Una mirada particular a Oliver (Oliver, 1968) de Carol Reed

Nancy y Bill, y entre medias de los dos Fagin, su socio en fechorías en Oliver, de Carol Reed. Los dos son protagonistas de una tremenda historia de violencia de género.

Varias obras de Charles Dickens han sido adaptadas al cine, y Oliver Twist en concreto ha tenido varias versiones, quizá las más conocidas sean la de David Lean y Roman Polanski, pero también existió una versión muda con Jackie Coogan, el niño inolvidable en El chico de Charlie Chaplin. Otra de ellas fue este elegante y sobrio musical de Carol Reed que regala momentos inolvidables. Esta película convertía en puro cine el musical de Lionel Bart, que tuvo la osadía de subir a los escenarios y convertir en éxito un drama de Dickens, con canciones y bailes, durante los sesenta tanto en Londres como en Broadway.

Como musical tiene momentos con una enorme fuerza visual, un elegante equilibrio y una belleza especial, como el momento de trabajo y comida de los niños en el orfanato y que sirve además como presentación del personaje de Oliver. Mark Lester se puso en su piel, un actor infantil con una sensibilidad especial que tan solo un año antes había sido uno de los niños de esa película inquietante en su forma de presentar el universo infantil que es A las nueve cada noche, de Jack Clayton. Pero, sobre todo, el número más hermoso es el que acompaña a la canción coral Who will buy?, que representa cómo despierta el barrio rico donde Oliver ha encontrado cierta paz y tranquilidad junto al señor Brownlow (Joseph O’Conor).

Pero durante todo el largometraje mi mirada se ha centrado en dos de sus personajes secundarios y su historia. Lo cierto es que Oliver, de Carol Reed, muestra una historia de violencia de género desgarradora, brutal y triste. Así se ve desde el principio la relación dañina y tóxica entre Nancy (Shani Wallis) y Bill Sikes (Oliver Reed). Ella, dulce, inteligente y vital, está atrapada en una relación que la daña, pero lo ama a pesar de que se sabe maltratada cada día. Así después de un puñetazo de Bill, que la tira al suelo delante de Fagin (Ron Moody), el socio en robos de su amado, y los niños que roban para ellos, cobra un doloroso sentido la canción que canta, una vez que se levanta y sale sola a la calle, As long as he needs me, donde justifica estar junto a él, pues cree que este la necesita. Nancy piensa que nadie podrá quererlo como ella lo hace.

Y Bill Sikes es huraño, silencioso y bruto en sus maneras. Sin un ápice de delicadeza y cariño. Como si la vida le hubiese golpeado una y otra vez y él fuera un perro callejero y rabioso, incontrolable. De hecho, su compañero fiel es Ojo de buey, un perro callejero.

Shani Wallis lleva la parte musical de la historia. Canta, baila, se relaciona con los niños y se convierte en la protectora de Oliver. Finalmente, no puede soportar la brutalidad de su compañero de vida con el niño, y trata de ayudarlo, pero intentando no traicionar a Bill. El personaje de Bill Sikes es maravillosamente interpretado por Oliver Reed. Él solo actúa, no canta ni baila, su sola presencia impone. Reed era un actor con una presencia física y sexual brutal. Aquí su Bill Sikes es una especie de Stanley Kowalski victoriano.

Carol Reed rueda los últimos momentos de estos personajes en una secuencia larga llena de detalles y matices. Bill se da cuenta de cómo Nancy saca a Oliver de la taberna, y los sigue junto a su perro. Nancy solo va a entregar al niño al señor Brownlow para que este pueda ser feliz, pero sin delatar a Bill. Pero este no lo ve así, y se ciega ante la “traición” de Nancy. Antes de que Oliver pueda ir donde el señor Brownlow, la coge, y sin piedad alguna, la tira detrás de unas escaleras. Y Oliver asustado solo ve el bastón de Bill y cómo esté golpea brutalmente a Nancy. De ella solo oímos sus gritos y vemos sus piernas. Cuando Bill termina de golpearla y mira sus manos llenas de sangre, se estremece. Y entonces es consciente de lo que ha hecho, y por un momento parece que se arrepiente o que lo siente, pero enseguida le consume y le devora el miedo. Abandona el cuerpo de Nancy, y solo piensa, desesperado, en la huida, tomando a Oliver como rehén. Hasta su perro fiel, Ojo de buey, siente que lo que ha hecho Bill es brutal y no solo huye de él, sino que será el que dirija a la policía y a muchos hombres de la ciudad hasta su dueño.

