El jorobado de Notre Dame. Cuatro versiones cinematográficas de Nuestra Señora de París de Victor Hugo

El jorobado de Notre Dame, Quasimodo, es uno de los personajes más reconocibles de la literatura francesa. Victor Hugo escribió una obra de un romanticismo trágico para salvar el gótico de París que no estaba siendo muy respetado durante el siglo XIX. Así el escritor recreó el medievo francés en París y contó la historia de varios personajes alrededor de Notre Dame durante más de setecientas páginas en Nuestra Señora de París. Entre medias de las desgracias de sus personajes dirigidos por la fatalidad, su pluma dejaba sus reflexiones sobre el arte, el conocimiento, la arquitectura, el progreso… y diversas descripciones. Todo para exaltar su amor hacia la arquitectura gótica parisina.

El cine ha adaptado numerosas veces la novela, dejando las reflexiones, las descripciones y ciertas tramas entre las páginas del libro, y muchas veces alterando el argumento o tomándose diversas licencias, pero atrapando algo de su esencia o recuperando para la pantalla algunos de sus personajes. Aunque hay varios protagonistas en este universo literario alrededor de la catedral parisina, en el cine el “rey” de esta historia ha sido Quasimodo, el jorobado, el campanero deforme y sordo de Notre Dame. Y no es de extrañar que siempre sea interpretado por actores con una enorme presencia y personalidad en la pantalla. Así en el cuarteto de películas elegido para analizar, el jorobado tiene el rostro de Lon Chaney, Charles Laughton, Anthony Quinn y Mandy Patinkin.

Por otro lado, siempre en sus versiones se ha respetado la fatalidad de los hechos (aunque a veces el cine guarde un final feliz a algunos de los personajes después de tanta desdicha) y el romanticismo trágico, sobre todo ese amor imposible y platónico entre el campanero y Esmeralda, la gitana. En realidad, lo que ha llamado poderosamente la atención es que es otra versión de un argumento clásico de la literatura francesa, y también repetido una y otra vez en distintas películas: la bella y la bestia. Cada una de las versiones cinematográficas de la novela de Victor Hugo tienen sus peculiaridades, sus personajes y sus momentos o ideas que merecen la pena. También cada historia hace hincapié en un aspecto determinado. Y la calidad y el acabado de las cuatro es diferente.

El jorobado de Notre Dame (The hunchback of Notre Dame, 1923) de Wallace Worsley

Lon Chaney como el jorobado Quasimodo. Y en el momento en que el personaje de Esmeralda le ofrece agua.

Uno de los alicientes de la película era ver la transformación del hombre de las mil caras, Lon Chaney. Y su conversión en el jorobado, como un ser deforme y monstruoso, cumplió las expectativas. De hecho, de los cuatro es el que tiene más de monstruo que de humano, aunque no olvida su sensibilidad de bestia maltratada capaz de amar y corresponder. El jorobado de Notre Dame es una película muda de la Universal que además de poner los cimientos del futuro cine de terror, era una apuesta del estudio, una superproducción.

Monumental su recreación en estudio de Notre Dame y sus alrededores, se centra en la historia de amor imposible entre la inocente Esmeralda (Patsy Ruth Miller), presentada como la niña pura de la novela, y el caballero vinculado a la corona, Phoebus. Ella es una zíngara, aunque se explica que sus orígenes son de una buena familia y que fue secuestrada por dos mujeres gitanas, y él es un caballero del rey, a punto de casarse con una dama de la corte. Para que la historia entre los dos pueda terminar felizmente hace falta la intervención del desgraciado campanero para proteger a Esmeralda y acabar con aquel dificulta la relación, Jehan, vinculado a los poderosos y a la catedral por su hermano, Claude, el archidiácono. El personaje del malvado en la novela es, en realidad, el archidiácono de Notre Dame, pero aquí pierde su identidad, y es su hermano el que ejerce el mal. Así la Iglesia queda desvinculada de la maldad de la corte y sus aristócratas, esto no ocurre en otras versiones.

Esmeralda vive en la corte de los milagros y es la hija adoptiva del rey de los desarrapados, Clopin. Pero este y los suyos terminarán siendo un yugo más para la felicidad de la inocente gitana. Es más, la película no tiene reparo en mostrar la podredumbre de los poderosos corrompidos, pero tampoco ve con buenos ojos los bajos fondos dirigidos por Clopin ni su rebelión. Aboga por un despertar de los poderosos hacia el progreso y la virtud representados por la joven pareja que busca la felicidad.

