendo los peores sentimientos, pues Gabriel es negro. Es el tema que se va a tratar en la reunión del sindicato esa misma noche. Gabriel es un hombre tranquilo, trabajador y casado con Judy (Ann Lynn), una mujer blanca. Están a punto de ser padres. Y su situación no es fácil, aunque tratan de llevarlo como pueden. Cada día es una lucha, pero Gabriel quiere evitar a toda costa el enfrentamiento. Su máximo defensor va a ser el líder sindical, Jacko Palmer. Es una jornada tensa donde varios jóvenes blancos de la fábrica están dispuestos a armar bulla por la noche, al calor de las hogueras.

Las dos tramas se unen en una gran hoguera donde estalla el conflicto racial, siendo el momento catártico en el que todos los personajes toman una decisión en sus vidas, con consecuencias para el futuro. El final no puede ser más tenso, pero, sin embargo, augura un principio. En un salón, con una distancia que en un principio parece insalvable, se encuentran cara a cara Jacko y Nell con Peter y Kathie. Pero hasta llegar ahí los cuatro han sufrido todo un proceso, en unas horas decisivas.

Fuego en las calles muestra una cara más cruda que Adivina quién viene esta noche. Pero ambas forman un dúo imprescindible para contar cómo durante los años sesenta se quiso aportar otra mirada sobre el tema racial y plantear ciertas cuestiones que apenas habían tenido sitio en las pantallas de cine.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

16 comentarios en “Fuego en las calles (Flame in the Streets, 1961) de Roy Ward Baker

  1. Hola Hildy:
    En un primer momento pensé en «Streets of Fire» (Calles de fuego, Walter Hill 1984) pero ya veo que me equivoqué, nada que ver.
    Es sorprendente la «libertad» que tenía el cine ingles durante los sesenta, el famoso Swinging London y alrededores. Ves películas «pequeñas» que, incluso hoy, te sorprenden por la forma en que abordan temas que siguen levantando ampollas.
    Desde luego el racismo en Inglaterra es un tema muy distinto del que tienen sus «primos» pero es interesante tu comparación esta especie de «Adivina quién enciende las calles».
    Un saludo, Manuel.

  2. ¡Melapunto!

    Sobre este tema tengo en la nevera para sacar pronto una entrada sobre «Un retazo de azul», no sé si la conoces, que es una historia curiosa con el mismo fondo, solo que la chica es ciega y, claro, no sabe el color de la persona de la que se enamora… Es una peli muy peculiar, y esta como digo me la anoto y pronto la veo.

    Un beso fuerte y saludos a mi tocayo, que por cierto yo no soy «del» Pozo, pero todo el mundo me lo pone, jeje.

  3. Hola otravez
    Hola tocayo; a mi algunos me llaman Pozo… ¡y nadie me llama del Pozo! Está claro que todo el mundo quiere ser otra persona. Y eso nos lleva a un antecedente del tema que nos ocupa: «Imitation of Life» (Imitación a la Vida, Douglas Sirk 1959). La «curiosidad» es que para el papel de la joven díscola escogieron una actriz de ascendencia mexicana.
    Dos saludos, Manuel.

  4. Calles de fuego es todo un clásico de los 80, ¿verdad?
    Sí, querido Manuel, la verdad es que es interesante esta sesión doble. Y en la película británica hay un diálogo entre Peter, el maestro jamaicano, y el sindicalista, donde el primero le hace ver precisamente esas diferencias del conflicto racial entre EEUU y Gran Bretaña.
    Me ha encantado poder ver esta película que hasta ahora desconocía.
    Imitación a la vida de Douglas Sirk es otra joya. Me chifla. Propongo con ella otra sesión doble con una película británica que mencioné hace poco, Crimen al atardecer de Brasil Dearden. Ambas sobre una chica negra de piel clara que se hace pasar por blanca. También con matices muy interesantes para comparar el tratamiento de un tema similar.
    Beso
    Hildy

  5. Querido Manuel, hace tiempo que estoy detrás de Un retazo de azul. No la he visto y me interesa mucho. Ya me contarás, te leeré en tu tren particular. Además sale también una actriz que me apasiona y de la que trato de completar su filmografía, Shilley Winter.
    Beso
    Hildy

  6. Vi anoche «Fuego en la calles» y aunque es una película muy sencilla (es casi como el esqueleto de una película)me pareció interesante y muy curiosa. Me llaman mucho la atención estos filmes de «mensaje» en los que cada palabra del guion tiene una finalidad explicativa o aleccionadora, y además procurando que se escuchen todas las razones posibles. Son pelis muy didácticas, es casi como si las hubieran hecho para ponerlas en clase, jaja.
    Por cierto, y ya que mencionas a Basil Dearden; entonces no te lo dije, pero me lo descubriste con la entrada que le dedicaste y vi «Vida para Ruth» y que sepas que gracias a ti (o por tu culpa…) la van a ver este año mis 80 alumnos de 2º de bachillerato para entender mejor la moral kantiana.
    La sesión doble que comentas… Me llama, porque «Imitación a la vida» es uno de mis totems cinematográficos, ante el cual me arrodillo emocionado de vez en cuando.

    Un besote, querida Hildy; un abrazo, tocayo.

  7. No sabes lo que me alegra, mi querido Manuel, lo de «Vida para Ruth». Me encanta el matrimonio cine y filosofía. Ya me hubiese gustado tener un profesor que me hubiese explicado los conceptos filosóficos a través del cine.
    Yo también soy una enamorada de Douglas Sirk y de Imitación a la vida.
    Ya he visto que has escrito sobre «Un retazo de azul»; jo, qué ganas de verla.