Bill arrasa con todo y lo único que quiere es escapar. Y cuando está intentando con una cuerda (que para colocarla en una viga ha puesto en peligro la vida del niño) pasar de un edificio a otro, recibe un disparo, y la multitud ve cómo este queda colgado y muerto en el aire…, balanceándose y totalmente solo…

La historia de Nancy y Bill, en este nuevo visionado de un musical que creo que merece la pena ser rescatado, ha eclipsado todo lo demás. Es dolorosa y brutalmente triste. Y cuenta y refleja muy bien una historia de violencia de género.

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20 comentarios en “Una mirada particular a Oliver (Oliver, 1968) de Carol Reed

  1. Gracias por haber traído esta magistral película. Si tuviera que elegir entre la de David Lean y Roman Polanski, elegiría la primera. Sin embargo, el musical del gran Carol Reed está en un rincón especial de mi corazón. No sé si te ocurre a ti, mi querida Hildy, pero cada vez que vuelvo a ver una película de Carol Reed o Alexander Mackendrick, se me quitan las ganas de suicidarme. Te voy a confesar que me emocionó muchísimo esta película cuando la vi en el cine en una reposición. El gran musical solo puede llegar a entenderlo almas muy sensibles. Lo mismo me ocurrió con la fenomenal “Las aventuras de Tom Sawyer” de 1973 de Don Taylor y con el único Tom Sawyer posible: Johnny Whitaker. La banda sonora está compuesta, nada más y nada menos que por John Williams. Williams también compuso la banda sonora de “Los rateros” y es que tiene un aroma sureño de finales del siglo XIX que te reactiva el ánimo. Como soy lector empedernido de Dickens y Twain (nada musicales), estas dos películas son un prodigio, y te lo digo de verdad.

    A veces me ocurre como a Mel Gibson en la primera “Arma letal”. Estoy en mi reducido piso de autocaravana. Depresivo a tope y con algunas copas de más. Saco la pistola y me la pongo en la boca. Cierro los ojos. Acaricio el gatillo y me vienen dos películas musicales: “Oliver”, de Carol Reed y “Las aventuras de Tom Sawyer”, de Don Taylor. Y me salvan la vida.

    Besos desde el Londres victoriano o del Misisipi de Twain. No hace falta que elijas. Nos quedamos con ambas.

  2. GRACIAS QUERIDA HILDY POR TRAER A NUESTRA MEMORIA ESTE BELLO Y OSCURO MUSICAL (EN EL BUEN SENTIDO DE LA PALABRA), POR TRAER A SHANY WALLIS DE LA QUE NO VOLVÍMOS A SABER NADA, TODAVÍA DE VEZ EN CUANDO ME SORPRENDO TARAREANDO LA CANCIÓN CON LA QUE WALLIS CONSIGUE SACAR A OLIVER DEL TUGURIO EN QUE REED MANTIENE PRISIONERO AL NIÑO… GRACIAS Y BESOS…

  3. Querido, querido Francisco, creo que es un musical olvidado, pero tiene tantos momentos hermosos…
    A mí me ocurre que cuando estoy triste o desanimada o muy inquieta o nerviosa, hay ciertas películas o secuencias determinadas a las que acudo para que vuelva la energía y la calma.
    Me alegro de que existan «Oliver» y «Las aventuras de Tom Sawyer», porque, Francisco, necesito leer durante muchos años esos comentarios que llenan mi cabeza de referencias y descubrimientos literarios. No puedes faltar en estos hogares cibernéticos.
    Siempre es algo que me ha gustado, el arte como salvavidas. Y lo creo totalmente.