En esta versión aparecerán las secuencias que estarán siempre presentes en las demás versiones: el carnaval y la elección del jorobado como rey de los bufones, el castigo a latigazos del jorobado y la ofrenda de agua por parte de Esmeralda, el intento de ahorcamiento del poeta Gringoire (aquí como un mero secundario en su rol de payaso) en la corte de los milagros y cómo Esmeralda lo impide, el juicio y tortura de Esmeralda, la salvación de Esmeralda de la horca por parte del jorobado y el asilo en la catedral, la alegría del jorobado y su concierto de campanas para Esmeralda y el enfrentamiento final del jorobado contra todo aquel que trata de entrar en la catedral.

Esmeralda, la zíngara (The hunchback of Notre Dame, 1939) de William Dieterle

Charles Laughton como el jorobado Quasimodo.

La elegancia y sensibilidad de Dieterle queda patente en esta hermosa película, Esmeralda, la zíngara. El rico universo alrededor de Notre Dame medieval está perfectamente reflejado, así como el momento donde el progreso trata de abrirse paso ante las fuerzas oscuras. Un romanticismo exacerbado es reflejado en esta obra cinematográfica, que además es un canto al pueblo, a las gentes que tratan de sobrevivir, y también una alabanza al progreso y a la cultura. Una apuesta por la solidaridad y una crítica al rechazo de los otros, de los diferentes. Así la película de Dieterle se pone de parte de la corte de los milagros y crea una preciosa relación de amistad y de amor entre Esmeralda y el poeta (que está a favor del progreso y que cree en la fuerza de la palabra), Gringoire. Los actores que hacen de Esmeralda y Gringoire tuvieron un rico y resplandeciente debut cinematográfico en esta película: Maureen O’Hara y Edmund O’Brien.

La guionista Sonya Levien y el director dejan una huella sutil de los tiempos previos a la Segunda Guerra Mundial reflejando una alegoría de los oscuros tiempos medievales comparándolos con los negros tiempos del nazismo. De nuevo, para que Esmeralda y Gringoire logren un final feliz tiene que mediar el jorobado, el campanero, un espectacular Charles Laughton, que deja al descubierto al ser deforme con un corazón de oro. Un ser sensible que a pesar del sufrimiento es capaz de proteger sobre todas las cosas a Esmeralda. Él será clave para el final del poder oscuro representado por Frollo (Cedric Hardwicke), un civil con poder tanto en la Iglesia como a la hora de impartir justicia. Por otra parte, es la única película en la que el rey es presentado como un personaje amable (gracias a Harry Davenport), como un monarca despistado que se debate entre las fuerzas oscuras y el progreso.

Dentro de la corte de los milagros está el rey de los bajos fondos, Clopin (un maravilloso Thomas Mitchell), que aboga por la fuerza y la rebelión para terminar con la injusticia, al contrario que el poeta Gringoire que cree en la diplomacia y en el poder de la palabra para conseguir progresar en la sociedad. Y en esta batalla sale vencedor Gringroire, pero dando un halo romántico a la tragedia de Clopin. También sobrevive el jorobado, pero se queda solo en su torre de Notre Dame, aferrado a una gárgola y viendo partir a Esmeralda y Gringoire, dejando unas palabras desgarradas al viento: “Por qué no soy de piedra como ella”.

Notre Dame de París (Notre Dame de Paris, 1956) de Jean Delannoy

Anthony Quinn como el jorobado Quasimodo.

Desde Francia con el reclamo de Gina Lollobrigida y Anthony Quinn como Esmeralda y Quasimodo llegó Notre Dame de París. Jean Delannoy no solo aporta el color a la producción, sino que también encara la producción más similar a la obra de Victor Hugo en cuanto, por lo menos, el destino trágico y fatal de los personajes. Y convierte a Claude Frollo (Alain Cuny) en un personaje hierático, atormentado y sombrío que se debate entre lo oscuro y la pasión que siente por Esmeralda. Un religioso intelectual y dado a la alquimia, pero tremendamente amargado y avergonzado por sentir deseo.

