Hormiga blanca, de Mónica Sánchez (Ménades editorial, 2019)

Hildy Johnson tiene el orgullo de estar siempre junto a una maga de las palabras. Nunca lo dejes. El tecleo de la máquina de escribir pone en marcha los latidos de tu corazón. Sí, es la vida.

Presentación Hormiga blanca

Presentación del libro «Hormiga blanca» en María Pandora (Madrid). En el centro Mónica Sánchez. A su izquierda, la ilustradora Sinsuni Velasco y a la derecha, el sociólogo Luis Enrique Alonso.
Fotografías: Fernando Sánchez.

En agosto se cumplieron doscientos años del nacimiento de Herman Melville, y dejó de herencia toda su obra literaria que se perpetua por los siglos de los siglos. Tanto es así que una escritora del siglo XXI, que nació en Madrid (y tiene sus callejuelas en cada una de sus venas), surcó los mares para enamorarse de México, y capturar sus colores, sus olores y sabores, y esa forma suave de hablar, aunque la vida sea dura. Y se sumergió por las páginas de las novelas, cartas y relatos del autor para atrapar su esencia y derramarla en cinco cuentos que hablan del presente. Eso es Hormiga blanca, la pluma certera de Mónica Sánchez que con ojos de Melville capta las luces y las sombras de ese mundo que cada día tratamos de entender.

Y ya en la cita que abre el libro se entiende mucho de la autora y de su forma de escritura. Rescata una de la líneas de Melville en sus cartas a Hawthorne: “Soy propenso a la alegría y por consiguiente escribo con tristeza”. Los cinco relatos transitan un universo literario que reinterpreta el presente con ecos de historias pasadas, pero lúcidas, imperecederas.

Sigue leyendo