    Eso, viajamos al Londres victoriano y al Misisipi de Twain, y, quizá, crucemos unos pasos de baile.
    Beso
    Hildy

  4. Sí, querido Jorge, tienes razón, es bello, oscuro y trágico.
    Y creo que es un musical bastante olvidado.
    Me parece una hermosa adaptación de una obra de Dickens.
    La actriz que hace de Nancy, Shany Wallis, está fantástica. Cuando canta, cuando baila y cuando actúa. Yo no la he visto en ninguna película más. Creo que era más una actriz de los escenarios teatrales.

    Beso
    Hildy

  5. ¡Qué bonito que reivindiques esta película! Es uno de mis musicales favoritos. Es uno de esos musicales donde TODAS las canciones son buenas o excelentes. Los números musicales son espléndidos (¡qué mal se filman o montan los números musicales en los pocos musicales que se hacen actualmente! Con esas fragmentaciones “ad infinitum” y “ad nauseam” de los planos) Los intérpretes están perfectos en sus papeles y caracterizaciones (quizá porque se buscó a actores y no estrellas) y la ambientación, uno de los fuertes del cine británico (o lo era) es magnífica.
    Volví a verla en cine, en un ciclo que la filmoteca dedicó el verano pasado al cine musical, y volví a disfrutar y a emocionarme desde el minuto uno (ese maravilloso “Glorious food”) hasta ese final feliz y melancólico a partes iguales.
    La película goza de mala fama. Básicamente porque algunos no le perdonan que se llevará el Oscar en lugar de “2001”. Esa preferencia de la Academia ha opacado los méritos de este gran film de Carol Reed. Y “la culpa”, si es que la hay, no es de “Oliver”. La Academia, por un lado, no siente querencia por los directores/ autores revestidos de aura de genialidad (Welles, Kubrick y salvando TODAS las distancias Tim Burton, Quentin Tarantino o Cristopher Nolan) y por otro, tiene como “géneros menores” a la ciencia ficción, el fantástico o el terror. Ningún film de estos géneros ha ganado nunca el Oscar a mejor película, si no me falla la memoria.
    El supuesto robo del Oscar a 2001, el hecho que sea un musical británico, fuera del canon Hollywoodiense y la animadversión, a mi juicio digna de mejor causa, que el propio género provoca en cierto tipo de público. le ha pasado factura a este film excelente.
    Tu revisión del film te ha hecho fijarte en la dolorosa relación de Bill Sikes, rotundo Oliver Reed, y Nancy, una vibrante Shani Wallis, toda luz y calidez, cuyo final te rompe el corazón. La canción “As long as he needs me” a parte de su belleza musical y la entrega absoluta de Wallis en su interpretación, (y lo bien que está rodada, con ese travelling, que sigue a Nancy y la acompaña en su determinación de seguir con Bill hasta el final) sobrecoge porque sabes que esa declaración acongojante de amor incondicional de Nacy hacia Bill, la llevará directamente a la muerte.
    Y pese a ese u otros momentos brillantes, de los que está lleno el film, que combina intimismo y espectacularidad con un equilibrio perfecto, seguirá cargando el San Benito de ser “la película que le robó el Oscar a 2001, una odisea del espacio”. En fin…

  6. Querida Lilapop, qué bien que escribas y que compartas con nosotros lo que tan bien cuentas. Efectivamente, Oliver carga ese San Benito, que por otra parte, ¿verdad?, tiene poco sentido. Yo admiro y disfruto 2001, Odisea en el espacio, pero por otra parte me parece un musical maravilloso Oliver. Y es que son ¡dos películas tan distintas!
    ¡Qué bueno que ahora podamos disfrutarlas las dos, analizarlas y darlas su hueco particular!
    Oliver! es una joya de musical y como dices tiene canciones y momentos tan hermosos. Sí, rompe el corazón el final de Nancy y es tan bella la canción «As long as he needs me», pero sobrecoge tanto lo que dice… y hacia dónde la conducirá.
    Sí, Lilapop, me da pena que sea un musical un poco olvidado. Qué bueno ese ciclo de la filmoteca que yo me perdí.