    Beso
    Hildy

  8. Se puede enamorar uno de Douglas Sirk… Hasta que ve «Atila, rey de los hunos», jajajaja… En fin, hasta el mejor escriba hace un borrón.

    Me gusta mucho esta película, tan sencilla (a veces, desmasiado) como efectiva, pese a que el discurso esté claro desde el principio, incida y subraye, para mí, más de la cuenta, casi hasta el panfleto. Son las interpretaciones, para mí, lo que la elevan por encima de la planicie moral y mental de, qué sé yo, un telefilme de sobremesa. Y qué interesante es Roy Ward Baker, en su obra en general, y más cuando se sale del género que le es más querido.

    Besos

  9. ¿Te puedes creer que nunca he visto Atila, rey de los hunos? Seguro que ha alguna secuencia donde se puede reconocer a Sirk. ¿Y dirás y esta tía por qué suelta esto? Jajaja, todo tiene explicación. El otro día me vi un documental genial sobre King Vidor, y empezaba con una de sus películas más denostadas para mostrar una secuencia en la que se veía su maestría. La película en cuestión era Salomón y la reina de Saba (que tampoco he visto) y la secuencia era una batalla donde los guerreros empleaban sus escudos como espejos.
    ¿Qué te parece?
    Yo no conocía Fuego en las calles hasta ahora y la verdad es que me ha sorprendido muy gratamente. Efectivamente todos los personajes y los actores que los interpretan están maravillosos. De Roy Ward Baker reconozco que he visto muy poco, Niebla en el alma… y poco más.

    Beso
    Hildy

  10. Debo confesar que ni me sonaba la película y me parece de entrada muy prometedora, sobre todo por ser una producción británica. Aunque Adivina quién viene esta noche es la película «canónica» sobre el conflicto racial en los 60, hay muchas otras más pequeñas (a nivel de producción al menos) de años antes que lo tratan de forma bastante más cruda, y me resulta muy interesante ir viendo cómo el tema va tratándose en el cine a lo largo de esa época. Así pues, apuntada queda.

    ¡Un saludo!

  11. ¡Bienvenido, doctor Mabuse!, qué alegría que te hayas pasado por aquí.
    Creo que «Fuego en las calles» te va a resultar interesante. Para mí ha sido una grata sorpresa toparme con ella.
    Hay un recorrido para analizar y muy rico sobre el conflicto racial en el cine, ¿verdad?

    Beso
    Hildy

  12. Llevaba un tiempo leyendo en la sombra, soy algo tímido fuera de mi gabinete, pero esta película me ha animado a dejar un comentario.
    Sí, los temas raciales han dado mucho de sí en el cine, aún hay mucho por descubrir y reivindicar. ¡La historia del cine siempre te depara sorpresas!
    Un saludo.

  13. Totalmente de acuerdo, querido doctor Mabuse, la historia del cine siempre depara sorpresas e ir descubriéndolas es una labor apasionante.
    Su gabinete es absolutamente un tesoro. Disfruto mucho mis visitas ahí.
    ¡¡¡Un placer que te hayas animado a dejar un comentario!!!

    Beso
    Hildy

  14. ¡Qué interesante parece esta propuesta! De su director Roy Ward Baker conozco sobre todo su obra con la Hammer.
    Me ha recordado a “Sapphire” de Basil Dearden,, estupenda, por cierto. La comparas con “Adivina quién viene a cenar esta noche” una película que me crece en cada visionado ¡Cómo me gusta cuando los personajes aparecen pensando en el cine y te los crees!
    Aunque el tema es el mismo, el racismo, los contextos en los que este se da son muy diferentes y por lo tanto los conflictos también lo son, ¿no crees?
    En “Fuego en las calles” sus protagonistas son clase trabajadora y por lo tanto “el odio” al diferente que es el racismo, está motivado por el miedo a perder el trabajo “por uno de fuera”. En cambio, en el film de Kramer, los protagonistas son la clase acomodada, liberal, progresista e intelectual, que jamás se tendrán por racistas y despreciarían a quién se manifestase como tal. Pero desconocen completamente la realidad de la comunidad negra de su país, más allá de su querida asistenta, a la que tratan como un miembro de la familia…Per no es lo mismo que un médico negro se convierta en su familia, casándose con su hija.
    Destaco el momento del film en el que el personaje de Sidney Poitier le dice a su padre, que se opone al matrimonio, “que a diferencia de ti papá, tú te ves a ti mismo como un hombre de color y yo, simplemente como un hombre”. A mi juicio, desgraciadamente, se ha impuesto el criterio del padre del personaje. Cada vez, como sociedad y como individuos, nos limitamos más, colgándonos etiquetas identitarias de todo tipo, encerrándonos en un solipsismo excluyente y narcisista.
    A ver cuándo puedo ver “Fuego en las calles” título que, en un primer momento e igual que a otros, también me hizo pensar en el film de Walter Hill, un film de los sobrevaloradísimos años 80 que reivindico.
    Un abrazo
    Lilapop

  15. ¡Creo que te va a interesar muchísimo, Lilapop, ya me contarás!
    A mí también me gusta Adivina quién viene esta noche y me parece una pasada la frase que compartes de Sidney Poitier. En cada nuevo visionado, como dices, se puede profundizar en su análisis.
    Efectivamente, los contextos y los países de ambas pelis son distintos, pero el planteamiento y el conflicto que sucede en el seno de una familia es el mismo. Creo que forman una apasionante sesión doble. Lo mismo ocurriría con la de Douglas Sirk, Imitación a la vida, y la de Dearden, Saphire.
    Todas te dejan pensando y ofrecen visiones interesantes sobre el conflicto racial.
    Beso
    Hildy

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