Los demás personajes apenas tienen presencia, y tanto los de la corte de los milagros como los de la corte real son testimoniales. Aunque se trabaja el rol negativo de Phoebus, el caballero que solo busca aprovecharse de Esmeralda, y no mueve un dedo por ella después de sufrir el apuñalamiento. Tampoco tiene mayor visibilidad Gringoire.

A pesar de que es una producción más anodina (pero muy entretenida), sin embargo, es mucho más fiel a la historia de Victor hugo que las precedentes, y, al final, no sobrevive ninguno de los personajes principales. Es la versión que lleva más lejos la palabra “fatalidad”. Así construyen el guion Jacques Prévert y Jean Aurenche. Acentúa, sobre todo por la actriz elegida, la sensualidad de Esmeralda y la película trabaja menos la identificación de la gitana con la Virgen, representando así su pureza e inocencia, algo que sí está presente en la versión de Diertele o en la versión muda analizada. Y sobre todo se identifica con el amor imposible e idealizado del jorobado hacia Esmeralda. Así Anthony Quinn logra romper el corazón y acercarse a la tragedia de Quasimodo tanto en su toque de campanas frente a su amor como cuando le va ofreciendo las distintas flores que crecen en lo alto de la torre…

El jorobado (The hunchback, 1997) de Peter Medak

Mandy Patinkin como el jorobado Quasimodo.

Es una producción para la televisión y es la que más licencias se toma respecto a la novela de Victor Hugo. Aun así, tiene algunos aspectos de la trama interesantes, y no falta ninguna de las secuencias que hemos nombrado anteriormente que se repiten en todas las versiones.

Los máximos protagonistas de esta adaptación cinematográfica son el jorobado y el religioso Frollo (un siniestro Richard Harris). Así se refleja másuna atormentada relación paterno filial entre ambos. De nuevo es un largometraje que trabaja más ciertos personajes, y deja de lado, solo como meros testigos, tanto a la corte real como a la corte de los milagros. Esmeralda (Salma Hayek) solo es el personaje que acentúa la tragedia entre este padre e hijo accidentales. Desaparece Phoebus como personaje que se siente atraído por Esmeralda y el asesinato que materializa Frollo tiene que ver con un crimen de estado, pues elimina al favorito del rey, un hombre culto y que apuesta por el progreso y por la imprenta. Frollo es la representación de lo medieval y lo oscuro.Gringoire, el poeta, es desdibujado, solo aparece como el joven enamorado de Esmeralda y correspondido por esta. De nuevo, se exalta la sensualidad de la zíngara.

El jorobado dibuja una interesante personalidad de Quasimodo, y lo convierte en un ser humano sensible, bueno, sin odio, con una inteligencia superior, e intelectual (se ha leído todos los libros de la catedral), con la tragedia de ser deforme y sordo. Sin duda se inspira en una hermosa película de los ochenta de David Lynch, El hombre elefante. Así Mandy Patinkin crea un jorobado con una personalidad similar a la de John Merrick, y hace que la identificación del público por su trágica vida sea aún mayor.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

13 comentarios en “El jorobado de Notre Dame. Cuatro versiones cinematográficas de Nuestra Señora de París de Victor Hugo

  1. No dejas de asombrarme con cada comentario de cine que nos regalas. Pero en esta ocasión creo que te has superado a ti misma…son un alarde los comentarios a la novela y a las múltiples versiones que de ella se han hecho, es como un festival en torno a una historia fantástica que gracias a la literatura y al cine se ha hecho inmortal. Muchas gracias por hacernos disfrutar con tan buenos comentarios.

  2. Querida María Rosa, y qué ganas de hundirme de nuevo en las páginas del libro, ¿verdad? No sabes lo que he disfrutado viendo todas las películas. Ahora, creo que de las cuatro me quedo con la de William Dieterle.