    Beso
    Hildy

  7. Querida Hildy,
    a m{i también me produce sentimientos encontrados esta cinta : la ví en pantalla grande para su estreno y la disfruté mucho,pero no puedo olvidar que para mí el Oscar lo merecían má 2001,ROMEO Y JULIETA,EL BEBÉ DE ROSEMARY o incluso EL LEÓN EN INVIERNO
    En todo caso OLIVER es inolvidable,desde la escena en que el pequeño protagonista pide más comida hasta las demás que ya se han mencionado.
    Todavía y a pesar de haberla visto una sola vez, tengo cancines grabadas en la memoria,como la tierna I’ll do everething hasta la energética Um-pa-pa.

    La presencia de Mark Lester emociona ,como en la que mencionaste A LAS NUEVE CADA NOCHE con su aspecto de querubín…y me sobrecoge haberlo visto en las perturbadoras RIOS DE SANGRE con Telly Savallas y UNA GRUETA EN EL TECHO con Britt Ekland, y no olvidar su doble papel en EL PRINCIPE Y EL MENDIGO
    Y Oliver reed de los ´60 era uno de mis actores favoritos(LA MALDICIÓN DEL HOMBRE LOBO,MUJERES ENAMORADAS…magnífico)
    Besos,IVÁN

  8. Sí, querido, querido Iván, pienso que es inolvidable. Lo malo de los Óscar y otro tipo de premios es que compiten entre sí películas tan dispares que si un año todas esas disparidades son buenas, como ocurrió aquel año…
    Y lo que pasó además fue que no se optó por el cine más innovador, que aquel año estaba representado por 2001, sino que se optó por el cine clásico y musical, Oliver.
    ¡A mí también me gusta Oliver Reed! Tiene una presencia física brutal y una filmografía con títulos muy interesante, algunos ya los has señalado. ¡Y en Mujeres enamoradas le unieron con otro actor que le ocurría lo mismo, Alan Bates!
    Del niño me apunto varios de los títulos que has aportado que no he visto, pero ¡qué pasada es A las nueve cada noche, ¿verdad?! Qué peli más oscura e inquietante.
    Lo dicho, como señalas, Oliver tiene secuencias y canciones para no olvidar.

    Beso enorme
    Hildy

  9. Una película, sin duda, encantadora. Para mi gusto un pelín larga pero, aún así, disfrutable. Me parece muy atinada tu reflexión sobre la naturaleza de la relación entre Bill y Nancy. En este aspecto, la película resulta un fiel retrato del célebre libro de Dickens. Es tóxica, angustiosa, terriblemente turbia y, finalmente, desgarradora. De toda la novela, es la parte que más me conmovió en su día. Y Carol Reed la filma maravillosamente. La presentación de Bill – aka Oliver Reed que, como bien dices, destilaba morbo y una sexualidad animal, por no hablar de su grandísimo talento interpretativo – es fabulosa: su imagen proyectada en sombra en un callejón. Sencillamente memorable.
    Es todo un acierto, por parte del cineasta, que el actor nunca cante. ¿Para qué? Un buen villano, creo yo, no ha de cantar sino intimidar. Y Oliver Reed lo logra con creces. Si cantara perdería toda su credibilidad. ¿Qué clase de villano canta? Eso quedaría para una parodia, pero no para una película que se precie de tener a un actor de la talla de Oliver Reed.
    Tras tu reflexión yo me permito hacer un inciso, de cara a una película que hable sobre el maltrato o violencia de género: es que exista alguien con el talento y el tacto necesario para explorar las razones por las que la víctima siempre – o casi siempre, como es el caso de este film – decide quedarse con su verdugo (las razones pueden ser varias: un amor mal entendido o una dependencia física y psicológica que, a nivel psicosomático, tiene una raíz muy similar a la dependencia a las drogas). Creo que sería muy interesante pues creo que permitiría estudiar una nueva vía sobre las relaciones humanas, que raramente suelen ser igualitarias o complementarias. Me explico: a veces, de manera imperceptible, las víctimas son las que, sin saberlo ni quererlo, por su carácter sumiso, permiten que su pareja se convierta en «verdugo». Es decir, que, en ocasiones, la víctima desea, incomprensiblemente, serlo. Tener un motivo para «sufrir» de cara a la galería y así ver cumplido su rol de dar pena, con la satisfacción interna que ello conlleva. Sé que es retorcido pero sucede. Sin ir más lejos, existe un diagnóstico que viene a corroborar lo que digo: el síndrome de Munchausen por poderes. Sería fantástico que el cine explorara temas como éste, pues permitiría abrir un abanico mucho más amplio sobre las relaciones – no sólo de pareja sino, también, por ejemplo, paternofiliales (aquí me permito el atrevimiento de señalar la relación entre madre e hija, abruptamente abortada por el deceso de la primera, en la película «La extraña pasajera»).