    Beso
    Hildy

  3. Querida Hildy,
    brillante artículo literariio-cinematográfico,con excelentes datos.
    De las 4 versione ssólo he visto la de Dieterle,en pantalla grande cuando niño en un cine de barrio,y sólo recuerdo la deslumbrante belleza de Maureen O´hara y la dolorida fealdad de Charles Laughton.
    Mas fresca tengo una quinta versión que no mencionas.
    Se trata de una cinta británica para TV de 1982.con Anthony Hopkins como Cuasimodo,acompañado de un grupo de actores ingleses de primera línea como Derek Jacobi,David Suchet,John Gielgud y Robert Powell(Jesus de Nazareth)
    Esmeralda era la muy bella pero no muy expresiva Lesley-Anne Down y no recuerdo el nombre del director.
    No esuna maravilla pero está muy bien para ser hecha para la TV.
    Besos,IVÁN

  4. Querido Iván, qué bonito recuerdo de niño. Y es que la versión de Dieterle es como un bello recuerdo lejano.
    ¡Es que hay un montón de versiones! Yo no he visto la de Anthony Hopkins, pero seguro que tiene algún aspecto interesante para analizar. Qué bueno que la hayas nombrado.

    Beso desde una gárgola de Notre Dame
    Hildy

  5. Fantástico recorrido has hecho, querida Hildy, por uno de los grandes clásicos de la literatura francesa y sus distintas versiones fílmicas. Yo, al igual que Iván, solamente he visto la maravilla de Dieterle. Pero tengo muchísima curiosidad por ver la versión muda.
    Si algo me llamó la atención, en su día, al leer la novela, fue comprobar que el verdadero protagonista – exceptuando la bella catedral de Notre Dame, a la que Victor Hugo dedica un capítulo entero a su descripción, en lo que es todo un alarde de narrativa arquitectónica, y la Corte de los Milagros – no es el pobre Quasimodo, ni tampoco la hermosa Esmeralda y, ni mucho menos, el poeta Gringoire, sino el archidiácono Claude Frollo. Un hombre de iglesia que termina renegando de sus creencias por una pasión incontrolable, e irrefrenable, hacia una adolescente (Esmeralda no tiene más de 15 ó 16 años). Por eso, en esta historia, me parece ver una especie de antecedente (en cierto modo) del Humbert Humbert de Navokob. Un hombre de no más de treinta y pocos años que termina asumiendo, para su desgracia, una pasión puramente sexual y sensual (y que él le da el nombre de amor para intentar justificar sus atroces actos), que antepondrá a todo lo demás. Pienso que semejante bombón de personaje -oscuro, hipócrita, egoísta, siniestro y, sin embargo, patético- merecía más fama de la que tiene. Por contra, V. Hugo dedica muchas menos páginas al monstruo deforme, de alma pura y enamorado platónicamente de la bella zíngara, pero que el celuloide lo ha elevado al Olimpo. Qué final tan, tan desgarradoramente romántico tiene la novela. Probablemente sea uno de los finales más tristes de la literatura y, por extraño que parezca, visuales y, por ende, cinematográficos – si alguien tuviese el atrevimiento, la sensibilidad y el tacto suficiente para llevar a la pantalla grande semejante epílogo segurísimo que no dejaría indiferente a nadie, al contrario, derramaría alguna lágrima.

    Besos.

  6. Queridísima Isis, qué interesante tu comentario. Sobre todo cómo te parece que Claude Frollo es un antecedente del Humbert de Lolita.
    Es curioso que en el cine sea Quasimodo el personaje central, ¿verdad?
    La película de Dieterle me parece bellísima con momentos inolvidables y unos personajes entrañables. Hasta el malvado Grillo está muy bien construido.
    Todas las versiones tienen algo que merece la pena indagar.

    Beso
    Hildy

  7. Querida Hildy, en mi adolescencia adoraba esta historia. Leí la novela y vi varias adaptaciones (incluido el dibujo de Disney y un musical francés que había salido por esos años). De estas cuatro, la única que no vi es la de Quinn, pero sumo la de Anthony Hopkins que mencionó Iván. Hay tantos aspectos interesantes en la comparación, que bien rescatás en tu texto, sobre todo el personaje de Frollo y cómo van cambiando su naturaleza según las épocas para acentuar o lavar su corrupción moral como parte de la Iglesia.-
    De estas cuatro, las que tengo más frescas son las primeras dos y en cada caso lo que más me impactó fue la composición del personaje de Quasimodo. En el caso de Lon Chaney, siempre me maravilla su capacidad para ser un otro tan distinto y al mismo tiempo ser él mismo. Y es que el hombre de las mil caras tenía su alma siempre a flor de maquillaje. Y de Charles Laughton lo que me pareció único es que (al menos según recuerdo) es el único actor que enfatiza la juventud de Quasimodo. En efecto, es muy, muy joven y su Jorobado es casi un niño grande. Y además en esta versión está el querido Thomas Mitchell, y esa escena maravillosa en la que Gringoire llega a la Corte de los Milagros y observa la transformación de sus habitantes.-
    Qué fantástico además comparar el mismo momento en las diferentes puestas en escena en las fotografías que elegiste.-
    Confieso que me da pereza la idea de enfrentarme de nuevo con la novela, pese a que recuerdo escenas geniales que no están en ninguna versión, pero por suerte nos quedan las películas.-
    Un beso desde mi gárgola, Bet.-

  8. Jo, querida Bet, cómo me gusta leer tus aportaciones, como siempre interesantes y reveladoras. El momento en que Quasimodo pide agua y nadie le ayuda hasta que llega Esmeralda, es un instante de las cuatro películas que me gusta mucho, y vi bonito rescatarla desde los fotogramas. Ay, a mí me resulta muy bonita la versión de Disney también. Hace tiempo que no la veo, tendré que rescatarla de nuevo. Me gusta esa imagen que rescatas de Quasimodo com un niño grande.
    Tienes razón, ¡qué grande es Thomas Mitchell!

    Beso desde el confesionario de Notre Dame
    Hildy

  9. Gran repaso a diferentes adaptaciones de la novela de Victor Hugo. El primer contacto con la obra me vino por la lectura de su adaptación al cómic por la, para mi, mítica editorial Bruguera. Una adaptación con dibujos muy bellos y bastante fiel al tristísimo final original, pese a añadirle un toque moralizante, que no existe en la novela.
    Creo que la primera adaptación que vi es la de Dieterle. Suscribo todo lo que dices de ella. Maureen está adorable pero físicamente no puede ser más diferente a la protagonista del libro. La frase final que dice Quasimodo /Laughton, abrazado a la gárgola viendo partir a su amada es del libro, aunque, obviamente, la dice en otro momento.
    La segunda versión que vi es la de Delannoy. Es más fiel a la novela y mas reivindicable que lo que su fama dice de ella, aunque tiene esa falta de vitalidad tan común en muchas producciones históricas europeas. Quinn está estupendo y muy sensible. Las escenas entre Febo (que es un personaje que a mi en la novela me hace gracia…Lo sé, me lo tengo que hace mirar) y Esmeralda, a mis ojos de niña me resultaron super tórridas. La Esmeralda de Lollobrigida es más adulta y no tiene la inocencia de la protagonista del libro. Es el prototipo de “mujer salvaje” que la actriz encarnaba muy bien.

  10. Por fin leí la novela y realmente ninguna adaptación, por estupenda que sea, le hace justicia. Es maravillosa, con unos personajes poderosísimos y algunos de ellos casi nunca aparecen en las adaptaciones cinematográficas como el de la Paquette, que odia a los gitanos y que resulta ser la madre de Esmeralda ( y que su destino de enamorada concubina de un joven noble a, tras ser abandonada por este, pasar de hombre en hombre, cada vez de menos categoría social, para acabar en la prostitución, podría haber sido el de la propia Esmeralda si Febo la hubiese hecho su amante) o hechos que tampoco se suelen ver en las adaptaciones como que quien es gitano es Quasimodo y que él y Esmeralda fueron intercambiado al nacer…
    Como muy bien apuntas la novela reivindicó el gótico en general y Notre Dame en particular en Francia y hasta motivó la restauración del edificio.
    El libro es un retrato y crónica del París del final de la Edad Media en el que entra todo, la política, la filosofía, la historia, el arte y todo suena autentico, a diferencia de tantas novelas históricas actuales, viciadas por el afán de “presentismo”.