    Bueno, querida Hildy, disculpa mi larga parrafada, pero es que tu análisis me ha dado mucho que pensar.

    Besos.

  10. Querida Isis, qué bueno leerte siempre.
    Las relaciones y la psicología de esas relaciones son complejísimas. Y como dices hace falta inteligencia, talento y mucho tacto para precisar los distintos y variados matices que pueden desembocar en una relación tóxica, o llegar al extremo de una relación de violencia de género, tanto psicológico como físico. Qué difíciles son, como has mostrado en tu comentario, las relaciones humanas. Y siquiera acercarse a entender sus mecanismos. Y el cine creo que ha presentado esos universos personales e íntimos complejos, y varias veces con acierto.
    ¡Qué buena y compleja esa relación que señalas entre madre e hija en la genial (para mí) «La extraña pasajera»!
    Describes bien la complejidad de la relación entre Nancy y Bill en Oliver: «Es tóxica, angustiosa, terriblemente turbia y, finalmente, desgarradora».
    Sí, Oliver Reed es una presencia demasiado animal y con naturaleza demasiado oscura como para ponerse a cantar y bailar.

    Nada de larga parrafada, Isis, muy interesante… ¡Me encanta reflexionar y pensar alrededor de las películas y el cine!

    Beso
    Hildy

  11. Fue en la filmoteca de Barcelona. Un ciclo estupendo, pero sobre todo revisioné películas ya conocidas y amadas. Me faltó ese descubrimiento deslumbrante, esa perla desconocida, esa rareza fascinante que todo ciclo con ambición debe ofrecer. Le falta riesgo al ciclo y también muchos clásicos incontestables. Eso sí, me reveló porque nunca se menciona a “Deep in my heart” y “Damm Yankies!” cuando se habla de la obra de Stanley Donen. Bastante infumables ambas. La primera muestra que un material desfasado no puede ser salvado ni por un gran interprete dándolo todo como José Ferrer. La otra, que no puedes poner a un actor nulo para el género como Tab Hunter al frente de un musical. Y que no siempre los grandes talentos del teatro, brillan en la pantalla como en el caso de Gwen Verdon, fantástica bailarina, por cierto.
    Un abrazo desde esta Barcelona semiconfinada.
    PD ¡Se nos ha ido Olivia! Los periódicos dicen que era la última del Hollywood dorado y, por una vez, el tópico es cierto.

  12. ¡¡¡Querida Lilapop, que maravillosos son los ciclos de las filmotecas!!! Qué interesante todo lo que me cuentas y, sobre todo, ¡qué interesante programar un ciclo así! Mi cabeza se ha puesto a funcionar de cómo lo haría. Qué curioso lo que nos cuentas de Donen, un director que tiene piezas fundamentales del cine musical en su filmografía. Y también me doy cuenta de cómo es un género que me fascina y cómo me quedan todavía joyas (y otras que no lo son tanto) por descubrir.
    ¡¡¡Sí, se nos ha ido Olivia!!! Y es una actriz que me gusta muchísimo. Algo especial escribiré en breve sobre ella. ¡Tiene una filmografía!