  11. La versión muda me pareció estupenda. La descubrí en un ciclo de clásicos silentes que emitió la 2 a medianoche (en los 90 era la hora de los cinéfilos según TVE) y Lillian Gish la presentaba. Me fascinaron los decorados, los movimientos de masas. Me encantó que Febo fuese un auténtico caballero y é y Esmeralda fuesen felices, pero sobre todo, esa película supuso para mi el descubrimiento de Lon Chaney ¡Qué actor más portentoso! Recuerdo una escena que sigue pareciéndome de las mejor interpretadas que he visto jamás. Es el momento en que prenden a Quasimodo por intentar secuestrar a Esmeralda. Quasimodo es sordo y por tanto no puede escuchar qué castigo están discutiendo que le van a aplicar. La desesperación y el desasosiego que Channey consigue transmitir y encarnar con su cuerpo y su rostro deformado por las prótesis (en un plano general, no en un primer plano para lucirse) es uno de los momentos de interpretación más impresionantes que he visto jamás. Creo recordar también que su final en la película es bastante triste; el muerto recostado en la campana que solía hacer repicar y Febo y Esmeralda alejándose, ensimismados en su amor…
    No he visto la versión de los 90 aunque tengo debilidad por Mandy Patinkin. He visto alguna escena y me parece la más de cartón piedra…

  12. Rompo una lanza o todo un ejército de lanceros por la versión que Disney hizo en el 1996. No es una película redonda, por ejemplo, el apunte cómico que en los films Disney suele funcionar tan bien para rebajar tensión, y que está encarnado por tres gárgolas vivientes, sobra. pero creo que es la última gran obra del Disney moderno. Y si, no me olvido de ese enorme bluff llamado “Frozen”. Hicieron un giro hacia un cine adulto, ya empezado por la anterior tan hermosa como fallida “Pocahontas” adaptando, ya no un cuento infantil o una obra de literatura juvenil, sino un clásico de la literatura universal La película es estéticamente majestuosa, con una ambientación del Paris gótico magistral. Es oscura e intensa. Con una portentosa banda sonora de Alan Menken (él mismo afirmó que era lo mejor que había compuesto nunca y unas canciones bellísimas. En el film todo es tan oscuro, empezando por ese Juez Frollo (es un fanático religioso, pero ya no es un hombre de Iglesia como en la novela) una de los malvados más complejos e interesante del universo Disneyano, que a diferencia de otros “villanos” cree que encarna la moral y el bien.
    Quasimodo pasa a ser un adolescente deforme y contrahecho, pero no monstruoso, de mirada dulce y corazón de oro (y que canta la maravillosa “Out there” todo un grito de libertad…Siempre ver los films Disney en Versión original) y Esmeralda con la rasposa voz de Demi Moore, es toda una mujer, independiente, fuerte y valiente, de formas rotundas y desprendiendo un erotismo inédito en las heroínas Disney. Las actuales serán, eso dicen, muy “empoderadas”( ¡que poco me gusta esta palabra, traducción literal del inglés) pero también son aniñadas, anoréxicas y asexuadas. Febo ya no es un noble solo un capitán claramente inspirado en los héroes simpáticos de Erroll Flynn y Clopin ejerce de narrador y guía por ese suntuoso París tan rico en colores como oscuro es el poder que lo rige.
    Por supuesto la película fue incomprendida, No funcionó tan bien en taquilla. La acusaron de demasiado “fuerte” para los niños, de anticristiana, de contener demasiado erotismo ( recuerdo cartas en los periódicos quejándose ¡glups!) y por otro lado, otras críticas le llegaron por parte de aquellos que consideraban poco menos que una blasfemia que Disney se atreviera con una cásico de la literatura y “suavizara” su contenido ( cuando por un lado, es de lo más atrevido y crítico que Disney ha hecho nunca y por otro ya hemos visto que todas las versiones suelen rebajar el tono trágico de la historia original) Recuero una diatriba especialmente virulenta en este sentido por parte de Pérez Reverte. Vamos, en su línea.
    Una pena que Disney no siguiera por ese camino, barroco en las formas y en el fondo, atrevido, más adulto en la historia y más ambicioso en sus intenciones.
    Un abrazo cariñoso
    PD. Para excesiva yo con tanto párrafo. Pero es que esta obra es una de las lecturas de mi adolescencia…Inolvidable.

  13. Queridísima Lilapop, como siempre un placer leerte. Y con lo que compartes en los comentarios queda superenriquecido el post. ¡Yo también me puse por primera vez en contacto con novelas a través de cómic! ¡Era una buena puerta a la literatura! De hecho, no sé si lo comenté contigo, pero mi primer contacto con Shakespeare fue con un cómic de El sueño de una noche de verano y me enamoré del dramaturgo. ¡Qué bien cuentas lo de Los Chaney y las peculiaridades de cada película!
    Beso
    Hildy

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