    Beso
    Hildy

  13. HILDY; HAY PELÍCULAS OLVIDADAS Y PELÍCULAS OLVIDABLES, TANTO UNAS COMO OTRAS LAS ENCUENTRAS COMO CUANDO ABRES UNA CAJA LLENA DE FOTOGRAFÍAS DE LAS QUE NO TE ACORDABAS: ¡QUÉ BONITAS ERAN MIS HERMANAS Y QUE APUESTOS MIS HERMANOS, QUE ESBELTA ERA MI MAMACITA Y QUE GALÁN MI PAPÁ, Y MIS ABUELITOS, Y MIS TÍOS Y TÍAS Y MIS PRIMAS Y PRIMOS Y YO! EN FÍN, QUE ALEGRÍA VOLVER A VER ESAS FOTOS, LUEGO TE ENCUENTRAS CON OTRAS, QUE NO SABES QUIÉNES SON Y NADIE DE LA FAMILIA LOS IDENTIFICA. ASÍ PASA CON LAS PELÍCULAS, HAY MUCHAS OLVIDADAS Y OTRAS “OLVIDABLES”, LO BUENO ES QUE SON MÁS LAS OLVIDADAS. ENTRE LAS OLVIDABLES TE PONGO ALGUNOS EJEMPLOS ( PROBABLEMENTE LASTIME ALGUNAS SUSCEPTIBILIDADES, NO ES MI INTENCIÓN) EL ARBOL DE LA VIDA, CLIFT, TAYLOR; EL NADADOR, EL HOMBRE DE ALCATRÁZ; THE RAIN MAN, HEPBURN, LANCASTER; CALMATE DULCE CARLOTA, DAVIS, DE HAVILLAND: THE SUN ALSO RISES, GARNED, POWER, FLYN, FERRER Y EL INSOPORTABLE ROBERT EVANS; Y MUSICALES COMO CARROUSEL; LA ZAPATILLA DE CRISTAL, LESLIE CARON; ANYTHING GOES, GAYNOR, O CONOR, Y UN LARGO ETCÉTERA… BESOS

  14. Mi querida Hildy, a mi aborrecimiento parcial, pero mayoritario, del género musical se une mi aborrecimiento, parcial, pero mayoritario, de esta parte de la obra de Dickens. No me preguntes por qué, porque no tiene ningún sentido. Es, simplemente, que me interesan más otras cosas… En cualquier caso, la he visto varias veces, porque también soy cabezón y me empeño en ver cosas que a priori me repelen, y pese a mi aborrecimiento, parcial pero mayoritario, hay momentos en que disfruto.

    Besos mayoritarios

  15. Mi querido Jorge, me gusta esa comparación que has hecho de ver las películas como viejas fotografías con las que te alegras reencontrarte o como hay otras que resultan bellas, pero que ya no se recuerda a sus protagonistas.
    Es verdad que cada uno tenemos nuestras películas olvidadas y otras que las convertimos en olvidables. Jajaja, de tu listado de olvidables yo hay algunas que salvo y las traigo al recuerdo como El nadador o la que aquí se llamó Canción de cuna para un cadáver (la que tiene el título de Carlota). Seguro que tú rescatarías también alguna de las que yo metería en esa lista. ¡Lo bueno es que toda película encuentra su espectador y defensa!
    Beso
    Hildy

  16. Jajaja, Mi querido 39 escalones lo que me he reído mayoritariamente de tu comentario genial. Tu cabezonería me hace que me quite el sombrero, porque tratas de buscar la belleza ante lo que sientes como horror
    Beso entregado, sin parcialidad alguna, y siempre espolvoreado con unas risas
    Hildy

  17. MI QUERIDA HILDY: PERDONA QUE INSISTA ¿HABRÁ QUIÉNES SE ACUERDEN DE: FEDORA 1978 DE WILDER- EL PÁJARO AZUL 76 DE CUKOR- BEAT THE DEVIL DE HUSTON- A MATTER OF TIME 76 DE MINELLI- ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS DE DISNEY?

  18. Qué joya es Fédora, yo creo querido Jorge que sí… Cada película tiene su público. Y seguro que en alguna parte del mundo alguien está viendo esas películas olvidadas que nombras…

    Beso
    Hildy

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